Ignis se encontraba caminando por los corredores de palacio con una montaña de papeles en sus manos, mientras que suspiraba en aquel horrible día lluvioso;
-aaaaww- suspiro con pesadez mientras que continuaba caminando -No puedo creer que con 15 años ya deba hacer tanto papeleo. El tío Elías a veces es bastante perezoso.
El joven continúo caminando hasta que empezó a escuchar los gritos de un joven que se acercaba hacia él rápidamente, o al menos eso pensaba;
- ¡Iris! - se oía gritar a la voz masculina proveniente del pasillo frente a él - ¡Iris!
“¿Iris?” pensó Ignis mientras que intentaba bajar un poco los papeles que llevaba en sus brazos para poder ver hacia el frente, “Ese es el nombre de la hija menor de los Amicitia”
- ¡Iris!... ¡aahh! ¡cuidado! - grito la voz ya cerca de él y fue cuando Ignis sintió un enorme cuerpo golpearlo.
Cuando estaba a punto de caer, sintió como un brazo lo jaló hacia el frente, evitando su caída, pero cayendo encima de alguien;
- ¿estás bien? - preguntó la voz masculina con preocupación. El joven se acomodó las gafas y fue cuando se topó con unos enormes ojos de color ámbar. El chico se sonrojo y asintió abrumado;
-eres…
-el escudo del príncipe. - comenzó a decir el otro mientras que un poco sonrojado le daba la mano al de anteojos y le ayudaba a levantarse -Mi nombre es Gladiolus Amicitia, ¿tu?
-soy el consejero del príncipe- contesto Ignis recogiendo los papeles del suelo con la ayuda del otro
- ¡woow! - soltó el más grande -Ignis… ¿cierto?
-correcto
-solo nos hemos visto un par de veces. Disculpa, no te he reconocido
-no te preocupes. - concluyo el de lentes, se acomodó las ropas y recopilando sus papeles volteo al otro -Por cierto… ¿pasó algo con tu hermana menor?
- ¡cierto! - soltó el joven Gladio con preocupación -Mi hermana se ha perdido ¿no la has visto?
-no, lo siento
- ¡demonios!... bien debo irme- concluyo el chico y comenzó a alejarse. Antes de perderse de vista, se detuvo y se volteo hacia el de lentes que aun acomodaba los papeles - ¡Por cierto! - gritó desde donde estaba haciendo que Ignis lo mirara dubitativo, - ¡Gladio!
- ¡¿disculpa?!- grito el castaño
- ¡Gladio! - volvió a gritar el oji ámbar - ¡así me llaman mis amigos!... ¡Puedes llamarme así!... ¡¿de acuerdo Iggy?!
- ¿Iggy? - pregunto el chico y vio como el otro comenzaba a correr de nuevo - ¡Hey!
-¡¡Nos vemos!!- se oyó al otro desde lejos mientras que el castaño se quedó mirando un poco sonrojado hacia donde se había ido el otro.
. . .
-Iggy… Iggy… ¡Iggy! - decía una voz, haciendo que el de lentes volviera a la realidad
-Gladio- dijo Ignis mirando al más grande haciéndole señas con la mano
-pensé que te había perdido, - dijo el oji ámbar con una sonrisa -llevo rato intentando llamar tu atención
-lo siento… pensaba en algo, o más bien… recordaba algo
- ¿recordar? Espero que fuera algo importante
-lo era- el de lentes volvió su mirada hacia la tabla de picar y hecho las verduras casi trituradas hacia la sartén - ¿Sucede algo?
-solo te decía que Noct pesco un pez realmente enorme y creo que nos hará falta espacio en el sartén
-no te preocupes por eso, déjamelo a mí. - Ignis miró a Gladio de nuevo, le coloco una mano en la mejilla y le dedico una bella sonrisa, - ¿Te he dicho que tienes unos ojos hermosos? - preguntó, Gladio lo miró anonadado
-N-no- contestó cuando Ignis le dejó un suave beso en su mejilla
-pues los tienes- concluyó cuando vio a Noctis y Prompto llegar al campamento cargando un enorme pez en sus manos
- ¡llego la cena! - dijeron ambos al mismo tiempo con una enorme sonrisa
-justo a tiempo- exclamo el castaño, se volteo hacia Gladio y en ese momento, este atrapo sus labios con un suave beso, ante la mirada atónita de los más jóvenes. Ignis se separó bruscamente del grande y lo miró con el ceño fruncido;
- ¡no vimos nada! - soltó Prompto tapándose los ojos con las manos
-yo si- dijo Noctis con su teléfono en la mano
-por esto, - dijo Ignis intentando poner una sonrisa, la cual se veía diabólica -no tendrán postre
- ¡¿Qué?!- soltaron los tres chicos al mismo tiempo mientras que Ignis volvía a su cocina
- ¡esto es tu culpa grandote! - reclamó Prompto -él fue el que te besó, no nosotros
-además, - dijo Noctis -no es como que su relación fuera un secreto para nosotros-. Al oírlo, Gladio lo miró sonrojado e Ignis clavo con fuerza su cuchillo sobre la mesa
- ¿Qué ha dicho su Alteza? - preguntó el de lentes
- ¡Nada! - exclamó Gladio, tomó a Noctis y Prompto, y poniéndoselos sobre los hombros comenzó a correr, ante la ardiente mirada de furia del castaño,
- ¡GLADIOLUS AMICITIA! ¡VUELVE AQUÍ!
- ¡LO SIENTOOOO!