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Días en el Paraíso por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

El capítulo salió un poco más largo de lo que esperaba, espero que lo disfruten ^-^ 

Minho presionó el timbre, sosteniendo firmemente la mano de Taemin bajo la suya para darle un poco de comfort. No se sorprendió en absoluto cuando casi de inmediato la puerta de aquella bonita casita se abrió con premura, mostrando a sus muy sonrientes padres.

-¡Minho!- Su madre celebró, saliendo para regalarle un apretado abrazo. Tras soltarle, miró a Taemin abriendo los ojos en sorpresa. -¡Eres tú! Oh, eres tan hermoso.- También le envolvió en un fuerte abrazo.

Minho suprimió una corta risita, disfrutando de la confusión en la mirada de Taemin mientras aceptaba el abrazo.

-Hijo.- Su padre, un poco más discreto, también le dio un abrazo. –Entren, vamos.

Minho tomó una vez más la mano del demonio, para que le siguiera y entrara a la casa, de otro modo sabía que Taemin no lo haría por sí mismo. Una vez que la puerta estuvo cerrada, se colocó detrás de su demonio, con ambas manos sobre sus hombros dándole confianza.

-Mamá, papá, él es Taemin.- Sonrió. -Es mi pareja. Taemin, ellos son mis padres, Sahyun y Minhyuk.

La madre de Minho aplaudió de manera entusiasta, casi como si fuera una colegiala a quien le habían dicho que vería a su artista favorito. Por otro lado, el padre del ángel demostró una sonrisa satisfecha y sinceramente alegre.

-Es bueno conocerte.- Extendió su mano hacia Taemin, en un saludo formal. -Minho nos dijo un montón de cosas sobre ti, en menos de media hora.- Admitió. Su hijo había parloteado al teléfono lo mucho que estaba enamorado del demonio que le estaba acompañando. -Aunque, nunca mencionó que fueras callado.

Taemin se sonrojó, bajando un poco la mirada mientras regresaba el saludo. El padre de Minho tenía una voz tranquila, a pesar de ser grave.

-En realidad no lo es.

-¡Minho!

Oh no, Taemin se cubrió la boca. Era increíble que lo primero que dijera frente a sus suegros fuera un regaño hacia Minho. Súbitamente quiso tener la habilidad de poder regresar las palabras hacia su boca, para evitarse la vergüenza que estaba sintiendo. Sin embargo, la risa de sus suegros le calmó un poco.

-No te preocupes, conocemos lo muy imprudente que nuestro Minho puede llegar a ser.- El señor rio, siendo secundado por su esposa.

-No es así normalmente, él se comporta bien.- Taemin masculló, sin darse cuenta que estaba defendiendo a Minho de sus propios padres. Era tan sólo que Minho sólo se comportaba de esa manera, cuando sabía que Taemin estaba totalmente indefenso. Y si bien no le agradaba en el momento que lo vivía, le parecía gracioso una vez que podía pensar sobre ello con calma.

-Así que apelas al lado jugueton de Minho.- La mujer afirmó. -Eso es bueno, suele tomarse la vida demasiado en serio.

Taemin subió el rostro, mirando sobre su hombro para encontrarse con los ojos de Minho. Su ángel no se veía ni un poco preocupado por las cosas que sus padres estaban diciendo, obviamente era algo que él sabía y aceptaba tranquilamente. Le sonrió, encontrándose con la reconfortante sonrisa de su novio.

-Mamá, papá, les suplico que no sean así. Taemin está totalmente a...

Taemin se giró y cubrió la boca de Minho antes de que pudiera ponerlo en vergüenza una vez más. ¿Es que acaso el tarado no entendía?

-¡Minho!- Le regañó una vez más, escuchando al fondo las risas de sus suegros.

Se iba a convertir en la comidilla de sus suegros cuando se fueran, y eso no le parecía en lo absoluto. Fulminó a Minho con la mirada, haciendo un puchero molesto. Se vengaría, una vez que estuvieran de regreso en casa.

-Cariño,- Minho soltó las manos del demonio de su rostro -podrás masticarme todo lo que quieras después de esto.- Rio. -¿Al menos me dejarías tener una última comida?

Taemin resopló fuerte, rodando los ojos.

-Realmente llegas a ser muy insoportable, Choi.

Minho asintió, tomándole por el rostro.

-Mucho.- Le plantó un beso cariñoso en los labios.

A Taemin le costó un par de segundos recordar que estaba en presencia de sus suegros, colorándose nuevamente. Se giró, mirando a los señores con una sonrisa tímida. Minho realmente iba a sufrir por hacerle pasar por tales vergüenzas.

-Lo siento...- Jadeó.

-No te preocupes hijo.- La mujer minimizó con una amable sonrisa. -Y, si realmente vas a masticar a Minho hasta que no quede nada de él, será mejor que le des una última cena.- Rio, indicándoles que se dirigieran al comedor.

Taemin suspiró por lo bajo; al menos sus suegros tenían un agradable sentido del humor y parecían no querer separarle de Minho aún. Dejó que el alto ángel le guiara hasta el pequeño comedor que se encontraba frente a la sala. Minho le abrazaba cariñosamente por la cadera, sin importarle lo muy afectuoso que se estaba mostrando ante sus padres.  Agradeció por lo bajo cuando Minho le abrió la silla para que se sentara, después sentándose a su lado.

-Esperamos que te guste lo que hemos cocinado.

Taemin lanzó una rápida mirada acusatoria a Minho. Él, probablemente, les había dicho a sus padres que los demonios no comían comida humana normalmente. Definitivamente iba a patearle el trasero a su novio, una vez que estuvieran de regreso en su departamento.

-Estoy seguro que me gustará.- Sonrió, tratando de sonar convincente. –Casi toda la comida me gusta, incluso cuando está ligeramente cruda o quemada.- Asintió. –Aunque, no creo que lo que ustedes hayan cocinado esté mal hecho.- Se apresuró a aclarar. –Minho cocina fantástico, él debió haber aprendido de ustedes muy bien, así que no dudo que su comida sea buena.

Minho rio, pasando su brazo sobre los hombros del muy nervioso demonio. Si se lo permitía, Taemin hablaría hasta el final de los tiempos, con tal de no dejar aquellos silencios incómodos a los que tanto les tenía miedo.

-Le he estado enseñando algunos platillos a Taemin.- Afirmó contento, mirando al menor. –Puede ser un poco descoordinado, pero se esfuerza mucho.

-Tú siempre fuiste un buen estudiante, si eres igual de buen maestro, no me queda duda de que puedas enseñarle a tu novio a cocinar.- La madre de Minho le dio un guiño a Taemin, tratando de hacerle sentir un poco más cómodo.

-Por cierto Taemin, Minho nos contó que eres maestro.- El hombre mayor resaltó, sirviéndose un poco de comida.

-Así es…- Sonrió un poco. –De universidad.

-Y ¿tus estudiantes te temen?

-¡Yeobo!- La mujer le regañó.

-No se preocupe.- Taemin dejó escapar una risilla boba. –No, en realidad no me temen. Ellos creen que soy excesivamente firme, pero el nivel que les exijo a mis estudiantes es justo. Nunca he tenido problemas de personas que crean que sus calificaciones no son justas, si van reprobando, prefieren cambiarse a otra clase, por supuesto eso sólo demuestra se pensamiento mediocre. Para mi suerte, la reputación de mis clases hace que mis propios alumnos se pongan metas altas, no suelen desertar, sino que redoblan esfuerzos y prueban que tienen derecho a tomar mi materia.

-Como pueden ver, Taemin es bastante entusiasta.- Minho comentó orgulloso. –Tiene un extenso conocimiento en antropología.

-¿En serio?- Los padres de Minho se notaron sorprendido por el hecho de que un demonio tuviese credenciales acerca de una rama que estudiaba al ser humano.

-Siempre he sentido curiosidad de por qué los humanos son tan estúpido.- Se encogió de hombros, soltando una sonrisa traviesa. No lo había dicho con ánimos de molestar, sólo se había escurrido de sus labios con facilidad.

Minho se carcajeó, sintiéndose un poco más ligero ahora que Taemin empezaba a mostrar su verdadero color. Esperaba que pronto dejara de sentirse tan tímido ante sus padres, para que ellos pudieran conocer al muy interesante demonio. Realmente le fascinaría ver cómo sus padres al peculiar carácter de Taemin; ese carácter que él se atrevía a llamar inocentemente malvado. No le cabía ni un poco de duda que muy pronto, Taemin y sus padres se llevarían muy bien.

La comida transcurrió sin mayores problemas. El obvio interrogatorio hacia Taemin pasó de manera amable, ya que notorio que los padres de Minho querían conocerlo de manera sincera. Taemin mantenía sus respuesta eran políticamente correctas, aunque de vez en cuando dejaba notar la acidez con la que hablaba. Eso sólo provocaba risas en sus suegros.

Cuando llegó el momento de recoger los platos sucios, Minho se ofreció, dejando apropósito a Taemin con sus padres. Sabía que Taemin podía afrontarse a esa situación, aunque tuviera que orillarlo él mismo. Lo que no esperó, es que su madre entrara a la cocina, un par de minutos después que él.

-Taemin es realmente agradable.- Se acercó al lavaplatos, enjuagando los que habían sido usados.

-Sí, Taemin tiene esa característica.- Minho sintió cálido su pecho, alegre de que su madre aprobara de tal manera a su demonio.

-Aunque no mencionaste que fuera tan tranquilo.

-Taemin está muy asustado…Él realmente no suele ser así, es escandaloso, llamativo, dice lo que piensa y siente.- Suspiró, mostrando sin querer lo muy enamorado que estaba. –Le gusta que sus cercanos le mimen y consientan.

-Es inteligente de su parte estar asustado. Es un demonio joven, y tener frente a él dos ángeles de alto rango, no debe de tomarse a la ligera.- Ella señaló.

-Pero yo sé que Taemin no debe de tener nada que temer.- Minho recalcó.

-Eso es cierto. Es tu pareja, después de todo, y se nota enamorado de ti.- Le miró, de manera cómplice. -¿Crees que él se da cuenta del amor que desborda cuando te mira?

-No…- Minho negó con la cabeza, sonriendo. –Por eso el siempre trata de recordármelo, con sus acciones, como comprarme flores, o cocinarme algo para cenar cuando he tenido un largo día de trabajo. No sabe que nada de eso es necesario,  que con la manera en que me mira me dice lo mucho que me quiere.

-Tú estás igual hijo, cuando lo miras, o cuando hablas de él, se nota lo mucho que lo amas.- Sonrió a su hijo, siendo conciliadora.

-Podría llegar a adorarlo…- Aunque eso fuera pecado.

-Si un día empezaras a hacerlo, no me sorprendería…- Suspiró. –Te veo diferente, hijo. Estás cambiado, para bien quiero decir. Sé que tu altura no cambiado ni un centímetro pero, te ves más alto, y cómodo contigo mismo. Incluso, podría llegar a decir que más relajado.

-Se trata de Taemin…- afirmó. –Él se ha encargado de que yo me acepte, y sé que aún no ha terminado de hacer su magia en mí…No soy demasiado ingenuo como para no saber que, si de ser necesario, Taemin tuviera que patearme el trasero para que empiece a quererme, él lo haría. Es un demonio después de todo, lo disfrutaría terriblemente. Pero, incluso si es así, Taemin lo haría principalmente por mí, y yo lo amo por eso.

-Tuvieron mucha suerte de encontrarse el uno al otro.

-Lo sé, y se lo agradezco al creador. Realmente ya no puedo imaginar mi vida sin Taemin.

Ambos conversaron por un poco más de tiempo, mientras terminaban de limpiar los platos. Tras secarlos y guardarlos, regresaron al comedor donde se encontraron con una acalorada discusión entre Taemin y el padre de Minho.

-¡Es estúpido! ¿Por qué darle el liderazgo a una persona que no se encuentra centrada en su posición? Eso llevó a la muerte de más de trescientas personas.- Taemin gruñó, apoyando ambas manos sobre la mesa para verse más convincente.

-Cuando se le otorgó el puesto, su juicio no estaba nublado.- En cambio, el padre de Minho demostraba un estoicismo que le proporcionaba mayor firmeza. –Sus habilidades fueron las que le llevaron a tener su posición.

-Y nada tiene que ver el dinero y apellido que llevaba consigo.- Rodó los ojos. –Los humanos son tan fácilmente corrompibles. Él no pensó en su tripulación, sino en la mujer bonita que se cruzó por su camino. No pensó en las familias de sus compañeros.

-Estamos hablando de un mito, después de todo, no existieron tales familias.- El hombre comentó, esperando como respondería su nuevo yerno.

-Sin embargo, usted y yo sabemos que la mayoría de los mitos humanos tienen una base real.- La sonrisa aterradora de Taemin demostró que dentro de su cabeza, él se consideraba el ganador del debate.

Ambos se estuvieron mirando de manera retadora por un par de segundos, esperando a que la debilidad del otro se mostrara. Ninguno cedió.

La risa de Minho y su madre fue lo que les distrajo del debate que estaban teniendo. Al menos, ahora la imagen tranquila de Taemin había desaparecido. Y eso emocionaba a Minho de sobremanera, ya que su compañero iba a ser aceptado por sus padres tal y como era.

-Taemin, cariño, deberías saber que a mi esposo le encanta debatir.- La madre de Minho retomó su antiguo lugar en la mesa. –No esperes ganar siempre.

-Debería advertirles que a Taemin no le gusta perder una discusión.- La competencia prendió una llama en la mirada de Minho.

-Definitivamente, a Siwon le va a agradar tu novio, Minho.- El hombre afirmó, como si lo hubiese estado pensado por un largo rato.

-¿Quién es Siwon?- Taemin preguntó por lo bajo, una vez que Minho se acomodó a su lado, abrazándole por los hombros.

-Él es mi hermano mayor.

-¿También debo de conocerlo?- Preguntó demasiado inocente, como para que fuera cierto.

-Sí, a él también debes de conocerlo.- Minho rio. –Pero no te preocupes.- Le acarició desde el puente de la nariz hasta la punta de esta. –Él no vive aquí, así que puedes estar tranquilo de que no lo conocerás en un rato.

Taemin exhaló aliviado. Probablemente no sobreviviría a tener que conocer a un ángel más en este día.

-De acuerdo…Por favor, avísame con más tiempo para tal suceso.- Masculló entre dientes.

-Lo consideraré.- Le besó en el cabello, aspirando el aroma de Taemin en un respiro.

Ahora que su familia y Taemin se habían conocido, Minho entendía que su relación había dado el siguiente paso.

Notas finales:

¿Qué tal la familia de Minho? Son unos típicos padres amoroso. Por otro lado, ¿imaginaban que Minho tuviera un hermano? xD 

 


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