-Estoooy aburrido.- Taemin lloriqueó, mirando por encima de Kibum lo que estaba haciendo.
-Lo menos que puedes hacer es ayudarme, ¿no?- Kibum rodó lo ojos. Taemin había llegado hacía media hora a su casa, y no había dejado quejarse de lo muy aburrido que estaba. –Entiendo que estés molesto de que hayan llamado a Minho en calidad de urgente, pero debes debe de haber algo que tengas pendiente.
-No…- Suspiró. -Y tampoco quiero estar en casa. Lance y Sweet están en el veterinario.
-¿Y tus peces?
-Me ignoran.- Gimoteó. -Están enojados conmigo, me van a ignorar.
-¿Olvidaste darles de comer de nuevo?- Rio, girándose de donde estaba sentado para ver a su amigo.
-No es mi culpa…- Hizo un mohín. –Estaba ocupado planeando mi cita con Min, y ellos no dijeron nada.- Se cruzó de brazos como niño pequeño, enfadándose con la risa de su amigo.
-Taemin, son peces. Por supuesto que no hablan.- Sermoneó. –Ahora, ayúdame a revisar estos trabajos, o déjame en paz.- Insistió, señalando el montón de tareas que tenía apiladas sobre su mesa.
Taemin se quejó, rodando los ojos. Se levantó del sillón, sentándose a la mesa con Kibum, para así tomar un trabajo y examinarlo.
-No me gusta revisar los trabajos de tus alumnos.- Rezongó. –Son estúpidos.
-Yah, mis alumnos no son…- Se calló al leer por encima la tarea que Taemin había tomado primero. –De acuerdo, si pueden llegar a escribir cosas muy estúpidas, pero igualmente las tengo que corregir. Y si vas a estar aquí, tienes que ayudarme.
-Ughhhhh.- Taemin se aseguró de sonar harto, exagerando su ruido gutural. –No~ quiero~ hacerlo~.- Alargó cada sílaba. –Yo debería estar en una cita con Minho.- Siguió quejándose, mascullando entre dientes. –Ahora no podré salir con él a cenar a un bonito restaurante hasta dentro de dos semanas. Estúpido hospital, estúpidas personas, estúpido celular que recibe llamadas cuando estábamos por salir de casa.
Le tomó cada gramo de autocontrol a Kibum el no reírse ante el constante lloriqueo que su amigo hacía. Era gracioso verle quejándose, sin realmente hacer nada para hacer sufrir consecuencias a quienes le habían interrumpido. Taemin realmente había cambiado desde que inició su relación con el ángel, y podía notarse a kilómetros.
-¿Por qué hasta dentro de dos semanas?- Le cuestionó. -No es como que no puedes conseguir una reservación cuando quieras en el restaurante que más quieras.
-No se trata de eso.- Negó con la cabeza. -Vamos a ir a comer a casa de sus padres, así que realmente ya tenemos ocupado todo el día.
-Tsk, ¿en serio?- Kibum se burló. -¿Conoces a sus padres? ¿Desde cuándo eres tan hogareño?
Taemin le lanzó la tapa del rotulador con el que estaba marcando errores en el trabajo, frunciendo los labios en una mueca.
-Los padres de Minho son fantásticos. Tan…él.- Suspiró. –Simplemente, no puedes evitar ser hogareño cuando estás alrededor de ellos.
-Oh TaeTae, te hemos perdido para siempre.- Kibum terminó de burlarse; Taemin había cambiado, pero parecía ser mucho más feliz ahora.