Su comportamiento se volvió taciturno y esquivo. Después de un tiempo, su dormitorio se convirtió en su único refugio. En aquel espacio no simulaba que aún le quedaban fuerzas para continuar.
¿Cómo superarlo? ¿Cómo manejar el día a día sin sucumbir a la pena más desgarradora?
Dean no podía decir que estaba bien. Simplemente no podía.
Habia tocado fondo y ya no le importaba nada. No quería pensar ni sentir, pero el presente parecía no dejarlo en paz.
El niño de Satán/Jack le hacía recordar a la persona que perdió. A la persona de quien estaba enamorado.
¿Qué hay acerca de Cas?, le había preguntado Sam en medio de su discusión.
Y esta vez, Dean pudo dar una respuesta sincera y desesperada:
"¡Todo es acerca de Cas!"
TODO.