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Un nerd en alerta por Luan Vega

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Notas del capitulo:

Hola a tod@s!

Otro capítulo más y seguido. Estoy de vacaciones por el momento. - lo aprovecha y no duerme bien :D! :D! -

Gracias por leer. Un saludo a todos! 

Travis pov
 
 
—¡¿Tu que?! –Sam levanto la voz denotando enfadó, enviando a volar su plato de papas fritas por todo el lugar.
 
 
—¡Cálmate! –dijo Jonah, cepillando el lado derecho de su cabello... Bueno el poco cabello que sobresalía. 
 
 
—¿Pero la has oído? –dijo Sam, bajando su tono de voz considerablemente mientras señalaba a Sky con aparente rabia en sus ojos.
 
 
—Vamos, ¿por qué tanto drama? sólo lo invité a su fiesta, –dijo Sky, llevando su cabeza a sus manos en forma de frustración.
La mesa se encontraba demasiado lleno hoy, habían tomado algunas sillas de otras mesas para estar en grupo. 
 
 
—¿La escuchaste? ¡Ha invitado al raro! –dijo Sam, su rostro se estaba convirtiendo en la réplica de un tomate. Me tensé un poco, me dolían los oídos. ¿Qué tan fuerte podría llega a gritar con su voz irritante?
 
 
—Es sólo una fiesta, –Sky se defendió, mientras intentaba tranquilizar a Sam. 
 
 
—¡Una fiesta a la que todavía no he enviado invitaciones! –se quejó Sam, haciendo pucheros. Aparte de los comentarios de Jonah y Sky, Sam fue prácticamente ignorada.
 
 
La cafetería entera estaba dando a nuestra mesa miradas cuestionables. Bueno, con excepción de Alex. Miré en dirección a su mesa. Me preguntaba por qué no lo había notado exactamente durante el último año. 
Estaba leyendo un libro (como de costumbre), su cabello castaño oscuro caía sobre su frente. Sonreí cuando sopló algunos mechones de sus ojos, pues se veía... Lindo, lo admito. 
Ese chico de antes estaba sentado a su lado otra vez, escribiendo frenéticamente en un cuaderno. ¿Una asignatura de última hora tal vez?
 
 
—¡Hey!, tierra llamando a Travis –oí a Jasper decir cuando sacudía mi hombro. 
 
 
—¡Sí, estoy aquí, oye! –Dije, apartando la mano de Jasper.
 
 
—No es verdad, no has estado aquí durante un minuto –comentó Jonah dándome una mirada extraña. Lo ignore, tome las patatas fritas en mi plato y continúe almorzando. No puedo ver hacia otro lado sin que estén al pendiente de lo que miro y dejo de mirar. 
 
 
—De todos modos ... Travis, dile a Sky ¡que no es justo! –Sam chilló haciéndome mirarla. ¿Por qué me estaba arrastrando en su problema?
 
 
—Sam, superalo, solo tendré que mantenerlo fuera de tu camino durante la fiesta, –dijo Sky, rodando los ojos. No podía estar más de acuerdo, Sam estaba haciendo un berrinche de niña pequeña.
 
 
—Estoy de acuerdo con Sky, –dije, haciendo que Sam diera un suspiro en derrota.
 
 
—¡Bien, sólo manténlo lejos de mí! –dijo Sam, volviendo a clavar la mirada en la pantalla de su Samsung, como siempre.
 
 
***
 
 
El resto del día pasó rápido de manera rápida, y las clases seguían siendo igual de aburridas. La mitad del tiempo me preguntaba ¿por qué no compartía clases con Alex?. Quiero decir, Sky tenía literatura y arte con él.
 
 
Estaba en la última clase del día un poco inquieto y esperando a que de una buena vez diera por finalizada. Tenía un trabajo de historia que no entendía muy bien y esperaba que Alex pudiera explicarme. Pasé la mano por mi cabello, dándome cuenta de que había comenzado a esperar mi clase de tutoría, aunque la mayor parte de lo que él hace es explicar los temas que vi en el día durante historia y darme trabajos de repaso, luego se la pasa ignorandome.
Aquello era extraño considerando que estaba destinado a ser al revés ...
Pero no lo fue. 
 
 
—¿Sabes que la clase ha terminado? –Escuché a Jasper decir, y de inmediato salí de mi trance.
 
 
—Oh, yo ... Bueno, en realidad no estaba prestando atención,– murmuré, guardando los libros que estaban abiertos frente a mí en mi mochila. Jasper suspiró, rodando los ojos.
 
 
—Pronto comenzarás a reprobar matemáticas, –dijo, dándome una sonrisa sancarrona enseñado sus dientes.
 
 
—Ya repruebo matemáticas. –Corregí levantándome y tirando mi mochila detrás de mí hombro. Para un atleta Jasper se me hacía muy pequeño en estatura, aproximadamente llegaba al 1,69, igual era más alto que Alex, pero aún así ...
 
 
—¿Alex? –Dije con confusión cuando salí junto a Jasper de la clase. Alex Estaba apoyado en la pared junto a la puerta, con su mirada de completo aburrimiento.
 
 
—Cuánto tiempo te lleva salir de la clase, –dijo Alex mirándome con irritación.
 
 
—Pues... - arrastré la última letra, mire a Jasper de reojo. ¿Quería iniciar la clase de inmediato?
 
 
—Lo entiendo, ya me voy, –dijo Jasper, extendiendo sus manos hacia arriba en forma de rendición mientras retrocedía.
 
 
Miré a Alex preguntándome qué podría decirle. Llevaba una camisa de manga larga de color azul, con una camiseta interior negra que mostraba la manga larga desabrochada.
 
 
—No puedo darte clases hoy –dijo Alex, encogiéndose de hombros.
 
 
—¡¿Qué?! –pregunté sorprendido. Él realmente no me daría clase, ¿verdad?
 
 
—No abandono la tutela, es solo por hoy ...
 
 
—¡Eso ya lo se!
 
 
—Entonces bien, haz lo que quieras con tu tiempo, —dijo Alex dándome una débil sonrisa mientras se volteaba para irse.
 
 
—¡Tengo un trabajo de historia! Y no lo entiendo –Lloriqueo corriendo para alcanzarlo.
 
 
—¿No puedes elegir otro momento para preocuparte por la tarea? –Alex bufo, caminando más rápido.
 
 
—No puedo hacerlo por mí mismo, ya te dije que no lo entiendo –me quejé, acelerando mis pasos. Alex se detuvo de golpe casi haciéndome chocar contra él.
 
 
—Chris se reunirá conmigo en el museo. Hoy es el día en que iríamos y no lo cancelare, –Alex suspiró, volteando para mirarme con ojos suplicantes.
 
 
—¿A qué hora exactamente? –pregunté, moviéndome un poco para estar frente a él. 
 
 
—Seis.
 
 
—¡Estarás las tres horas y media a partir de ahora!  –grité en incredulidad.
 
 
—Es un paseo largo, y no me molesta ir temprano, –dijo Alex en defensa. Suspiré, mirando hacia mi alrededor. Que debo hacer... Que debo hacer...
 
 
—¿Es en el museo local? –pregunté bruscamente, obteniendo una idea rápida.
 
 
—Bueno, sí...
 
 
—Genial, podríamos tener la clase en mi casa, es como a diez minutos a pie, y todavía llegarás a tiempo, te lo prometo, –dije levantado mi mano y enseñando mi dedo meñique.
 
 
—¿Que es eso? –Alex preguntó mirando a mi dedo con extrañes.
 
 
—una promesa de meñique
 
 
—Lo sé, pero ya no lo enseñes de esa forma, te ves ridículo –exigió Alex arrugando la nariz. Baje el dedo mientras mi rostro enrojecia; Bueno, las chicas parecen apreciarlo ...
 
 
Caminamos hacia el estacionamiento en silencio. Encontrando al minuto mi coche, tomé mis llaves presionando el pequeño botón para apagar la alarma. Alex llegó antes, tomando asiento mientras abría el libro que tenía en mano. Lo observe por el robillo del ojo cuando encendía el motor del coche.
 
 
Estábamos a medio camino a través de la avenida cuando empecé a sentirme nervioso. Tal vez porque tenía a Alex en mi coche, así que fue un poco raro. 
 
 
—Vas a romper el volante, –comentó Alex, haciendo que aflojara el agarre que ni siquiera sabía que lo estaba aparentando con fuerza.
 
 
Me detuve en la entrada de mi casa dando marcha atrás para estacionar bien mi coche. Mi casa no era nada fuera de lo común; era idéntica a todas las demás casas del vecindario, con su color amarillo pálido y bordes marrón oscuro.
 
 
—Tenemos una hora –murmuró Alex mientras bajábamos del coche. Jane, la niñera estaba allí para reunirse con nosotros en la puerta.
 
 
—¿Cómo está Catherine? –pregunté mientras entraba.
 
 
—Aún despierta —contestó con cansancio. Catherine es mi hermana pequeña, una bebé de nueve meses hiperactiva. Ella es una balon  gordito que pasa la mayor parte de su tiempo a puros balbuceos, gateando por toda la casa o mirando la TV.
 
 
—¿Quién es Catherine? –preguntó Alex de repente interesado.
 
 
—Eso es Catherine, –dije cuando una pequeña niña gateaba tras un ratón de juguete a pilas. Era gracioso mirar. Su pañal se tambaleó con su movimiento mientras gateaba hacia nosotros. Ella chilló y se sentó justo enfrente de Alex cuando él detuvo su ratón de juguete con sus pies.
 
 
—Venga Catherine –dije, mirándola, un poco preocupado de que Alex pudiera irritarse. Pero sorprendentemente soltó el ratón, haciéndolo correr hacia la pared. Catherine chilló de nuevo palmeando sus manos mientras el ratón se golpeaba contra la pared. Siempre supe que había algo malo en ella.
 
 
—¡Oh! ¡Déjame llevarla a su cuarto, ella debe estar molestándote! —dijo Jane preocupada, corriendo hacia nosotros.
 
 
—La verdad, no lo hace, –dijo Alexander, agachándose y haciendo señas para que ella viniera. Ella medio caminó medio tropezó mientras llegaba a sus brazos riendo. fruncí el ceño cuando él la levantó en sus brazos.
 
«¿Le gustan los bebés?» 
Me pregunté mientras lo observaba con Catherine, haciendo que los ojos verdes de mi hermanita se ensancharan con deleite.
 
 
—Emmm, la lección ... –seguí rascándome la parte de atrás de la cabeza, un poco confundido por la visión que me mostraba Alex jugando con mi hermanita.
 
 
—Entonces comencemos –dijo Alex mientras mi hermana pequeña tomaba su labio inferior entre sus diminutos dedos. Sacudí la cabeza antes de informarle a Alex que iríamos a la mesa del comedor.
 
Estaba sacando mis libros y el trabajo cuando Alex se sentó enfrente de mí, mi hermana todavía seguía en sus brazos. 
 
 
—¿No nos distraerá? –le pregunté, señalando con mi lápiz a el bodoque rubio que aún estaba en el regazo de Alex.
 
 
—No seas ridículo –dijo Alex, peinado el cabello corto de mi hermana hacia atrás. 
Aún seguíamos con la lección, pero esta vez Alex no estaba leyendo un libro, si no que continuaba jugando con Catherine 
 
 
—Es hora de que se alimente la linda bebita –dijo Jane, acercándose con un plato de comida para bebés, una servilleta y un biberon con jugo de naranja.
 
 
—Yo lo haré –dijo Alex mientras Jane dejaba caer los objetos sobre la mesa con un pequeño agradecimiento y se retiraba. Realmente no sé qué decir de la imagen de Alex alimentando a mi hermanita, era raro ... ¡Pero que mierda estoy diciendo!, se veía realmente lindo. La forma en que sus ojos brillaban cada vez que volteaba la cara, o cada vez que hinchaba sus mejillas en la falsificación de tener comida en ella.
 
 
—¿Ya terminaste?  –preguntó Alex, haciéndome salir de mi trance. Mis mejillas enrojecieron al darse cuenta de que había estado mirándole.
 
 
Mi error, por imbécil 
 
 
—Acaba de terminarlo -dije, Alex terminaba de secar la boca de Catherine con la servilleta. ¿Cómo podía estar haciendo algo tan ridículo y ser tan arrogante? ¡Juro que es mentalmente agotador! 
 
Fruncí el ceño viendo como mi hermana pequeña lanzaba un eructo. 
Y en el fondo de mi conciencia admití la verdad –sí, estaba celoso de mi hermana pequeña–. 
 
 
—35 minutos, no está mal. En realidad pudiste hacerlo bien, –dijo Alex mirando su reloj mientras se levantaba de la mesa del comedor. Habíamos terminado la clase, Catherine todavía estaba en sus brazos. Lo acompañé hasta la puerta, un poco molesto por el bebé que aún balbuceaba y se removia en los brazos de Alex.
 
 
—¿Vas a ir la fiesta de Sam? –pregunté puramente por curiosidad. Nunca había visto a Alex en una fiesta, y Sam realmente no lo quería allí. Él no me dio una respuesta directa, solo se encogió de hombros, y de repente sonrió. 
 
 
—Adiós, –dijo Alex mientras acariciaba su nariz con la de Catherine. Tosí tratando de ocultar mi jadeo, que él no parecío notar.
 
«por suerte» 
 
—Toma a tu hermana –dijo, entregándome a Catherine. Noté el cuidado en la forma en que lo hizo también.
 
 
—Adiós entonces, –dijo. Cuando cerré la puerta, Catherine inmediatamente comenzó a llorar y moverse. ¡Maldición por eso odio a los bebés! 
 
 
—¡Jane! –grité desesperadamente, mirando desde las escaleras hasta la cocina.
 
 
—¡Cállate! –dije, irritado por su llanto.
 
 
—Ya basta Travis, ¡no le grites a tu hermana! –dijo Jane, tomando al bebé llorón de mis brazos. Catherine empezó a jadear dándome miradas acusadoras con sus pequeños ojos verdes.
 
 
—¿Ya se ha ido? –dijo Jane balanceando al bebé de un lado al otro. Asentí, pasando mi mano por mi pelo.
 
 
—Dile que debería considerar el cuidar niños, –Jane dijo acariciando la cabeza de Catherine. Rodé mis ojos y me diriji a las escaleras. Al llegar a mi habitación suspiré. ¿Por qué todavía tengo este sentimiento de enojo hacia Catherine? ... ¡Oh sí!, ella estuvo toda la maldita media hora con Alex mientras él me ignoraba completamente. 
 
 
“Cada día es más largo el camino para poder llegar a él”.
 
 
Pensé, suspirando mientras cerraba la puerta de mi habitación detrás de mí.

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