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Sangre Inocente por Silvia_Riffie

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Notas del capitulo:

Holis, cómo van, espero que bien...


No tengo mucho más qué decir. Espero que os guste el capítulo.


Saludos y disfruten el capítulo.

Todo era una conmoción en la sala donde se llevaba a cabo el juicio de Naruto, la gente hablaba fuerte, había habido gritos, los periodistas llamaban a sus jefes para decirle el gran vuelco, simplemente un caos.


Unos policías llevaron a Hanabi quien gritaba y pataleaba fuera del lugar, ante los gritos de su familia.


- Señores por favor mantengan la calma, que los periodistas salgan – Habló Sarutobi – La familia se puede quedar aquí mientras tanto, lo mismo con el señor Uzumaki, y quienes lo acompañan – Agregó – Abogados, detectives, por favor síganme –


Sasuke miró a Naruto que lloraba en silencio como sin poder procesar lo que estaba sucediendo en esos instantes – Naru me escuchas – Pero parecía ido. Fue hasta donde estaban sus padres y los de Naruto – Está como ido, tengo que ir hablar… -


Minato atravesó la puerta sin importarle nada y fue junto a su hijo preocupado por él, lo meció con cuidado para hacerle despertar de ese letargo, en aquello cabeza debería haber tanto en ese preciso momento.


- Hey, pequeño – Llamó delicadamente, buscando sus ojos azules para que se encontrase con los suyo, y cuando Naruto lo hizo, las lágrimas caían sin parar y el llanto histérico se hizo presente, Minato lo abrazó con fuerza.


Gaara observó a lo lejos como el que alguna vez fue su novio se quebraba en llanto, algo que también fue presenciado por Tobirama que estaba furioso con Gaara y con todos por haber enviado a su sobrino nieto a la cárcel, pero no por eso estaba enojado, no por su conexión sanguínea. Era porque Naruto era un chico inocente, y sufrió consecuencias que jamás en la vida debió padecer, porque alguien simplemente se cegó, eso no se iba a quedar así.


Sarutobi se quitó la sotana y la dejó sobre su asiente, se giró mirando a todos los que estaban ahí adentro, los dos fiscales, el abogado de lo Hyuga, los dos hermanos Uchiha, y los detectives, uno era su hijo Asuma Sarutobi y la mujer que Kurenai Yuhi.


- Alguien que me explique qué está pasando aquí – Asuma miró a Itachi y luego a Sasuke algo que no pasó desapercibido por el juez, entrecerró los ojos – Entonces cuando los detectives se dieron cuenta que Naruto no era el asesino –


Asuma sonrió nervioso su padre era muy perspicaz así que sin más debía hablar, pero primero tenía que hacer algo – Señor Ebizu, le pido que por favor salga, está conversación no es para usted –


El hombre que ni siquiera había tenido la oportunidad de hablar dentro del juicio, menos fue capaz de hablar ahí dentro con todos esos tiburones, si el detective lo estaba sacado de ahí era porque si escuchaba la conversación sería perjudicial para su cliente, solo se limitó hacer un afirmamiento de cabeza y salir de ahí.


- Bien, os escucho – Sarutobi se sentó y acomodó para escuchar lo que los hombres tenían que decirle.


- Los abogados Uchiha llegaron a asuntos internos indicando sus sospechas de uso de poder y malas prácticas dentro del cuerpo de detectives, entonces desde los altos mandos nos pidieron que volviéramos a revisar este caso, en tanto Itachi fue hablar con nosotros para mostrarnos las pruebas que sus detectives tenían y sus sospechas –


- Por qué entonces el juicio – El viejo juez dijo molesto – Ese chico pasó las del tártaro dentro de prisión, esperaban que volviese ahí, mientras su investigación proseguía –


- No – Tobirama contestó – Naruto no iba a volver, las últimas pruebas fueron encontradas y los resultados del ADN en el arma, mucho después que él ingresara al hospital por el último ataque que recibió –


- Estabas al tanto – Gaara lo miró sorprendido y ofendido que su propio jefe le escondiera la verdad – Cómo pudiste –


- Eso debería preguntarte yo – Dijo lacónico el Fiscal interpelado – Cómo pudiste meter a un inocente a la cárcel, era tu novio por el amor de Dios, cómo no lo escuchaste, lo que es peor por qué tomaste este caso –


- Eso es algo que también me pregunto – Sarutobi intervino la conversación – Según mis apreciaciones debería ser sancionado – Agregó más para Tobirama como para los demás.


- Lo será – Dijo Sasuke – No leyó acaso la contra demanda – Conocía muy bien la reputación de Sarutobi sabiendo que él leería todo lo concierne al caso.


- Oh, por supuesto que lo hice, creo que está demás decir que ganará -  Contestó – Volviendo al tema, por qué hicieron este juicio –


- Para descubrir si realmente Hanabi Hyuga era o no la asesina – Tobirama respondió – Sasuke, dijo podría sacarle una confesión, creí en su palabra y como todos atestiguamos lo hizo –


- La verdad no pensé que iba a funcionar – Kurenai habló – Pero era la única manera, toda la familia Hyuga la iba a proteger y no nos iba a dejar a hacer nuestro trabajo, pondrían trabas y usarían su poder para salirse con la suya, pero en el juicio, con los periodistas, el jurados y una decena de más personas, algo dicho por ella iban hacer incapaces de poder protegerla –


- Muy bien, ahora supongo que nadie se opone a oficializar la libertad inmediata de Uzumaki Naruto –


Sasuke vio como todos asentían a lo dicho por el viejo inclusive Gaara, estaba de acuerdo, quiso golpearlo pero sabía que no ganaría nada de nada haciendo eso.


- Cómo va la investigación de Hizashi Hyuga – Preguntó el juez, haciendo que el Sabaku mirase sorprendido a todos.


- Casi culminamos, iremos a por él, en estos momentos en donde están frágiles –


- Muy bien Asuma – Sonrió a su hijo – Me gustaría ayudar con la investigación a Danzo Shimura, si no les parece mal –


- Agradecemos su ayuda juez – Sasuke dijo de todo corazón.


- No hay nada que agradecer, odio las injusticias – Sonrió a los hermanos Uchiha – Tobirama oficialicemos la libertad del joven Naruto…


Mientras tanto en la sala del tribunal, aún seguía caótica, la madre de Hanabi se había desmayado, Hinata estaba en shock, la familia pedía por un paramédico pero los que estaban adentro decían que no podían salir y tampoco podían abrir la puerta porque estaban los periodistas.


Minato parecía hacer oídos sordos a cualquier cosa que no fuese el llanto de su hijo, a pesar que Naruto estaba ya más calmo porque él, Minato,  le había dado agua y otra pastilla que llevaba consigo en caso de que algo así pasase.


- Pa…ayúdalos – Dijo entre hipos el rubio menor – Estoy mejor –


- Pero Naruto – Protestó asombrado de sus palabras. Minato no daba crédito que su hijo tuviese preocupado de ellos.


- Solo ve, necesitan a un médico –


- Me quedaré con él – Madara estaba a su lado hace varios minutos.


- Está bien – Minato dejó de abrazar a su hijo y se levantó a ayudar a los Hyugas.


Naruto de inmediato fue abrazado con protección por Madara – Eres libre muchacho – Susurro emocionado.


- Lo soy – dijo quedito como si aún no lo creyera – Soy libre de esta pesadilla –


- Así es – Sonrió con amor a su hijo, era suyo, del momento en que supo que era de Minato, también era de él. Amándolo como el hijo que siempre soñó tener y que al fin tenía a su lado.


- Que se supone que haré ahora –


- Deberás tratar de curar tus heridas, nos tendrás a todos a tu lado para hacerlo, tome el tiempo que tome – Acarició su cabello con cariño – No tienes que preocuparte ni presionarte por nada –


- Al parecer ya te puedo abrazar – Dijo con alegría, viéndose a sí mismo abrazar a un varón que no fuese Sasuke.


- Es porque soy tu padre – Susurró bajito – Un hijo siempre será protegido por un padre –


- mmmm – Musitó afirmando con la cabeza visiblemente emocionado por los dicho de Madara.


Después de casi una hora entraron todos los abogados y el juez, así como también los periodistas en el momento exacto que tomaban detenido a Hizashi Hyuga por el atentado de homicidio de Uzumaki Naruto.


Otro gran escándalo se dio lugar en la sala, los periodistas gritaban preguntas a la familia que salía detrás del apresado Hizashi.


Nadie de los Uchiha y algunos otros que estaban ahí los envidiaba en aquellos momentos, una asesina y el otro con un intento de asesinato, el poder la familia Hyuga se desplomaría al igual                 que las acciones y el poder adquisitivo que tuvieron hasta ese día.


Sarutobi espero que toda la conmoción pasase para dictar la libertad de Naruto desde ese momento.


- Lamento profundamente que haya sido víctima de un mal sistema de justicia, con negligencia de parte de la fiscalía como de la fuerza policial, sé que las palabras se las lleva el viento, pero mi promesa ante usted joven es hacerle  justicia y llevar ante esta corte a quienes cometieron el crimen de llevarlo a prisión siendo inocente – Dijo con solemnidad el hombre.


- Muchas gracias, espero que todos tengan el juicio justo que a mi se me negó y una pena ejemplar para que nadie cometa este tipo de negligencia contra alguien inocente – Dijo como pudo Naruto tomando la mano de Sasuke, la cual no soltó desde el momento que estuvo de regreso a su lado.


Salieron de ahí siendo acosados por la prensa, fue Itachi quien se encargó de ella, diciendo que Naruto se encontraba indispuesto, ante todo lo ocurrido.


Tampoco harían una celebración como tal porque Naruto quería ir a ver a Sai ese día, ya que fue una promesa que Sasuke le había hecho, y éste tenía toda la intención de cumplirlo, iban junto a Minato y Madara.


Los padres de Sasuke no los acompañaría porque igualmente querían hacerle una pequeña cena a Naruto por su libertad, ya que para ellos se merecía ser celebrado, además iba a ir la familia de Minato para que Naruto conociera a quienes eran parte de su familia.


Sarutobi se dejó caer cansando en su asiento, esperando que su té enfriara un poco para beberlo, el sonido de la puerta lo hizo abrir los ojos, sabía de quien trataba así que lo hizo pasar.


- Usted dirá – Tobirama estaba frente al juez, quien le había dicho que cuando todo terminase, fuese a verlo.


- Es solo una duda – Dijo aclarando la garganta – Naruto Uzumaki es hijo de tu sobrino Minato Namikaze –


- Sí – Contestó, no veía el por qué mentir – Lo supe hace unos días, y la verdad no quise decir nada porque solo iba atrasar todo esto, y en todo caso creo que voy a dimitir, no hice bien trabajo, mi confianza en Gaara nos llevo a este semejante lío, en donde tanto el poder judicial como policial será cuestionado, aquí todos le fallamos a Naruto –


- No creo que debas dimitir, debes hacerte cargo de tus errores, y ser mejor – Opinó – Sabía que eran familia, son casi idénticos, y recordé lo que dijo tu padre sobre el abuso que sufrió su nieto a manos de su niñera –


- Así es, es hijo de Kushina Uzumaki quien murió al dar a luz y de mi sobrino –


- Supongo que esperará para darle su apellido –


- Según sé, no se lo dará –


- Eso no me lo esperaba, se puede saber por qué –


- Minato cree que no es necesario, primero porque ya modificó su testamento en caso de cualquier cosas, lo mismo hizo Tsunade y Dan, como mi padre para incluirlo, además hay una prueba de ADN como prueba, en caso de que alguien cuestione – Explicó.


- Aún así no lo entiendo –


- Madara y Minato creen que es cuestión de tiempo que Sasuke y Naruto se casen – Respondió ante la curiosidad del viejo.


- Veo – Susurró recordando a ese par juntos – A los Uchiha les gustan los desafíos que son difíciles de obtener…


Sai pintaba las imágenes que en su mente llegaban, no sabía qué hacer, pero era un dibujo de él pero su rostro estaba en blanco, no sabía qué expresión colocar, costaba aún conectar con sus emociones. Su médico Shin siempre estaba con él, casi todos los días, en todos los tiempos libres que tenía el galeno iba a por él, el Uchiha lo podía dibujar, tenía muchos dibujos de él, tanto o más de su propia familia.


Sasuke le dijo que podía ser que lo fuese a ver ese día, al menos ya se ubicaba en los días, podía ubicar la mañana, la tarde y la noche así como las horas, por aquello estaba un poco impaciente, con honestidad quería salir de ahí, aunque su médico le decía que aún faltaba tiempo para que lo hiciese, pero cuando eso pasara debía estar seguro que no iba a volver a parar ahí.


Shin llegó al lado de Sai, con delicadeza tocó su hombro una vez que estuvo frente a él para no asustarlo, le sonrió con cariño, vio como el chico trató de esbozar una sonrisa para corresponderle pequeños pasos de bebés, pero tan firmes como los de un infante.


- Hola – Sai miró a su doctor con sus grandes ojos negros expectantes.


- Tu hermano está aquí, viene con un amigo que desea conocerte – Informó el galeno - ¿Te sientes preparado para conocer a alguien? –


- ¿Naruto? – Preguntó, su hermano le había hablado de su amigo que estaba pasando por un mal momento y él lo estaba ayudando junto a Itachi.


Shin sonrió satisfecho, Sai tenía retención y comenzaba ya a recordar conversaciones y cosas de días pasados – Sí, se trata de él –


- Vienen para acá o en mi habitación – Sai ya no compartía habitación con otros catatónicos, porque él ya había salido de aquella condición y los gritos de algunos, o la inmovilidad de otros, le generaba ansiedad, por lo cual Shin decidió ubicarlo en una habitación de casi nula seguridad, con pinturas, libros y lápices, todo en cajas plásticas que Sai debía colocar antes de dormir afuera de su habitación, era para probar primero que el chico seguía indicaciones y segundo evitar la tentación que se autolesionara.


- No lo sé – Sai no lo sabía, le costaba tomar decisiones aún.


- Dónde te sientes cómodo –


- Afuera en el jardín – Respondió luego de pensar varios segundos.


- Vamos para allá – Ayudó a Sai a levantarse, con los días sus músculos ya no estaban entumecidos, por lo cual ya no caminaba como robot, sino más suelto. Shin aprovechó de hacerle señas a Sasuke que caminara hacía el jardín, el Uchiha asintió.


Estaba soleado, aún era temprano casi las dos de la tarde, tanto Minato como Madara tenían hambre, pero no era algo importante dejándolo pasar, lo importante era el encuentro de su hijo.


- Hola Sai – Sasuke fue primero junto a su hermano.


- Hola Idiota – Saludó Sai con una pequeña sonrisa maldadosa, recordó como su hermano en el pasado odiaba eso.


- Miren la audacia de la copia barata – El mayor picó el anzuelo, tragándose su emoción de escucharlo hacer una broma.


- Cómo estás –


- Excelente el día de hoy, y tú cómo te encuentras –


- Quiero irme a casa – Se cruzo de brazo molesto, otra cosa en Sai se estaba volviendo muy tozudo y caprichoso casi como un niño.


Sasuke miró a Shin antes de hablar – Solo uno poco más Sai y podrás ir a casa, unos días, ¿Unas dos semanas? – Miró a Shin


- No lo sé, necesita alguien veinticuatro, siete. En caso que se descontrole –


- De eso no hay problema – Minato habló desde atrás, miró a Madara sonriendo – Hola soy Minato Namikaze –


- Vaya nunca pensé en conocer a una eminencia – Shin fue hacía el rubio para saludarlo.


- ¿Tío Minato? – Sai miró al rubio, como recordándolo en ese momento.


- Hola cariño – Sonrió al menor – Mira quiero presentarte a alguien – Minato tomó a su hijo de la mano – Este es mi hijo Naruto –


- Nuestro – Corrigió Madara de inmediato, haciendo que Naruto girase su cabeza para mirarlo sorprendido – Eres nuestro hijo –


- ¿tienen un hijo? – Sai se levantó para mirar al rubio – Pensé que conocería a Naruto –


- Soy Naruto – Sonrió el Uzumaki viendo por fin a quien le debía su libertad, el conocer a sus padres, el tener una familia, y quizás al varón de su vida, le debía tanto – Hola – Dijo emocionado.


- Hola, pareces un poco menso – Comento haciendo reír a todos, Naruto trataba de tragarse sus lágrimas - ¿Estás bien? –


Shin miró a Sai, era la primera vez que lo veía preocuparse y reaccionar hacia la emoción de otra persona.


- Sí, mejor que nunca – Respondió muy sincero – Sé que lo sabes pero tienes grandes hermanos –


- Solo son unos idiotas sabelotodo – Sai sonrió pensando en sus hermanos, se acercó a Naruto y le dijo al odio – Son geniales, pero no le digas, sobre todo a Sasuke, se cree la muerte –


Naruto aprovechó para abrazarlo con suavidad – Gracias – Le susurró.


Sai no supo porqué le daba las gracias o porque lo abrazaba, pero según el libro del doctor Shin, esas muestras de afecto debían devolverse siempre y cuando no se sintiese incomodo. Le gustó ese abrazo, no lo hacía sentir mal, sino lo contrario, algo calentito llenaba su ser, así que lo abrazó de vuelta.


-No sé por qué dices Gracias…pero de nada – Contestó.


Sasuke observó  a los dos donceles más importantes de su vida, su hermano y el doncel de su vida, para qué negarlo más, estaba completa e irrevocablemente enamorado de Naruto Uzumaki. Verlos abrazados ambos víctimas de la vida y de Gaara, al fin estaban a salvo ahora comenzaba el proceso de sanar, sabía que su hermano en algún momento debería saber la verdad pero lo mejor era que él estuviese fuerte para seguir adelante.


Madara y Fugaku conservaron, la tierra que tenían en donde vivían era grande, por lo cual Madara compraría un pedazo de tierra a Itachi y Sasuke, para hacerse una casa, no querían complicarse la vida y estar meses esperando la casa, por tanto con Minato habían encontrado una hermosa casa prefabricada estilo tradicional japonesa con algunas innovaciones para la comodidad de sus habitantes, en cuatro semanas estaría instalada, aún no compraba la tierra pero ya estaban ensamblando la casa.


Minato no quería estar lejos de Naruto y éste no quería estar lejos de Sasuke, una encrucijada, lo mejor era vivir cerca de ellos, además Fugaku le había dicho que pronto Sai volvería a casa y necesitaría mucha ayuda, Izuna y Mikoto no podrían solo, así que ya había hablado con Tsunade para que le recomendara al menos dos enfermeras o enfermeros pero donceles, por seguridad de su hijo y sobrino.


Minato le contó esto a Shin, quien dijo que si era así podía apurar el alta, pero él tendría que ir a ver a Sai ya que quería estar muy pendiente de él. Namikaze no dijo nada pero eso le llamó poderosamente la atención, era estar demasiado involucrado con un paciente, mas no quiso insistir pero lo tendría en mente porque eso no era normal, era como el mismo con Naruto, ese tipo relación que infringía claramente la raya que separaba al médico del paciente.


Sasuke dejó que su hermano y Naruto conversaran todo lo que quisiera, al parecer los dos tenían se habían entendido bastante bien, Sai hablaba de sus dibujos, le contaba que había escrito historias góticas, Naruto le preguntó si quería seguir en ellas, pero Sai le dijo que no, que ahora quería contar historias de brillantes colores.


Se despidieron horas después en otro profundo abrazo, Naruto le dijo que iría a verlo cada vez que pudiese y que le llevaría algunos regalos, Sai dijo que esperaría ansioso sus regalos.


Al abrir la puerta de la casa de Sasuke, Naruto se dio cuenta que habían hecho algo especial para él, porque habían muchas personas que no conocía, se sintió nervioso, quizás por eso no le habían dicho.


- Es tu familia Naruto – Susurró casi en su odio su padre desde su espalda – No temas, querían hace mucho conocerte –


- Okey – Contestó tomando aire para comenzar a conocer a todas esas personas.


- Así que Naruto es tu hijo – Fugaku miró a Minato y Madara, parecía que el hombre le decía a ambos – Con razón tanta preocupación, debieron decirlo antes – Abrazó a Minato y luego a su primo.


Naruto conoció a su abuelo que estaba muy emocionado por verle al fin, no lo abrazó efusivamente porque sabía de sus miedos, conoció al hermano menor de su abuela Tsunade, un varón muy efusivo y alegre su nombre Hashirama, cabello largo y negro. Por lo que Naruto entendió, venía primero su abuela Tsunade, luego Tobirama, Hashirama y por último el fallecido Nawaki, parecía muy amigo de su padre Madara, por cómo se comportaba al lado de él, y Madara a pesar de hablarle con palabras cortantes se sentía cómodo con el Senju.


Naruto sonrió a todos, estaba feliz de estar libre, sabía que había un largo camino por recorrer aún, pero al menos era libre, jamás debería volver a esa maldita prisión en su vida, aunque ahora se enfrentaba a que no sabía qué hacer con aquella libertad.


Agradecía enormemente tener a sus padres a su lado ahora, porque no podía estar toda la vida dependiendo de los Uchiha, siempre podría existir la posibilidad que Sasuke conociera a alguien y se enamorara, a pesar que aquello partiría su corazón en millones de pedazos.


Cenaron en un alegre ambiente casi festivo, era una comida deliciosa, más para Naruto que estaba muerto de hambre, no había comido nada en el día, así que su barriga lo agradecía.


- Hola tú – Sasuke se afirmó en el marco de la puerta de la habitación del rubio, quien estaba sentado en su cama, recién salido de la ducha, y estaba colocando crema en sus piernas, una visión para el Uchiha, trató de pensar en cosas que le matara la pasión en cosa de segundos, antes que su amigo se levantara.


- Hola – Contestó terminando de colocar crema en su pantorrilla derecha – Pareces cansado –


- Lo estoy – Caminó hasta llegar a él – Te parece dormir en tu habitación –


- Sí – Respondió con un dolor en su corazoncito – Seguro que deseas dormir solo –


- Qué está pensando en esa cabecita loca – Revolvió el cabello del menor – Mi cama está llena de papeles y me da paresa sacarlos de encima. Ni pienses que me echaras de tu cama –


- Puedo ser honesto y decir que me preocupé un momento – Reveló sonrojado – No quiero dormir sin ti –


- Ni yo sin ti – Abrazó al rubio en un instante de arrebato – No quiero dormir ningún día de mi vida sin ti – Confesó.


- Sasuke, qué vamos hacer – Naruto hace mucho tenía esa pregunta rondando en su cabeza, casi sin dejarlo pensar, mientras todos se divertían esa noche, él no dejaba de darle vuelta a todos los miedos que tenía y qué iba hacer con ese gran amor que sentía por el Uchiha. – Sabes que estoy más que roto y temeroso, temó abrir mi corazón como una vez lo hice, porque sé que esta vez me voy a ir a la mierda, el peor problema es que ya no hay vuelta atrás, tengo miedo de estar contigo y peor de estar sin ti –


- Lo sé cariño – Sasuke lo separó un poco para verlo a los ojos – Yo no quiero a nadie en mi vida, y tampoco creo que alguien pudiese llegar adonde tú gallaste, no quiero ponerle nombre a este gran sentimiento que tengo por ti, pero si debiera ponerle uno, sería que estoy enamorado de ti –


Naruto lo miró sorprendido con sus grandes ojos azules, aún más sorprendido que cuando escuchó a Hanabi revelar la cruel verdad.


Sasuke había dicho que lo amaba, que estaba enamorado de él, cómo podía ser posible, pero  conocía suficiente al Uchiha para saber que no mentiría con algo así.


- Yo también lo estoy de ti – Fue inconscientemente dicho, era como si todo su ser estuviese en modo automático.


- Por eso vamos a dejar que todo esto fluya de manera orgánica y suave, sin presiones, sin solicitudes ni exigencias de parte de mí hacia ti, todo con calma, tenemos el resto de nuestras vidas para hacerlo – Le dijo para tranquilizarlo.


- Sabes que quizás nunca te pueda dar hijos, ¿estarás bien con eso? – Ese era uno de sus grandes temores.


- Naruto, sé que estos momentos no quiero hijos, pero si llegan seré inmensamente feliz y sino también, lo veremos en el futuro, podemos adoptar, alquilar un vientre, lo que sea. Como lo que dije antes todo también lo dejaremos al tiempo mi amor –


- Está bien, simplemente me dejaré llevar a tu lado –


- Nunca mejor dicho.-


Gaara estaba hecho un desastre, ya ni sabía qué día era, lo único que sabía es que todo era una mierda en su vida, todas las cortinas estaban cerradas en su departamento, el piso se encontraba regado de botellas de alcohol y latas de cervezas. El humo de cigarrillo era espeso en el lugar, ni siquiera le importaba donde cayera la ceniza, francamente no le importaba si su hogar se incendiaba con él dentro.


Su teléfono se había apagado, gracias al cielo, no dejaba de sonar y vibrar en notificaciones y llamadas, los golpes en su puerta también habían cesado, incluso el sonido de su propia respiración retumbaba ahí, junto con el sonido del goteo de una canilla.


Aún si había silencio en su departamento no en su cabeza, era caótica, no dejaba de repasar cómo podía ser posible qué Naruto realmente fuese inocente, realmente era su castigo, Dios una vez más un hijo suyo había muerto por su culpa.


Pensó en Sai y Naruto, ambos arruinados hasta los cimientos por él, cómo podría seguir adelante, definitivamente él nunca en la vida debería volver a involucrarse con alguien, estaba maldito, de eso tenía la certeza.


La puerta fue abierta con violencia, haciendo que la luz del exterior entrara y quemara sus ojos, trató de ver quién se atrevía a molestar su miseria, colocó el antebrazo sobre sus ojos, para darles tiempo acostumbrarse.


- Miren está mierda – Se quejó el intruso tropezando con las botellas, como pudo llegó a las cortinas y las corrió para luego abrir la venta – Así está un poco mejor –


- Qué haces aquí –


- Temari está como loca por no saber de ti, así que le dije que vendría a verte – Shikamaru Nara el cuñado de Gaara – Estás auto-compadeciéndote de tu idiotez –


- Cállate – Dijo amargamente.


- Esto es problemático Gaara, pero lamento decir esto: Te lo dije – Shikamaru miró al fiscal hecho un desastre con una barba de más de tres días, todo sucio y con la misma ropa del día del juicio – Te dije que no tomaras el caso, te dije que apoyaras a Naruto, te mostré la grabación pero no hiciste caso, igualmente te obsesionaste que era culpable, te cerraste a toda posibilidad, te dije que era incapaz de hacerlo –


- Pensé que no me ibas hablar nunca más – Ladró molesto, Shikamaru fue su amigo por años, pero le dio la espalda con respecto a su accionar con Naruto.


- No tenía la intención de hacerlo pero mi esposa está embarazada y no quiero que se preocupe por ti –


- Sabes de Naruto – Le era imposible no preguntar.


- Sí, ya lo visité – Shikamaru miró a su cuñado hecho un remedo por la culpa – Está dentro de lo que se puede decir bien, pero no gracias a ti –


- Lo sé – Aceptó con pena.


- No se trata de ti ahora Gaara, se trata de justicia para Naruto y aunque Temari teme por ti, lo siento, testificaré a su favor, tú hiciste mal, muy mal y debes pagar por ello – Informó – Ahora dejaré que el señor Tobirama entre a ver tu miseria – Sin esperar respuesta salió de ahí.


Shikamaru no estaba en buenos términos con él, porque se hizo amigo de Naruto y lo quería mucho, a pesar que éste le pidió que no fuera más a verlo a la cárcel o al hospital, la última vez que lo vio ahí. No podía perdonar a Gaara su tozudez, su falta de criterio y su ira nada justificada, incluso su esposa y su cuñado Kankuro le dijeron que no creían que Naruto fuese posible de algo así, a pesar de aquello estuvieron con él. Cosa que trajo más de un problema a su matrimonio, porque él, Shikamaru no estaba dispuesto apoyar a un lunático como Gaara en aquella injusticia, y con lo que iba  hacer, seguramente traería más problemas en su matrimonio, pero su consciencia no lo dejaría en paz si no hacía lo correcto.


Tobirama se despidió de Shikamaru y entró al lugar, realmente era un asco, estaba furioso con Gaara y quería una explicación.


- Que va a pasar ahora – Gaara vio a su jefe que venía con una cara de perro rabioso.


- Estás suspendido, Sasuke te demandó a ti y al juez Danzo Shimura, además de una demanda civil, que a leguas se ve que va a ganar, ambas causas – Dijo seguro – Estoy muy decepcionado de ti, debiste decirme de esta locura, te atreviste a usar la confianza que tenía en ti para pasar por encima de toda la fiscalía. Aprovechaste que estaba de vacaciones para hacer esto, eres un imbécil resentido –


- Realmente creí que era culpable – Gritó harto que se lo echaran en cara.


- ¿Creíste? – Tobirama lo miró casi como si fuese una broma lo que el pelirrojo decía – Cuándo se ha tratado de creer en nuestro trabajo, se trata de la investigación, de las pruebas, de los testimonios, no de creer algo porque se te antojó, todo en esa maldita investigación estuvo terriblemente mal desde el minuto cero –


- Tenía el arma, el testimonio de Hanabi… –


- La sangrienta asesina – Vociferó – Sí tenía el arma porque estaba a su lado, lo escuchaste. Maldita sea, siquiera lo hubieras hecho para salvarlo de la cárcel tendría más sentido, quién en su sano juicio manda a la persona que ama a una cárcel de máxima seguridad, con lo peor de la sociedad, viste sus malditos registros médicos, viste todo lo que le hicieron a ese pobre chico –


- Por qué te molesta tanto –


- No estás preguntando esa estupidez, espero que aún estés borracho – Tenía las insanas ganas de matarlo a golpes – Gaara estás solo en esto, no cuentes con nuestra ayuda – Le dio a saber – Ponte presentable, porque tienes que ir a la fiscalía, asuntos internos quieren hablar contigo, y si no te presentas, vendrán aquí y no será bonito de ver, si te queda un poco de dignidad, báñate, te espero afuera –


Gaara se bañó, quería quedarse en la ducha una eternidad pero tentar el mal genio de Tobirama no era una buena opción. Salió de su hogar presentable, pero aún con cara de resaca, abrió e ingresó al automóvil, sentándose al lado de Tobirama, quien puso el automóvil en marcha de inmediato.


Naruto miraba desde la ventana como la construcción de la casa de sus padres avanzaba, se sentía ansioso, veía como algunas veces los varones que trabajan en la construcción le miraban cuando salía en el exterior con Mikoto cuando trabajaba en el jardín o a ver los avances en la casa con sus padres, o simplemente cuando salía con Sasuke, sentía esas miradas de deseó que tanto asco le daban.


A pesar de aquello no podía dejar de admirar como trabajaban, no era que le gustara la construcción en sí, le gustaba cuando ensamblaban los muebles, le gustaban los muebles, en la cárcel estuvo algunas semanas en la parte de maestranza de muebles, le gustó sobre todo el restaurarlos.


Sabía que si decía que quería algo Sus padres se lo darían incluso el mismo Sasuke lo haría, pero no quería molestar a nadie, se sentía una carga, algo que odiaba serlo, desde que era un niño fue autosuficiente, buscando cómo vivir el día a día, no se trataba de ser tozudo o malagradecido, sino de ser independiente, capaz de vivir por sí solo. Claro que ahora era casi imposible, el solo salir afuera de la casa sin compañía le causaba una ansiedad horrorosa.


Sasuke terminó su día en tribunales, ya habían fijado la fecha de la sesión preliminar, y todo se veía bien para él, trataba de evitar la prensa, todo lo que estaba sucediendo había crecido como la espuma, y los periodistas estaban haciendo lo mejor que sabían meter sus narices en donde nadie los llamaba, por supuesto estaban encontrando cosas escabrosas sobre todo de la familia Hyuga, del Juez Danzo Shimura, pero estaba preocupado porque pronto sabrían de Sai, mientras escarbaran en el pasado de Gaara llegaría a él, y por ende el porqué él, Sasuke, tomó ese caso.


Pensaba en Naruto, estaba raro desde que terminó el juicio, parecía más cerrado y apático, lo habló con Minato le dijo que era porque tenía de nuevo su libertad pero que no sabía qué hacer con ella, ya que se sentía inútil y eso le generaba un síndrome de inferioridad, tendría que hablar con ese rubiecito cabeza de yunque.


Contestó su teléfono al escucharlo sonar, era de la clínica dónde estaba Sai, el doctor Shin le pidió que fuese al lugar.


Itachi ya estaba en la clínica, Sai había pedido por él y por Sasuke, su hermano menor lo estaba dibujando, aunque el mayor trató de preguntar qué quería, Sai estaba más cerrado que ostra, así que se dejó hacer y no moverse mientras el chico lo retrataba. Dio gracias al cielo el ver a Sasuke aparecer en una esquina porque aquel hermetismo lo traía de cabeza, no estaba acostumbrado a Sai siendo tan silencioso.


- Hola – Sasuke miró a sus dos hermanos, no tenía idea de que Itachi estuviera ahí, le hizo un gesto como para ver si su hermano sabía algo pero este le hizo uno de vuelta que decía claramente que no tenía idea.


- Recordé – Sai dijo con voz pasiva – Todo – Agregó bajando el lápiz y moviendo el atril para ver a sus hermanos – Recordé a Gaara, él bebé que perdí y todo lo que hice por la culpa de los medicamentos –


- Sai… – Comenzaron sus hermanos  pero el menor los calló.


- Ayer apareció en la televisión – Explicó – Me vino una imagen de él y luego tuve un episodio de histeria, según el doctor Shin – Habían pasado más de diez días desde que habían ido a visitarlo con Naruto, en ese lapsu había tenido aún más avance el menor – Naruto era novio de Gaara, por eso me dio las gracias, tomaste su caso para vengarte de él –


- Sí – Sasuke aceptó – Pero en medio de ello se me olvidó solo quería salvarlo de la cárcel y de él –


- ¿Te gusta? –


- Lo amo – Respondió asombrando a Itachi e incluso al impávido Sai.


- Cuéntame qué pasó –


- No sé –


- Hermano, tuve un aborto, una serie de intentos de suicido, me acosté con tantas personas que es una suerte que no tuviera una enfermedad de transmisión sexual, estuve años en estado catatónico, ya he pasado las penurias de los siete infiernos, podré soportarlo –


Los siguientes minutos Sasuke e Itachi le relataron todo lo que Naruto había padecido, preocupados de que su hermano no lo soportara, Shin estaba ahí en todo momento observando al menor con ojo clínico, no quería que tuviera otro episodio como el del día anterior.


Sai soportó todo el relato de sus hermanos, aún si sus ojos estaban llorosos, que también era un bueno para él, sobre todo por su condición de borderline, muy a su pesar era hora de darle el alta a Sai, solo estaba esperando que Minato Namikaze le dijera que ya estaba viviendo en su nueva casa, además el galeno le había pedido que viese a Naruto y con lo que habían dicho los dos hermanos mayores Uchiha, tenía más que razón de pedir ayuda.


- Qué pasará con Gaara – La pregunta del menor fue una sorpresa para los otros tres.


- No lo sé, Naruto dice que solo quiere justicia, que Gaara no dañe a nadie más, por mí lo enviaría al mismo tártaro, pero creo en la justicia, no en la venganza, a pesar de querer conseguirla a través de la justicia –


- Él es un asesino – Sai dijo muy seguro – Mató a mi bebé y al de Naruto, debería pagar por ello, debería pagar por a orillarnos a la locura, fue mi culpa el dejarme arrastrar por la depresión y esas malditas pastillas, sé que una parte de mí tiene la culpa por aferrarme tanto a él, por haberlo colocado primero en mi vida y en mi felicidad, en vez de a mí mismo. Dicho eso, Sasuke, Itachi, séquenlo en la cárcel, que se muera ahí, ano soy tan bueno como Naruto – Terminó limpiando sus lágrimas.


- Lo sabemos – Respondieron sus hermanos, porque ellos tampoco eran tan buenos como el rubio, y ellos deseaban lo mismo.


Shin despidió a los hermanos, no antes de preguntar cuánto tiempo creían que Minato iba a vivir cerca de ellos, para darle el alta a Sai, además les hizo indicaciones para la habitación.


Volvió derecho a ver a sus pacientes antes de cerrar el día e ir a casa, iba lo más bien con una sonrisa, cuando vio como Sai movía la mano para que fuera a su lado.


- Doctor, hay algo que he querido decirle desde ayer, pero con todo no he tenido la oportunidad de hacerlo – Dijo mirando directamente a los ojos de Shin.


- Dime – La mirada profunda de Sai lo puso nervioso.


- Te recuerdo…


 

Notas finales:

Nos vemos en otro fic,

Cariños


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