Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi niño pequeño, inocente hombre-lobo por Shinjimasu

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

-Estoy en casa- dije al abrir la puerta. Apenas pude dar un paso cuando me topé con Shin justo frente a mí, cruzado de brazos. Tenía una expresión que nunca antes había visto. Parecía incómodo.

Caminó hacia mí, mirándome con firmeza. Se detuvo justo en frente y me dio un beso en los labios –Bienvenido a casa- dijo sonrojado.

Inconscientemente imité su reacción. No me esperaba eso.

-No me mires así…no sé cómo debo darte la bienvenida ahora- se quejó.

¿Ahora?

Bueno, después de haber tenido relaciones con él no podía decir que estábamos como antes. Pero realmente ¿Qué había sido eso? ¿Un escape? ¿Algo que había hecho porque lo deseaba en verdad o porque las circunstancias así lo había puesto? ¿Se trataba de lujuria? O en verdad era…

-¿Sucede algo?- preguntó al no obtener respuesta de mi parte.

-No, nada, solo me distraje un poco-

-¿Quieres que te prepare algo de comer?-

-Sí… lo que sea está bien- respondí quitándome el saco y dejando el portafolio junto al sillón. Shin se dio la vuelta y caminó hacia la cocina mientras yo subía a mi habitación para cambiarme de ropa.

Había tenido trabajo suficiente como para no permitir distraerme, pero de vuelta a casa no tenía excusa alguna. No podía dejar de pensar en lo que ahora tenía con Shin, algo que yo había iniciado en primera instancia porque en verdad lo había deseado. Estaba emocionado, sentía un calor tan reconfortante, uno que había creído desaparecido desde hacía mucho tiempo. Me sentía como una chiquilla cualquiera con su primera amor.

Me vestí con algo más cómodo y bajé hasta la cocina donde Shin estaba, de espaldas a mí. Me acerqué y lo abracé, dejando reposar mi barbilla sobre su hombro. Quería tocarlo.

-¿Qué preparas?-

-No lo sé aún, improvisaré algo- dijo frotando su mejilla con la mía.

-Yo tengo algo en mente-

-Creí que estarías cansado, Hideki-san-

-No lo suficiente- le dije dándome la vuelta para tenerlo de frente. Sus ojos reflejaban la misma alegría de sus mejores días y me provocó corresponderlo con un cariño a sus orejas. Le besé el rostro y sentí sus manos trabajando debajo de mi playera con cuidado y dulzura, recorriendo con sus dedos desde mi espalda hasta mi pecho. Cuando intentó retirarla lo detuve –No podemos hacerlo en la cocina-

-Prometo no ensuciar nada-

Sentí ternura por su insistencia –Creo que tu cama es más suave-

-No, ahí no- dijo ocultando su rostro en mi pecho, sujetándome alrededor de mi cintura –El aroma de Hideki-san no me dejó dormir toda la noche. No podía olvidar la expresión del rostro de Hideki-san-

-Shin, por favor no digas esas cosas- pedí sumamente avergonzado –A-Además yo metí en la lavadora las sábanas-

-Pero el aroma de Hideki-san permanece en mi nariz- dijo lamiéndome bajo el mentón –Hueles muy bien-

-Sh-Shin, espera, ya te dije que aquí no- repetí, sintiendo a Shin derribarme con cuidado para recostarme de espaldas sobre el suelo, subiéndoseme encima.

-Pero aquí está bien ¿No?- dijo desabrochándome el pantalón, tomando mi miembro entre sus manos –Quiero intentar lo que Hideki-san hizo conmigo ayer-

-No, Shin…- quise detenerlo, pero antes de llamar su atención, comenzó a lamerme. Su lengua rasposa me provocó un placer tal, que comencé a ponerme duro. El calor en mi cuerpo se hizo evidente y poco a poco comencé a tener pensamientos lujuriosos.

Las escenas del día anterior invadieron mi mente y el deseo de tener a Shin unido a mí comenzó a desesperarme, pero la forma en que movía su lengua pudo más y me obligó a ceder. El roce de sus colmillos era excitante, tan erótico que me hizo correr al poco tiempo. Jadeé e intenté alzar su rostro, haciéndolo mirarme.

-Hideki-san, te corriste mucho- me sonrió, limpiándose la comisura de sus labios.

-No debes tragarlo- dije mirando su cola moverse desde lo lejos, pero parecía tan entusiasmado que me limité a no mostrarle mi vergüenza si lo volvía a hacer. Suspiré y me incliné hacia adelante para abrazarlo, permitiéndole recargarse sobre mi pecho. Shin correspondió y permanecimos así por un par de minutos más hasta que pude levantarme.

-Hideki-san- me llamó -¿Podemos hacerlo un poco más?-

No hubiera querido negarme, pero la hora de llegada de Heroine estaba más cerca –Quizá más tarde- le sonreí –Ahora ve a lavarte-

Shin asintió y escapó hasta el baño para asearse, dándome tiempo para descansar un poco y arreglarme antes de recibir a Heroine.

Regresé a la sala y me tiré en el sillón. Me sentía mejor, pero no menos exhausto. Si fuera por mí, me habría ido a dormir, pero ni con Heroine en casa, ni con los ánimos de Shin, hubiera podido descansar lo suficiente. Recordé entonces que no había nada para cenar y recurrí a la vieja confiable: pedí algo a domicilio. Apenas recibí la comida me senté de nuevo en el sillón y caí dormido, despertando cuando Heroine ya estaba frente a mí.

-Te resfriarás si te quedas aquí- me sonrió dándome un beso en la mejilla.

-¿Cuánto tiempo dormí?- pregunté enderezándome, frotándome los ojos.

-No lo sé, acabo de llegar- respondió quitándose su abrigo –Hace frío afuera-

-¿Shin bajó ya?-

-No, no fue un buen día, tuve una junta que se aplazó más de la cuenta y la cafetera se quedó vacía todo el día porque nadie se dignó a llenarla de nuevo, pero creo que lo más molesto fue cuando llegué a mi casa y en lugar de que mi novio me preguntara por mi día, le fue más importante el lobo que, se supone, ve antes de mi llegada- me dijo con sarcasmo.

-Lo lamento Heroine, fui desatento-

-No te preocupes, después de todo sabía que el día sería malo- respondió caminando hacia la cocina.

Me puse de pie, bostecé y la seguí -Perdona, es solo que... Shin subió desde hace rato y creo que no ha bajado desde entonces…-

-Hideki, no me importa si está enfermo o te odia o tiene pulgas…solo deja de hablar de ese lobo ¿Sí? Acabo de llegar, dame un respiro- se quejó –Ya no me das tiempo para mí… ¿Recuerdas cuándo fue la última vez que salimos? ¿Cuándo fuimos al cine? ¿Cuándo fuimos a cenar? Ya no me pones atención a mí, todo en tu vida gira alrededor del trabajo y ese animal. Lo que yo quiero te ha dejado de importar-

-Sabes que el trabajo me ha consumido- contesté –Por eso no salimos tan seguido como antes-

-No te pido que salgamos, solo que me prestes atención- respondió –No me importaría que me preguntaras cómo me fue en el día…-

-¡Pero siempre lo hago!-

-¡Sí, pero lo haces porque debes hacerlo, no porque te interese en verdad! Ya no puedo estar contigo a solas en ningún momento, si no es porque vivimos juntos ya ni siquiera podría verte… y aun así, tiene semanas que no hacemos el amor-

-Heroine, no es que no quiera…-

-Sí, sí, es el trabajo, ya lo sé- contestó molesta -¡Siempre es el trabajo! Antes preferías estar conmigo, dejabas tus juntas y papeleo para después, pero ahora parece que ni siquiera me quieres cerca-

-Eso no es…- comencé a decir, pero el ruido de la madera de las escaleras llamó mi atención. Sin duda Shin estaba ahí.

-Shin- lo llamé -¿Estás ahí?-

Hubo un pequeño silencio y después apareció –Perdón… escuché a Heroine-san llegar y… no quería interrumpir-

-Pues lo estás haciendo- respondió ella molesta.

El ambiente comenzó a tornarse muy pesado –Oigan, por favor, no podemos estar así- dije antes de enfocarme a él –Shin ¿Puedes esperarme arriba? Sube tu cena ¿Sí?-

Me miró con sus orejas agachadas y una expresión lastimera –Está bien- respondió antes de subir.

Heroine se llevó las manos al rostro y frotó sus ojos –Hideki, escúchame, no quiero seguir discutiendo contigo sobre lo mismo, pero mientras no quieras darte cuenta de tus malas decisiones, yo no puedo hacer nada más-

-Tampoco quiero seguir discutiendo contigo, pero, Heroine, tienes que entender que desde hace mucho tiempo ya no somos los mismo de antes- respondí acercándomele para tomar sus manos –Quizá, si intentaras llevarte bien con Shin…-

-No Hideki, ya no lo metas a él en esto, él no tiene nada que ver con nuestra relación- dijo soltándose –Mis problemas no giran en torno a tu adorable perrito, mis problemas giran en torno a ti y tu falta de interés hacia mí y lo que hago, tal parece que no somos más que un par de extraños viviendo en la misma casa-

-Pero yo siempre he prestado atención a lo que quieres-

–Eso no es verdad Hideki- dijo -Desde un principio yo te dije que no quería a ese lobo en la casa ¿Y acaso me hiciste caso? Yo te hubiera ayudado a acomodarlo en una casa hogar o algo así, no lo habríamos dejado en la calle… pero tú decidiste actuar solo por lo que querías, y mi opinión quedó en segundo plano. Así que ahora no quieras mentirte y creer lo bueno que siempre has sido- agregó queriendo sollozar, pero al final se contuvo.

No tuve más palabras para decirle, solo me mantuve callado.

-Hoy… quisiera dormir sola-

-Está bien- respondí con calma –Iré por mis cosas-

Subí seguido de ella y tomé mi ropa, mi almohada y una cobija. Le desee buenas noches y bajé de nuevo a la sala. Encendí el televisor, apagué las luces y me quedé contemplando los comerciales de la media noche. No intenté dormir porque sabía que me sería imposible siquiera intentar descansar. Me sentía muy mal por haberle fallado a Heroine, ella realmente no merecía soportar mi egoísmo, pero tampoco podía desechar a Shin solo así… debía lograr hacerlos convivir en paz, como una familia más.

Pero ese no era momento para pensar, estaba muy cansado y con poca determinación. Me rendí poco después y subí a la habitación de Shin, encontrándolo escondido en una de las esquinas como usualmente hacía cuando estaba triste.

Intenté sonreírle y me acerqué –Oye, Shin, no tienes que…-

-Hideki-san- me llamó en voz baja precipitándose hacia mí, abrazándome con fuerza –Solo quiero dormir-

Acaricié su cabeza y suspiré –Sí, está bien- respondí antes de avanzar así hasta su cama. Esa noche dormimos juntos, pero no estábamos de humor para hacer algo más, solo descansamos lo mejor posible.

Al día siguiente, seguramente las cosas irían mejor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).