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Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fanfickers por Miny Nazareni

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Notas del capitulo:

Holis!!!

Pues ya estamos aquí con un nuevo capítulo :D

Las cosas se pueden volver un poco interesantes, ya lo estaremos viendo. Lo que debo comentar es que quizá noten que Franco habla un poco distinto, eso es porque estoy tratando de ser lo más fiel posible con la historia, por lo mismo, debe hablar con el acento que caracteriza a los españoles, me ha costado, créanme, así que si llegan a notar algún error o algo que no consideren como parte del modo de hablar, por favor háganmelo saber, estpy abierta a ello ya que entiendo que no es tan sencillo.

Sin más me despido y espero que les agrade el capi ;)

Bitácora de una fujoshi. –Parte 1: El primer encuentro.

 

Odiaba viajar en avión, era incómodo y siempre se mareaba en el aterrizaje, Adam sabía bien que debía acostumbrarse, pues con la nueva ubicación de su hogar, constantemente tendría que estar viajando para visitar a sus familiares y amigos, los cuales se quedarían en el extranjero. Abandonaba todo lo que amaba, pero iría en la búsqueda de algo nuevo, quizá amigos, experiencias y el amor, obviamente no descartaba el amor.

Dio un gran suspiro y caminó por los pasillos del aeropuerto buscando su maleta, era frustrante porque no tenía mucha paciencia, pero sabía que debía desarrollarla con el paso del tiempo. Se imaginó a sí mismo siendo un adulto con muchas cualidades fuera de lo ordinario, una editorial publicando sus libros, un apuesto novio apoyando sus sueños y su familia guiándole como siempre lo había hecho, incluso su padre, aunque ahora mismo no tuviesen una buena relación.

Despertó del ensueño cuando vio el color de su maleta y se dispuso a tomarla, pero entonces, otra mano se adelantó a su tarea y robó la maleta frente a sus ojos, causándole indignación.

                —¡Oye! ¡Esa es mi maleta!—exclamó al perpetrador y el aludido se giró sobre sus hombros como si no le hubiese escuchado, lo cual era entendible, pues llevaba audífonos en los oídos y una actitud despreocupada.

Adam parpadeó sin poder creer lo que sus ojos veían, México sin duda era un sitio de sorpresas y maravillas. Nunca en sus 17 años de vida fortuita había visto a un hombre tan conservado, pues sabía que era mayor que él mismo, pero aún tenía una cierta chispa de juventud. Rizos negros y brillantes, un rostro perfilado, ojos castaños y oscuros aunados a una sonrisa de curiosidad que terminó dándole el tiro de gracia.

¿Qué clase de lugar  es este país? Pensó descuidadamente mientras el observado muchacho se quitaba los audífonos y respondía al llamado que previamente Adam había hecho.

                —Perdonad… ¿Habéis dicho algo? No pude escucharos por la música.

El pobre adolescente despertó del trance recordando que ese chico, al parecer extranjero al igual que él por su acento, aún llevaba su maleta como si fuese propia. Trató de parecer maduro, incluso levantó la mirada y le habló con firmeza.

                —Sí, la maleta que llevas ahí es mía, creo que te has confundido.

                —¿En serio?—enarcó una ceja mientras inspeccionaba el artículo dándose cuenta que el jovencito de los brillantes, y por qué negarlo, encantadores ojos, tenía razón—. Lo siento, es verdad. Os pido que me perdonéis, pero llevo bastante rato buscando mi maleta y creí ser el único que llevaría este color.

Adam sonrió, de repente le agradaba este desconocido, era muy formal y su acento le provocaba cierta risa, pues era sabido que los españoles hablaban muy rápido y su español no era tan fluido como pensaba, pero podía entenderlo y aquello le entusiasmaba, ahora estaba seguro de que podría adaptarse a su nueva vida.

                —Puedo ayudarte a buscar tu maleta. Si es que lo deseas, claro está—ensanchó su sonrisa mientras extendía su mano hacia el mayor—. Soy Adam Marcos.

                —Franco Albano, un placer—replicó el pelinegro con una sonrisa intrigada mientras tomaba la del adolescente.

Justo entonces un carraspeo interrumpió su presentación y ambos miraron al responsable. Una jovencita que llevaba el cabello recogido en una coleta, un par de piercings en las orejas y uno en el labio, ojos enormes y saltones que les miraba a ambos como si fuesen oro puro y un letrero en su pecho con la inscripción “BLCOMTEC”.

                —Me alegra que al fin llegaran, no pensé que sus vuelos tardarían tanto—ambos jóvenes se soltaron de las manos al reconocer los ojos escrutadores de una fujoshi y ella continuó mirando al mayor—. Franco, yo tengo tu maleta, no tienes de qué preocuparte. Mi nombre es Amanda Bastida, Mandy para los amigos, y seré su embajadora en la convención de Yaoi más importante del universo: el BLCOMTEC. Bienvenidos, creadores de contenido.

Ambos parpadearon al mismo tiempo mientras su simpatía crecía por el otro. ¿Qué más se le podía pedir a la vida después de hallar a una persona con sus mismos gustos? Y para mejorarlo, ambos siendo hombres, se había terminado la discriminación fujoshi, era hora de que ambos mostraran que los fudanshis podían llegar a ser incluso más fanáticos del amor entre hombres.

Definitivamente debían seguir en contacto, iban a revolucionar esta nueva emisión del BLCOMTEC.

****

                 —¿Las fujoshis son así siempre?—preguntó en voz baja Franco a un divertido Adam.

                —Algunas, otras son más extremistas. Puedo decir con confianza que, dentro de todo, Mandy parece normal.

Franco cubrió su rostro para evitar que la chica notara su risa y cuestionara el motivo antes de susurrarle nuevamente a Adam.

                —Definir a una fujoshi como alguien normal es avaricioso, amigo Adam, sin duda sois muy inocente, eso me gusta, nos vamos a llevar muy bien.

Si Adam no le replicó que él no era inocente, fue sólo porque Mandy eligió ese momento para girarse y verlos directamente como si acabaran de salir de una revista para adolescentes hormonadas.

                —Oh por Dios, esto es tan bello—suspiró sintiéndose enamorada y tanto Franco como Adam giraron los ojos imaginándose lo que pasaba por su cabeza.

Habían salido del aeropuerto y ahora trataban de tomar un taxi que los llevaría al hotel reservado para ambos, sin embargo, al ser la hora pico en la ciudad, le estaba costando demasiado.

                —Sé que no debo interferir, pero querida Mandy, si no os molesta, yo cuento con un lugar para quedarme aquí en la ciudad y le puedo ofrecer a Adam posada.

                —¿En serio?—preguntó el aludido con sorpresa—. ¿Tienes familia en este país?

                —Mi abuela es latina, amo a este país casi tanto como al mío y por esa razón sé que cuento con hospedaje cada vez que visito México. Ella no me perdonaría que me quedara en un hotel.

La embajadora oficial se giró para verlos directamente a la cara y enarcó una ceja ante la propuesta.

                —El BLCOMTEC les pagó hospedaje en un hotel. ¿Qué voy a hacer con esas habitaciones sobrantes? Por otro lado, si lo vemos desde la perspectiva yaoi suena interesante que ambos vivan bajo el mismo techo—chasqueó los dedos para sí misma como si una grandiosa oferta hubiese caído en sus manos y asintió hablando consigo misma—. Eso les permitirá conocerse, como debe ser, sin interferencias. Me agrada.

Franco entrecerró los ojos y Adam sonrió siguiéndole la corriente a la jovencita fujoshi.

                —No sé si está hablando con nosotros o sólo con ella misma.

                —Creo que nunca lo averiguaremos—concluyó el español dándole por su lado a la chica.

Amanda reaccionó siendo consciente de que los tenía enfrente y asintió con satisfacción mientras daba su veredicto.

                —Muy bien, haremos lo que dices Franco, pueden hospedarse en la casa de tu abuela, pero recibirás atención diaria por parte del concurso—miró al menor—. Lo mismo va para ti Adam, ambos contarán con mi agradable compañía al menos una vez al día.

Gracias Dios, pensaron al mismo tiempo y, al mostrarlo en sus rostros, ambos sonrieron cómplices, lo que emocionó aún a la pequeña fujoshi.

                —En ese caso, yo os guiaré, vosotros no conocéis el camino—tomó la batuta Franco mientras chiflaba en medio del tráfico.

Un par de taxis se detuvieron ante el llamado y el español hizo una mueca satisfecha ante su logro. Adam le sonrió encantado y Amanda encogió los hombros mientras los tres tomaban el taxi y se dirigían hacia el hogar de la dulce y adorable Leonor Albano. Claro, los visitantes no tenían idea del carácter de la anciana, pero se la imaginaban de esa forma.

Sin embargo, Franco sabía muy bien a dónde los estaba llevando. Leonor era muy encantadora, pero nada se asemejaba a las abuelas tradicionales que ellos conocían.

****

                —Siempre supe que eras un atrevido muchacho, pero ahora sí te pasaste. ¿Cómo pudiste traer a ambos al mismo lugar?—reclamó la anciana con una risa jocosa, misma que Franco secundó.

                —Lo sabéis, soy un encanto abuela.

Mandy tenía los ojos entrecerrados y Adam hacía lo posible por aguantarse la risa. La abuela de Franco les recibió con calidez y entusiasmo, pidió a su servidumbre que llevara las maletas de ambos viajeros a sus respectivas habitaciones y, después de abrazar con locura a su nieto, ofreció una merienda deliciosa a base de dulces típicos. Todo estaba muy bien, Mandy se sentía encantada con la mujer y trataba con todas sus fuerzas de ser racional al tener a su mayor shipp frente a ella.

Era difícil de explicar para cualquier chica normal, pero una persona que estuviese en el medio podía entenderla. Las fujoshis eran territoriales con sus OTP´s y para Mandy, el FranxAD era sagrado, verlos lado a lado, platicando como buenos amigos sólo confirmaba sus sospechas. La atracción entre ambos era notoria, sólo un idiota lo negaría.

El problema vino cuando Leonor tomó asiento frente a los tres y, devorando lo que parecía ser un dulce de coco, miró a su nieto con seriedad mientras reclamaba el haber llevado a su novia y a su novio al mismo tiempo. Adam comenzó a reír con ganas, Franco esbozó una mueca burlona y cargada de autosuficiencia y Mandy negó. Cualquier cosa menos emparejarla con FrancesBL, se notaba a leguas que no era su “tipo” precisamente y a ella le interesaba más verlos juntos que cualquier otra cosa.

Además, ella tenía gustos… peculiares.

                —Señora Albano, se lo juro, no soy novia de su nieto—trató de aclarar la fujoshi y continuó con un porte digno de un organizador de eventos—. Soy su embajadora oficial en el BLCOMTEC, la mayor convención de Yaoi en este país.

Mientras hablaba, levantaba sus brazos, al estilo de una poesía coral de secundaria. Adam suspiró dándola por perdida y Franco enarcó una ceja divertido con sus “monerías”. Leonor tomó otro de los dulces y con franqueza aceptó la verdad.

                —Tienes razón, mi nieto no saldría con una chica tan rara—la mala mirada de Mandy hizo reír a Franco con ganas y Adam se sintió apenado por ella. Aunque claro, la mujer continuó sin dejar los cabos sueltos—. Aunque me imagino que tú si eres su novio, qué lindo muchacho, tienes un rostro muy bonito, como siempre, mi Franco tiene buen gusto.

Antes de que Adam aclarara que recién había conocido al español, éste se acercó al menor de edad colocando su brazo alrededor de su cuerpo y presumiendo como todo un galán respondió a su abuela:

                —Os doy toda la razón, soy un tío guay.

Mandy explotó por dentro con semejante insinuación y si no se puso a gritar como una loca fue por puro autocontrol. Adam por su parte negó con una risita nerviosa, el tipo no podía ir por la vida haciéndose el chulo. Aún si lo sea, pensó descuidadamente mientras trataba de soltarse del agarre.

                —Señora Albano, recién conocí a su nieto en el aeropuerto, somos amigos con un mismo gusto y él, con lo amable que es, me ofreció posada en su casa, espero no sea una molestia.

Los tres dejaron sus poses despreocupadas y pasaron a mirarle con cierta ternura. Sabían que tenía 17 años y aunque en algunos lugares, a esa edad ya se tenía más madurez, lo cierto era que, para ellos, ese chiquillo lucía demasiado noble para ese mundo. Incluso para Mandy, quien compartía su edad, aunque era de esperarse, como fujoshi su mente ya estaba más que viciada.

                —Para nada sois una molestia—respondió Franco con una sonrisa y la abuela lo corroboró.

                —Así es, la abuela Leonor tiene mucho espacio para ti.

Agradecido de verdad con ambos por la hospitalidad, dejó que Franco siguiera invadiendo su espacio personal. Los anfitriones ofrecieron de todo, durante toda la mañana completa, Mandy estuvo a su lado muriendo múltiples veces, apuntando detalles para el grupo y cumpliendo un poco su rol como embajadora del evento.

Para cuando fue de noche, la fujoshi se despidió de todos llevándose consigo demasiado material que, definitivamente, usaría más tarde para sus perversos planes. En cuanto ella se marchó, la abuela de Franco también decidió irse a su habitación, aunque era enérgica y un espíritu libre, la verdad es que ya no andaba para tantos trotes. Los jóvenes le dieron el “adiós” con una sonrisa y entonces sí, Franco Albano hizo gala de toda su desenfrenada curiosidad.

                —Ahora que estamos solos podéis contaros un poco más de ti.

                —¿Cómo qué?—preguntó un poco desconcertado con esa actitud.

                —No sabría deciros, pero tal vez comenzar con hablar sobre cómo conocimos el yaoi. Es un buen ejemplo, soy partidario de tratar a fondo a mis amigos y más si sois una persona del ámbito. Por ejemplo… ¿Qué hacéis en el fandom? ¿Dibujo, escritos, cosplay, traducciones o…?

Le tapó la boca demasiado aturdido con su parloteo, no podía acostumbrarse a su ritmo. Para él, conocer a una persona llevaba su tiempo, las cosas caen por propio peso suelen decir, pero Franco parecía tener otros métodos.

                —Vamos lento. ¿De acuerdo?—el aludido asintió y Adam se alejó un poco con cierta timidez—. Bueno… en el ámbito soy… fanficker.

A pesar de que amaba lo que hacía, a veces sentía vergüenza de contarlo en público, era una cuestión de humildad y autoestima, sabía que era muy joven como para considerarse bueno. Sí, tenía un fic que afortunadamente tenía popularidad, pero recordaba muy bien sus inicios, los “leídos” y los reviews, que a pesar de ser pocos, amaba con todo su ser. Por ello, en ocasiones no se sentía digno de tanta atención y si luego le sumabas las críticas de su némesis FrancesBL, su ánimo a veces decaía.

Pero en Franco Albano, a pesar de llevar horas conociéndolo, había hallado un aliado, alguien que conocía el ambiente y a pesar de su forma de ser tan apresurada, le daba confianza, por esa razón había podido decírselo, a pesar de ser su secreto mejor guardado, su tesoro.

                —Eso, mi querido amigo, es excelente—felicitó Franco con soltura.

Y lo felicitaba sinceramente, aunque fuese un fanficker competitivo, veía en Adam a una persona noble y con potencial para cumplir sus sueños. Sois demasiado joven, pensó lamentándolo seriamente, pues de ser Adam un estudiante universitario, no estarían en la pensión de su abuela hablando sobre yaoi y fanfics, sino en otro sitio y haciendo otras cosas, cosas que no debía ni pensar para un menor de edad.

                —¿De verdad lo crees? ¿Y tú qué haces?

                —Al igual que el dulce Adam, soy un fanficker, me gustan los historias BL originales y las de los fandoms.

Curiosamente a ninguno de los dos se les ocurrió preguntar cuál era su usuario en YaoiFan.Es, no era algo de importancia, se dedicaron a hablar sobre sus historias favoritas, sus influencias, lo que hacían en sus tiempos libres y los orígenes de su afición al amor entre hombres. A pesar de la confianza, ni Adam ni Franco mencionaron cuál era su respectiva sexualidad y pensaron que, para ser la primera noche y el primer encuentro, estaba bien dejar el tema para después.

El reloj en la sala de estar de Leonor Albano marcó las tres de la mañana y satisfechos con haber hablado tanto, Franco sugirió que ya era hora de descansar, pues a saber qué planes tenía para ellos la fujoshi loca que fungía como su embajadora. El escalofrío recorrió a ambos y negaron temerosos de su poder de alcance.

                —De acuerdo, entonces vayámonos a dormir—Adam bostezó para corroborar su comentario y Franco se levantó del asiento para llevarlo a la que era su habitación.

                —Por aquí mi joven caballero—teatralizó el mayor y Adam sólo respondió con una risita.

Subieron las escaleras de la casa y entre bostezos, risitas y tonterías, se despidieron en la puerta de sus respectivas habitaciones. Una vez dentro, cada uno hizo algo diferente, Franco comenzó a desnudarse para dormir, quedándose en ropa interior, pues si había algo que en definitiva no le gustaba de este país, era su clima cambiante en las noches, por lo que su opción había sido dormir de ese modo. Por su parte, Adam se cambió de ropa mientras sonreía como un tonto, para ser su primer día en un país nuevo, lo había disfrutado bastante.

Y agradecía mucho el hecho de haber hallado a un buen amigo como Franco Albano.

****

“El primer encuentro fue magnifico, superó todas mis expectativas y en verdad tuve que utilizar todo mi autocontrol para no rodar por el piso. Mis dos ídolos, mi shipp suprema, el motivo de todo mi fangirleo, frente a mí y dándome lo que más amo: Fanservice. Si tuviese que definir en una palabra este día, simplemente el diccionario especializado no me serviría, así que sólo diré que el día de mañana deberá ser aún mejor, de eso me voy a encargar. Hasta aquí mi reporte FranxAD shippers, se despide su informante: MandySuke”

Le dio el último toque a su escrito para el grupo en Facebook que tenía y publicó con una sonrisa.  Amanda estaba muy emocionada pero también nerviosa, ya tenía como 3 reportes del director de su colegio y sus padres habían hablado con ella lo que restó del día. Les daba la razón, no era tan inconsciente, sabía muy bien que sus recientes acciones no eran dignas de un premio, por lo mismo, como buena fujoshi y buena hija, iba a dar lo mejor de sí para enmendarse. Lo primero y más importante, tener todos sus deberes al corriente, para que así el resto del tiempo lo pudiese ocupar para su OTP.

Revisó el reloj en el buró junto a su cama y ensanchó los ojos al ver la hora. Las 12 de la noche, ya era hora de dormir y planear, se tronó los dedos sintiéndose lista y revisó una última vez el itinerario como embajadora del BLCOMTEC que debía hacer cumplir a sus invitados. Se sentía segura de lograr su cometido, aunque debía ser muy cuidadosa y evitar a toda costa que tanto Franco como Adam descubriesen sus respectivas identidades como Fanfickers. Si bien, sabía que era una tontería, puesto que incluso ahora que vivían juntos, era muy probable que hablaran de sus aficiones, ella tenía plena confianza en que lograría contener el gran secreto un poco más.

O al menos, eso creyó hasta que leyó una parte del itinerario.

Casi se atraganta con su propio oxígeno y estuvo tentada a maldecir en mil idiomas. El itinerario marcaba que los embajadores debían llevar a sus participantes a conocer los lugares turísticos más significativos de la ciudad, hasta ahí no había problema. Las cosas se complicaban en la siguiente parte, donde el embajador se encargaba de llevar a los chicos a realizar el segundo registro en el concurso del “Suke de Oro”. Asombroso, ironizó con cierta rabia en su mente. Todo se iba a ir a la mierda en esa parte, pues el registro no era con sus nombres reales, si no con sus seudónimos en la plataforma.

                —¿Qué haré ahora? Vamos, piensa—trató de animarse en voz alta y justo entonces la puerta de su habitación sonó.

                —¿Todo bien cariño?—cuestionó su madre y ella asintió mientras veía a la mujer entrar.

No era una fujoshi de closet, eso era algo que sus padres conocían a la perfección, por algo le dejaban asistir a cualquier convención o evento relacionado al tema. Incluso ahora, que estaba castigada por los reportes de su director, sus padres le permitirían continuar con su labor de ser embajadora del evento. Por lo mismo, ella trataba de corresponder esa confianza de forma correcta.

                —Pues algo mamá, tengo un problema—la mujer mayor tomó asiento frente a ella, en la cama y Amanda comprendió que podía explicarse—. Es fácil, no quiero que Franco y Adam descubran quiénes son, al menos no aún.

                —¿Y eso por qué? Lo que entiendo es que tú quieres que ellos se enamoren, pero amor, no es tan sencillo—explicó su madre y Amanda asintió entendiendo el punto.

Ella shippeaba parejas gay por su fujoshismo en cualquier momento, pero este amor por el FranxAD no era un shipp cualquiera. Iba más allá de una necia convicción de verlos juntos, era un hecho cierto que creía con todo su ser y el verlos en su primer encuentro fue suficiente para entender que no mentía. Ellos se gustaban como fanfickers, pero su mayor deseo era que se enamoraran como personas normales, un chico cualquiera enamorado de otro chico cualquiera.

                —Lo sé, pero si ahora descubren quien es el otro, se cerrarán a esa oportunidad, son orgullosos, necios y estúpidos.

La madre de Mandy sonrió ante lo último y sostuvo su barbilla de manera pensativa mientras su hija explicaba su punto.

                —Creo que lo entiendo. En ese caso… ¿Por qué no le pides ayuda a alguien en la convención para que los registre con sus nombres reales?

El rostro de la fujoshi se iluminó como si su madre hubiese tenido la mejor idea del mundo. Se levantó de la silla impetuosamente y tomó su teléfono celular para marcar un número que conocía demasiado bien.

                —Oh madre, haré algo mejor. Gracias por la genial idea.

                —Me alegra haberte ayudado—encogió los hombros y agregó de forma maternal—. Ahora descansa, te espera un largo día.

Acatando las órdenes de su madre y agradeciendo con una mirada, Mandy se colocó el teléfono en el oído, esperando a que sonara la otra línea. Su madre salió de la habitación y justo entonces, tuvo una respuesta.

                —¿Diga?

                —Hola conejillo de indias—canturreó la menor con una gran sonrisa cargada de puya y casi podría jurar que escuchó la voz del otro lado resoplar—. ¿Recuerdas que me debías un favor? Bien, ya sé cómo puedes pagármelo.

Y con ello Amanda Bastida incluyó a una nueva víctima en su perfecta historia de emparejamiento gay.

Notas finales:

Yei!!!!!

Yo sólo diré que el pobre conejillo de indias tiene mucha paciencia jaja

Y Adam pinta perfectamente para ser un friendzoneador!! Jajaja ok no

Ya no diré más, sólo espero que haya sido de su agrado y nos estamos viendo ;)


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