Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Excusas en tinta por Ilusion-Gris

[Reviews - 21]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Fue rápido, en realidad más rápido de lo que ambos pensaron. Su viaje había terminado.

Cuando menos lo esperaron ya estaban en el puente Bifrost con Odín frente a ellos observándoles con una expresión tan fría que les hizo desear regresar a las tinieblas de Svartalfheim, ahí donde se quedó la nave hecha pedazos y donde vivieron la experiencia más traumática de su no tan corta existencia. El padre de todos podía ser tan temible cuando estaba furioso como cualquier otra criatura amorfa que habitara Yggdrasil.

Heimdall se retiró al instante en que Odín se lo ordenó y ellos se quedaron ante su irascible presencia.

—Thor —su voz severa resonó en las paredes de aquella estructura esférica y su mirada se posó en su hijo mayor. Era imposible no sentirse pequeño cuando se reflejaba en sus imponentes ojos azules, aquel azul gélido—. ¿Qué hacían en el Mundo Oscuro?

Las veces en que el rubio mintió podía contarlas con los dedos de sus manos, era un ser honesto —brutalmente honesto sería la definición más apropiada—, en ocasiones no medía sus palabras y no le importaban las consecuencias, pero no podía darse el lujo de ser sincero ahora, no porque metería en problemas al menor.

—Pensé que sería una agradable sorpresa si te obsequiábamos la lanza Gungnir. —Estaba muy nervioso y se obligó a mantener la calma, entrar en pánico era lo peor que podía hacer en ese momento.

Se mantuvo incrédulo y se giró para encarar a Loki.

—¿De quién fue la idea?

—Mía —contestó al instante el mayor de los hermanos y al obtener de nuevo la atención de Odín se arrepintió.

—¿Cómo llegaron ahí sin que Heimdall lo notara? —preguntó sin cambiar de expresión.

Thor despegó con lentitud sus labios, pero no sabía qué responder y su mirada se paseó por el suelo buscando una solución que en ese instante parecía no existir.

—Yo lo engañé, utilicé un encantamiento que duró lo suficiente para que mi hermano y yo escapáramos —aparentó arrepentimiento, su cabeza inclinada y los hombros hundidos—. Lo siento, padre.

Su voz se escuchó lejana, como un susurro que arrastró el viento, al menos no fue más que eso para Odín.

—¿Tienen idea del peligro al que se expusieron? —Parecía que se dirigía a niños, no entendía cómo es que ese par había actuado tan irresponsablemente, no había pretexto válido ante tal acto de completa idiotez.

—Creímos que sería...

—Loki —le interrumpió para que cerrara la boca. No quería continuar escuchando sus infantiles excusas, no quería sentirse más decepcionado de lo que ya estaba—. Las leyes que he establecido tienen un propósito y ustedes las rompen como si fuera un maldito juego, hay mundos a los cuales no deben ir sin mi consentimiento, nadie puede objetar o intentar oponerse por más que se crea con la capacidad de salir por su cuenta.

Thor apretó los puños soportando las palabras de su padre, herían tan profundamente su orgullo que se odió una vez más por aquella decisión tan estúpida de salir en busca de Gungnir.

—¿Tienes idea de lo que hiciste? ¿La tienes? ¡Thor, allá afuera hay más de lo que te puedes imaginar y arriesgaste tu vida y la de tu hermano por una idea absurda! —Descargó toda la ira y miedo que sintió desde que se enteró que sus hijos habían desaparecido—. ¡¿Dices que fue para obsequiarme esto?! —Arrebató la lanza de las manos de Loki y la aventó con fuerza—. No quieras cubrir con ello algo que decidiste por tu cuenta.

Si su intención era que se sintiera miserable y humillado, entonces lo logró. El rubio soportó como pudo aquella reprensión tan dura, y lo peor, es que realmente era consciente que podrían haber muerto. Alucinación o no, su espíritu se quebrantó desde el momento en que cayeron de la nave, notaba cierta incomodidad en sus movimientos, como si su cuerpo hubiera cambiado y él apenas se adaptaba sin lograr manipularlo, pero quizá era su mente. Quizá algo en ella fue mancillado. El padre de todos tenía razón, solo pensó un sí mismo y a Loki lo arrastró a un riesgo inminente por su tonto miedo de perderle.

—Padre, lamento nuestros actos, no reflexioné muy bien las consecuencias, pero te prometo que no volverá a suceder.

[...]

No sirvió de nada, no había solucionado nada. Golpeó una y otra vez el árbol que ahora utilizaba como objeto de descarga para expulsar toda la frustración que le embargaba.

Ahora sabía que había perdido la confianza de Odín. Nunca, ni siquiera cuando de pequeño cometía barbaridades por creer que era invencible, su padre le miró como si se avergonzara de él. Ni una sola vez le miró con decepción, era la primera vez que él decepcionaba a alguien y no le habría importado tanto, pero se trataba del ser que más admiraba de entre todo el universo, no solo por ser su padre, admiraba el poder que consiguió a través de los milenios y que logró obtener con perseverancia y valentía. Thor quería ser como él, quería ser incluso mejor, pero ahora con una sola elección estúpida arruinó todo lo que fue durante siglos. Creyó que podía ser perfecto, lo tenía todo, creyó ingenuamente que podía recuperar la admiración de su hermano, el único que hasta hace unas horas veía imperfección en él. Y ahora perdió dos cosas, no, ya había perdido a Loki y a su lista se sumó Odín.

¿Alguna vez se esforzó realmente?

Él fue testigo del sacrificio de Sif, vio cuando Loki se marchaba y se perdía por horas aprendiendo hechicería, cuando Sif fue juzgada y se burlaron, cuando todos creyeron que Loki perdía el tiempo, cuando nadie creyó en ellos, cuando él solo miró. Thor no sacrificó nada, ni dedicó más tiempo que el resto, nunca hizo falta, todo lo que hacía le salía perfecto después de un par de intentos; Asgard lo amaba, él amaba Asgard, un amor recíproco que siempre le envolvió y le protegió. Por primera vez sintió que traicionó ese amor y que ya no lo merecía. No podía merecer algo por lo que nunca luchó y por el que nunca se sacrificó. Pero ya no más.

Ahora su prioridad sería Asgard, dolería, porque quizá se ganaría el desprecio de su hermano, más de lo que ya lo hacía, pero Thor no se lanzaría al vacío por nadie, él protegería el lugar que de entre todo Yggdrasil le correspondía, porque él sería su rey y sería el más digno.

[...]

Él y Thor no fueron recluidos como al principio sospechó que Odín los castigaría, pensó que no les dejaría salir por al menos un año, pero eso no sucedió, vaya que no, El padre de todos era más listo que eso, incluso más cruel. El que creyó era su padre, era hasta cierto punto despiadado, no para él, Loki podía soportar cualquier cosa, ya estaba acostumbrado, ¿pero Thor? Thor era aquí el problema. ¿Sería capaz de soportar la humillación de ser rebajado a un simple peón a orden de otros que antes siempre estuvieron a su mando? El gran hijo de Odín siendo uno más del montón.

Por más que una parte de él se regodeaba por su naturaleza burlona, la otra estaba molesta, Thor era fuerte, era astuto, a veces un poco bruto y salvaje, pero era Thor.

—Se lo merece, siempre fue un egocéntrico y por fin Odín notó que es un idiota —dijo el más osado de los guerreros ahí reunidos cuando se trata de hablar a espaldas de los demás.

—Yo sabía que no era más que una masa de músculos sin cerebro, así no puede lograr nada. —Animado por su compañero se puso a parlotear con aires de suficiencia.

Los otros tres solo escucharon meditando sus palabras y asintiendo como borregos sin pastor.

—Siempre nos miró por encima del hombro creyendo que era superior y solamente a él se le ocurriría viajar a Svartalfheim. Qué imbécil, si no fuera por el rey no estaría aquí y seguramente continuaría perdido —se mofó al ver que los otros lo miraban como si hubiera dicho el descubrimiento del siglo y continuó más resuelto—: estaría llorando y suplicando por su madre. —Soltó la carcajada y los otros lo acompañaron.

—Deben ser ustedes mejores que él. —Interrumpió su diversión y los observó con expresión de complicidad.

—¡Loki! —Exclamó el que hasta ahora encabezaba aquel grupo de hipócritas—. Ven y bebe con nosotros, celebremos que tenemos un rey justo.

Estaban en una taberna, Loki pasaba por ahí cuando escuchó que hablaban de su hermano.

—Anda, debes estar agotado, El padre de todos te ha impuesto hacer deberes que le corresponden a sirvientes por culpa de Thor, eres un buen hermano, siempre has estado a su lado para cuidar que no haga nada estúpido. —Uno de los guardias que se había mantenido callado se atrevió a dirigirse al azabache bastante convencido de que entre todos los que estaban ahí, era Loki el que más guardaba rencor a Thor.

—Solo que esta vez no tuviste tanta suerte en detenerlo, cuando se le mete una idea entre ceja y ceja es imposible no hacerle cambiar de opinión por ser un completo necio.

Todos estallaron en risas, pero estas duraron lo normal, la de Loki duró más que la del resto y lo observaron fascinados, creyendo que habían ganado la confianza del excéntrico hijo menor de Odín.

—Debe ser una carga para ti, ¿cómo lo soportas tanto tiempo? Creo que ahora te compadezco —dijo con voz lastimosamente irónica.

Loki sonrió, extendiendo las comisuras de sus labios y enseñando casi en su totalidad sus perfectos dientes blancos. Levantó una ceja y tomó una copa, antes de llegar a sus labios confesó:

—No es nada fácil, por eso en ocasiones me acerco a seres como ustedes, así me doy cuenta que es mejor escucharlo a él que a otros que son bestias a su lado. —Vació todo el contenido a su estómago y levantó la copa para que lo observaran—. Gracias por el vino, me sienta bien antes de dormir.

Miró directo a los ojos de cada uno de los que estaba ahí, como memorizando sus rostros. No dijo nada más, y los otros no eran más que unos cobardes que no se atrevieron a enfrentarlo. Después de todo tenía razón, al lado de Thor o de Loki, no eran más que insignificantes piezas de ajedrez.

[...]

—Deja de hacer eso —habló tras su espalda.

Thor giró la cabeza para contestar a su amiga.

—¿Hacer qué?

—Deja de actuar como lo estás haciendo, me enferma ver que agachas la cabeza y das la mejilla para recibir los golpes.

—Es una orden de nuestro rey, acaso ¿quieres que la desobedezca? ¿Quieres que me meta en más problemas de en los que ya estoy? —Negó con la cabeza y continuó practicando aquellas técnicas de combate de nivel superior incluso para él. Porque era lo que necesitaba, verdaderos retos.

—No me refiero a eso, debe existir una buena razón para que hayas ido a Svartalfheim. Te conozco, tú no irías para buscar la lanza Gungnir y entregársela a tu padre, no necesitas hacer ese tipo de cosas para conseguir su aprecio —dijo y con incomodidad continuó—; lo creería si el de la idea fue Loki, es el tipo de cosas que haría para que Odín no se enfade con él... Como aquella vez que cortó mi cabello.

A los dos acudió aquel recuerdo casi olvidado y muy bien enterrado. 

Cuando eran pequeños estaban enamorados y en un arrebato de celos y maldad, Loki cortó el pelo rubio que tanto adoraba Thor y del que Sif estaba muy orgullosa, por eso ahora lo tenía negro, tan oscuro como el espacio, pero con el tiempo el rencor que le guardó se esfumó, ahora ese color se ajustaba mejor a lo que era. Una poderosa guerrera.

—Fue mi idea Sif, esta vez Loki no fue el que causó problemas —contestó con algo de molestia.

—Odín le ha perdonado muchas cosas a tu hermano, siempre se ha burlado de todos... No entiendo por qué es tan duro contigo ahora que cometiste un error, pero sigo sin creerlo. ¿Cuál fue el verdadero motivo? —insistió, quería ayudarlo y ya había agotado todas sus opciones, solo quedaba que juntos buscaran la forma de arreglarlo.

—No tiene caso, déjalo —se colocó en posición de ataque, pero observó de reojo que la chica continuaba ahí de pie sin hacer amago de irse—, Sif. El motivo ya no tiene importancia, el rey actúa de esa forma porque confía en mí, o al menos eso hacía, pero no te preocupes, recuperaré lo que perdí y me convertiré en el digno gobernador que Asgard merece.

Ella lanzó un suspiro de fastidio. Descubriendo que, en esta ocasión, por un motivo completamente diferente al inicial. Odió que su amigo diera todo por Asgard y los mundos que estaban a su merced.

Antes estuvieron enamorados, fue hace tanto tiempo que es como si intentara leer un pergamino antiguo, no puede hacerlo correctamente, porque la mitad es ininteligible y el resto de las letras se extraviaron con los siglos. Fue un amor de niños, nació cuando tenían pocas décadas de existir, un sentimiento inocente e infantil. Y cuando ambos maduraron, descubrieron que querían algo más, no, fueron solo los sentimientos de Thor los que se transformaron, él se marchó cegado por el honor de ser el futuro rey, cegado por la admiración que recibió y Sif no tuvo más remedio que aceptarlo, al final no encajaba en ninguna parte de su futuro, para ella fue duro, pero encontró consuelo en lo mismo que le arrebató a Thor, en ser una guerrera que dedicaba cuerpo y alma en proteger su mundo. Quizá ambos eran iguales, pero verlo a través de sus ojos, ver lo que le provocaba a su amigo, le hizo descubrir que eran pequeños, que tal vez vivían el sueño que los demás dijeron era el mejor. En realidad ellos no tuvieron forma de comprobarlo, eran apenas unos niños cuando la época de guerras y luchas se dio, los mayores quedaron orgullosos de sus triunfos y transmitieron ese entusiasmo a sus hijos. Pero las épocas cambian y el bien y el mal también fue evolucionando hasta resultar incierto. ¿Era eso lo que realmente querían? ¿Era ese su destino o ellos trazaron su propio camino? Si ellos lo trazaron, ¿podrían desviarlo a otra meta o ya era demasiado tarde?

[...]

—¿Has escuchado hablar de los enanos herreros? —preguntó a su hermano.

—No —contestó sin apartar la vista del plato que tenía delante.

—Eitri, Brok y Buri, ellos utilizaron el núcleo de una estrella como molde para crear un martillo. ¿Quieres que te enseñe el libro? Madre me lo dio, dijo que Odín se lo entregará a cualquiera de nosotros, el que sea el adecuado para el trono. —Sus ojos esmeraldas brillaron como tales joyas. 

Thor lo observó y ocultó su lamento:

—No, mañana tengo que ir a Vanaheim y no tengo tiempo para eso. —Se levantó y trató de ignorar que Loki lo miró pasmado de la impresión, ni él mismo creía lo que sus labios habían pronunciado.

¿Había escuchado bien? Thor lo rechazó.

Esto era nuevo, esa faceta era nueva. No era que su hermano siempre estuviera tras de él, mucho menos que cediera a todos sus caprichos; normalmente él con palabras sutiles le metía en la cabeza sus planes hasta que Thor los adoptaba como propios, tenía una lengua poderosa, incluso lograba decir un «pasa tiempo conmigo» con un «encontré esto, ven a verlo». No sabía cuándo inició, pero necesitaba que el mayor le siguiera observando. No solo para ser el principal testigo de sus triunfos, también porque su sola presencia ya era grata.

—Loki, ¿te sientes bien? —preguntó Frigga con preocupación. Todo el tiempo estuvo en la mesa con ellos.

—Creo que no tengo mucha hambre —respondió y se levantó para marcharse—, ¿puedes mañana enseñarme la invocación? No he logrado por mi cuenta avanzar mucho.

Sonrió orgullosa de su hijo menor.

—Claro, sabes que te ayudaré con cualquier cosa.

Desde que a él llegó la verdad, desde ese día no ha podido mirarla a los ojos. Es que para Loki ella era su madre, ella lo ama tanto como a Thor y es la única que nunca ha demostrado preferencias por el rubio, incluso ha pasado más tiempo junto a él. Frigga es una gran hechicera y nunca se mostró renuente a transmitir sus conocimientos, solo que a él no le gustaba mucho pedir su ayuda, sus ideas eran un poco contrarias, mientras ella se limitaba a encantamientos de cambio de forma, manipulación de materia y energía, invocaciones, alteración de tamaño, cosas normales, él siempre tuvo cierto interés por lo prohibido, ilusiones, invisibilidad, teletransportación, hipnotismo, sugestión, proyección astral y otro sinfín de poderes.

—Voy a continuar en la biblioteca, me quedé a mitad de un libro. —La miró. Sus ojos cristalinos, no podían ser cálidos porque el azul no lo puede ser, pero sí eran reconfortantes, la muestra más grande de que aquel era su hogar, aquel donde estuviera ella.

—Anda, no te preocupes por Thor, no la está pasando muy bien por el castigo que tu padre le impuso, pero es fuerte y lo superará.

—Tienes razón —dijo sin convicción.

Frigga lo observó marcharse. Sus hijos cada día se alejaban más de ella, pero no tenía miedo, eran chicos fuertes y de corazón amable. Creía en ambos.

[...]

Caminó hasta perder de vista el castillo, caminó hasta llegar a uno de los bordes de Asgard. La naturaleza de aquel mundo era preciosa, parecía imposible que en el espacio existieran lugares que desprendieran tanta belleza como Asgard y otros tanta desgracia como lo hacía Svartalfheim. Parecía una broma, pero sabía que así debía ser, todo debe tener un opuesto para que llegue a apreciarse. Si todo fuese perfecto, entonces la palabra belleza no tendría sentido, era necesario que existiera lo desagradable.

Las estrellas brillaban cada segundo con mayor intensidad, la luz se apagaba y la oscuridad reclamaba su trono. Aún se distinguía cierto azul en el cielo.

Buscó un lugar donde sentarse y vio una piedra grande que lucía como un futuro buen asiento. Se acomodó ahí y miró hacia el frente, hacia el vacío.

Thor había cambiado, por fin descubrió qué era lo que quería. Eso era increíble, se alegraba por él, ahora que ambos sabían que lo que deseaban era reinar ese mundo, y que estaban decididos a luchar en serio, ahora ya no había espacio para sus tontos juegos.

Ya no tenían esa estúpida venda en los ojos, ahora veían claramente, ya no más juegos de hermanos unidos. No más actuar como si importara que a costa de su éxito el otro fracasaría.

Ahora no fingirían que importaba su lazo, quizá ante los demás podrían hacerlo, pero ahora ambos tenían una prioridad. Y esa prioridad no era el contrario.

Cruzó los brazos delante de su pecho y su frente se arrugó. No, no estaba bien, eso no le terminaba de agradar. Loki no quería eso.

Era el ser más egoísta que haya pisado Yggdrasil, la satisfacción no estaba en su naturaleza, pero aquello no solo se debía a eso. Quería que Thor no apartara su vista de él, quería ser lo más importante para el hijo de Odín.

[...]

La oscuridad se apoderó de Asgard y el frío se coló entre sus sábanas.

Su cadera fue presa, intentó abrir los ojos, pero no logró vislumbrar más que su impotencia al descubrir que sus párpados fueron cubiertos. Quiso alzar sus manos, pero estas no se movían.

Comenzó a sudar recordando aquellos sonidos aterradores que le acosaron durante lo que él sintió fue una eternidad, le invadió el miedo al pensar que de nuevo cayó presa de aquella criatura perversa, ya no estaba a salvo ni en su hogar, no tenía escapatoria.

—Thor —escuchó su nombre en un susurro y al reconocer al dueño de esa voz se relajó considerablemente.

—¡¿Qué estás haciendo?! —preguntó con algo de molestia, no era aquel malvado ser, pero le dio un buen susto y esa clase de bromas no eran divertidas.

Loki ejerció más fuerza en sus muslos para no permitir que le quitara de encima. Estaba sentado arriba de él y no tenía intenciones de bajarse.

—Hermano, juguemos por última vez —dijo con serenidad.

—¿Qué pretendes? —Ahora de verdad no creía ni un poco que era gracioso.

Sintió las manos del menor deslizarse por su pecho hasta alcanzar su cuello.

Loki descubrió algo al ir al mundo de los elfos oscuros, descubrió que no le molestó besar a Thor, que de hecho era algo que podía disfrutar. Se inclinó hasta que sus narices toparon.

—¿Quién es el mejor de ambos? Tiene que haber un ganador y un perdedor, así tiene que ser, ¿no lo crees?

Era increíble la forma en que sus labios le atraían tanto, tanto como para que los suyos los poseyeran y dejara de pensar.

—No entiendo. —La respiración del menor salía caliente e impactaba en su mejilla.

—Usa todas tus cartas, no hay reglas, puedes ser tan sucio como quieras, yo haré justo eso.

No se torturó más y besó a Thor con vehemencia. Su boca tibia, su lengua suave. Y aquello que sentía creció y creció, no le bastaba, no había suficiente alimento para saciar aquel poderoso deseo, no si se separaba de aquel húmedo contacto. Sujetó su nuca para fundir sus labios.

Notas finales:

Gracias por leer y por la oportunidad que le dan a la historia, espero pueden disfrutar de la lectura conmigo. Tardé un poco en actualizar, pero no planeo abandonar la historia, de hecho tengo muchas ganas de escribir de mi querido Loki y Thor.   


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).