PDV Lewis
Estaba resultando un tanto duro estar en el Castillo sin ser un pretendiente de Harry. Lo único que podía hacer para despejarme era ir a Hogsmeade. Por lo menos en el pueblo no había mucho que me recordase a Harry. Podía perderme en sus adorables tiendas y en Las Tres Escobas, Madame Rosmerta tenía una cerveza de mantequilla exquisita y si era hora para tomarlo podías degustar el mejor ron de grosella que nunca había probado. Y si no te apetecía cenar en el Castillo podías cenar uno de sus guisos y alquilar una habitación.
Me había hecho muchas ilusiones con Harry. Creo que era debido a que Pel y yo éramos muy similares en gustos y carácter y claro pensé que lo que le iba bien a él me iría bien a mí. Pero ser compañeros de clase y parecernos tanto no me había ayudado. Decididamente con 26 años era capaz de ver lo que Harry no veía y era simple y llanamente la ausencia de chispa entre nosotros. Y me refería a la del corazón no a la física. A pesar de que Harry no reaccionaría físicamente de forma completa hasta los 17 si había una medio reacción y supongo que decidí fijarme solo en eso.
Como buen atlante, los botones de mis prendas de vestir estaban adornados por la silueta de una serpiente alada, pero no todos eran iguales salpicados sin regla fija también había dragones. Esto permitía reconocer a otros Wydra cuando estábamos fuera de Atlantis.
Vi escondida una pequeña tiendecita con dos pequeños escaparates en uno un cartelito decía artesanos y económicos detalles de regalo y en el otro pequeñas antigüedades. Ambos escaparates tenían cosas bellas y pensé que no estaría mal comprar unos detalles para mi madre y mis hermanas.
Al entrar me dirigí al mostrador y allí estaba un atractivo hombre algo mayor que yo con el pelo rubio y los ojos negros. Al fijarme vi sus botones decorados como los míos, un atlante. Merlín, un sumiso aquí y ¿solo?
Por favor, un momento. Me dijo y al acercarse a la puerta vi que en una de sus piernas llevaba una prótesis , cerró la puerta volviendo un cartelito.
Buenas tardes ¿qué busca?
Hola, soy Lewis, curador, 26 años...
Para, por favor detente.
Evidentemente decidí callar y esperar a que el hablase.
Soy un sumiso cojo y con un ala tan dañada que no puedo volar. Un sumiso puede sobrevivir solo. Ningún alfa compatible me quiso y ahora estoy bien y me va bien. Por favor, déjame en paz.
No soy un alfa y si no te quisieron es que eran tontos.
Tal vez tú seas el tonto.
Vine a cortejar a un sumiso compatible pero no había chispa entre nosotros.
Y crees que vas a encontrar la chispa en mi tienda.
No, la encontré al mirarte a los ojos.
Merlín, cuando por fin me siento en paz me mandas un tarugo.
Dame una oportunidad.
Para romper mi corazón.
Mira, es posible que no muchos atlantes quieran formar un circulo con nosotros pero...
Mierda para.
Le mire a los ojos y esperé. Cuando vi subir un rubor por su rostro decidí continuar.
Hola, soy Lewis y me gustaría iniciar un cortejo.
No
Mañana pasaré por la tarde a verte.
He dicho no.
Tu nombre
Nooooo
Bien Nooooo , vengo a verte mañana.
Salí de la tienda sin poder creerme lo que había pasado. Decidí cotillear por la zona y me enteré del nombre que estaba utilizando mi cortejado. Lucas Star. Bonito nombre pero ¿sería su autentico nombre?
Necesitaba un regalo de cortejo pero sin conocer a Lucas no me iba a resultar fácil. Quería impresionarle y unos dulces serían un regalo seguro pero no le iban a impresionar. Cerré los ojos pensando en la tienda, lo que había en ella. Velas aromáticas de melocotón y restos de otro olor, sin duda vainilla. Había un sitio donde las vendían ese sería mi primer regalo de cortejo algo útil y de su gusto. Esperaba haber elegido bien.
Al día siguiente, entre a última hora en la tienda para recogerle antes del cierre.
Dije no ¿verdad?
Lo sé pero creo que si me das una oportunidad podemos ser felices juntos.
No sabes nada de mí.
Sé que cuando te vi algo dentro de mi hizo clip en su lugar y sé que eso no me ha pasado antes. He cortejado en otras ocasiones y nunca sentí lo que he sentido al verte.
Porque dices esas cosas.
Por sentirlas. Te traje un obsequio de cortejo y podemos limitarnos a tomar unas cervezas de mantequilla en Las Tres Escobas.
Una vez sentados empezamos a hablar y estuve seguro de que aunque solo llegásemos a estar en nuestro círculo él y yo, sería feliz.
PDV Sirius
La casa que había comprado en el campo estaba bien resguardada, dentro de la propiedad había un pequeño bosque totalmente privado para las transformaciones de Moony. No era una Mansión pero era un buen y grande Chalet.
Tenía dos plantas, ático y sótano. El sótano diáfano y vacio. En la planta baja un salón, una salita familiar, la cocina y un baño, en la superior 4 dormitorios con baño y el ático. Bueno el ático y el bosque eran lo que me hizo comprarla. El ático diáfano permitía crear una inmensa habitación digna de un círculo. Aunque la verdad, lo normal sería reunirnos en el Castillo de mi ahijado, quería que lo que yo iba a considerar mi hogar pudiese ser visto de la misma forma por las dos personas más importantes de mi vida.
Lunático era lo más importante de mi vida y no me atrevía a decírselo. Bueno es posible que Harry fuese un pelín más importante después de todo los hijos van antes de nada, y yo le consideraba mío. Estaba sentado mirando por la ventana y preguntándome si sería algún día capaz de formar una familia.
Siri, ¿Qué haces?
Mirar por la ventana
Empiezas a preocuparme un poco, últimamente te veo siempre muy pensativo.
Ey, soy capaz de pensar.
No te ofendas Canuto, solo digo que lo haces más a menudo y para mí que eso es por algo en concreto que ronda tu cabeza.
Hay muchas cosas que rondan por mi cabeza.
Se me acerco y colocando su mano en mi hombro me dijo.
Canuto estoy aquí para cuando te apetezca hablar, solo quiero que lo tengas en cuenta.
PDV Remus
Me fui a la cocina pensativo. Harry estaba seguro de que Siri sentía algo por mí, y estaba empezando a pensar que tal vez era posible. Mi lobo me pedía que lo reclamará como nuestro pero yo no quería precipitarme. El lobo era muy posesivo y eso siempre podía suponer un peligro.
Me senté con un té en la mesa de la cocina y volví a pensar en la mirada lejana de Sirius, en las veces que con cualquier escusa tonta se metía en mi cama. Me había obligado a ser un gran madrugador, me daba vergüenza que descubriese la erección que tenia por las mañanas y, dado como era Siri, hiciese algún tonto comentario que posiblemente me dañaría. En como su sonrisa a veces tenía una sombra de tristeza. Merlín, ¿está interesado en mí?
Me levante para ir a buscarlo y nos dimos de bruces, nos agarramos para estabilizarnos y de pronto me vi presionado contra la pared y Siri me besó lamiendo mi labio, le di paso y compartimos un apasionado beso. Nos separamos por la necesidad de respirar y con voz ronca le dije.
Al dormitorio, ahora. Partió tan rápido que a pesar de lo duro que estaba me dieron ganas de reír, solo me las aguante por miedo a estropear el momento y perder de forma estúpida mi oportunidad con Sirius. Aunque no lo pareciera a Siri le afectaban mucho las burlas y no quería ningún malentendido en esto momentos.
En el dormitorio Sirius me esperaba en la cama desnudo y se me seco la boca, Merlín era completamente magnifico, atrevido y descarado aunque le delataba el rubor de su cara. Me miro y con un hábil gesto desterró mi ropa, le miré y le dije te quiero abajo y con voz ronca me contestó mientas agitaba sus largas pestañas.
Soy tuyo donde tú quieras y como tú me quieras.
La vida definitivamente sonreía a un tonto y enamorado lobo.