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Días en el Paraíso por Ari_123_love

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Notas del capitulo:

Fluffy and Pink fue el atardecer, ahora es hora de que la noche se cierna sobre esta historial *I'm batman.jpg*

Minho cerró la puerta tras de sí.

Enredó nuevamente sus manos en la cadera del menor, para atraerle cerca y llenarle de besos el rostro. El gusto les duró poco.

Fuertes golpe en la puerta les hicieron separarse. Minho frunció el ceño, preguntándose quién podría ser con tal premura. Nadie les visitaría sin avisar primero. ¡Y eso le frustraba! Gimió molesto, dándose la vuelta para poder abrir la puerta y descubrir quién les había interrumpido.

Oh cielos.

-Déjame pasar.

Minho miró con mucha sorpresa al hermano menor de Taemin frente a la puerta. Algo de ansiedad en su mirada era enmascarada con su típico gesto de asco. Ese chico ni siquiera le miraba a él, pasaba de Minho tan fácil como si el ángel fuera prácticamente invisible.

-¡Taemin maldita sea! ¡Déjame pasar!- Insistió.

-¿Por qué habría de hacerlo?- Taemin se cruzó de brazos, acercándose a Minho para poder ver de manera directa a su hermano. –La última vez que estuviste aquí dejaste en claro que no te agradaba que estuviera con Minho. Este lugar es de Minho, no tienes nada que hacer aquí.

-¡Tú y tu maldita magia están aquí!- Exclamó ligeramente alterado. –Taemin, me está siguiendo un cazador, por favor.

El rostro de Taemin palideció. Minho se sorprendió al ver cómo un vidrio que no existía en la puerta desapareció, permitiendo entonces que el demonio menor pasara. Ren se veía al borde una crisis, y Taemin ciertamente lo estaba siguiendo muy de cerca. El ángel se quedó sin aliento al ver como Taemin tomaba rudamente de la camisa a su hermano y lo golpeaba contra la pared.

-Te está siguiendo un cazador y has venido a mi casa. Has dejado que siga tu pista hasta mi hogar.- Gruñó amenazante, de esa manera demoniaca en que sólo hacía cuando su límite había sido rebasado.

A Minho no debió de parecerle algo tierno y sexy el que Taemin llamara su departamento como hogar; no al menos en esta situación que no estaba entendiendo del todo. Pero lo hizo, y se sentía orgulloso de saber que para Taemin, el departamento que compartían juntos significaba ese hogar donde se compartía el amor que se tenían.

-No lo entiendo, ¿cazador?- Separó a Taemin de su hermano, evitando que lo asfixiara.

-¿Es estúpido?- Ren resopló entre dientes, cuestionando a Taemin.

-Creció rodeado de algodón.- Se encogió de hombros. -Genuinamente cree que los humanos son buenos.

-Ugh, Taemin tu intelecto te permite estar con alguien mucho mejor. Al menos con el mismo intelecto que tú.- Ren se quejó.

Minho frunció el ceño, sintiéndose ofendido. Ahora entendía la facilidad con la que Taemin casi terminaba asfixiando al otro demonio. Sólo no lo hizo porque Taemin le había tomado del brazo, mirándole quizás un poco preocupado.

-Min, son humanos.- Explicó suavemente. –Cazan todo tipo de creaturas. Demonio…y ángeles incluidos.- Exhaló. –Creen que el creador los ha abandonado, y que nuestra mera existencia es sólo la muestra de esa traición. Lo que no puedo entender es como el idiota de mi hermano no se dio cuenta que estaba jugando con un cazador.- Se giró, escudriñando a Ren. -¡Explícate!

-¡No mostró ninguna señal de locura!- Se quejó, alzando las manos. –No es como antes, que no saben esconder su alma. Se veía como un humano común y corriente…Y entonces, cuando me llevó a su departamento…No sé cómo lo han hecho, pero es como si supieran todo de nosotros.- Giró el rostro, haciendo una mueca de dolor mientras se alzaba la camisa. Un gran trozo de piel le faltaba en el costado.

-Tiene tu esencia…- Taemin frunció los labios, pensativo. –Te está rastreando con eso.- Se cruzó de brazos, claramente molesto.

-¿Pueden detenerse un segundo?- Minho interfirió, sintiéndose confundido con toda la información. –Estás diciendo que eso -señaló la herida en el demonio menor- lo hizo un simple humano. ¡Un humano lastimó a un demonio! Un humano que también caza ángeles…No, eso es imposible.- Negó con la cabeza.

-Min, cariño, escucha.- Sostuvo al ángel por el rostro, buscando hacerle entender lo que diría. –No son racionales, no por completo. Piensan que su creación es la única que vale la pena, sin siquiera abrir los ojos que no son los únicos mortales. ¡Dañan a los animales que fueron creados para su compañía! ¿Por qué no habrían de dañar a los seres creados para su cuidado, y a los seres creados para su castigo?

-Pero…¡Le falta un trozo entero de torso! Eso no es posible.- Argumentó.

-De hecho, yo también tengo esa duda.- Taemin admitió. -¿Con qué te hirió?

-¡No tengo idea! No pude ver, estaba oscuro.- Gritó frustrado. –¿Puedes ya hacer el maldito hechizo?

-¿Hechizo?- La mirada de Minho pasó de Ren a Taemin. -¿Sabes hacer hechizos?

-En serio, ángel, ¿conoces tan siquiera el nombre del demonio con el que follas?- Ren gruñó desesperado. –Taemin es el mejor. Siempre probándose  como el mejor en la escuela. Menos sesiones de tortura para el prodigio.- Resumió. –Se nos acaba el tiempo, Taem.

-¿Escuela?- No, el ángel no terminaba de entender. ¿Los demonios también iban a la escuela? Los ángeles lo hacían, por un periodo corto, donde aprendían lo básico. Casi todo su conocimiento era aprendido en casa. No tenía idea que los demonios tenían un sistema parecido.

-También vamos, Min.- Taemin le sonrió tranquilamente. –Nos ayuda a pulir nuestro talento natural. Sólo que las torturas nunca pueden evitarse.- Se encogió de hombros, riendo suavemente. –Los ángeles conversos son nuestros maestros, los seres con mayor rencor y ganas de venganza que jamás existirán. Pero es lo normal para nosotros, nos forja.

-Oh cariño, cómo quisiera…- Minho le acarició la mejilla.

-¡Ugh! ¿Les recuerdo que se nos acaba el tiempo?- Ren exclamó. –Tic toc, vamos, vamos. Sólo Taemin sabe los hechizos para borrar por completo mi rastro. Del mismo modo en que proteges este lugar como un templo.

-¡Es mi hogar! Por supuesto que lo protegeré como un templo.- Gruñó. –De acuerdo, te ayudaré. Sólo porque ya contaminaste con tu presencia este lugar.- Ladró claramente. –Pero no puedo hacer esta tarea sólo. Ni siquiera contigo. Tenemos que llamarla.

-No, imposible. Ella no responde a los llamados.- Ren se cruzó de brazos, totalmente negado.

Oh oh. ¿Otra ella? Minho dio un paso hacia atrás. La última vez que se habló de una ella demonio, las cosas no fueron nada lindas entre Taemin y él. Sintió genuina aprensión, al imaginarse tener otro demonio femenino en el departamento.

-La haremos venir.- Taemin exhaló. Cerró los ojos un momento y entonces una tabla ouija negra apareció en medio de la sala, sobre la mesita de café. –La traeré.

-Dime que trajiste eso de tu viejo departamento, y no que estaba guardada aquí.- Minho rogó, dando un paso más hacia atrás.

Taemin bajó la mirada, mordiéndose el labio inferior.

-Lo siento…Sabía que si conocías de su existencia, no me dejarías tenerla.

-¿A quién vas a traer, Taemin?- La voz de Minho estaba ronca, sintiendo un repentino miedo colarse por su columna vertebral.

-A una de nuestras princesas.- Ren sonrió.

-A nuestra abuela, técnicamente.

Rayos no.

Taemin se dejó caer de rodillas, frente a la ouija. En cuanto sus manos tocaron el tablero, las luces se apagaron. Sumiendo el departamento en una oscuridad aún más profunda que lo normal.

La espalda de Minho chocó contra el muro, mientras el aliento se les escapaba de los labios sin poder emitir sonido alguno.

Notas finales:

¿Se han dado cuenta que cuando Taemin habla del infierno, se refiera a él como "La Oscuridad"?

Considérenlo ;)


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