El tema de los moretones no fue tocado nuevamente en todo el día, el azabache se encontraba totalmente avergonzado después de haber pensado que Akashi quería abusar de Kuroko cuando en realidad era una “pelea“ de hermanos aunque la verdad ese enano sí que estaba loco para pelearse de esa forma tan ¿lasciva? además de proclamar a su hermano como su propiedad como si de un objeto se tratara, intentando alejar esa extraña e incómoda escena de su cabeza Himuro apresuro el paso para dirigirse al centro comercial no quería hacer esperar a Taiga, no estaba retrasado pero él conocía muy bien al pelirrojo y sabía que a pesar de que lo había citado a las 4:00 lo más probable es que lo estuviera esperando ya desde hace un buen rato y efectivamente como lo presentía el mayor ya se encontraba sentado al lado de la fuente que se encontraba en la entrada a pesar de que faltaban 15 minutos para la hora acordada, inmediatamente cuando el pelirrojo noto la presencia del azabache le saludo mostrándole esa enorme y hermosa sonrisa que lo volvía completamente loco asiendo que sus mejillas se ruborizaran un poco-
-Tatsuya!!!... -Grito mientras se acercaba- que bien te ves hoy –Dijo animadamente, la verdad que a pesar de no poseer ropa de marca el azabache cuando se arreglaba se veía completamente sensual, el pelirrojo sin pensarlo dos veces se aserco de manera un tanto brusca ligeramente olio su cuello-
-¿Qué haces Taiga? –Dijo un poco alterado apartándose del pelirrojo-
-Extrañaba el perfume que te pones cuando te arreglas, hueles a dulce-Dijo esto mientas le sonreía gentilmente y le tomaba de la mano para llevarlo a la primera tienda- vamos hay que apresurarnos si queremos encontrar algo bueno que comprar.-Las palabras del mayor habían alterado el ritmo de su corazón, era completamente vergonzoso y frustrante ser tratado tan gentilmente, puesto que eso solo alentaba sus ilusiones y amor hacia el mayor, sin embargo el azabache sabía de sobra que el pelirrojo solo lo veía como un amigo y que entre más amable fuera con el mas lo lastimaba porque jamás podría corresponder a sus sentimientos, después de todo ¿quién se podría fijar en un plebeyo como él?... en ese momento el recuerdo del peli morado surco su mente lo que lo hizo estremecerse un poco intentando borrar por completo esa idea, primero fueron a una tienda de zapatos deportivos los estrictos entrenamientos que Akashi le había impuesto al pelirrojo como castigo por desobedecerlo habían dejado a sus tenis completamente destrozados por lo cual no perdió la oportunidad de comprarse unos cuantos pares nuevos, todos escogidos claramente por Tatsuya aunque como este sabía exactamente los gustos del pelirrojo todos eran de color rojo con negro aunque en diferentes estilos, en seguida de comprar los zapatos visitaron varios locales de libros puesto que el pelirrojo sabía que a Tatsuya le encantaba leer, también visitaron algunos lugares de ropa donde el pelirrojo se compró algunas playeras y por ultimo fueron al cine, durante todo el transcurso de la “cita” el pelirrojo no había soltado de la mano al azabache tanto que en más de alguna ocasión la gente comenzaba a murmurar que eran novios sin embargo esto no afectaba para nada al mayor incluso dentro de sí, se sentía un poco feliz de que a pesar de estar en un lugar público Tatsuya aceptara ser tomado de la mano por él, después de un largo día de compras (más que nada para el pelirrojo) se sentaron en una banca mientras comían un helado, el pelirrojo sabia por experiencia que el azabache jamás aceptaba ningún tipo de regalo además de ese helado ya habitual en sus idas al centro comercial pero no perdía nada con intentarlo una vez más.
-¿No quieres que te compre algo?
-Ya sabes la respuesta a esa pregunta –Dijo calmadamente mientras seguía disfrutando de su helado-
-Aunque sea algo pequeño
-Dije que no… -Le mostro una cara seria pero sin enfado él sabía que el pelirrojo siempre intentaba convencerlo cada que iban de compras-
-Está bien, está bien ya no insisto…-Con sus grandes manos despeino el suave cabello del azabache mientras notaba como este se sonrojaba levemente, dentro de su estómago sintió esas condenadas cosquillas que lo atacaban cada vez que estaba al lado de su amigo pero esta vez por alguna razón se habían esparcido a otro lugar… se habían esparcido a sus labios-
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Desde aquella platica con Akashi no había dejado de pensar en esa pregunta ¿Acaso te gusta ese chico?, en cada momento del día hacía eco dentro de mi cabeza y cada vez respondía un “creo que si me gusta”, me llamaba la atención su aroma, sus ojos, su cabello y sobre todo esa cálida sonrisa que solo me dedicaba a mí, me gustaba saber que era el único capaz de ver más allá de esa cara de póker que solía utilizar para defenderse de los demás, tome sus mejillas entre mis manos haciendo que se ruborizaran, me parecía tan lindo cuando se ponía de esta manera, junte nuestra frentes para poder disminuir la distancia entre nosotros, si tan solo pudiera estar más cerca de el para poder cuidarlo mejor, en ese momento me dieron unas inmensas ganas de besar sus labios, quería probarlo, quería salir con él… no estaba seguro si Tatsuya me gustaba como pareja o si solo quería protegerlo como si se tratase de mi hermano menor, de verdad que no lo sabía pero quería intentarlo.
-Taiga… detente la gente se nos queda viendo raro…-Y entonces esas palabras me trajeron a la realidad, recordé que ambos éramos chicos y que en más de una ocasión Tatsuya me recalcaba lo avergonzado que se sentía cuando realizaba este tipo de acercamientos… eso quería decir que Tatsuya jamás saldría con otro chico… y eso significaba que obviamente jamás tendría la oportunidad de descubrir si en verdad me gustaba.
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-Sentí como Taiga se acercaba más a mi rostro, era realmente doloroso sentir sus caricias… sus abrazos… y todos sus mimos, era realmente doloroso sentir como era tan lindo y cercano conmigo pero que a fin de cuentas el solo hacia esto por amabilidad, solo porque me veía como su mejor amigo… era doloroso que jamás podría ser su novio.
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-Lo lamento… -El pelirrojo se apartó del azabache lo más pronto posible mientras con una gran sonrisa ocultaba el terrible mar de confusión que se albergaba en esos momentos dentro de su interior-
-Taiga te de dicho muchas veces que no hagas ese tipo de cosas en público… -El azabache se levantó y se dirigió a un balcón que se encontraba al lado de la banca para poder controlar su respiración, le era tan difícil controlarse cuando estaba al lado del pelirrojo, por otro poco casi besaba al mayor, tomaba grandes bocanadas de aire mientras le daba la espalda al pelirrojo el cual aún seguía sentado en la banca-
-No veo por qué te molesta tanto que los demás nos vean…-Dijo el pelirrojo algo herido pero de manera disimulada-
-Porque no es normal que actúes así con otro hombre -Seguía dándole la espalda al mayor mientras ocultaba su cara de tristeza-
-Pero tú no eres cualquier otro hombre… tu… -“Creo que eres el hombre que me gusta” pensó mientras se levantaba un poco desesperado de la banca e intentaba acercarse al azabache, pero se detuvo al ver como este se giraba para darle una gran sonrisa que le dejo completamente desarmado-
-Sí, lo sé, soy como tu hermano menor…
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-Se encontraba tranquilamente leyendo en su habitación cuando su celular comenzó a sonar-
-Bueno, habla Midorima Shintarou ¿Quién?...
-Shintarou
-¿Akashi? ¿Qué sucede?
-Debemos hablar sobre el plebeyo
-¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿En dónde estás?
-En el centro comercial…
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-En el transcurso al apartamento del azabache el ambiente estuvo lleno de sonrisas enérgicas, chistes y alguna que otra travesura pero todo este ambiente de alegría solo era una farsa o mejor dicho una doble farsa dentro del interior de ambos amigos se libraba una gran batalla entre decirle al contrario sus sentimientos o callárselos el resto de sus vidas, ambos tenían miedo de perder la amistad del otro si se confesaban aunque claro está que uno de ellos se encontraba completamente enamorado y el otro solo algo confundido pero de acuerdo a las palabras de ambos sencillamente esta situación era una mierda.
-Me encanto salir contigo Tatsuya –Dijo sonriente el pelirrojo-
-A mí también, me recordó a los viejos tiempos –Le mostro una cálida sonrisa-
-Lamento siempre estar ocupado con los entrenamientos y ya no poder salir como antes-
-Niega con la cabeza- No te preocupes yo lo entiendo
-Pero claro que me preocupo… desde que entre al equipo no he podido cuidarte como es debido
-Ya te he dicho que puedo cuidarme solo, ya no soy un niño-El azabache frunce ligeramente el entrecejo-
-Bueno pero ya sabes que si alguien intenta hacerte algo no dudes en decírmelo para eso están los amigos…-Al decir esto último su rostro se tensó ligeramente pero lo disimulo realmente bien, era un poco extraño pero era la primera vez que la palabra “amigo” le hacía sentir un vacío-
-Claro, sé que siempre puedo contar contigo- le sonrió gentilmente mientras ocultaba toda la tristeza que le había ocasionado escuchar por milésima vez esa palabra que le desgarraba cada fibra de su ser-
-Oye… Tatsuya…-Su cabeza estaba hecha un caos no sabía que sentir con respecto al azabache una parte de él le incitaba a besarlo, a probarlo… pero otra parte (la mayor parte de él) solo lo miraba como su más grande amigo, como su hermano pequeño, a la persona que siempre debía proteger incluso si era necesario de el mismo, no podía darse el lujo de perder a su mejor amigo solo para descubrir si en verdad le “gustaba” como novio- Promete que siempre vamos a ser amigos, que pase lo que pase siempre serás como mi hermano menor y que desde el día de hoy, formaras parte de mi familia –Dijo sonriéndole ampliamente-
-Si… te lo prometo.
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-El pelirrojo lo dejo en la puerta de su apartamento, entro se quitó sus zapatos y comenzó a cambiarse para dormir, de mas esta decir que encontraba herido, ¿pero que más daba?... desde un principio sabía que jamás seria correspondido esto ya no debería afectarle pero aun así de sus ojos brotaban pequeñas lágrimas, tal vez era tonto de su parte esperar un romance con alguien que de sobra sabía que nunca se fijaría en un hombre y que aun peor lo mira y lo trata como si se tratase de su hermano menor, tal vez de una vez por todas debía olvidarse de él y comenzar a buscar el amor por otro lado…
-Promete que siempre vamos a ser amigos, que pase lo que pase siempre serás como mi hermano menor y que desde el día de hoy, formaras parte de mi familia.
-Si… te lo prometo.
Esas palabras habían cerrado cualquier posibilidad con el pelirrojo, habían acabado con la más pequeña esperanza del azabache de alguna vez estar al lado del pelirrojo como algo más que su mejor amigo, cualquier chance… cualquier oportunidad después de esa promesa ya no existía. Escucho como tocaban su puerta le pareció un poco extraño pero pensó que Taiga había regresado, se limpió rápidamente sus ojos y se dirigió a la puerta para abrirla rápidamente-
-¿Qué sucede Taiga?... –Su rostro palideció por completo al encontrarse con la mayor pesadilla de su vida parada en la puerta de su apartamento-
-¿Muro-chin se divirtió?... –Dijo arrastrando la voz mientras ingresaba al apartamento del azabache y cerraba la puerta
-Murasakibara-san… ¿Qué hace usted aquí?
-Extrañe mucho a Muro-chin y no podía esperar a mañana para verlo en la escuela, así que vine a buscarlo… -El azabache sintió como su cuerpo era azotado contra el suelo, se llenó de pánico casi al instante pero sin pensarlo dos veces se levantó rápidamente e intento huir pero fue tomado del brazo con fuerza y aventado nuevamente al suelo-
-Todos los días le mande a Muro-chin dulces para que no se sintiera solo… para que no se olvidara de mí y lo único que recibo a cambio es que me engañe con Kaga-chin-Decía esto con su habitual voz perezosa pero con un deje de oscuridad y enojo en ella mientras miraba como el azabache tomaba un poco de apoyo en sus manos y se sentaba en el suelo para recuperarse del fuerte impacto- ¿Cuánto te está pagando?...-Soltó sin ningún reparo ni titubeo-
-¿Pagando?...-Dijo confundido mientras intentaba recuperar el aliento-
-Yo te pagare el doble así que deja a Kaga-chin… -Sintió como contra su cara impactaba un libro el cual azabache había arrojado-
-¡¡Callate!!...-Grito completamente molesto el menor- yo no me le estoy vendiendo a Taiga… -De sus ojos brotaron lágrimas de ira mientras aún se encontraba en el suelo- estoy harto que todos piensen que soy tan fácil… que todos me señalen y digan ese tipo de cosas… yo no soy como todos piensan… yo no…
-No te creo…-Dicho esto el mayor se colocó encima del azabache y comenzó a intentar quitarle la playera al menor- Déjame ver las marcas que Kaga-chin te ha dejado en este mes.
-¡SUELTEME!... Murasakibara-san… deténgase -Decía esto mientras intentaba con todas sus fuerzas que su playera no le fuera prácticamente arracada mientras su voz se quebraba levemente, a su agresor no le afectaban en absoluto sus suplicas mientras se disponía revisar cada rincón de su pálido torso encontrado absolutamente nada además de las apenas visibles marcas lilas que le había dejado el mes pasado, al darse cuenta que el azabache no le mentía le dejo en paz y se alejó un poco de el- ¿lo ve?... nadie me ha tocado además de usted…-Dijo con su voz quebrada mientras de sus hermosos orbes grises brotaban ligeras lagrimas entremezcladas con ira, tristeza, miedo y vergüenza sobre todo vergüenza puesto que se encontraba ahí tirado en el suelo acorralado por una maldita uva azucarada mientras su playera estaba prácticamente en su cuello mostrando todo su desnudo torso suplicando que nada peor le fuera a pasar, se sentía tan débil y vulnerable odiaba el día que decidió ingresar a esa estúpida página web, sintió como sus lágrimas eran secadas por las gigantescas manos del mayor mientras ligeramente se acercaba para besarlo en los labios, sin tener ningún reparo su mano se volvió un puño y lo encajo con gran fuerza en la mejilla del peli morado ocasionándole un moretón y que de su boca escurriera un poco de sangre, sin tiempo para volver a reaccionar sintió como su cuerpo era aprisionado nuevamente en el piso sin ninguna alternativa de escapar, el gigante le miro de arriba abajo su rostro además de mostrar su característico estado flojo también denotaba un poco de molestia era evidente que de este “chistecito” el pelinegro no saldría bien librado, los ojos lilas se perdieron en la deleitable figura de esos pequeños botoncitos rosas que adornaban la piel pálida del menor-
-Parecen fresas…-Dijo relamiéndose los labios- quiero probarlas… -Tomo ambas manos del azabache y con fuerza las coloco encima de su cabeza para que este no se pudiera defender, mientras que con su mano libre comenzó a acariciar la cintura del menor, se encontraba completamente extasiado era la primera vez veía el torso desnudo del azabache y eso le provocaba bastante, se relamió nuevamente al contemplar esa hermosa vista y esa pequeñas fresitas que lo invitaban a devorarlas, sin pensarlo más bajo su rostro y dio una primera lamida sobre el abdomen del menor sintiendo al instante el escalofrío provocado en el cuerpo contrario y escuchando el pequeño gemido emitido a la par que sus mejillas se coloreaban hasta no poder más, le parecía completamente interesante los gestos que el menor podía hacer, no era la primera vez que el peli morado hacia este tipo de cosas, es decir al ser amigo de Aomine obviamente que ya no eras virgen, no sabía con cuantas chicas se había acostado solo para callar a eso moreno escandaloso sin embargo ninguna de esas chicas lo habían hecho perder la cabeza como lo hacía el azabache, dio unas cuantas laminas más a su abdomen ignorando por completo las suplicas del pelinegro para detenerse, enfocándose solamente en los pequeños gemidos que dejaba escapar, posteriormente comenzó ascender desde su ombligo hasta la mitad de su pecho dejando un camino de saliva a su paso sintiendo como la espalda del azabache ser arqueaba por las sensaciones que estaba experimentando su cuerpo.
-Murasakibara-San… se lo suplico suélteme…-Dijo el menor con voz cristalina mientras el mayor le silenciaba con un beso forzado, después de unos momentos de mantener a la fuerza ese húmedo beso el peli morado libero los prisioneros labios del azabache los cuales estaban ligeramente hinchados y de entre sus bocas se formaban pequeños hilos de saliva que solamente lo incitaban más a comerlo, posteriormente se acercó a su pecho y dio un suave beso en este, justo al lado de esa suculenta fresita que quería probar, las mejillas del azabache se ruborizaron y apretó los ojos esperando que el mayor terminara de una vez con esta maldita pesadilla, los labios del peli morado comenzaron a abrirse mientras su lengua se asomaba y cada vez más acercaba su rostro al manjar que estaba a punto de probar, estaba unos cuantos centímetros de probarla…
-Pequeños golpes en la puerta interrumpieron las acciones del peli morado- Señorito Atsushi
-Dije que no me molestaran…-Dijo con su tono flojo de voz-
-Lo lamento mucho… pero se le solicita urgentemente en la mansión
-No quiero ir… estoy ocupado…-Dijo esto mientras hacía puchero cual niño regañado en medio de un juego posteriormente miro al azabache y se inclinó para besarlo en la frente, lo cual desconcertó por completo al menor, como era posible que el gigante tuviera esos repentinos cambios de actitud hace unos segundos prácticamente lo estaba violando y ahora solo parecía un niño regañado-
-Pero señorito es muy importante…
-Ya dije que no quiero…-Dijo esto último con determinación imponiendo su autoridad-
-Se trata de la señorita Shisuat… está en la mansión…-los ojos del peli morado se abrieron como platos y sin pensarlo dos veces se levantó y se dirigió a la puerta-
-Ya voy… enciende el auto…-Dijo esto abriendo la puerta para retirarse del lugar pero antes de salir le dirige una mirada un tanto floja al azabache mientras este se reincorporaba del suelo- Espero que podamos jugar pronto Muro-chin…
Continuara…