Jonghyun a agradeció a la mesera que les trajo la comida y observó con algo de aprensión cómo Taemin empezaba a servirse rápidamente, tomando porciones de casi todo para intentar comerlo todo al mismo tiempo.
Tal vez si no hubiese sido tan crítico, hubiera podido agarrar algo antes de ver cómo los fideos en su tazón se convertían en gusanos, retorciéndose por intentar escapar de dónde estaban confinados. Exhaló, sabiendo que toda la comida sería de ese modo. Simplemente bajó el tazón, aclarándose la garganta.
-Um, Taemin, ¿puedo preguntarte por qué me invitaste a comer contigo?- Torció los labios al ver cómo los fideos que Taemin se llevaba a la boca también eran un puñado de gusanos, cubiertos en tierra, retorciéndose e intentando escapar de su boca. No iba a ser una comida fácil, definitivamente.
-¿Importa?- Taemin termino de tragar, colocando sus palillos sobre su tazón. -¿No puedo invitar al novio de mi mejor amigo a comer?- Bajó la voz.
Jonghyun frunció el ceño, era extraño ver cómo aquel demonio se apagaba ante una pregunta tan simple. También observó como la comida que había sido hechizada por Taemin regresaba a su aspecto usual. Agitó la cabeza, dispuesto a responder.
-Usualmente, no, me temo que podrías estar ofreciéndome mi última comida.- Aligeró el ambiente, riendo un poco.
Taemin sonrió, negándose.
-Minho tiene cirugías programadas todo el día de hoy...Kibum...Sus estudiantes son estúpidos. Se supondría que comeríamos juntos, pero tuvo que llamarlos para volver a explicar conceptos. ¿Qué grado se supone que enseña? ¿Secundaria?- Se quejó, soltando un bufido molesto. -No me gusta comer solo...- Se encogió de hombros. -Y creí que... estaría bien llamarte.
Jonghyun escuchó atento. Sabía que Taemin tenía más amigos, con los que podía comer. Pero, quizás ellos no sabían que era un demonio, y quizás por eso no se sentía lo suficiente cómodo como para salir a comer con ellos. Suspiró antes de asentir.
-Por supuesto, somos amigos ahora.- Señaló, ganándose una sonrisa amable por parte del demonio. Era tan extraño verle de ese modo, pero podía llegar a comprender un poco por qué Kibum lo adoraba tanto.
-Prueba el pulpo, aquí lo cocinan muy bien.- Taemin volvió a inmergirse en la comida.
Jonghyun se abstuvo de reír, asintiendo ante lo que Taemin le indicaba que probabara. Definitivamente, este demonio era peculiar.
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