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Un nerd en alerta por Luan Vega

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Notas del capitulo:

Nuevamente publicando el capítulo nuevo por la madrugada, y bien que por mi City esta lloviendo bastante, I like it (:

Os agradezco por leer un saludo! 

Alexander pov
 
 
 
—¿Qué te sucede? –preguntó Sky, de inmediato descansé mi cabeza sobre la mesa. Era la hora del almuerzo, y había logrado deshacerme de Travis en todo el día con éxito hasta ahora ...
 
 
—Alexander necesito hablar contigo, –escuché a Travis decir. Cerré los ojos con fuerza, suponiendo que ya había tomado asiento.
Lo había visto venir hacia mi mesa y es por eso que había descansado mi cabeza.
 
 
—¡No me ignores, Alexander! –Travis bufo con frustración dando un golpe en la mesa con su mano.
 
 
No es como si estuviera escondiendome de los problemas, pero lo sucedido el martes seguía calando fuerte en mis sentidos.
 
 
—Oye, tal vez él no quiere hablar ... - Sky comentó hasta que Travis la regañó groseramente.
 
 
—¡Cállate Sky y mantente fuera de esto! –Travis vocifero.
Me sobresalte, cuando fui tomado repentinamente por los hombros.
 
 
—Tenemos que hablar, –demandó Travis, sacudiendo mis hombros.
 
 
—¡No me toques! –Recurrí, apartando sus manos de mis hombros. Fruncí el ceño mientras acomodaba mi suéter. Me volví para mirarlo con desprecio antes de volver al libro abierto de Paul sobre la mesa.
 
 
—Ahora si no te importa, estoy ayudando a Paul con algo, –dije, dándole a Travis una mirada agria. Su boca se abrió pero no dijo nada. Le lanzó a Paul una mirada amarga antes de irse.
 
 
—¿Qué diablos pasa con él? –Sky suspiró, volteándose para mirarme. Sus rizos rojos están detrás de un pañuelo gris. Las pecas en su rostro se veían aún más como si no se hubiera aplicado ningún polvo.
 
 
—Paul, pareces que estás a punto de desmayarte. Travis no es tan aterrador como piensas, –dijo Sky, tomando su mano desde el otro lado de la mesa.
Me volteé hacia él, mirándolo con tristeza. Paul parecía muy asustado de cualquiera dentro del grupo de amigos de Travis, con excepción de Sky.
 
 
El almuerzo terminó poco después y tuve mi clase de Física avanzada. Gracias a Dios que no tuve clases con Travis.
El resto de mi día fue bien, aparte de un ligero encuentro con Sam. Pasé por su lado, pero después al ingresar a la clase de literatura encontré una nota de ella en mi banco. 
 
 
*Necesito hablar contigo. Te veré en el estacionamiento después de la escuela.
Sam*
 
 
Sé que no debería ir, pero solo necesitaba ver como comenzaba con sus típicos berrinches para sentirme mejor.
 
 
Pasé por el pasillo principal de la escuela, evitando el sector lateral en donde se encontraba el casillero de Travis.
Intencionadamente recogí todos mis libros antes de la última clase, así que no tendré que aventurarme allí al finalizar la jornada.
 
 
Entré al estacionamiento y me detuve a unos metros del coche de Sky. Este era el único lugar en donde Sam vendría a buscarme.
Los estudiantes pronto comenzaron a salir por la puerta principal. Miré mi reloj preguntándome si este era otro juego de ella, pero oí la voz de Sam resonar en el estacionamiento.
 
 
—Estás aquí, –dijo con sorpresa, mientras caminaba hacia el auto de Sky. Asentí levemente, en verdad no tenía ganas de cruzar palabras con ella. 
 
 
—No podemos quedarnos aquí, –dijo, mirando de izquierda a derecha. —sígueme 
 
 
Pasó por mí lado dirigiéndose hacia la cancha de tenis de la escuela. Seguí su pequeña figura hasta que se detuvo en el cuarto de suministros.
 
 
—No iré contigo, –dije llanamente, mirándola abrir la puerta. Más vale prevenir que curar. Ella se giró hacia mí dando un suspiro. Su cabello negro azabache estaba en su usual cola de caballo, pero algunos mechones atrevidos sobresalían de su frente.
 
 
—¿Qué sucede? ¿Ahora te asusta estar a solas con una chica? –preguntó Sam, temblando ligeramente.
 
 
—No, la última vez que recuerdo haberme quedado a solas contigo ya denotabas signos de locura, y no me quedaré en una habitación a oscuras con tu persona, –dije apartando la mirada de ella.
Sam no dijo nada y su mirada azulada comenzaba a incomodarme. Miré hacia adelante para reducir la intensidad con la que me estaba mirando.
 
 
—¿De verdad crees que soy una loca? –preguntó, estudiando mi cara.
 
 
—Si, lo creo. No estamos en una especie de telenovela cliché, ¿puedes decirme para qué me arrastraste aquí? –Pregunté, ajustando la correa de mi mochila. Tenía un trabajo de filosofía que debía completar.
 
 
—Te odio.
 
 
—Ya lo sabía, –dije claramente antes de darme la vuelta
 
 
—¿Qué sucede contigo? ¡¿Cómo puedes fastidiarme y dejarme colgada?! ¡Me odio por seguir queriéndote! –Sam gritó tirándome bruscamente por el hombro
 
 
—No sé lo que piensas hacer, pero solo tienes que arreglar esto, ¡no puedo seguir sintiéndome así! ¡Me odio a mí misma por sentirme así! –Sam gritó sacudiendo mis hombros. 
 
 
Tome sus manos quitandolas de mis hombros. 
 
 
—Ya olvídalo, deja de molestarme y también Chris, –dije, con clara irritación en mi voz.
 
 
—¿Chris? ¡Yo te conocí antes que Chris! ¿Acaso... ? ¡¿No soy lo suficientemente buena para ti?! ¡Maldito marica, te odio! –continuó gritando, pateando violentamente sus pies calzados con zapatos de plataforma medianamente alta sobre el piso. Ahora sabía por qué ella dijo que deberíamos llevar esta discusión a otra parte.
 
 
—Cálmate y deja de gritar, ¡no es el fin del mundo! –la regañé, tomando sus hombros mientras la sacudia levemente en el proceso. Ella cayó de rodillas, y yo hice lo mismo.
 
 
—¡Te odio! ¡Maldición! –gritó abrazándose a sí misma, y entonces sus hombros comenzaron a temblar. Nunca pensé que mi juego terminaría así, han pasado dos años y todavía está indefensamente rota.
 
 
—¿Por qué me persuadiste si no me querías? Y ahora también lo estás haciendo con Travis, ¿verdad? –dijo Sam alejándose de mí, dándome una mirada desagradable. Negué con la cabeza.
 
 
—No, lo estaba pero me detuve, –dije, sentándome en la hierba y abrazándome las rodillas. Sam nunca se ha roto así delante de mí. Me hizo sentir extraño ...
 
 
—Qué porquería, –dijo moviendo una mano sobre su cabeza de una manera desdeñosa. Nos sentamos así por un rato mientras el estacionamiento se vaciaba lentamente.
 
 
—Crees que eres tan inteligente, ¿verdad? Estar jugando con los sentimientos de la gente y luego lanzarlos a la mierda, –dijo Sam limpiándose la nariz con el dorso de su mano. Sus ojos azules estaban rojos en las esquinas, y su rímel se había corrido ligeramente, manchándose alrededor de sus ojos.
 
 
—Solo hago eso para sacar sus cabezas de las nubes, –dije, irritándome con ella.
 
 
—¿En las nubes? Claro que no era la persona más agradable del mundo ... Pero ... ¡Pero ... podrías haberlo hecho sin volverme loca! –Gritó Sam, apoyando su cabeza sobre sus rodillas mientras continuaba llorando.
 
 
—No entiendo, solo fueron besos, el rechazo fue solo para que no te volvieras loca, –dije, sintiéndome un poco culpable. Nunca pensé que mis juegos hicieran tanto daño.
 
 
—¿Solo besos? Esos besos significaron mucho para mí ... Entonces simplemente te detuviste, dejaste de hablarme. Intenté preguntarte qué pasó y tú simplemente me ignoraste. ¿Cómo suponías que debí sentirme al verte besando a otro chico, eh, Alex? Me sentí rota, totalmente destruida ¡eso es qué sentí! –dijo Sam, casi ahogándose en sus lágrimas.
 
 
—Todavía no encuentro el gran problema ... –Seguí mirando hacia otro lado, lejos del rostro lloroso de Sam. Tan solo se estaba comportando como una bebé. 
 
 
Su llanto se detuvo de repente, antes de ver como Sam se levantaba del suelo y se colgaba su bolso de diseñador sobre el hombro. Me miró, su mirada era severa y estaba llena de odio tácito.
 
 
—Está bien, ¡vete a la mierda, Alexander Smith! ¡Eres de lo peor! Solo por ser tan inteligente. ¡Es por eso que crees estar por encima de todos y destruyes los sentimientos de las personas! –gritó Sam, su cara se volvió totalmente roja antes de darse la vuelta y marcharse.
 
 
Suspiré, mirando hacia mi mochila que estaba a mi lado.
Todavía no entiendo ... Me froté la cabeza suspirando de nuevo. ¿En qué maldito embrollo me he metido?
 
 
Parpadeé ante el sonido de mi celular. Busqué en los bolsillos de mi mochila revisando en cada rincón de esta, hasta que finalmente lo encontré y revisé los mensajes en Line. 
 
 
° Sky:
 
Alex?
3:45
 
Alex, ¿dónde diablos estás?
3:46
 
Alex, ¡maldición, respóndeme!
3:48
 
Lo siento, no quise maldecir, pero ¿dónde diablos estás?
3:49
 
Entonces, ¿me estás ignorando?
No te preocupes, solo encontraré otros amigos sniff sniff TTOTT 
4:01
 
¡Te estoy dando drama de calidad y todavía no me respondes!
4:05
 
Puse los ojos en blanco cuando termine de leer los mensajes y miré hacia el estacionamiento. Su auto todavía estaba allí.
 
 
° Alex:
Eres una idiota, ya voy para allá. 
4:10
 
 
° Sky:
¿Dónde estás?
4:11
 
 
° Alex:
Mira hacia la cancha de tenis.
4:13
 
 
° Sky:
Oh... Entiendo. 
4:14
 
 
***
 
 
Estaba en dentro del coche de Sky hace aproximadamente unos cinco minutos. Paul estaba en el asiento trasero mirándonos con extrañes a Sky y a mi. 
 
 
—Oh, también daremos un paseo junto con Paul, –dijo Sky, encendiendo el motor. Observe al niño a través del espejo del conductor.
Tenía un gran moretón morado formándose a un lado de su boca.
 
 
—¿Qué te ha pasado? –pregunté, girándome para mirarlo. Él conscientemente lo cubrió con su mano susurrando un casi inaudible 'nada'.
 
 
—Bravucónes, eso es lo que pasó. No dejan en paz al pobre niño. Lo encontré colgando de la puerta del gimnasio, –dijo Sky, girando el volante al doblar en una esquina. Su revelación hizo que Paul se sonrojara ligeramente antes de agachar su cabeza y apartarse de mi mirada.
 
 
—Pero en serio Paul, si no puedes contarles a tus profesores, puedes decirnos a nosotros que básicamente somos tus mayores, –dijo Sky, dándole un vistazo atraves del espejo del conductor. Paul asintió mirándonos con timidez para luego mirar hacia la ventana.
 
 
Hace no menos de cinco años atrás era como Paul; indefenso y a merced de los bravucónes en la escuela secundaria.
Apreté mi mano en un puño sintiendo una vibracion de emoción que me evadió. Es por eso que comencé a jugar mis juegos.
 


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