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Aventuras por 1827kratSN

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—¿Salir de compras? —Reborn miraba a su madre con una ceja levantaba mientras mantenía en su mano derecha una pequeña figura de un cachorro al que planeaba lanzar desde su ventana para medir que tan lejos podía llegar. Era un niño nada más.

—Claro que sí, Reborn. ¡Será divertido! —sonrisa radiante, expresiva, el alma de esa casa.

—No quiero —lo dijo con tanta seriedad que bajó los ánimos de su madre un poquito

—Vamos, no seas así con tu madre —frunció sus labios y cruzó sus brazos— Nunca quieres acompañarme

—Porque siempre termino aburrido, mamá —elevó sus hombros para parecer desinteresado en la propuesta

—Te prometo que hoy no será así —canturreó

—Lo siento. Ya tengo planes —el pequeño azabache recordó que vio eso en la televisión— Pero te tomaré en cuenta para otra ocasión —con amabilidad dio una leve reverencia y acomodó su cabello al levantarse.

—¡Reborn! ¡Estabas viendo mis telenovelas! —le pareció adorable la respuesta de su retoño, pero, ¡ese no era el momento!

—No —mintió porque le daba pena decir que se quedó mirándolas por un par de horas ya que le parecieron interesantes

—Reborn… soy tu madre, ¡sé cuándo me mientes!

—Mamá —mostró su muñeco— tengo que medir mi fuerza, debo irme

—Tsuna irá también —canturreó sonriente porque necesitaba convencer a su hijito para que se animara

—Mamá —suspiró— tráeme helado. Nos vemos más tarde —se despidió con su mano e intentó dirigirse a las escaleras, pero claro, no ería así de fácil

—Creí que era tu amiguito y te gustaría salir con él —lo persiguió de cerca

—Lo es —hizo una mueca curvando su labio superior— pero tengo prioridades

—¿Cuáles?

—Medir mi fuerza —repitió elevando la figurita y meciéndola de un lado al otro

—¡Reborn! Si no vas no habrá postre —Stella elevó su dedo índice en amenaza

—Bien —rodó sus ojos y siguió su camino

—Ni telenovelas —insistió

—Bien —casi llegando a su cuarto, debía aguantar un poquito más

—Ni… ni… —olvidó que su hijo podía resistir esas cosas, debía pensar rápido— Ni… Ni pantalones largos

—Eso es jugar sucio —Reborn se detuvo para mirar a su madre—. Odio los pantalones cortos

—Reborn, ¿me acompañarás? —le miró suplicante

—No

—¡Reborn! Eres más difícil de convencer que tu padre —fingió llorar

—¿Y cómo lo convences a él? —la miró con curiosidad. En realidad, le interesaba saber, así tal vez él también lograría manipular a su padre

—Es un secreto —Stella hizo un leve puchero— Vamos, hijo. ¡Te comparé algo si me acompañas!

—¿Por qué insistes en esto, mamá? —habló desganado mientras jugaba con sus patillas y se empezaba a resignar.

—Porque quiero salir con Nana y Tsuna —sus ojos adquirieron brillo—. Es que son adorables

—Me comprarás… —lo pensó bien, muy bien. No siempre tenía esa oportunidad de obtener lo que deseaba. ¡Lo tenía! — es decir, quiero ir al supermercado

—¿Al qué? —Stella miró a su hijo. Era verdad que Reborn era extraño, pero eso superó sus expectativas— ¿Por qué?

—Si veo algo que me guste, te pediré que lo compres

—¡Hecho! —dio un leve saltito—. Ahora vamos, debes vestirte. Le diré a Nana que saldremos en media hora

 

 

De lejos, dos castaños caminaban tomados de las manos. La mujer usaba un vestido largo que le quedaba por debajo de las rodillas y el tono celeste la hacía deslumbrar en sencillez; el pequeño a su lado sostenía media galleta mientras miraba sus alrededores a la vez que intentaba no ensuciar mucho su camiseta con un estampado de león o sus shorts azules. No prestaban mucha atención a su caminar lento, sólo platicaban sobre trivialidades referidas a la cena de esa noche. No se dieron cuenta que a unos metros de ellos las personas con las que pactaron esa salida los miraban

 

 

—¿No crees que son lindos?

—Mamá, pareces acosadora —Reborn caminaba sin prisa, sosteniendo la falda de su madre para detenerla y que no se adelantara demasiado

—Pero míralos —reía bajito—. Son dignos de la imagen japonesa —sostenía su cámara y fotografiaba a los castaños a lo lejos

—Mamá, la gente nos están viendo raro —suspiró. No creyó que su madre se comportara así en ese día. Ella generalmente era así cuando fotografiaba aves en el bosque, pero, ¡ese no era el bosque, por dios!

—Una más —murmuraba

—¡Enano! —Reborn se cansó y decidió llamar la atención del castaño al menos— ¡Enano! —repitió con entusiasmo

—¿Reborn? —y lo logró, aunque su madre pareció deprimirse a la vez que guardaba su cámara. Definitivamente no la entendía

—Ja… me hizo caso, lo molestaré con eso —sonrió al ver el ceño fruncido del castaño a lo lejos, era tan fácil hacerlo enfadar

 

 

Los saludos, los susurros entre sus madres, el molesto castaño haciendo pucheros porque lo habían llamado enano, el pequeño azabache de patillas que seguía burlándose. Era típico. Símbolo de buena amistad.

Nana le cedió un par de galletas a Reborn quien las comió gustoso a la par que caminaba con el castaño a un metro en frente de las mujeres. Platicaban cual par de niños discutiendo la razón por la que estaban ahí, de compras, sin cuestionarse mucho porque era un beneficio para ellos. Si se quedaban el tiempo suficiente, almorzarían fuera y la comida rápida era su delirio. Incluso planearon su menú tentativo mientras eran dirigidos a través de las tiendas del centro comercial: papas fritas, gaseosa, un postre de vainilla o chocolate, y una hamburguesa. Sí, eso querían.

Reborn jugaba a saltar sobre las baldosas de color crema de un pasillo mientras que Tsuna saltaba sobre las celestes. Se reían cuando a veces chocaban porque los saltos estaban muy cerca, se molestaban entre ellos de la manera en que los niños siempre hacían para retarse a un juego nuevo, se distraían mientras sus madres los obligaban a entrar a las tiendas cercanas de zapatos o a la perfumería, aunque en la última ellos se quedaron leyendo los nombres de unos frascos extraños con aromas fuertes. Casi tiraron uno de esos envases, pero lograron sostenerlo antes de que cayera al piso; lo colocaron en su lugar y se fueron a otro lado, para ser exactos a sentarse junto a sus madres y decirles que querían irse. Claro, lo más sabio era escapar del lugar del casi accidente. Eran niños, no se les ocurría algo más certero o eficaz.

Todo fue divertido hasta que llegaron a una tienda de ropa para niños. Sí. Su calvario personal. A ninguno le gustaba comprar ropa porque sus madres se volvían locas y querían que se probasen millar de cosas incómodas, que olían raro, y que tenían etiquetas que picaban como mosquitos. Quisieron protestar, pero no los dejaron. ¡Qué horrible era ser niño!

 

 

—Ponte esto, Tsu-kun —su madre le entregó dos prendas: un suéter y un pantalón a juego— ¡Vamos!

—Estoy cansado, mamá —murmuró con un puchero

—Te verás bien, Tsu-kun

—Pero mamá —se quejaba moviendo sus piernas de adelante hacia atrás

—Reborn también está haciendo su mejor esfuerzo —Nana señalaba a su lado en donde el azabache era empujado por Stella para que ingresara al cubículo a cambiarse

—Está bien —suspiraba antes de entrar

—¿Quieres que te ayude?

—Puedo hacerlo solo, mamá —sonrió antes de que se cerrara la cortina

 

 

Era fastidioso, sí, pero no tenían escapatoria. Reborn y Tsuna se resignaron a cambiarse sin ganas mientras suspiraban o se quejaban, a veces hasta hablaban entre sí porque estaban en cubículos adjuntos, se molestaban con cualquier cosa, incluso se lanzaban la ropa que se habían probado por encima del cubículo para al menos divertirse un poco, pero al final las voces de sus madres los detenían y salían para mostrar el atuendo

Tsuna miraba a Reborn, Reborn miraba a Tsuna, se reían porque llevaban ropa a juego y se veían ridículos. Usaban un suéter rojo con un gatito en el medio, pantalones del mismo color con dibujos de números. No les gustaba porque parecía pijamas, pero en realidad era ropa de calle; ambos estaban seguros de que no querían ir usando un gatito rosado en su pecho. Debía ser una broma. Mas, para sus madres era una linda vista y Stella era la que les tomaba fotografías que perdurarían por siempre, de eso estaban seguros.

Nana y Stella informaban que vestirían algo más, los niños decían que no querían eso, sus madres revisaban las fotos y al final tenían que vestir algo más. Ambos pequeños se cambiaron unas tres veces para ser solamente fotografiados, pero con el último atuendo se quedaron callados, es más, hasta sus madres les ayudaron a vestirse con la promesa que sería la última prueba.

No esperaron eso.

 

 

—Reborn —Tsuna miró a su amigo y curvó sus labios en una sonrisa

—Tsuna —el azabache imitó la expresión del castaño, pero él sí soltó unas cuantas carcajadas que contagiaron a su compañero

—¿Qué es… eso? —se sostenía su estómago mientras apuntaba a su compañero

—Lo mismo te digo —reían, no paraban, dolía

—Es que… mamá me…

—¡Mamá, deja este juego! —Reborn intentó detener eso, pero seguía riéndose bajito

—No fotografías —pedía Tsuna cuando escuchó el sonidito de la cámara y eso detuvo sus contracciones abdominales

—¡Pero si se ven adorables! —era el coro de las mujeres presentes, dos de ellas eran encargadas de la tienda. ¿Cuándo se habían unido en contra de ellos?

—¡No más! —pidieron a dúo, pero era inútil, sus madres no los dejarían cambiarse hasta que tomaran las suficientes fotografías

 

 

No solo vestían a juego, en ese punto ya ni se vestían como deberían vestirse.

Ambos llevaban un vestido blanco que les llegaba hasta aproximadamente las rodillas, éste tenía dos capas: la baja era en sí totalmente blanca, la superior era algo trasparente y tenía estampado de decenas de florecitas rosadas. Además, tenía encaje en la zona de su pecho que simulaban ser flores blancas parecidas a las rosas. Sus brazos estaban descubiertos, tenían una cinta de color rosa que los rodeaba por la cintura y, para completar, usaban zapatos blancos con medias del mismo color que no subían más allá de sus tobillos. Tal vez no debieron distraerse peleando entre ellos con palabras que trataban de determinar qué tipo de comida era mejor para ir a comer mientras sus madres los vestían en cada cubículo. Fue un truco sucio, sus madres les dijeron que pensaran en lo que deseaban para almorzar y en donde, bueno… ya no podían hacer nada

Dejaron de reírse y se miraron mejor. Era humillante, al menos lograron evitar que les pusieran algo en el cabello. Suspiraron pesadamente porque sus madres estaban locas: charlaban con las vendedoras, fotografiaban, discutían por quien era el más lindo. No las entendían, lo peor es que sus madres tenían su ropa original, así que ni siquiera podían volver al cubículo a cambiarse de nuevo.

 

 

—Odio esto —murmuraba Tsuna mientras se rascaba su brazo descubierto

—¿No te gusta, Tsu-chan? —Stella le fotografió una vez más—. Pues yo creo que te ves muy lindo

—La verdad me pica —se rascaba en donde el encaje rozaba con su piel

—Deja de hacer eso, Tsu-kun —su madre lo detuvo—, te lastimarás

—No sé —Reborn estiraba la capa trasparente y la examinaba detenidamente mientras movía sus piernas

—No me pude resistir, Reborn —su madre lo fotografiaba también. Parecía que esa memoria no acabaría nunca— ¡Te ves lindo de verdad!

—Pero somos niños —añadió Tsuna con desgano—. No deberíamos usar esto

—Habla por ti —Reborn se irguió y chasqueó su lengua atrayendo la atención de todas las mujeres y Tsuna

—¿Qué quieres decir? —Tsuna lo miraba con una ceja levantada

—Me gusta esta cosa —señaló el vestido y sonrió

—¿EH? —fue la expresión de sorpresa de las mujeres. Era cierto que estaban disfrutando del espectáculo, pero no estaban listas para que los niños lo aceptaran así, sin más—. ¿En serio?

—¡Estás loco, Reborn! —añadió Tsuna frunciendo su nariz—. Pica y se me enfrían las piernas —dictaba inclinándose hacia adelante— ¡Y se sube cuando me agacho!

—Eso del frío es la mejor parte —el azabache elevó la falda de Tsuna— ¿Ves?

—No lo es —protestó, quitando la mano de Reborn. Ambos niños ni se fijaban que sus madres los fotografiaban o filmaban. Ellas se la estaban pasando de maravilla—. Siento cómo choca la piel de mis piernas

—Pues —saltó un par de veces— a mí, me gusta —sonrió—. Ya no me siento aprisionado —sacudió sus piernas—, además, en verano debe ser fresquito

—Pero te quemarás los brazos —apuntó a la piel descubierta de su amigo

—Buen punto —dijo mirando a su alrededor—, pero con un suéter delgado basta —Reborn le quitó importancia y elevó sus hombros. Él no tenía problema alguno

—Sigue sin gustarme —Tsuna jaló la cinta de Reborn— ¿No te aprieta?

—No —dio una vuelta logrando que su falda se elevara un poquito—. Además… me queda bien —dictó orgulloso

—¿Cómo lo sabes? —Tsuna no terminaba de convencerse

—Mira —tomó la mano de Tsuna y lo llevó hacia un espejo cercano— ¡¿Lo ves?!… me veo bien —afirmó con seguridad mientras estiraba sus patillas un poquito

—Tonto, claro que te veo, pero no creo que… ¡oh! ¡Espera! —se miró detenidamente en el espejo—. ¡No se ven los raspones de mis rodillas! —recién se fijaba que la tela llegaba hasta más abajo que Reborn

—Es porque eres enano —picaba la cabeza del castaño— por eso te queda más abajo. A mí sí se me ven las rodillas

—¡Malo!

—Enano

—Eres muy malo, Reborn —lo empujó sin mucha fuerza. Era un juego entre ellos

—Lo soy —rió antes de acercarse al castaño y rodearlo por la cintura para levantarlo— ¡pero soy más alto que tú!

—¡Oye, bájame! —se quejaba empujando la cabeza de Reborn y frunciendo el ceño.

—Hasta pareces una plumita —se reía sin soltarlo y dándole vueltas. No por nada llevaban meses pactando encuentros para jugar, ya eran bastante cercanos y molestarse era como una obligación.

—¡Reborn! No hagas esto —pataleó hasta zafarse y huir de Reborn

—¡Te levantaré la falda, Tsuna!

—¡No! ¡Aléjate de mí!

 

 

Sí, se les olvidó que estaban en medio de una tienda con espectadores, pero las grabaciones y fotografías serían un recordatorio permanente.

Al menos los recompensaron llevándoles a comer lo que quisieran y permitiéndoles quitarse los vestidos, aunque sus madres sí compraron varias paradas de ropa que habían separado antes del juego de fotografías.

Fue un gran día, se divirtieron lo más que pudieron. Pero les faltaba una parada más: el supermercado

Tsuna no dijo nada cuando Reborn lo jaló para alejarse del carrito que sus madres llevaban para hacer las compras, se fueron por los pasillos a explorar lo que había y… sí… Reborn había planeado algo

 

 

—¿Qué hacemos? —susurró para mantener su incógnito

—Investigar —respondió de inmediato mientras leía los letreros que marcaban los pasillos

—¿Qué cosa, Reborn?

—Las verduras —dijo revisando que en el pasillo no hubiera gente, es más, agarró un tablero de “Alerta. Piso mojado” y lo colocó en un extremo. Tsuna lo ayudó a poner el otro al otro extremo

—¿Por qué las verduras? —no entendía, pero tampoco se quejaba

—¿Sabías que los bebés crecen en las lechugas?

—¡¿En serio?! —Tsuna se emocionó, incluso sus ojos brillaron—. Siempre quise un hermano

—Yo no tanto —hizo una mueca— pero no estaría mal encontrar un bebé. Te lo daré si lo encontramos

—¡Entonces busquemos!

—Mira —Reborn apuntó a la mitad de la sección de legumbres—. Ahí están las lechugas

—¿Hay que abrirlas? —se recogió las mangas, estaba listo

—Claro —Reborn tomó una y empezó a quitarle las hojas—. Apúrate o nos descubrirán

—Está bien —Tsuna se puso manos a la obra con aquellas cosas que estaban frías

—Espero que encontremos un niño —suspiró cuando no halló nada y arrojó las hojas al suelo

—Yo también —canturreaba el castaño antes de tomar otra de esas redondeadas cosas

—Elije las más grandes, los bebés deben estar ahí

—¡Sí!

 

 

Media hora más tarde se halló a dos niños decepcionados porque las cuarenta lechugas que abrieron estaban vacías y a dos madres que se disculpaban con los trabajadores por la travesura de sus hijos.

Los niños aprendieron que no los bebés no eran tan fáciles de encontrar.

Las madres aprendieron que deberían contarles mentiras más elaboradas a sus hijos.

 

 

 

 

Notas finales:

 

¡Creo que al fin pude con mi bloqueo! Además, acabé un proyecto demasiado grande y tengo tiempo XD

¡Krat volvió señores! Y acepta ideas

Gracias a scarlet8000 y a GermarySeth por las ideas de este capítulo. Me divertí mucho al escribirlo.

Creo que no daré demasiados capis más en la infancia y pasaré a la adolescencia. ^^ Hacer fluff me cuesta mucho ajjaja, creo que lo mío es el drama y ya XDDDD

Muchas gracias por leer~

Los ama: Krat~


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