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El Inmundo por Yuuram03

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Notas del capitulo:

RESUBIDO. Por los problemas que tuvo ayer el server el capi se borró y los reviews también :c

De todas formas gracias por comentar! Disfruten! <3

POV WOLFRAM

No dormí nada. Estuve hasta las 6am discutiendo conmigo mismo si aquello que vi y sentí no fue simplemente un sueño o una alucinación provocada por mi estúpido monólogo de “me siento vacío y no hay quien me llene” Maldecí por lo bajo, mientras me ponía mi uniforme, para luego salir de mi cuarto saludando a la nada ya que mi madre ya se había ido y salí hacia el instituto sin desayunar.

Caminaba tranquilamente y a dos calles de mi destino me choqué literalmente con un imbécil de enormes lentes, ojos negros y cabello un poco largo. Murata. Maldita sea, quería esquivarlo hasta el almuerzo y se ve que eso no es posible.

—. ¡Hola! —dijo con su estúpida sonrisa como si no me hubiese tirado al suelo de un empujón, mientras me levantaba con cara de pocos amigos—. Lo siento por eso jejeje…—me miró con una sonrisa pícara, sin embargo su disculpa alivió un poco mi enojo por alguna razón. Lo ignoré y comencé a caminar hacía la entrada mientras él me seguía—. ¡Oye! Al menos saluda…

Que molesto es, pero tengo que reconocer que es lo más parecido a un amigo que tengo. Pero eso no significa que confíe en él. Era alguien que respetaba ya que tenía un promedio muy alto casi como el mío, pero me inspiraba cierta desconfianza ya que a veces parecía como si supiese todo de mí y eso me molestaba.

—. ¿No quieres ir a una fiesta hoy, Wolfy? —inmediatamente le di un codazo en sus costillas cuando me llamó así, era muy fastidioso—. AH… AYAYAYAY—se abrazó a si mismo algo dolorido y yo sonreí para mis adentros.

—. No, Murata. Sabes que no me gustan las fiestas y menos las que organiza este instituto. Todos terminan perdidos de borrachos y eso me da asco— dije sentándome en mi silla dejando el maletín arriba del pupitre de madera, mientras él hacía lo mismo en el asiento de al lado para mi mala suerte—. Nunca me convencerás de ir…

—. Y si te digo que tal vez podrías arruinarle el día a Saralegui…—en el momento en que lo mencionó mis ojos se iluminaron, seguramente de malicia pensando en las miles de cosas que podría hacerle al rubio con cara de nena—. Al fin y al cabo la fiesta es de él…—dijo acomodándose sus lentes, siempre que hacía eso era porque se traía algo entre manos… Pero no me interesaba con tal de poder hacerle pasar un mal rato al otro.

Saralegui y yo somos enemigos desde la primera vez que nos vimos en el instituto a principio de año. Por alguna razón a ese imbécil no le puedo mostrar mi parte amable como a todos los demás, sino que despierta mi desprecio.  Tal vez es porque él, a pesar de ser un inútil de notas bajas, tiene una vida comprada a diferencia de mí que nunca estoy seguro de que a fin de podré pagar la colegiatura.

—. Acepto…—susurré mordiéndome las uñas de la emoción—. ¿Qué tengo que vestir? —al hacer esa pregunta tonta, Murata se rio y me dijo que luego me mostraría si lo acompañaba al centro comercial. Dudé un poco ya que no sabría si tendría para pagar la ropa en ese momento, sin embargo él inmediatamente se ofreció a pagarla por mí diciendo que luego se la devolvería haciendo sus tareas lo que acepté a regañadientes.

A la salida de las clases, nos encaminamos al centro comercial y entramos a la primera tienda de hombres que encontramos. Me mantuve siguiendo a Murata tímidamente ya que era la primera vez que venía a este tipo de tiendas sin mi madre. Sí, lo admito… Soy un nene de mami, pero es lo que hay supongo.

—. Mira, esto… ¿Te gusta? —sonrió, mostrándome una hermosa camisa azul rey con mangas blancas. Sencilla y elegante, la tomé de inmediato lo que lo hizo reír tiernamente—. Supongo que eso es un rotundo sí…. Jajajaja—se volteó y tomó rápidamente unos jeans negros ajustados pasándolos por mi rostro—. Pruébatelos, seguramente hasta podrías revivir a un muerto con tu belleza…jajajajaja —lo golpeé ya que ese comentario estuvo demás y tomé de mala gana lo que me ofrecía, no me sentía comodo llevando cosas ajustadas pero hice lo que pude.

Me encaminé al probador con las dos prendas, pero no pude saber cómo ni por qué de un segundo a otro mi trasero estaba tocando el suelo totalmente adolorido. Alguien me había empujado, sino mal recuerdo esta era la segunda vez que un imbécil de cabello negro me tiraba al suelo. Observé a al idiota, era más grande que nosotros, de unos 21 años supongo.

—. ¿Estás bien? —sus ojos negros se enfocaron en mí y me ruboricé levemente. Lo miré un poco, tenía ojos y pelo azabache que complementaban a su hermosa piel morena—. Ven, te ayudo a levantarte…—su ofrecimiento me despertó de mi ensoñación y pude ver una mano en frente de mí preparada para ayudarme.

—. ¿Wolf? — me volteé al escuchar la voz de Murata, sin embargo me sorprendí al verlo paralizado observando fijamente al joven frente a mí. Luego volví a mirar a este extraño y tomé su mano para al fin levantar mi trasero del frío suelo. La textura de sus manos era casi idéntica a la que sentí esa noche, eso despertó una alerta que de inmediato fue adormilada por mí diciendo que era algo muy común que ciertos hombres trabajadores las tengan así—. ¿Qué haces aquí? —al pararme sentí como Murata envolvía sus manos en mi cintura y me atraía hacia él alejándome del extraño.

—. ¿Qué? ¿Acaso no puedo venir a comprar algo de ropa? —vi un destello de furia en sus ojos por un momento que luego se transformó en la estúpida sonrisa de antes—. Que yo sepa, amigo mío, no eres el Gran Sabio de este mundo…—se rio, para después mirarme tiernamente cosa que hizo que me volviese a sonrojar—. Mi nombre es Yuuri… ¿Y el tuyo es?

—. Wolfram…—susurré, pero de golpe sentí un inmenso dolor en el pecho al escuchar su nombre—. AHHHH… —un grito de dolor de mi parte y la mirada de miedo del desconocido fue lo último que escuché antes de desmayarme.

SUEÑO DE WOLFRAM

Me levanté en un lugar completamente negro. Estaba algo desorientado por lo que caminé un poco por aquel lugar buscando el interruptor suponiendo que este era mi cuarto, sin embargo no encontré nada…

—. Wolfram… —una voz muy parecida a la mía, pero con un tinte más siniestro susurró mi nombre haciéndome voltear de inmediato para darme cuenta que me encontraba frente a un espejo. Era de mi tamaño, su marco era dorado con esmeraldas adornándolo.

—. ¿Quién eres? —susurré con algo de miedo mirando fijamente el espejo. Me asusté mucho cuando mi reflejo se transformó. Lo que veía era a alguien exactamente igual a mí sólo que con ojos rojos y cabello negro, su ropa era algo extraña… Una túnica negra cubría todo su cuerpo y un velo rojo sangre cubría parte de su cabeza.

Una fuerza inhumana atrajo parte de mi mano dentro del espejo, mientras que parte de la mano del extraño salía de él. Me asusté mucho, sin embargo algo dentro de mí me decía que debía luchar por salir de este lugar ya que si no algo muy malo pasaría.

—. Soy tú…—sonrió con malicia mi reflejo, sus ojos se iluminaron en malicia—. Soy el ser que vive dentro de ti esperando salir… y tomar el lugar que me pertenece como dueño de este cuerpo…

—. Vete al diablo…—dije y, de golpe, una espada dorada apareció ante mí. El ser oscuro se sorprendió y pude ver un dejo de miedo en sus ojos. Sin dudar tomé esa espada y atravesé el espejo apuñalándolo—. ¡No me tomarás tan fácil! —grité lleno de furia y salí corriendo de ahí.

No sabía de donde salió toda esa valentía. Pero simplemente fue como si llama de mi corazón se hubiese encendido de nuevo.

FIN DEL SUEÑO.

Notas finales:

Baii


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