Dejó de sentir las piernas y su cabeza parecía que estaba a punto de estallar de impaciencia. No entendía qué hacía allí, era un rumor estúpido y mejor deberían gastar el tiempo en continuar investigando alguna otra cosa con un fundamento más sólido, o por lo menos, en algo que tenga coherencia. Pero no podía hacer más que guardar su opinión para él y tragarse la incomodidad que sentía en cada poro de su piel.
—Está bien, no es necesario que mantengas esa postura tan rígida —escuchó la voz de Thor salir en susurros—, no me refería a eso cuando dije que fueran sigilosos. Puedes moverte, solo encuentra el momento adecuado. —Y como queriendo enseñarle, se adelantó unos pasos cuando el viento sopló con fuerza provocando el ruido necesario para ocultar su presencia.
A pesar de estar en el bosque, en un terreno perfecto para ocultarse, hasta su respiración parecía delatarles. El canto de los insectos era muy suave, el latir de sus corazones desentonaba a comparación de su música, y el silbido del constante viento era un homenaje al silencio; solo cuando tomaba fuerza e impactaba con rudeza en los árboles y arrastraba las hojas del suelo, era cuando recordaban que había vida en ese lugar, y también en ellos.
El hijo de Odín hizo una seña a Fandral para que se posicionara junto a él. Cuando lo tuvo a un lado se acercó a su oído:
—¿No te parece extraño? —dijo con cautela, temiendo ser descubierto—. No recuerdo algún otro bosque tan silencioso como este, no creo que sea algo normal.
Fandral tampoco lo entendía, solo sabía que no quería estar ahí, que desde que la noche cayó tenía la sensación de que no tenía sentido lo que hacían, pero de igual forma había algo en el aire flotando, invisible, algo que le obligaba a dudar por intervalos.
—Puede que sea algún truco de los Vanir... Thor ¿tú en verdad crees en esos rumores? —Quería una respuesta como su amigo y no como el encargado de aquella misión.
—Si algo aprendí cuando escapé con Loki, es que nunca se debe tener seguridad de conocer todo lo que habita Yggdrasil —habló bajo para solo ser escuchado por el otro—. Hasta hace poco solo me enfrenté a bestias y criaturas que catalogaba como normales, pero fue esa conjetura la que me llevó tanto tiempo a pensar que había enloquecido, fue un error limitar lo que es infinito, el universo es más de lo que pueden ver mis ojos, lo entendí con lentitud y creo que aún estoy en proceso de asimilarlo —declaró sincerándose por primera vez con alguien. Hubiera preferido hacerlo con Loki, él mejor que nadie lo entendería, fue él quien le dijo que habían muchas cosas que Odín no compartía con ellos, su hermano lo descifró antes, pero entendía el motivo por el que prefirió callarlo. Asgard podía ser demasiado cómodo en la actualidad, tanta belleza y riqueza podía llegar a cegar.
—¿Qué pasó ahí? —preguntó con curiosidad. Thor siempre fue orgulloso y fuerte, cuando llegó de Svartalfheim notó miedo en sus ojos, un miedo que comprobó, desde que llegaron ahí, había aumentado la firmeza de sus acciones. Su amigo volvía a ser el de antes, pero incluso en una versión mejorada.
—También quisiera saberlo —musitó, sospechando que el único que podía aclarar aquello era su hermano, pero sabía jamás le diría la verdad. Ya mintió al decir que fue una alucinación por el fuerte golpe que recibió en la cabeza y sus heridas producto de la caída, no había motivo para dudar de sus palabras cuando todo apuntaba a que tenía la razón, excepto que el mismo desconcierto que experimentó después del encuentro con esa desagradable criatura, lo vio reflejado en los ojos del menor, no le dio importancia en ese momento, pero ahora se arrepentía de no enfrentarlo antes. Ahora era tarde.
—Volstagg no ha dejado de comer y beber. —Le trajo de vuelta a la realidad con su comentario—. Está nervioso —anunció lo evidente.
Se escuchó el crujir de unas ramas y al voltear vieron a Hogun bajar de un grande roble que estaba a su espalda.
—Loki dice que no ha percibido ningún movimiento fuera de lo normal, solo algún par de criaturas de peso inferior al esperado. —Se dirigió a Thor para que decidiera si debían continuar, la luz pronto alcanzaría hasta el último rincón de su mundo.
Odinson asintió, era el primer día en que implementaban aquel plan, sería contar con mucha suerte si algo sucedía, tendrían que continuar insistiendo si querían lograrlo.
—Bien, avisa a Loki que puede regresar a la cabaña, nosotros vamos por Volstagg y nos vemos ahí en un par de minutos.
El guerrero de apariencia enigmática lo observó con prudencia.
—Sé que también lo percibieron, pero si se lo preguntan, no. Es la primera vez que el bosque y las montañas se mantienen en tal quietud, algo raro está pasando.
Thor miró a Fandral en un acuerdo mutuo, tenían que tener cuidado, más cuando no sabían a qué se enfrentaban con exactitud, por eso el hijo de Odín tenía que aclarar un par de cosas cuanto antes.
El Vanir regresó por la misma dirección, pero en está ocasión sin trepar los árboles, ya el cielo se estaba pintando de un azul cada vez más claro.
—Vamos —se dirigió a su amigo—, detengamos a Volstagg.
A lo lejos se veía al guerrero con una jarra empinada en sus labios y por las comisuras resbalaba el líquido que aparentaba ser cerveza, pero no lo era del todo, tenía el olor, pero no nublaba sus sentidos al contener un ingrediente que encapsulaba el alcohol e impedía los efectos que caracterizaban a la bebida. Las propiedades de aquel ingrediente secreto las había descubierto el propio Volstagg al experimentar con diferentes condimentos y fue corroborada por Loki que investigó posibles efectos secundarios y analizó la reacción con el alcohol descartando posibles peligros. No podían permitir que el guerrero se enfrentara a alguna clase de amenaza sin estar plenamente consciente, pero igual sabían que quizá Atali no se acercaría a un guerrero con sus cinco sentidos alerta.
[...]
—Esperar a que caiga la noche, esperar a que Atali aparezca, ¿creen que es lo único que podemos hacer? —cuestionó el mayor de los Odinson.
—El rey envió a dos espías que filtraron toda clase de información, desde sectas secretas, hasta los movimientos de cada jerarquía Vanir, incluso añadieron fichas de las bestias que habitan este mundo, descartando a la mayoría por permanecer fuera del rango de pueblos y aldeas, no creo que seamos capaces de encontrar más de lo que ellos ya investigaron —habló Volstagg relatando todo lo que leyó antes de su llegada a Vanaheim.
—Pero también cabe la posibilidad de que se trate de seres que no están relacionados con este mundo. —Observó a los ojos a cada uno de los que estaba ahí. Fandral no podía ceder, su cabeza se negaba a creer rumores absurdos, simplemente repelía aquello a pesar de las palabras que Thor le dedicó en el bosque, no terminaba de convencerle la situación.
—¿Quiénes? Los humanos y los enanos no tienen la capacidad para armar algo de esta magnitud y amenazar las tropas que se encargan de proteger los nueve mundos, los elfos de luz son seres amistosos, todo lo contrario a los elfos oscuros, que por cierto, están extintos —dijo Hogun quien siempre prefería mantenerse al margen, pero se trataba de su mundo y él mismo había analizado cualquier otra posibilidad, y aunque no quisiera admitirlo todo apuntaba a que quizá esos rumores cargaban más verdad de lo que todos creían. Atali pertenecía a los Jotuns, tal vez algunos de ellos estaban ayudándola, pero ¿cómo un par de gigantes de hielo pasarían desapercibidos? Era imposible si consideraban su tamaño.
El rubio espadachín quería refutar aquello, quería decirles que debía haber algo que estaban pasando por alto y con esperanza miró las esmeraldas del único que hasta el momento no había dicho nada, Loki pensaba diferente al resto, quizá él había notado algo que ellos ignoraron y Fandral lo observó con gesto suplicante.
—Thor, no es que podamos hacer más, nuestro padre —una sonrisa descompuesta se coló en su rostro, le sabía amarga la última palabra—, Odín nos dio toda la información, sabemos lo que debemos de hacer y eso es esperar, es la única forma. Ya después descubriremos de quién se trata.
—¿Puedo ser yo la carnada en esta ocasión? —Hogun tomó a todos por sorpresa.
El mayor de los hermanos bajó la mirada pensando en si era buena idea. En realidad no sabía nada a ciencia cierta, quizá se trataba de algún grupo que vigilaba por días los alrededores de la aldea, si era así entonces notarían que Volstagg era siempre el que permanecía vagando en solitario, pero igual ya ellos habrían descubierto que alguien más estaba allí; siendo cuatro cubriendo el perímetro era imposible que aquello sucediera, no se trataban de seres en iguales condiciones a las suyas, había algo detrás, algo desconocido, por eso es que guardias, guerreros e incluso hechiceros no podían atrapar lo que se escondía en las profundidades de aquel mundo.
—Creo que no importa quién sea de nosotros, al final lo que enfrentamos es algo que sobrepasa nuestra naturaleza —los presentes gruñeron en protesta, Thor no podía rendirse con tanta facilidad, pero aún no terminada de hablar—: Por eso debemos actuar con ello en mente, es la única forma.
—¿Cambiaremos de táctica? —Se atrevió a preguntar Volstagg.
—Es necesario, tanto cómo lo es que todos tengan cuidado. —No quería que ellos enfrentaran algo como lo que él vivió en Svartalfheim.
[...]
Lo primero que hicieron fue aceptar que se trataba de Atali, para pararse con firmeza primero tenía que haber algo debajo de sus pies. Así fue aquello, confiaron en que se trataba de la primogénita de Ymir. No fue fácil, era casi una locura hacerlo, pero creyeron en las palabras de Thor.
—Tenemos que actuar cuanto antes, necesito que se concentren en las tareas que les serán asignadas, hablamos de vidas las que están en juego, de nuestros hermanos Vanir —observó a Hogun que permanecía atento—, el rey ordenó vigilar hasta descubrir la causa de los asesinatos, pero no lo haremos más por ahora. —Sabía que no sería sencillo, estaba pidiendo de nuevo más y rebasando los límites—. Podríamos dividir el grupo en dos, unos buscan más información de Atali y otros vigilan, pero es arriesgado hacerlo de esa forma, por eso todos nos dedicaremos a investigar.
—La biblioteca más grande la tiene Asgard, ¿regresaremos? —cuestionó Fandral.
—No, ahí no encontraremos mucho de los Jotuns, lo mejor sería buscar en su propio mundo.
—¿Estás loco? —Loki lo miró con diversión—, en cuanto pongamos un pie ahí seremos descubiertos por Laufey y Odín te castigará de nuevo por ir a uno de los mundos que están prohibidos.
—Lo sé, además se necesita de Heimdall para lograr llegar a su mundo, a menos que...
—¿Thor? —le llamó Volstagg con un mal presentimiento.
—Podrían darme un momento a solas con Loki —pidió tragando su orgullo, no había otra forma si querían lograrlo.
Los tres guerreros se miraron entre sí y asintieron con duda, retirándose sin entender qué era aquello que el rubio tenía que hablar con su hermano en ese momento, podrían resolverlo en cuanto todo esto acabara.
—Asumes que conozco un portal a Jotunheim, estás equivocado.
—Sé que existe —habló con seguridad—, sé que tú eres uno de los pocos que lo conoce con exactitud. Me llevaste a Svartalfheim, es obvio que también podrías hacerlo al mundo de los gigantes de hielo.
—¿Planeas que vuelva apostar contigo la confianza de Odín? ¿Eres tan soberbio que no te importa arrastrar a todos con tal de que padre te de unas palmadas en la espalda? —Negó con la cabeza—. ¿No tuviste suficiente con la indiferencia del rey?
—Está vez será diferente, solo iremos los dos, tenemos que hacerlo, es la única forma. —No quería suplicarle, quería que entendiera.
—¿En qué será diferente? —preguntó con desprecio.
—Volstagg, Fandral y Hogun cubrirán nuestras espaldas, ellos se encargarán de asegurar que padre no se entere. —Tenía un plan, esa era la gran diferencia, aprendió la primera vez, está vez no actuaría solo por impulso.
El menor notó la determinación de sus palabras, sabía que los otros tres harían cuanto Thor les pidiera, incluso si arriesgaban algo tan valioso como su honor en Asgard, así era el rubio, ese era el efecto que causaba en los demás, pero no en él.
—Bien —respondió. «No te equivoques, no lo hago por ti, tengo mis razones para querer investigar más a esa raza, raza a la que también pertenezco y no he tenido la oportunidad de conocer más allá de ser los que perdieron contra Odín»—. Pero tendrás que darme algo a cambio.
—¿Qué quieres? —Se aseguró de mantener su rostro sin expresión.
—Cuando este drama llegue a su fin, padre te felicitará y serás la criatura más feliz de todo Yggdrasil.
—¿Quieres el crédito? Lo tendrás, no me interesa —habló con voz gélida.
Loki sonrió, él no era tan simple, sabía que aquel plan le dejaba en desventaja, más que admiración traería problemas al desvelar sus secretos.
—No, no deseo que el método que utilicemos sea expuesto, será nuestro secreto. Y tú, hermano, mentirás.