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Días en el Paraíso por Ari_123_love

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Taemin se giró en la cama, sintiendo ese hueco a su lado. Gruñó, sabiendo que estaba obligado a abrir los ojos. No quería despertar. Contra su voluntad terminó de despertarse, notando que estaba sólo en la recámara. Frunció el gesto, por el hecho de que Minho se había levantado y no le había despertado para que le acompañara. Ni siquiera era tan tarde, manoteó el despertador en la cómoda que había a su lado de la cama, tirándolo.

Su malhumor -más que nada por haberse despertado temprano- desapareció cuando notó ese ligero aroma llegar hasta a él. Oh. Algo se estaba cocinando. Minho probablemente se había despertado por hambre, y regresaría a la cama después de comer algo. Cubrió su boca, escondiendo una risilla, al pensar en Minho hambriento. Ese ángel podía abstenerse de cualquier cosa, excepto de la comida.

Mordió su labio inferior, sintiendo esa vaga sensación dentro de su cuerpo. También tenía hambre. Necesitaba a Minho cuanto antes, consumirle por completo hasta hacerle perder su mente. Se levantó de la cama, notando el sudor y semen secos sobre su piel. Ambos se habían quedado dormidos antes de poder limpiarse...Sería mejor que se dieran un baño, por supuesto después de que Taemin consiguiera un poco de lujuria de Minho.

Caminó desnudo por el departamento, hasta llegar a la cocina. Minho probablemente le había notado ya, pero no se había girado a verle debido a que su atención se encontraba puesta en la estufa dónde cocinaba algo de carne. Usaría eso a su favor. Se acercó por detrás, abrazando al ángel por la cintura y acurrucando su cabeza en el hombro.

-Min~, tengo hambre.- Gimió, bajando una de sus manos por el vientre del mayor, hasta llegar al elástico del pantalón que se había puesto. Coló su mano, sintiéndose complacido al notar que Minho sólo llevaba puesto ese pantalón, sin ninguna ropa interior. Acarició el miembro, apretando con fuerza sobre el glande, provocando que Minho jadeara y echara su cabeza hacia atrás. -Necesito que me alimentes, amor. ¿Me complacerías?- Le habló al oído.

-Taem...- La voz de Minho salió ronca. Asintió burdamente, dejando que Taemin apagara el fuego de la estufa y le girara. Sintió que se endurecía de un tirón al ver a Taemin desnudo frente a él. -Cariño, me encantas...

Taemin rio, arrodillándose frente al hombre alto. Bajó los pantalones de Minho, sonriendo ante la bonita erección que ahora presentaba. La tomó desde la base, lamiendo de ahí hacia arriba, hasta llegar a la punta y entretenerse en ella. Se regocijó ante el sabor del preseminal, sintiendo al mismo tiempo las olas de placer que venían del ángel, invadirle. Minho se dejaba ir mucho más fácil ahora, satisfaciéndole.

-Tengo mucha hambre, Minho...- Gimoteó, bajando su boca hasta las bolas y chupándolas alternadamente. No se olvidó de masturbarle, sabiendo que eso llevaría al borde rápidamente a su dulce novio.

-¡Maldición Taem!- Minho gruñó, tomándole del cabello con fuerza para poder apartarle. Miró al demonio, y su sonrisa traviesa. ¿Cómo podía decir que no ante esa cara de placer malvado? Gimió para sus adentros al ver que Taemin abría la boca permitiéndole que lo follara. No lo pensó, se deslizó dentro de esa boca húmeda y caliente. -Joder sí...- Exhaló, moviendo sus caderas dentro y fuera, sintiendo la lengua del demonio bajo su polla y sus mejillas apretarle.

Se hundió con fuerza, hasta tocar la garganta del menor. Sabía que debía de tener un reflejo nauseoso, y aún se preguntaba a dónde rayos lo mandaba cuando le dejaba follar su boca. Pero ahora, ante ese calor que le envolvía, y el movimiento de sus músculos, no podía preocuparse más sí Taemin se sentía ahogado o no.

Folló duro y rápido la boca del íncubo, jadeando cada vez que Taemin hacía que su garganta vibrara con pequeños ruiditos que hacía. Se sentía tan bien, podía sentir su orgasmo construyéndose desde el fondo de su vientre, apretando sus testículos. Jaló con fuerza cabello de Taemin, echando su cabeza hacia atrás, teniéndole totalmente a su disposición. Dio varias estocadas, gruñendo ante la imposibilidad de venirse. Cerró los ojos y apretó la mandíbula mientras alcanzaba el clímax, sin darse cuenta el desastre que hacía al eyacular en la boca del demonio.

Cuando recuperó la respiración y abrió los ojos, fue capaz de ver que no sólo había llenado la boca de Taemin con su semen. Sus labios, y parte de su mejilla derecha habían sido cubiertos. Le soltó del cabello, apoyándose en la mesa a su lado. Taemin sonrió complacido, lamiéndose los labios y volviéndose acerca a la polla de Minho. Lamió hasta dejarle limpio, después le subió los pantalones.

-Necesitamos un baño, Min.- La voz de Taemin definitivamente sonaba irritada, pero el chico no se quejó. Se veía tan feliz y complacido, que Minho se logró sentir orgulloso de poder satisfacer a su pareja.

-Sí.- Asintió, tomándole por la cadera y acercándole. Le besó varias veces, recogiendo con su boca su propia corrida del rostro de Taemin. -Realmente necesitamos ese baño.- Suspiró.

Taemin rio por lo bajo, sabiendo que si él no se movía, se quedarían ahí enredados y abrazados por un largo rato. Tomó la mano de Minho y le arrastró hasta el baño. Mientras él abría la regadera y atemperaba el agua, dejó que el mayor terminara de desnudarse.

Tras el baño lleno de mimos y caricias que se dieron, ambos no podían quitarse las manos de encima. Sólo habían estado peleados por una semana, pero se habían extrañado como si no se hubiesen visto en meses. Taemin sentó al ángel en el sofá, sentándose a su lado y acurrucándose sobre él. Jugueteó con los adornos en la camisa que Minho se había puesto.

-Amor...- Minho le llamó. -¿Tenías tanta hambre?- Le preguntó, y Taemin fue capaz de escuchar la aprensión en su voz.

-Sí.- Afirmó. Se supone que realmente no debía comer hasta dentro de un mes, y era lo que Minho sabía, así que entendía la preocupación del ángel. -Es culpa de Jongin y Moonkyu, estuvieron picando a mi al rededor toda la noche. Esos bastardos...

Minho se tensó ante el nombramiento de aquel par de demonios. Le tomaría un poco de tiempo superar la bola de celos que se forman dentro de su pecho cada vez que Taemin les mencionaba.

-¿Qué es eso de picar? Anoche también lo mencionaste.- Se enfocó en ese detalle, dejando pasar su absurdo enfado.

-Oh sí, es una forma de comer.- Taemin explicó. -Bueno, en realidad no.- Masculló. -Ah, ¿cómo te lo explico? ¡Ya sé!- Brincó sobre el regazo de Minho. -Es como cuando los humanos comen tentempiés. Recuerdo que a personas diciendo "no comas muchos o te vas a llenar", porque para eso son los tentempiés. Te hacen sentir llenos, pero al ser tan poca comida, lo que en realidad hacen es abrirte el apetito. Te causan mucha hambre sin que te des cuenta.- Sus manos jugaban sobre el pecho de Minho, resolviéndose en colarse debajo de la camisa y acariciar con más soltura. -Picar, para un demonio, es como un tentempié. Haces que un humano sienta lujuria, normalmente por otro humano, a veces por ti. Y te hace sentir lleno. No hay acto sexual de por medio.

-Oh Tae, ¿por qué no hiciste eso cuando tenías tanta hambre?- Minho le cuestionó.

-Como dije, el demonio es quien hace que el humano sienta lujuria.- Taemin rio. -Es el tentempié. Pero, al no haber acto sexual, no se puede formar el contrato que permite que el demonio recolecte la lujuria del humano. Así que el demonio sólo gasta su energía en un acto que causa tensión sexual. Puede considerarse como un juego, si así lo quieres ver. Te hace sentir muy bien...- Jugueteó con los pezones del ángel, pellizcándolos hasta notar que la respiración de Minho se alteró. -Pero no te sacia el hambre.

Minho cerró los ojos, gimiendo.

-Pero...¿te llena momentáneamente cierto?- Con dificultad preguntó.

-Oh sí, por unos cuantos días.- Lamió a lo largo del cuello del ángel, hasta llegar a la mandíbula donde empezó a mordisquear.

-Entonces, si yo no estoy cerca, podrías hacer eso cuando sientas hambre.- Minho sugirió. -Así estarías bien hasta que podamos tener un tiempo apropiado para que comas.

Taemin dejó sus coqueteos, mirándole algo sorprendido. Minho le había sobrepuesto, a él y a sus intereses, por encima de sus preciados humanos. Sintió una felicidad completamente diferente invadirle. Esa felicidad que sólo sentía cuando se trataba de Minho. Besó muchas veces los labios del ángel, agradeciendo que Minho fuera su pareja.

-Te amo Min, te amo mucho mucho mucho.- Comentó entre besos.

Minho rio, agarrándole por las muñecas y fijándolo quieto.

-Ahora, explícame cómo es que tenías tanta hambre, si tú no picaste.- Sonrió al ver que Taemin se coloraba, pero el gesto fruncido de sus labios significaba que estaba molesto. Lo adoraba, y por eso no podía permitir que Taemin sufriera hambre. Conocía cómo era la transacción entre el contrato que el humano hacía, y la lujuria que daba. Taemin se lo había explicado antes. Ahora que conocía este juego que los demonios hacían, entendía que ellos provocaban lujuria en los humanos, hasta el grado en que firmaran un contrato donde daban su alma por un poco más de esa sensación. Sin saber que después de eso, su propia lujuria los condenaba al infierno.

Todos los demonios tenían una habitación donde recolectaban sus contratos. Taemin tenía un despacho, a pesar de que su departamento era absurdamente pequeño. Y todas las veces que Minho estuvo ahí, jamás vio un contrato. Lo intuía, Taemin dejó de comer el día que le conoció. Taemin había sacrificado tanto, y realmente estaba empezando a sentir qué él no hacía lo suficiente por ambos.

-Mis bastardos amigos son unos hijos de puta que disfrutan verme sufrir.- Taemin exhaló, inflando las mejillas en un mohín. -Ambos tenían una transacción asegurada, pero no se detuvieron en picar, y menos en regodearse frente a mí porque saben que yo no haría nada al respecto.- Suspiró, volviendo a acariciar el pecho de Minho, esta vez con menos ímpetu. -Es como eso que dicen los humanos, comer frente al que tiene hambre...

Minho soltó una carcajada, tomando a Taemin por la quijada con su mano izquierda.

-Ese es un dicho, y dice no comer frente a los pobres.- Corrigió. -Pero entiendo, te dio hambre ver lo que hacían. -Y él sentía que su pecho se hinchaba de orgullo al saber que Taemin había ido a buscarlo a él, a pesar de seguir estando enfadado. Además, había ayudado a que arreglarán la situación. Definitivamente, el sexo con Taemin era espectacular.

Jaló a Taemin recostándole en el sofá y quedando a horcajadas sobre él. Le miró de por completo, amando casa centímetro de él.

-Tae, bebé, ¿aún tienes hambre?- Sonrió.

-Mucha.- Jadeó.

-¿Un segundo round?

Taemin rio, alzando su rostro para besarle.

-Tal vez debamos dejar de contar, Min.


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