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Volvamos a Amarnos por LoneSoru

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Notas del capitulo:

Lone, la autora perezosa que tiene fanfics por actualizar. :'c

Siendo sincera. De no ser por sus lindo comentarios. Dejaría este fic en el olvido. Mis ideas vienen y van. Y siempre hay un momento en el que me nublo completamente. Odio esos dias.

Pero bueno. Aqui el capítulo cinco. Me sorprende que a pesar de haber subido este fic hace ya un tiempo. Recién tenga cinco capítulos. (Vamoh a pegar a Lone) Pero bueno. Sin más que decir. Entremos de chismosas a la vida de nuestros tórtolos favoritos :'D

(Este capítulo no va relacionado con el anterior por lo que pido disculpas por ello :'c)

Un niño de cabellos morados algo crecido, tez clara y ojitos azul cielo. Corría apresurado por llegar a casa. Le venía persiguiendo un gran perro que, para su mala suerte, parecía tener rabia.
Se había topado con el animal a dos cuadras de haber salido de la escuela.
Corría lo más rápido que sus piernas le permitían, sin prestar mucha atención hacia adelante por lo que terminó chocando con un señor de terno negro.

-Ayúdeme por favor! - Suplicó Gakupo al borde del llanto.

-Tsk, niño insolente. Ni siquiera te disculpas. - Se dio la vuelta para seguir con su camino ignorando al pequeño.
Había una tienda abierta a su lado, el animal ya estaba llegando. Sin pensarlo dos veces ingresó al lugar. La señora que atendía dicho local le recibió con una sonrisa preocupada.

-Oye niño ¿Estas bien? ¿Qué es lo que sucede? - Preguntó la señora para acercarse a Gakupo y con un pañuelo limpiarle las lagrimitas que ya habían hecho acto de presencia en su rostro.

-Habia un perro que me seguiiaaa- alargó la ultima palabra rompiendo en llanto por lo asustado que estaba.

-Pero, estas bien ¿No? - Le dio palmaditas en la espalda al pequeño para que se tranquilizara.

-Voy a llegar tarde a casa y mi madre me va a regañar... - Ya calmado explicó, levantándose del suelo y limpiando su pantalón.

-Ah, si gustas puedo comunicarme con ella para avisarle lo sucedido.-Ofreció la amable señora.

-N-no gracias... Debo irme... Gracias nuevamente.

Gakupo salió del local y viendo que ni un otro animal le siguiese continuó con su carrera a casa.

-Gakupo! Es la tercera vez en la semana que llegas tarde! Se puede saber donde andas luego de clases? O es que ni vas a la escuela?! Contesta!- Exigió la señora, madre de Gakupo, mostrando una molestia genuina. Detrás de ella se encontraba Gakuko, su hermanita pequeña quien observaba la escena sin entender mucho debido a su muy corta edad.

-Me venía persiguiendo un perro...- Dijo cabizbajo. Estaba sudado y su carita estaba sucia. Tenia pequeñas heriditas en las manitos y el pantalón algo sucio.

-Aja, y siempre que regresas a casa, algo pasa. El profesor te llama a hacer encargos o te persiguen perros. ¿Algo más que quieras incluir a tu lista de excusas?

-Pero mamá, estoy diciendo la verdad!! - Gritó Gakupo todo desesperado, sus ojitos comenzando a cristalizase.

-Gakupo, no me levantes la voz! Ve a tu habitación y báñate, que estas todo sucio.

Gakupo salió corriendo directo a su habitación, no sabía desde cuando estar en casa se había vuelto un campo de pelea.

Cuando había llegado a la secundaria, las peleas en casa aumentaron más. Pese a que Gakupo era un excelente estudiante, a veces se metía en problemas y todo lo que hacía se le avisaba a sus padres.
Su papá, trabajaba hasta tarde y su madre trabajaba los fines de semana pues debía cuidar de Gakuko.

-Ya no soporto estar en casa, Kaito... Quiero irme... -Lamentó Gakupo cabizbajo mientras caminaba con el de cabellos azules directo a casa.

-Podrías ir conmigo a casa! Mamá estaría contenta con un poco más de compañía. Con la muerte de papá... Ella ha estado muy triste y melancólica. Ambos podríamos animarla! - Dijo Kaito como una pequeña opción.

-No es mala idea, pero no quiero incomodarlos. Sería una carga para ti y tu mamá. -Dijo con su voz quebrándose al notar que ya estaba cerca a su casa.

-No lo creo. Piénsalo. Se que a mamá le gustará la idea. Hasta mañana Gakupo! - Finalizó abrazándolo fuertemente y acariciando su cabello en forma de consuelo.

-Ya llegué! -Avisó desganado, por lo calmado que estaba el ambiente supuso que su padre estaba en casa. Al instante se hizo presente Gakuko. Aun estaba con su uniforme puesto. Con una linda sonrisa fue a recibir a su hermano.

-Gakupo!! Bienvenido! Tienes hambre? Hay algo en la cocina. - Mencionó su hermana. Gakupo solo dio pequeños toques en la cabeza de Gakuko. Comenzando a caminar dentro del domicilio.

-No gracias, Gakuko, ya comi algo que Kaito me invitó. Oye... Papá esta aquí? - Preguntó subiendo poco a poco las escaleras.

-Ah si, está cansado. Mamá esta con él hablando. -Dijo restándole importancia al asunto. Obviamente su madre estaba ayudando a su padre con otra cosa. Claro, si me dejo entender.

-Ya veo, lo sospechaba. Oye, que opinas si... No se, me voy de casa... - Dijo confiándole su secreto a su hermana menor quien al escuchar su idea frunció el seño notándose molesta, muy molesta.

-No, no quiero que te vayas. Me quedaré sola y no tendré quien me ayude con la tarea. - Replicó la chica haciendo pucheros mientras seguia a Gakupo.

-Es que, como sabes. No la paso bien aquí, no... No puedo seguir viviendo así. Necesito mi espacio y estando aquí, ni escuchar música puedo. Uff mamá no parece llevarse muy bien conmigo... - Dijo algo incómodo por los ruidos que se escuchaba desde la habitación de sus padres. Eran suaves pero molestas.

-Pero... Ugh... Cuando será eso? - Dijo rendida Gakuko con un semblante de tristeza.

-No esta decidido, tengo que hablar con mamá y papá. Pero de que me voy, me voy. Tengo el dinero suficiente como para valerme por mi mismo. - Dijo suavecito para que solo ella logre escucharlo. Llegando ya a sus respectivas habitaciones.

-Espero que en todo lo que hagas te vaya bien. No me gustaría ver que sufres... - Dijo abriendo la puerta de su habitación dedicándole una tierna mirada a su hermano.

-Tu tranquila, yo nervioso. Todo va a estar bien.

________

-Que piensas hacer qué?? - Levantó la voz la madre de Gakupo, esta se encontraba sentada sobre la cama intentando acomodar su larga cabellera.

-Gakupo, eres muy joven aun como para ir por tu cuenta, solo en la sociedad. - Expresó con calma el padre de Gakupo.

-Lo se papá, pero yo necesito mi espacio, estando aquí nada puedo hacer. En toda mi vida, las únicas personas que estuvieron siempre a mi lado apoyándome fueron Gakuko y Kaito. Ni amigos tengo porque saben que a ni un lugar puedo salir. No vivo mis etapas como debería ser. Estoy encerrado aquí. Me regañan por cualquier cosa. - Sus ojos comenzaron a cristalizarse al recordar las innumerables veces que tuvo peleas con su madre y que su padre poco pudo hacer para ayudarlo.

-No quiero que crezcas como un vándalo, siempre metiéndote en problemas... Solo me decepcionas más.-Dijo su madre escuchándose más calmada, pero aun así firme a la idea de que su hijo no se vaya de casa.

-Hago todo lo que me pides. Al pie de la letra. Nunca fallo. Tengo buenas calcificaciones. Mantengo en orden mi vida hasta ahora. Qué mas para lograr tus expectativas? He tratado de ser buen hijo para que estes orgullosa de mi. Si te he gritado fue en mi defensa. Ahora si tambien me quedo callado me gritas. ¿Por qué?! ¿Por qué me haces eso...? - Sus lágrimas terminaron recorriendo sus mejillas. Todo lo que su joven corazón había guardado por tiempo por fin pudo salir.

-Como pue- Su madre fue interrumpida por el señor de mayor edad quien miraba compasivo a su hijo.

-Gakupo... Ve a tu habitación. Voy a conversar con tu madre... ¿Si? Ve por favor. -Gakupo se retiró del lugar, aun con lágrimas en sus ojos, directo a su habitación.
Se podía escuchar a su madre discutiendo con su papá acerca del tema.
Gakupo, por su cuenta iba guardando sus cosas en una mochila que tenía guardada por si el momento llegaba. Ya había anticipado en todo ello.
Tenía pensado en buscar un trabajo de medio tiempo para cubrir sus gastos en alimentos y la escuela.

_________

-Gakupo. Tu madre y yo hemos hablado sobre tu asunto. Si es que deseas independizarte. Está bien. De ahora en adelante tu verás por ti mismo. Que vestir, en el gasto de tus cosas. El lugar donde vas a vivir. Todo. Para ello obviamente, necesitarás un trabajo para los gastos en alimentos, tus estudios, la mantención de lugar donde pienses vivir entre otros. ¿Estás seguro poder con todo ello? Yo puedo ayudarte con dinero si es lo que te hace falta. - Cuestionó su padre mirando fijamente a su hijo quien muy decidido observaba a su padre. La señora no se encontraba en la habitación en el momento, luego de aquella acalorada discusión había ido a bañarse.

-Yo estoy muy seguro de poder mantenerme por mi cuenta. Verás que si puedo. Y lo voy a hacer.- Sentenció Gakupo sonriendo de lado.

-Bueno hijo, cualquier problema que tengas, no dudes en venir a mi. Siempre estaré para apoyarte. - Puso punto final a su conversación con Gakupo para dirigir su mirada a la puerta por donde su hijo estaba a punto salir.

Salió de la habitación encontrándose con su hermana quien le miraba preocupada.

-Entonces... Como fue? te quedas o te vas? - Pregunto Gakuko cabizbaja. Pero aun así forzando una sonrisa.

-Si podré irme Gakuko. - Observó a su hermana y sonrió tiernamente.- No estes mal. Prometo venir a verte y llamarte siempre! - Acarició su cabeza y caminó hasta su habitación. - Y tal vez algún dia vivamos cerca... Tal vez - susurró esto último dedicándole una dulce mirada a su hermanita.

-Hablas en serio? - sus ojos se iluminaron y sonrió realmente.

-Si todo irá bien. Ahora. Debo ir viendo el lugar donde quedarme...-Ingresó a su habitación luego de dejar a su hermana en su respectiva pieza. Marcó rápidamente al número de Kaito y esperó a que este contestara. -Hey! Kaito!... A que no sabes... Si si... Solo sería por unos días hasta encontrar un lugar... Es que no quiero incomodar como dije... Claro... Muchas gracias Kaito. Vale, nos vemos!

Ese mismo día había alistado sus cosas para irse de casa. Todo su dinero lo llevaba en la mochila. No llevaba mucho más que ropa y sus cosas personales.
Aunque conocía la casa de Kaito. Iba a encontrarse con el mismo a unas cuadras de la casa donde Gakupo se encontraba.

-Gakupo, cualquier tipo de problema que tengas, no dudes en venir con nosotros.- Dijo su padre para luego despedirse de su mayor hijo con un afectuoso abrazo. Su madre por su lado, lo miraba molesta. A lo cual nadie entendía el por qué.

-No te preocupes papá. Podré hacerlo bien! Me voy mamá... Papá.

-Que te vaya bien. Cuídate mucho y toma buenas elecciones. - Dijo su madre para luego ingresar a su casa. Esta, aunque no pareciera, se encontraba melancólica, no quería estar en ese lugar junto a su esposo despidiendo a su hijo, lo veía muy triste por lo que, de una mala forma, se tuvo que retirar a hacer los deberes en casa.

-Lo mismo digo. - Abrazó por ultima vez a su hijo quien luego de ello comenzó a caminar.

_______

Siempre había pensado que Kaito era un tipo de ángel. Ese que siempre velaba por él y que en todas siempre le ayudaba.
En sus años de amistad. Había ido descubriendo ciertos sentimientos hacia su amigo. Quería pensar que era simplemente un tipo de cariño normal en las amistades. Nada más que eso. Y pensaba que Kaito solo veía como un simple amigo.
A menos que...

-Gakupo, mamá dijo que bajáramos a com- Se quedó paralizado al ver a su amigo con una toalla en la cabeza, solo eso. Mostrando su cuerpo desnudo. Tal y como había venido al mundo.

Por su lado, Gakupo se notaba muy avergonzado. El hecho de que Kaito (Su posible amor) esté viéndolo así. Hacía que se le subieran los colores a la cara.
Rápidamente tomó alguna prenda al azar y cubrió su hombría.

-L-lo siento mucho!! Bajas cuando estés listo! - Kaito, cerró la puerta de la habitación donde Gakupo estaba para luego recargarse en esta. Sus mejillas estaban muy coloradas y su respiración entre cortada. ¿Qué fue lo que había visto? Kaito era consciente de sus sentimientos hacia el de cabellos morados, los cuales nunca confesó por miedo al rechazo, y el verlo de esa manera hizo que los colores se le suban.

Fue hasta el baño para mojar su rostro, asi tal vez se le pase lo rojo que se encontraba.

-Gakupo, no me hagas esto. ¿Qué tipo de tortura es esta? - pensó para si mismo tomando una toalla y secarse la cara. - Haces que me vuelva un idiota a tu lado... ¿Por qué eres tan perfecto? - Dejó la toalla en su lugar para luego salir del pequeño cuarto de baño e ir donde su madre para ayudarle con la mesa.

Mientras tanto, Gakupo se vistió lo mas rápido posible para bajar.
La idea de que Kaito lo haya visto desnudo no se le quitaba de la cabeza. Realmente, preferiría que Akaito lo hubiese visto asi en vez de Kaito.
Fue una situación muy vergonzosa y tal vez no puedan reponerse de ello durante un largo tiempo.

Su habitación quedaba al lado de la de Kaito y al frente de estas dos estaba la gran habitación de la madre del azulado y la de su hermano mayor, Akaito.
La señora había sido muy amable al dejar lista la habitación para el primer y ultimo inquilino en su casa.
Su relación con el mejor amigo de su menor hijo era muy buena, era como su segunda madre además de que sabía ciertas cositas, aunque tenia sus dudas.

-Gakupo, cuanto tiempo te quedarás aquí? - Preguntó de manera indiferente el hermano mayor de Kaito.

-Realmente, no lo se. Pero no será mucho, ya estoy viendo lugares donde instalarme.- Expresó de forma calmada saboreando la deliciosa comida de la señora Shion. - Por cierto, esta muy rico, Mamá Shion. Te luciste.

-Que tierno, Gracias, Gakupo. - Se sonrojó un poco la señora- No hay problema si te quedas por más tiempo.

-Mamá, significa menos espacio. A mi me gusta andar desnudo por la casa. Y no quiero dejar de hacerlo - Soltó Akaito para luego darse cuenta de lo descuidado que fue y callarse de golpe sonrojándose de la vergüenza.

Desde un comienzo, Gakupo y Kaito se encontraban algo distantes, ya ni compartían miradas por lo que a la señora Shion le pareció muy extraño.

-Y a ustedes que les sucede? - Preguntó para darle un suave golpe en el brazo a su hijo quien ni si quiera había probado la comida en su plato.

-Ah es que, tengo mucha tarea que hacer y aun no comienzo... Creo... -Susurró Kaito para ver de reojo a Gakupo quien miraba atento a su plato casi vacío.

-Bueno pues, aprovechen la compañía de ambos y háganla juntos, así será mas fácil. ¿No? - Sonrió para luego seguir comiendo.

-Mamá... Tu quieres ver el mundo arder... Verdad?

________

-Oye... Lamento lo de hace rato, debí golpear la puerta antes de entrar. - Dijo de forma calmada Kaito intentando ocultar su vergüenza y nerviosismo.

-En realidad, yo debí ser rápido al cambiarme. Por un momento había olvidado que estaba en otra casa y no en la mía. - Soltó una floja risa para apegarse más a Kaito.

Ambos estaban en la habitación de Kaito haciendo la dichosa "Tarea" sobre la cama mirando al techo que ahora parecía lo más interesante del mundo.

-Gakupo... Sabes? Eres más que un amigo para mi. - Soltó Kaito, el suave tono rojo apoderándose de sus mejillas. Y Gakupo, al verlo. Vaya que amaba esa expresión en el rostro de su "ángel"

-Tú también lo eres para mi, Kaito- Susurró su nombre. Buscó la mano de su amigo para sujetarla fuertemente.

-Gakupo... Yo- Iba a terminar de decir lo que sería una confesión hasta que alguien abrió de forma inesperada la puerta de la habitación.

-Hey, Gakupo... Que diablos hacen? - Cuestionó Akaito observando esa escena con mucha curiosidad.

-Ah n-nada, no le des importancia! - Se sentó rápidamente en la cama Kaito haciendo lo mismo.

-Que bonito hacen la tarea. En fin, tu celular está sonando. Deberías ir a contestar.- Dicho esto, salió de la habitación para ir a la sala a hacer quien sabe que.

-Ay diablos. - Gakupo salió corriendo a su ahora habitación.

Se dio cuenta que era una mentira pues su celular no tenia ningún mensaje ni nada. Akaito lo había hecho a propósito para arruinar su mejor momento con Kaito. Ya algún dia se vengaría.

-Este idiota... Aunque... Creo que me salvó. Sinceramente, no sabría como actuar luego de ello.-Pensó Gakupo para volver a la habitación de Kaito y asi continuar con su situación.

Si, hubo mucha "azúcar" esa noche.
Akaito lo sabía y no pensaba delatarlos. Si su hermano era feliz. Él tambien lo sería.

Llegó el momento en el que Gakupo tenía un trabajo de medio tiempo y un departamento que podía pagar. Por lo que tuvo que dejar la casa de los Shion para instalarse en su nueva casa. Kaito y Akaito se animaron a ayudarlo con mudar sus pertenencias. No era mucho pero usaron esa excusa para saber donde quedaba el lugar. Al menos Akaito uso esa excusa.

-Realmente, no debieron molestarse en venir... Pero bueno, aqui es donde me quedaré. Es pequeño pero me gusta. Además queda cerca a la escuela. Y del trabajo. Yo puedo con esto.

-Genial, joven. Podremos hacer fiestas? O Kaito. Se enoja? - Bromeó Akaito haciendo que los chicos se confundan.

-Que insinúas? - Preguntó el azulado. Mirándolo curiosos.

-Digo que ya se de ustedes dos, oh vamos! Escuché su conversación la otra vez. Y no es que yo quiera. Las malditas paredes son muy delgadas! - Se excusó Akaito pasando sus brazos por los hombros de su amigo y su hermano. - Tranquilos, su secreto esta conmigo si es a eso a lo que le temen.

Les sorprendió mucho el que Akaito se haya enterado de su relación. Pero les relajaba el hecho de que el pelirrojo era confiable. Punto a favor a la joven pareja.

________

Las cosas en la escuela iban muy bien. En esos años que faltaban para terminar le habia ido muy bien. A veces, cuando tenía el dinero suficiente. Llevaba a Kaito a algún concierto. Con la excusa de ir a hacer trabajos grupales.

Su graduación estaba muy cerca, en unas horas dejarían de ser estudiantes de secundaria.

Gakupo y Kaito habían conseguido una beca para la misma universidad. A pesar que estudiarían diferentes carreras. Por lo menos estarían juntos en el mismo centro académico.
Gakupo tuvo que cambiar de trabajo a uno donde la paga sea mayor ya que. Mientras más grande sea, mas sería el gasto. Aunque cada mes, sin falta recibía una buena suma de dinero por parte de su padre. No podía depender únicamente de ello.

-Kaito ¿Ya estas listo? Tenemos que irnos ya! - Apresuró su hermano insistiendo en que debían pasar por Gakupo para ir juntos a la ceremonia.

-Es que no encuentro mi correa!! Ah... Aquí está... Ya vamos! - La familia Shion salió rápidamente de la casa en dirección al departamento de Gakupo. Este estaba aun arreglándose para la ceremonia, se encontraba muy nervioso pues sus padres irían a dicho evento.

Sabía que Kaito estaba detrás de la puerta principal por lo que salió rapidamente a atender cayendo en cuenta que no estaba solo. Akaito y mamá Shion estaban acompañándolo.

-Vaya! Que sorpresa. Ya estan listos? - Preguntó dejando que pasen.

-Eso debería preguntarte a ti. Ya estas listo? - Dijo Akaito sabiendo que aun le faltaba para estar listo al 100%

-Gakupo, tu corbata está chueca. - Se apresuró Kaito para acomodar dicha prenda de su novio.

-Ah, no lo había notado. - Se excusó Gakupo dejando que el azulado le ayude.

-Chicos, es algo tarde, ya deberíamos irnos. - Mencionó mamá Shion llamando la atención de los chicos.

-Tiene razón. ¿Vamos, Kaito? -Preguntó Gakupo sabiendo ya la respuesta de su novio.

-Claro!

Resumiendo, ese día Gakupo tuvo una incómoda conversación con su madre pero le alegraba verla bien. A parte que tambien pudo ver a su ahora adolescente hermana. Tan linda y sonriente como siempre. Su padre serio pero alegre de ver logrado a su mayor hijo.

Hubo una fiesta para los graduados a la que Gakupo y Kaito no fueron pues tenian planeado ir a otra parte, claro. Avisando a sus padres.
Su paradero era el depa de Gakupo. Pasarían la noche viendo películas o jugando. Claro, no pasando a lo morboso. Porque ellos eran pancitos de Dios y esperarían hasta el matrimonio para ceder a sus deseos carnales... O tal vez un poco antes de ello.

Notas finales:

Quisiera

Quisiera decir, que no todo en esta vida es hard xd

Nuestros pancitos de Dios tienen que guardarse un poco más. Hasta que me de ganas de escribir lemon xD

Bueno, hasta aquí el capítulo. Espero actualizar pronto o me tiraré del tercer piso de mi escuela. :v

Nos vemos en la siguiente actualización! :'D


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