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Un nerd en alerta por Luan Vega

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Notas del capitulo:

Hola, hola! Hoy tocaba actualización, un poco más temprano, pero me he quedado con el señor Netflix y bueno ya se sabe que se me paso el tiempo. Si, le hecho la culpa a Netflix u: en fin dejo mi perorata y aquí os dejo un new capitulo, espero que os guste. Un saludo a todos.

 

Travis pov
 
 
Me despedí de mis compañeros de equipo antes de dirigirme al estacionamiento de la escuela.
 
 
* Invítalo al juego. Y se lo más prudente posible, que no sospeche nada. * 
 
 
Suspiré, recordando las palabras de Sam. Se suponía que debía hablar con ese "alguien" que prácticamente me había ignorado todo el día de ayer y hoy. Me mordí el labio pensando en el plan de Sam. Ella quería que lo hiciera caer por mí, pero no puedo evitar pensar que está sucediendo al revés ...
 
 
—¡Travis! ¡Ya entra al auto! –Escuche a Sky gritar desde el otro lado del estacionamiento, volteé a verla. Estaba al lado de su mini Cooper rojo esperando por mi.
 
 
Mis amigos me habían dicho que estarían reunidos en un club bastante cercano a la casa de Sky, la cual se encontraba bastante alejada de la mía, así que decidí quedar en ir hasta su casa y de paso cortar camino.
 
 
—Hola, –dije cuando llegue hasta su auto.
 
—¿Por qué tardaste tanto? Alex y yo hemos estado esperando aquí un buen rato, –dijo, rodando sus ojos mientras abría la puerta del asiento del conductor.
 
«¿Alex?» 
 
 
Pensé levantando una ceja.
 
—¿Vas a quedarte ahí parado? –dijo una voz desde el interior del auto. Mirando más cerca, vi a Alex sentado en el asiento del copiloto con un libro en la mano. Sacudí la cabeza, abriendo la puerta de atrás antes de entrar.
 
 
***
 
El viaje fue tranquilo, hasta que Alex sintonizó la radio en una estación en la que "tu entretenimiento" de Adam Lambert estaba sonando. Negué con la cabeza sonriéndome a mí mismo.
 
 
—Hemos llegado, –dijo Sky, deteniendo el auto frente a su hogar. Era un duplex blanco normal idéntico al resto de la propiedad.
 
 
Salimos del auto y nos dirigimos a la entrada de su casa, era algo sorprendente, normal en el exterior y no tan normal en el interior. 
 
Alex caminó por la sala de estar, observando las pequeñas estatuas y los trabajos manuales que colgaban en las paredes y las mesas.
 
 
—Mi padre es un coleccionista, –dijo Sky, encogiéndose de hombros, me dirijí hasta las cortinas de su ventanal y comencé a tocarlas para sentir su textura y el material de fibra gruesa. 
 
 
—Tiene buen gusto, ¿es esta una muñeca akuaba de Ghana? –Preguntó Alex mientras se encontraba en cuclillas echando un vistazo a la estatuilla fea sin piernas en una mesa auxiliar.
 
 
—Sí, hay muchos de ellos en todas partes, se supone que traen prosperidad y fertilidad ... –Sky se acercó a Alex antes de ponerse en cuclillas junto a él.
 
 
Me aparté un poco de la ventana con notoria inquietud por su cercanía. ¿Acaso a Sky le gustaba?
De alguna manera el pensamiento solo me hizo ver en lo paranoico que me estaba volviendo.
 
 
—Travis, ¿quieres algo también? –Dijo Sky, haciéndome salir de mis pensamientos.
 
 
—Hem... ¿qué? –Pregunté, soltando la cortina que todavía estaba entre mis manos.
 
 
—¿Quieres algo de tomar? –preguntó Sky levantándose. Su cabello rojo y rizado estaba atado en una cinta esta ves de color amarillo.
 
 
—Claro, una CocaCola ... O lo que sea –camine hacia la mesilla en donde estaba la televisión antigua y a un lado había un taburete de madera adornado con diseños abstractos.
 
 
—Sabes que la cocaína afecta el sistema reproductivo masculino, –dijo Alex, levantándose de su lugar hasta donde me encontraba intentando descifrar el como se encendía la televisión.
 
 
—Es aquí, –dijo Alex, presionando el primer botón de los 10 que habían, me sentí estúpido por algo tan evidente.
 
 
—Bien, voy a buscar las bebidas, y ver si tengo algunos paquetes de patatas  fritas en mi alacena ... Mi madre estará de regreso en unas tres horas más o menos. –Sky nos informó mientras salía de la sala de estar.
 
 
Mi mirada se desvió hacia Alex, quien ahora estaba sentado en un sofá individual leyendo un libro que había tomado de la estantería de  libros.
 
 
—Entonces ... –Alex simplemente volteó otra página del libro, ignorándome.
 
 
—No puedes seguir actuando como si nada hubiera sucedido, –dije con molesta. 
 
 
—¿Qué es lo que sucedió? –Preguntó Alex, cerrando su libro. Mentalmente me abofeteé con su pretensión.
 
 
—Sabes a lo que me refiero... Lo del viernes pasado ... Me besaste, –dije, mirándolo directamente.
 
 
—Ah, eso. –dijo Alex, abriendo su libro nuevamente.
 
 
—¿Entonces lo dices así como si nada? ¿Por qué lo hiciste? –Le pregunté molesto por su tono casual y sin importancia con el que había respondido. 
 
 
—Por supuesto que sí, y estaba comprobando si estabas un poco excitado, –dijo Alex sin quitar los ojos del libro que estaba leyendo.
 
 
—¿Fue es todo? ¿No está bien besar a alguien en contra de su voluntad?
 
 
—Bueno, no parecías tan reacio, hasta tú fuiste el que profundizó el beso. Y de hecho, si recuerdo perfectamente la única razón por la que lo hice, fue porque estabas mirándome como si fuera un bocadillo o algo así, –dijo Alex, bostezando mientras miraba su reloj de pulsera.
 
 
Abrí la boca pero no salió nada. Tenía cierta razón. Me quedé tranquilo mirando a Alex y luego a la cocina, el sonido de la televisión llenaba el silencio que se había formado entre ambos. ¿Por qué Sky tardaba tanto?
 
 
—¿Qué es lo que te pone nervioso?  –Preguntó Alex, con una sonrisa rastrera en sus labios.
 
 
—Nada, –dije, apartándo mi vista de él ante la sensación de que mis mejillas comenzaban a calentarse.
 
 
—Has escuchado el dicho "pregunte y le contestaran" ¿no? –Preguntó Alex, haciéndome levantar una ceja en cuestión.
 
 
—¿sabes cual es? –Preguntó Alex, volteando a otra página del libro. Asentí, un poco enojado conmigo mismo por haber entrado en su juego.
 
 
—Entonces, ¿por qué no preguntas? –Dijo mirándome.
 
 
—¿Preguntar que? –Dije, mirando hacia abajo, encontrando de repente la pelusa de mi pantalón tan interesante. No podía mirar a Alex demasiado, su sola presencia me producía una extraña sensación.
 
 
—Ya sabes de qué estoy hablando, –suspiró Alex mientras Sky entraba con una bandeja de bebidas.
 
 
—Perdón, por haber tardado tanto, –dijo, dejando caer la pequeña bandeja con las bebidas en la mesa central antes de dirigirse hacia Alex con una Sprite. Se sentó en el reposabrazos de la silla, su cadera rozaba casualmente a Alex.
 
 
Miré hacia otro lado mientras el sentimiento familiar de los celos me invadía una vez más. Si no fuera por mí, Sky no estaría hablando con Alex. Alex debería estar más cerca de mí, no de ella.
 
 
Hicieron pequeñas charlas conmigo por un tiempo hasta que llegó la madre de Sky. Parecía la versión mayor de Sky, su pelo era más salvaje pero al menos lo mantenía detrás de un pañuelo.
 
 
—Mamá ya conoces a Travis, –dijo Sky, haciéndome saludar a su madre.
 
 
—Y él es Alex... Alex, mi madre. 
 
 
—He escuchado mucho sobre ti, –dijo la madre de Sky, alzando sus lentes de montura púrpura para inspeccionar a Alex.
 
 
—Estoy seguro de eso, su hija es muy locuaz, –dijo Alex, haciendo reír a la madre de Sky. Sky frunció el entrecejo y le dio un pequeño empujón a Alex.
 
 
—¿Y chicos, se quedan para cenar? –preguntó su madre, caminando hacia la puerta de la cocina.
 
—Alex sí, un amigo vendrá recoger a Travis en aproximadamente una hora y media, –dijo Sky. Su madre asintió saliendo de la habitación.
 
 
—Oye Travis te importa quedarte un rato solo, quiero mostrarle algo a Alex en mi habitación, –dijo Sky, jalándolo del sofá y saliendo de la habitación. Rodé los ojos, volviendo la mirada hacia el televisor.
 
 
 
***
 
 
«¿Qué os lleva tanto tiempo?» 
 
Pensé, abriendo mis ojos. He estado en el sofá durante los últimos treinta o cuarenta minutos medio dormitando.
Pude escuchar la risa de Sky desde arriba. Estaba compitiendo con el bajo volumen de la televisión.
 
 
Me levanté del sofá y decidí subir a la habitación de Sky.
Subiendo por las escaleras y por el pasillo no pude evitar notar la luz encendida en una habitación un poco antes de la de Sky
 
 
«Entonces ella está de vuelta.» 
 
Pensé al ver la puerta de la habitación de la hermana de Sky con una sonrisa. Se había inscrito en la universidad el año pasado para estudiar arte de la Nueva Era. Era básicamente todo lo contrario a Sky. 
 
 
Golpeé ligeramente en la puerta de Sky. Oí como la riza de Sky se apago y algunos movimientos de luz se podían ver por debajo de la puerta. 
 
 
—¿Que sucede? ¿Ya han venido por ti? - dijo Sky abriendo la puerta.
 
 
—No, será dentro de treinta minutos más o menos, –dije mirando mi reloj.
 
 
—Ah, está bien, quédate aquí con Alex, quiero ayudar a mamá en la cocina, –dijo Sky, pasando por mi costado. Fruncí el ceño y luego miré hacia la habitación de Sky. He estado aquí antes, pero tenía su cuarto tapizado con papel rojo y no el azul cielo de ahora. 
 
 
—¿Tiene miedo de entrar? –Preguntó Alex, haciendo que parpadee. Casi me olvido de que estaba allí.
 
 
—No, –dije con firmeza, entrando y casi tropezándome. Oí una risita ligera cuando encontré mi equilibrio y cerré la puerta. Alex estaba sentado en el suelo. No tenía sus gafas puestas y su pelo era un desastre, varias hojas de dibujo estaban esparcidas a su alrededor, mantenía apoyado un bloc de hojas en el suelo mientras trabajaba con un lápiz mecánico sobre ella.
 
 
—Bueno, ¿me harás la pregunta? –Preguntó Alex, sosteniendo el bloc de dibujo en su pecho y dándome una pequeña sonrisa. La rapidez de la sonrisa hizo que mi corazón latiera dos veces más rápido.
 
 
—No sé de qué estás hablando –dije, actuando con la mayor calma posible mientras me acercaba a él.
 
 
—Ok, –suspiró Alex mientras continuaba dibujando en el bloc de hojas. Me senté junto a él en el suelo, y pensé como su pantalón marrón contrastaba maravillosamente con la alfombra Blanca.
Sintiéndome un poco invasivo miré lo que estaba dibujando. Estaba haciendo un boceto de Sky, con los ojos cerrados, el pelo salvaje alrededor de la cara y la boca abierta en una sonrisa. Era bueno, incluso mejor que Sky.
 
 
—Sky hizo uno de mí, debe estar por el suelo con las demás hojas –dijo, sin apartar la mirada de lo que estaba haciendo.
 
 
Miré a mi alrededor y lo vi debajo de otro bloc de dibujo. Sonreí a como era él. A un lado de su boca aparecía con una sonrisa astuta, su cabello estaba desordenado, y me reí entre dientes al darme cuenta de por qué su cabello estaba un poco ondulado en primera persona.
 
 
—¿Por qué no me preguntas si puedes besarme? 
 
 
—Yo no...
 
 
—Me sigues mirando con nerviosismo, ¿tienes miedo? –Alex dijo riendo. Me levanté, sintiendo que mi sangre hervía silenciosamente de irritación y deseo.
 
 
—Si te vas, no recibirás una invitación como esta nunca más, y no voy a ser enviado por correo postal para preguntar de nuevo,  –dijo Alex mientras se levantaba del suelo llendo hacia la puerta y girando el picaporte.
Él estaba en lo correcto; Quería besar esa sonrisa de su rostro, esa mirada de irritación y su frente ...
 
 
—Decídete en... uno, dos ...
 
 
¿Qué voy a hacer? Sam dijo que debía mantenerme alejado de él, que lo está haciendo a propósito.
 
 
—Tres, cuatro...
 
 
Pero no podré hacerlo de nuevo ...
 
 
—Cinco, seis...
 
 
—Quiero, –Dije tratando de encontrar algo de tiempo para pensar, pero simplemente siguió contando.
 
 
—Nueve ...
 
 
—¿Puedo besarte?  –Pregunté bajo la presión del conteo.
 
 
—¿Por qué no? –dijo sonriendo. Vi cómo caminaba hacia mí con pasos lentos. Podría jurar que mi corazón latía en mi garganta.
 
 
—Cierra bien la puerta, yo no lo he hecho –dijo, deteniéndose unos centímetros delante de mí. Lo obedecí sin preguntas y luego volví a mirarlo.
 
 
—¿Bien?  –dijo Alex, sonriéndome. Cerré los ojos y respiré hondo. Abriendos nuevamente miré a Alex. La vista de sus labios de felpa me hizo lamer los míos con entusiasmo. Dejé mi pulgar sobre su labio inferior buscando una reacción. Él solo me miro esperando. Me incliné y él retrocedió.
 
 
—Espera antes de hacer cualquier cosa, déjame simplemente establecer las reglas, –dijo Alex. Bufé un poco irritado por su movimiento.
 
 
—De acuerdo, –dije, apretando mis manos.
 
 
Puedes hacer esto Travis. Puedes esperar.
 
 
—Primero, sin morder ... –Mordisqueó su labio inferior.
 
 
Parecía extraño, incluso nervioso. Mis labios se torcieron en una sonrisa. Entonces, él no está tan confiado después de todo.
 
 
—Sin sofocación de espacio privado, mimos conmovedores y manoseo. –terminó Alex, mirándome como si estuviera a punto de hacer la obra más agradable de la humanidad.
 
 
—Bueno. –Estuve de acuerdo poniendo mis labios sobre los suyos. Sentí esa emoción petrificante o tal vez miedo, que simplemente me ha dejado sin movilidad. Me estremecí presionando más fuerte contra sus labios. Era como si fuera una estatua, sin moverse.
 
Medio me quejé, medio bufé mentalmente.
Si él no iba a jugar limpio, yo también podría hacer trampa. Le clavé la espalda contra la pared haciéndolo jadear en estado de shock y una mezcla de dolor. Cuando entre abrió su boca, sumergí mi lengua en ella explorando su calor.
 
 
Lo besé febrilmente, ignorando el hecho de que, de hecho, estaba tratando de apartarme. 
 
 
—Deja de hacerte el duro –susurré contra sus labios irritado. Esta vez cuando lo besé, él me devolvió el beso. Lo suficientemente justo. Pasé mis manos por su cabello, sintiendo su suavidad olía a champú para bebés. Gemí rompiendo el beso para concentrarme en su cuello.
 
 
—No ... –soltó un leve gimoteo mientras mordía su piel.
 
 
—Solo un poco más... –Alex jadeó moviéndose. Dejé de morderle y empecé a chuparle el cuello ligeramente en el acto. La sensación de los dedos de Alex en mi cabello envió mariposas volando salvajemente dentro de mi estómago.
 
 
—Travis ... –gimió agarrando mi cabello entre sus manos.
 
 
—Es suficiente, –murmuró tratando de romper mi contacto con su piel. Lo ignoré dejando que mis manos se cerraran alrededor de su cintura. Sentí como Alex me daba un leve pizoton en el pie izquierdo. 
 
 
—Detente, te he dicho sin tocar –Gimió, haciéndome suspirar contra su piel en frustración. Aferrándome a su cintura, tuve el privilegio de mirarlo. Sus labios estaban hinchados y temblorosos, su rostro estaba sonrojado y sus ojos húmedos. La idea de que todo lo que hacía era ser sincero convirtiéndome en un león en celo, ¡Dios! me hace querer dominarlo como algo de la sabana africana ...
 
 
Me di la vuelta bruscamente cuando se escucho leves toques en la puerta.
 
 
—Chicos soy yo, ¡Abran la puerta! ¡Travis ya te han venido a buscar!
 
 
«¡¿Porqué ahora?!» 
 
Pensé suspirando antes de girarme para abrir la puerta.
 
 
—Hey ... ¿Sucedió algo? –Preguntó Sky asomando su cabeza dentro de la habitación. Me di la vuelta para encontrar a Alex acurrucado en la cama, visiblemente tembloroso. ¿Hice algo mal?
 
 
—No ... –le conteste, mirándola antes de salir de la habitación y bajar las escaleras.

Fuera  de la casa de Sky me encontré con Jonah el cual me esperaba dentro de  su camioneta. No pude evitar que la imagen de Alex  acurrucado en posición fetal sobre la cama retumbara fuerte en mi cabeza. ¿Acaso Hice involuntariamente lo que Sam me pidió que no hiciera? Y al fin de cuentas termine acercándome a Alex más de lo debido. 

 


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