Vegeta partió en su nave junto a Nappa y numero 17, se dirigían al planeta androide, con la velocidad que esta tenia y la cercanía del lugar, llegaron muy rápido, el sayayin por su parte miraba en un rincón de la nave el impresionante paisaje, mientras un androide de ojos azules lo miraba a él en todo su esplendor de rey.
Conforme se adentraban mas al planeta, se podía ver que era una civilización muy avanzada ya que su economía era una de las más estables de la galaxia, además su pueblo estaba muy protegido por lo que no entendía porque los atacaron sin previo aviso. Pero al llegar a la ciudad, el sayayin olvido ese pensamiento y sus ojos observaban el esplendor en el que los habitantes de ese planeta vivían, se trataba de un lugar inmenso, en donde se miraban grandes rascacielos de colores metálicos y publicidad en varias dimensiones por doquier, así como también el cielo estaba cubierto por todo tipo de naves que aterrizaban en plataformas flotantes, a lo lejos grandes trenes de gran velocidad y completamente transparentes transportaban a las personas de un lugar a otro, la ciudad era tan grande que se podía visitar en su totalidad en semanas o más, eran seres muy avanzados, poseía las mejores tecnologías y muchos recursos en diferentes minerales. La vitalidad de esa raza androide era ilimitada, poseían similar poder a los de la raza guerrera así como su edad al tener energía sin límites envejecían muy lento, por lo que también era un arma de doble filo ya que si eran capturados por alguien con malas intenciones y no se pudieran defender acabarían como pilas humanas.
Vegeta: Impresionante lugar, casi no lo recuerdo desde la última vez que lo visitamos con mi padre.
Numero 17: Eso fue hace mucho, cuando aun éramos niños.
Vegeta: Eso parece. Y dime, ¿En donde están los enemigos?
Numero 17: Por suerte mi hermana junto a su tropa ha logrado sacarlos de la ciudad pero al poder convertirse en estado líquido es muy fácil que en cualquier momento entren de nuevo. Hemos puesto todas las medidas de seguridad, todo esto después de los cientos de nuestros soldados que fueron absorbidos por esos seres, pero a pesar de eso no logramos identificar su ADN y sin eso es muy difícil localizarlos y la única manera es cuando dejan los cuerpos completamente en forma de cascaron.
Es por eso que necesito de tu ayuda, parece que conoces de su poder y tal vez podamos eliminarlos.
Vegeta: Hmm…lo más probable es que se trate de algunos trotamundos con ambición de riqueza y poder y se dieron cuenta de lo que hacia el agua, el cual da el poder de absorber a seres con energías inmensas y utilizarlas a su beneficio, pero la única forma es identificar quien lleva la piedra que fue bañada en ese liquido por los antiguos seres que la crearon.
Siempre hay un líder y es al que tenemos que matar para que no siga alimentándose de tu gente, porque de lo contrario tendremos un ejército en contra de toda la galaxia, capaz de arrasar con todo a su paso.
El androide no dejaba de mirar esos ojos oscuros y a la vez seductores de Vegeta, de verdad le encantaba verlos y combinado con los gestos y la forma de hablar del sayayin era un deleite para el androide.
Ambos bajaban de la nave cuando vieron que los recibían número 18 con algunos guardias de la familia real del lugar.
Numero 18: Se ve que no has cambiado nada Vegeta.
Vegeta: Hmm…lo mismo digo numero 18.
Numero 17: Vamos hermana, no seas grosera, es nuestro invitado y nos ayudara con los enemigos.
Numero 18: Esta bien, y te lo agradezco Vegeta, pero solo espero que esa plaga desaparezca de una vez.
Hace unos días volvieron atacar el lado este de la ciudad, hubieron algunas bajas, y parece ser que siguen multiplicándose.
Numero 17: ¡Esos miserables!, será mejor hacer mas patrullaje por cada zona y levantar mas los muros de plasma, tienen que desistir de seguir atacándonos.
Vegeta: Lo dudo 17, si están aquí, es porque quieren su poder. Así que es mejor acabar con ellos de una buena vez.
Numero 17: Pero primero, como anfitrión del lugar, quiero llevarte al palacio y que descanses un poco además hemos preparado mucha comida como le gustan a los sayayines.
Nappa: Muchas gracias. Nuestro rey aceptara con gusto.
Vegeta: Hmmmm
El sayayin de cabellos en forma de flama, hizo una mueca en desacuerdo, pero al final acepto ya que el alimento no le caería nada mal para pelear después con todas sus fuerzas.
Por otra parte en el planeta sayayin:
Kakaroto ya estaba de regreso, quería ver a su sayayin, aunque sabía muy bien lo que había hecho con aquel joven, su corazón aun le pertenecía solo a él.
Raditz: ¡Hermano qué bueno que regresaste!
Kakaroto: Raditz, ¿Has visto a Vegeta?
Raditz: Sabia que preguntarías por él. Pero lamento decirte que no está en el planeta, salió en una misión al planeta androide.
Kakaroto: ¡Al planeta androide!, allí vive numero 17.
Raditz: Lo sé, ¿Qué harás?
Kakaroto: Pues iré a ese lugar, no dejare que ese androide me robe a Vegeta.
Raditz: Sabes muy bien, que Vegeta no te querrá allí.
Kakaroto: No me importa, además si esta allá es porque existe peligro y no permitiré que le hagan daño de nuevo.
El sayayin de cabellos alborotados salió rápidamente a su nave y sin despedirse partió al lugar donde se encontraba su sayayin, no permitiría que nadie le arrebatara su amor, sabia de la relación que tuvieron en el pasado numero 17 y Vegeta, por lo que al estar vulnerable este último podría caer también en la tentación.
Continuara……