IGNIS AMORIS
Concepción del amor como fuego interior
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Sin nombres
01
Milo le enseñó a Kanon el significado de la verdadera amistad, Atena le enseñó lo importante de la compasión y el valor que el mundo representa. Y ahora en una nueva época de paz y esperanza renovada, estaba aprendiendo a entender, comprender y dar cada una de las emociones que nunca pudo recibir siendo solo un niño y después un adolescente, al menos no siendo la sombra de géminis, el niño maldito. Las marinas le habían enseñado el significado de una familia y ser un alguien responsable, también le entregaron "cariño", en medidas extrañas y nada usuales, pero cariño al fin y al cabo.
Sin embargo, ahora miraba a Saga, analizaba, meditaba y trataba de encasillar su relación con él, su hermano gemelo y su única familia y no podía darle una emoción clara, mucho menos un nombre. Kanon se sobó la cabeza, pasando su mano por su cabello desgreñado y enredado; lucubrar ideas poco precisas y algo oscuras en medio de la comodidad y el desorden de sus mantas no parecía la mejor de las ideas. Estiró su pierna derecha sobre la sábana, sacando el pie fuera del colchón, buscando el alivio al calor que estaba sintiendo. Se hallaban en medio del verano griego y el calor se hacía insoportable, o al menos era la excusa que Kanon daba para su cuerpo sudoroso y sus mejillas sonrojadas. Nada tenía que ver con la imagen mental de Saga, en medio del baño, con una diminuta toalla cubriendo sus caderas, mientras sus manos trabajaban sobre su miembro, sobando y tanteando en rítmicos movimientos, a la vez que su respiración frenética y los gemidos rasgados hacían que Kanon se avergonzara estando en la cama, pues el recuerdo seguía demasiado fresco en su memoria. No había sido su intención pillar a su hermano en medio de una labor tan vergonzosa como esa, pero lo siguiente fue una decisión seria y consciente de su parte, el seguir viendo, el sentirse excitado y el no moverse desde su escondite frente a la puerta, viendo por una rendija como Saga se masturbaba, incrementando y decreciendo de forma exquisita el ritmo de sus manos por su pene, mientras este crecía en tamaño y humedad. Para Kanon esa escena fue hipnotizante y no pudo evitar quedarse, y observar todo el desenlace. Kanon llevó sus manos a su propio pene, pensando en como Saga se movía en aquel escena en el baño, subiendo despacio, tocando desde la base de su pene, y pasando por la larga vena hinchada que recorría todo su miembro, para llegar al prepucio y jugar con sus dedos en la punta, acariciando con delicadeza, para después tomar su miembro con sus manos, envolviéndolo con los dedos para sobar de arriba abajo, de forma enajenada, simulando el coito y la estrechez de una cálida cavidad. Los gemidos de Kanon en el orgasmo se solaparon con los de Saga en su mente, roncos y bajos, ambos nombrando a alguien diferente. Saga nombrando a Kanon, y Kanon nombrando a Saga, fue a partir de ese momento que Kanon supo que su relación con Saga no podía ser etiquetada.