Recostado en la cama, no quiso darle más vueltas a la discusión con el rapero. Ya había tenido suficiente de él y su mal carácter por lo que quedaba de la semana. Intentando distraerse, veía unas fotos de las redes sociales en su celular, cuando escuchó que llamaban a su puerta.
—Jiminnie... ¿Saldrás a cenar?
Cerró los ojos un momento, sopesando la idea.
—¿O prefieres cenar aquí en la habitación?— Volvió a cuestionar el mayor.
No tenía apetito y por hoy, no quería volver a ver a Yoongi.—No se preocupe Jin hyung, no tengo hambre.
Hubo una prolongada pausa y Jimin se sintió tranquilo pensando que quizás Jin se había ido.
—Jiminnie, ¿puedo pasar?
El menor tragó saliva. Estaba hecho un desastre de sábanas revueltas, ojos rojos y nariz congestionada.
—Estoy bien, hyung.— Se acomodó un poco en la cama, por si Jin entraba de todos modos.—Sólo no tengo hambre.
—No.— Fué tajante. —No estás bien Jimin. No puedes engañarme.
Luego de ésa afirmación, el silencio se instaló entre ambos una vez más.
Dentro de la habitación, Jimin estrujaba el celular en sus manos al sentirse atrapado, mientras Jin, del otro lado de la puerta, controlaba el impulso de ingresar a la habitación, estaba inquieto por el menor, sabía lo sensible que podía ponerse a causa de Yoongi. Más le valía a ése tonto rapero, regresar a disculparse porque de caso contrario, él mismo lo haría arrodillarse para pedir perdón.
—Bien, ésta noche te dejaré tranquilo.— Suspiró para tranquilizarse —Pero mañana no solo seré yo preguntando, también estarán los demás chicos ahogándote a preguntas, Jimin. Tae y Kookie están tan preocupados por ti que tuve que amenazarlos para que no vinieran ahora. —Hizo una nueva pausa para dejar de lado su propia inquietud— Descansa Jiminnie.— El aludido escuchó los pasos del castaño alejándose.
Internamente, el rubio le agradeció no solo la preocupación por él, sino también la paciencia y comprensión.
Bloqueó su celular para colocarlo al lado de la almohada y cubrirse la cabeza con las sábanas. No quería ver a nadie en ésos momentos, aún se sentía enfadado y no quería que alguno de los miembros fuera a pagar la culpa de otro.
Se estaba comportando como un niño mimado y lo sabía. Normalmente no lo hacía, pero hoy, solo hoy, dejaría a flote ése lado suyo.
~~
Cerró la puerta a sus espaldas y cuando iba hacia el pasillo de las habitaciones, un Taehyung con la mirada hostil lo interceptó.
—¿Qué le hizo ésta vez Yoongi?
El aludido lo miró enarcando una ceja.
—"Hyung".— Le resaltó con tranquilidad—Me parece que se te está olvidando.— quiso pasar a un lado del menor pero éste no se lo permitió, bloqueándolo. Rodó los ojos con cansancio.
—Le hice una pregunta.— Taehyung no le despegaba la mirada enfurecida y aunque el mayor no respondía, tampoco le retiraba la suya que era serena.
—Yah... ¿Tú también?— Los interrumpió Namjoon, quien se estuvo acercando desde el momento en que Tae abandonó su asiento en la cocina.
—Pero hyung...— Tae formó un puchero con los labios que casi logra que Nam olvide la deliciosa cena que había preparado Jin.
—No, —Lo interrumpe firme— estábamos cenando.— dirige una mirada severa a ambos, centrándola en el pelinegro —Yoongi hyung, su cena también está servida.
—Voy.— Respondió el pálido.
Fue consciente de la presencia de sus compañeros cuando uno a uno se fueron retirando, acatando la orden de su líder.
Volvía a dirigirse al pasillo cuando un cuerpo alto, casi tan alto como Nam, se paró frente a él impidiéndole el paso nuevamente. Al levantar la mirada, se encontró con el menor de todos.
—No sé en qué piensa hyung, —Le espetó con los ojos desprendiendo veneno— pero será mejor que no moleste a Jiminnie más de lo que ya lo ha hecho.— Luego de decir aquello, Jungkook se volvió a la cocina.
Entornó los ojos ante tanta protección, pero en el fondo no le sorprendió, Jimin inspiraba éso.
— ¡Vaya!— Se mofó Hoseok, sacándolo de sus pensamientos — Al parecer, hoy todos quieren asesinarte con la mirada.— había permanecido a un lado del pasillo con la pared sosteniendo su peso y observando todo.—Me pregunto si por fin dejarás de ocultárselo.— Se acercó un poco a Yoongi, como acechándolo.
— ¿No tienes una cena esperándote?— Evitando el tema, lo miró de soslayo.
La risa de su amigo se escuchó fuerte.
—En serio te gusta el drama. —Soltó sarcástico, aunque sin quitar la sonrisa de sus labios.
—Éso no es cierto, el del drama siempre eres tú.— le devuelve ceñudo.
—Nop. Yo soy exagerado. — Se señaló. Señalándolo después afirma: — Tú eres un dramático.— Con actitud de sabelotodo, puso los brazos en jarra— Te lo dije hace mucho, te puedes ahorrar todo esto si se lo dices. Pero eres terco y no quieres escuchar un sabio consejo— Le guiña un ojo con complicidad.
—Hablamos después— Responde cortante — y de preferencia,— Se acerca para susurrar— no en pleno pasillo donde nos pueden escuchar.
—¿Pero se lo dirás?.— Cuestiona en tono divertido.
Yoongi se alejó un paso. —Vete a cenar y no molestes. — le dio un leve empujón.
—Pero quiero saber, ¡muero de curiosidad!— Hizo un cómico puchero acompañándolo de unas sacudidas a sus piernas a modo de pataleta.
—'La curiosidad mató al gato' ¿acaso no has escuchado ése dicho?— soltó con impaciencia, estaba harto de que no lo dejaran continuar con su camino y su plan.
— ¿Estás amenazándome, Yoongi hyung?— puso su mano en el pecho y le dirigió una mirada aguada al mayor.
— ¿Ves que sí eres el dramático aquí?— le dijo rodando los ojos y no esperó una respuesta ya que su pregunta fue retórica. —Ve a cenar. — Le hizo un gesto con la mano y reanudó su camino hacia las habitaciones.
—En serio Yoongi, no hagas tonterías. Díselo ya.— Fue lo último que escuchó de parte de Hoseok. Aunque le causó escalofríos la seriedad con la que habló, no le tomó mayor importancia.
Se hallaba frente a la puerta de Jimin pero se sentía tan nervioso que dudó algunos minutos para al fin, dar un par de suaves toques en la puerta. Esperó cerca de un minuto y al no recibir respuesta, volvió a tocar aunque esta vez con un poco de fuerza.
—Jimin...—Susurró.
No obtuvo respuesta. Quizás el menor ya estaba dormido pero él no quería esperar al día siguiente. Las cosas ya estaban mal y sólo quería disculparse.
—Jimin— Lo llamó. Cerró los ojos con resignación y apoyó la frente en la puerta. —Jimin, necesito hablar contigo... será solo un momento. —Y como del otro lado no se escuchaba más que silencio, añadió. — Prometo no comportarme como un idiota.
Del otro lado se escuchó el seguro de la puerta siendo retirado, el pelinegro se separó de la misma y poco a poco ésta se fue abriendo hasta mostrar una parte del rostro del menor. Sus ojos se notaban aún enrojecidos.
—Lo escucho Yoongi hyung. — Su tono fue frío.
El pelinegro respiró hondo. Ver al de pequeñas manos de ésa manera lo hería de sobremanera. No estaba acostumbrado a pedir disculpas. Pero debía hacerlo esta vez, Jimin se lo merecía, merecía que lo trataran con el mismo cariño que él transmitía. Se enderezó, se aclaró la garganta y aunque no lo miraba directamente a los ojos, dijo:
—Perdona por haberme comportado de esa manera cuando volviste. —Sin que él pudiera notarlo, porque su mirada estaba puesta en el marco de la puerta, el contrario había abandonado su expresión enojada cambiándola por una de desconcierto, ¡Min Yoongi le estaba pidiendo disculpas! —Intenté llamarte al celular pero me enviaba al buzón directamente. Sé que muchas veces discutimos pero hoy saliste por horas y yo no sabía si algo malo te había pasado... —Y como si no hubiese sido suficiente impresión para el rubio, las mejillas del mayor empezaron a tomar un leve color carmín— Estaba preocupado por ti. —Confesó con la cabeza gacha.
Al oír esas palabras saliendo de los labios del pelinegro, el corazón de Jimin se sintió cálido y ligero.
La risa aguda del rubio llenó el pasillo.