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Drabble. por Eliann

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Muchos le consideraría algo extraño, algo ridículo, pero Kaito le tenía un miedo horrible a mantener relaciones sexuales, la razones por la cual no duraba con sus parejas era ese motivo explícito y exacto.

Sus parejas que eran hombres al igual que él se cansaban y le pedían que lo hicieran o terminaban, al final siempre acababan terminado.

Su última pareja había querido forzarlo a mantener relaciones sexuales con él, lo que podría haberse considerado una violación si Kaito no fuera crecido con un hermano con toques psicópatas el cual le enseño a defenderse en la vida o morir, así que propinando una buena patada en su entrepierna salió corriendo y nunca más le volvió a buscar, llamar o querer saber de él…

Por lo menos sus anteriores parejas habían terminado con él, pero este había querido forzarle y eso era de lo peor.

Por un largo tiempo se quedó solo, no pensaba tener otra relación ya sabía cómo iba a terminar todo, no podía obligarse a algo que…algo que le causaba tanto pavor.

Hasta que le conoció Gakupo Kamui, ese día había sido invitado por una de sus amigas al karaoke, admitiendo que él tenía una maravillosa voz de la cual quedo casi embelesado,  esos ojos cuales dos zafiros relucientes, largo cabello de color morado, labios rosas carnosos, la ropa que llevaba se marcaba tan bien en las zonas correctas.

Sentía una atracción hacia él un magnetismo vigorizante, se encontraron unas cuantas veces por simple casualidad, pero luego comenzaron una amistad que al poco tiempo se volvió una relación que a Kaito le pareció la mejor que había tenido, Gakupo siempre era alguien tranquilo, amable y comprensivo.

Hasta que su exnovio aquel bastardo que había intentado forzarlo apareció reclamándole que era una perra ¿qué cómo había podido hacerle eso? todo lo que hizo por él y al final no le entrego nada, Gakupo se enojó con él y ambos empezaron una pelea, Kaito intento detenerlos pero no pudo al final el exnovio de Kaito termino en el suelo limpiándose la nariz que le había rompido su actual pareja.

Gakupo podía ser muy agresivo cuando se trataba de defender lo suyo.

-¿Quieres que te dé un dato? idiota –Sonrió burlón el castaño sus ojos estaban inyectados en odio hacia su contrincante –Esa perra de allí nunca te entregara su culo, así es defiende su maldita virginidad a capa y espada, no esperes nada de él, no te lo entregara, no importa que tan bien lo trates, solo es una maldita perra virginal y asustadiza.

 

-No me interesa eso –Le pateó –Bastardo.

 

-Gakupo por favor –Kaito se encontraba al borde de las lágrimas, no le gustaba hablar de eso y ahora Meito le había revelado al hombre que amaba que nunca le podría entregar todo de él –Vamos –le haló del brazo, Gakupo al verle tan alterado solo se dejó llevar por él escuchando la risa de Meito al final gritándole lo perra que era su pareja lo cual le creaba deseos de regresar y volverle a patear –

 

-¿me vas a dejar? –pregunto en un suave murmullo conteniendo las lágrimas, habían ido al departamento de Gakupo –

 

-¿Qué? –enarco una ceja como si no hubiera escuchado bien ¿realmente le estaba diciendo que iba a terminar con él? –

 

-¿Vas a terminar conmigo? –las lágrimas amenazaban con caer de los ojos de Kaito, estaba deprimido sentía su corazón destrozado, planeaba llevar aquello un poco más, solo un poco más y se lo habían arrebatado –

 

-¿por qué? –pregunto acariciando la mejilla de su acompañante –

 

-No puedo hacer el amor contigo –Su voz sonaba agrietada intentado contener el llanto –lo entendería si lo hicieras…soy raro lo sé… lo entiendo bien –trago saliva –así que no me molestaré.

 

-Kaito –El nombrado solo bajo la cabeza intentado mirarle lo menos posible, deseado que no le viera tan destrozado de lo que ya estaba, sacando fuerzas de donde no tenía para no llorar sentía que se moría por dentro –No voy a terminar contigo –Susurro para que levantara la mirada lentamente –

 

-¿no? –Esos ojos azules mar estaban cristalinos y lágrimas salinas luchaban por no salir –

 

-No, yo te amo –Acaricio lentamente la mejilla de su pareja –Te amo como no tienes una idea –Y Gakupo lo había pensado mientras caminaban hacia su departamento, Kaito jamás le entregaría su cuerpo bien se lo había dicho, él sentía un gran deseo sexual por Kaito, una pasión que quería desbordarse… pero allí estaba sabiendo que jamás lo tendría que aquello no pasaría de besos fogosos o uno que otro toqueteo, era frustrante demasiado, lo había pensado pero… sería un maldito si hiciera eso, él amaba a ese joven que luchaban por no derramar lágrimas que ante sus ojos parecía tan tierno e inocente como un niño, Kaito era su niño y él lo amaba así –Todo estará bien –le aseguro –

 

Kaito asintió sonriendo pero dentro de sí la tristeza se mantenía ¿qué tan inequívocas podrían ser esas palabras? no lo sabía y eso le afectaba en algún momento Gakupo también iba a desear poseerlo y él lo detendría entonces se enfadaría y sabía que todo acabaría.

Pero dudaría un poco más, solo un poco más y eso estaba bien.

Habían pasado dos años desde que ellos tenían una relación y Gakupo parecía no doblegarse, no lo haría era un hombre orgulloso y de palabra, la palabra de un guerrero valía mucho y él no podía romperla así de fácil, a pesar de que Gakupo le había invitado a vivir con él Kaito se había negado tenía miedo.

 

Y él sin querer sobrecogerlo simplemente lo dejaba así.

Esa noche se encontraban en el cuarto de Gakupo veían una película que hace poco acababa de terminar y se encontraban besándose, disfrutando de la boca del otro, cuando se separaron del beso por la falta de aire Gakupo se alejó un poco contemplándolo, Kaito respiraba agitadamente un poco de sudor corría por su frente, sus mejillas estaban coloradas de rojos sus labios hinchados.

Se relamió los labios para acercarse al cuello de Kaito deleitándose con ese aromaba a vainilla que tenía su pareja, sonrió para lamer y besar su cuello obteniendo un estremecimiento de Kaito –me haces cosquillas –se quejó –

 

Gakupo sonrió y lo siguió haciendo dejando un chupetón y una mordida obteniendo un quejido de Kaito, sus manos pasaron bajo la camisa de Kaito disfrutando de la suavidad de su piel, Kaito se estremeció aquellas manos dejaban un ligero cosquilleo –Gakupo –Susurro su nombre, no era una advertencia, su respiración se aceleraba más, observo los ojos zafiros de Gakupo brillantes y relucientes, sonrió y se dio tranquilidad –

 

Gakupo le quito la camisa y Kaito lo permitió besando, lamiendo, mordiendo cada extensión de piel deleitándose completamente por los estremecimientos de su acompañante, por aquella respiración que se iba acelerando, alcanzo a esos pequeños botones rosados y comenzó a jugar con ellos, un gemido salió de los labios de Kaito por ello.

 

Kaito se estremecía, soltaba quejidos, suspiros y gemidos, jamás se había sentido de esa manera, su cuerpo estaba ardiendo su pantalón le apretaba no sentía miedo su mente estaba nublada en blanco, cuando sintió como Gakupo buscaba bajarle los pantalones suspiro en alivio ya no sentía esa opresión, era la primera vez que no sentía miedo que no había tensión en su cuerpo, que se dejaba hacer sin más.

Los suspiros y gemidos llenaron la habitación en poco tiempo mientras Kaito se aferraba a las sabanas sintiéndose delirar era una sensación demasiado placentera la que Gakupo le estaba dando, hasta que Gakupo entro.

 

-Ahg –Se quejó por el dolor, se mordió el labio mientras lágrimas se derramaban de sus ojos era bastante doloroso para él –

 

-Te amo –Susurraba Gakupo mientras dejaba besos en su piel, mientras intentaba que su dolor fuera menos –

 

Sonrió, soltó un suspiro intentado calmarse, observando como Gakupo le daba frases de amor, como le besaba e intentaba que olvidará el dolor, como desde dentro le quemaba las entrañas, entonces se sintió feliz, feliz porque le amaba y extendió sus brazos hacia él quien en poco tiempo lo capto y le envolvió entre sus brazos besando sus labios.

 

-Me moveré lento –Murmuro, Kaito solo asintió mientras dejaba un nuevo beso en sus labios –

 

Kaito sin pensarlo se dejó llevar entregándole todo de si al hombre que amaba y se sentía feliz de no haberlo hecho con nadie más, pues en ese momento de pasión se sintió tan completo, sin saber dónde terminaba él o donde comenzaba su pareja.

Cuando ambos cayeron rendidos ante el cansancio Kaito sonrió feliz – ¿qué pasa? –pregunto Gakupo ante la mirada de su pareja quien le regalo una radiante sonrisa –

 

-Estoy muy feliz, solo eso –se acomodó en el pecho de Gakupo –Estoy muy feliz.

El mayor miedo de Kaito no era a mantener relaciones sexuales, era que al hombre que se lo entregara fuera el incorrecto y se encontraba feliz sabiendo que Gakupo era su perfecto ideal, su pareja sonrió mientras le acariciaba el cabello –Yo también soy feliz –le beso la frente sonriendo –Te amo Kaito.

-Yo también te amo Gakupo –murmuro adormilado el sueño le ganaba, Gakupo le vio cerrar los ojos no pensaba que ese momento llegara o que llegarían tan lejos, estaba dispuesto a detenerse cuando Kaito le pidiera pero en ningún momento paso estaba feliz, pues aquella experiencia había sido de todas la mejor –

 

-Te amo tanto –Susurro para luego acompañarle en sueños –


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