Un susurro en la oscuridad quebró el silencio de la noche. El nombre del ángel salió de sus labios y fue conciente, una vez más, del vacío que había en su interior. Un nuevo recordatorio de que no estaba bien.
Siempre daba por sentado que Cas volvería. De una manera u otra siempre lo hacía. Pero esta vez era distinto. No era lo mismo cuando observó a Cas siendo controlado por los Leviatanes o en el purgatorio. Dean había pasado aquellas etapas con ira y culpa. ¿Ahora? Teniendo imágenes en su cabeza del cuerpo sin vida de Cas, sólo podía sentir un dolor profundo en su corazón.