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Capítulo 8: Invitación al juego.
En una zona alejada del bosque, se podía distinguir a dos sombras sentadas cómodamente viendo hacia la luna casi opacada por las nubes que cubrían poco a poco su belleza, por la silueta de dichas sombras se podría dar cuenta de que eran hombres.
--¿Amo? Usted cree que ella lo recuerde, solo teniendo en cuenta que ella no es la misma.
--Lo sé mi querido noble, y si no me recuerda tendré que aprovechar para tomarla como quiera, por las buenas o por las malas.
--¿Cómo era? Debió amarla.
--La amo a mi manera. Mi pequeña luna, tenía la mirada tierna, una sonrisa cálida que te invita a querer abrazar el sol, su risa era igual a las campanillas dándote ganas de creer en los cuentos de hadas.
Sus cabellos largos y ondulados con mechas plateadas. Pero sobre todo su sangre, dulce embriagante que no la soltarías hasta dejarla seca.
--Amo ya decidió cuando vamos a jugar.
--En una semana, en poco tiempo estaremos juntos sí o sí.
--Que hacemos con los demás vampiros, no podemos dejarlos solos.
--No importa, déjalos ir supongo que la asociación se encargará por nosotros, en cuanto estemos en la Academia me encargaré de cada obstáculo que me impida estar con Mi pequeña luna.
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En cambio en los dormitorios de la luna estaban inquietos por el aroma a sangre que se percibía en el ambiente, por más intentos hacia Takuma no podía.
Los poderes de la joven sangre pura se estaban yendo de las manos tanto que lastimaba a los demás.
--Yuuki-sama, debería calmarse esta lastimándonos por favor.
--¡No me importa! Debería matarte Takuma ¿Cómo te atreves a dejar a mi prometido solo con un nivel E sediento? ¡Podría matarlo!
--No podía ir contra de los deseos de Kaname, el asi lo quería...Seiren por favor ya sabes que hacer.
--Si Takuma-san.
--Pero que…
Yuuki no termina de hablar porque de un solo movimiento de las manos de la guardiana, la castaña pierde el conocimiento en los brazos de esta.
--Gracias Seiren y por favor con ayuda de Akatsuki-san llévenla a su habitación.
--Enseguida, vamos Kain.
--Bien.
Kain toma en brazos el cuerpo flácido de Yuuki y suben las escaleras en dirección a la habitación de ella siendo seguido de la guardiana de Kaname.
--Los demás antes de que pidan o reclamen del actuar de Kaname ese fue su deseo por favor respétenla. Y sin más que decir nos vemos mañana.
Todos y cada uno de ellos se dirigen a sus habitaciones pero eso no aleja sus preocupaciones de sus mentes hacia su líder y amigo.
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A la mañana siguiente, la luz del sol se asomaba traviesa en una habitación ahuyentando poco a poco la oscuridad, esta luz que lentamente le quitaba el sueño al joven que le daba de lleno en su rostro.
Un joven peliplata se removía inquieto por la luz del sol pero siente un ligero peso sobre su torso, lentamente abre sus ojos amatista y los dirige a este; viendo con asombro al que se aferraba a él era nada mas y menos que el chupasangre mayor Kaname Kuran.
Quien tenía un semblante de cansancio y de tranquilidad como un ángel, algunos mechones castaños caian libremente sobre su frente y sus ojos, respiración lenta y pausada que le hacia cosquillas, sus labios rosados entreabiertos invitando a ser besados.
Sin darse cuenta sus brazos rodeaban aun mas fuerte la cintura del castaño contra su cuerpo, pero antes de hacer un movimiento para despertarlo se da cuenta que en el cuello del castaño tenía heridas de colmillos que apenas estaban sanando diagnosticando su debilidad.
Poco a poco deja que el cuerpo débil de Kaname repose plenamente sobre su cama para tener tiempo de irse a bañar y despejar su cabeza.
Al mismo tiempo que el peliplata se bañaba, el castaño despertaba, de golpe le llegan los recuerdos de la noche anterior, rápidamente toca su cuello haciendo una mueca de dolor al sentir las heridas tiernas de colmillos demostrando su debilidad y suspira con alivio al saber que no ha pasado a más que servirle de donador.
Sin mucha prisa empieza a buscar su camisa al igual su saco y zapatos para evitar así los mareos, mentalmente se maldice por dejar que el peliplata bebiera de más.
Aunque el esfuerzo titánico de vestirse lento y seguro no lo salvó de un mareo demasiado fuerte que lo obligó a sostenerse de una repisa tirando algunas cosas en el acto, por sus sentidos agudos el peliplata escucha toma una toalla para saber que está haciendo su "invitado".
Solo para ver a Kaname a medio vestir tomando fuertemente la repisa para evitar caer que, seguramente, del mareo que le había dado.
--Deberías de quedarte a descansar un rato, estás muy débil para irte ahora.
--Y quién será el culpable de que esto suceda ¡No lo digas! El nivel E Kiryuu Zero.
--Te dije que te fueras y no lo hiciste, ahora quién es más culpable que yo.
Ambos habían quedado frente a frente, lanzándose gritos tal cual pelota de ping pong.
--No serás tú el más culpable, porque tú me tomaste por sorpresa y eso que iba a irme.
Discusión interrumpida por el sonido de las bisagras al ser abiertas por el rubio Director.
--¡Qué bueno de que estás bien Zero! Tú también Kaname aunque un poco pálido.
--No se preocupe Cross-san estoy bien, la palidez pasará cuando tome las pastillas.
--Bien los dejo solos, no peleen, el desayuno los espera en el comedor.
Y sin mas Cross abandona la habitación dejándolos en un silencio incómodo que se podría escuchar un alfiler caer.
Antes de hablar Kaname se queda con la boca abierta al ver que el peliplata se quitara la toalla, dándole tiempo para admirar su cuerpo; las traviesas gotas de agua caían libremente desde su cabello, pasando por su espalda y terminar en la retaguardia, pero al regrese su mirada a la espalda y se da cuenta que ella aún están las marcas de sus uñas, causando que su corazón latiera mas deprisa y que en sus mejillas se coloreen.
Estaba tan ensimismado en su mundo que no se da cuenta que el peliplata ya se encontraba totalmente vestido y lo miraba divertido al saberse admirado por el sangre pura, aunque le parecía tierno el color rojo en las mejillas del castaño incluso su respiración se detuvo por un momento al ver que el sol iluminaba poco ese rostro dándole la apariencia del ángel estaba entre sus brazos antes.
--Será mejor que te des prisa Kuran.
--Claro Kiryuu.
Sin decir una palabra más el peliplata abandona la habitación dejando al castaño terminar de arreglarse.
[Kuran parecía un ángel y algo en mí decía que lo retuviera en mis brazos que es el lugar donde pertenece, ¡Pero qué pensamientos son esos, él es mi enemigo!]
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En un jardín, el sol apenas iluminaba el lugar, flores conocidas y desconocidas de todos los colores, entre ellas corría alegremente una niña de cabellos ondulados cortos de color negro, ojos cargados de alegría infantil de color marrones, portaba un vestido con estampados florales y, de color azul y una de color blanca atada a su cintura con zapatos color negro.
--A que no me atrapas, ¿Qué lento eres papi?
Atrás de la alegre niña iba un hombre delgado y, de estatura alta, cabellos cortos rizados de color negro, ojos de color verde jade, portaba una camisa de color negra, vaqueros rasgados y deportivos de color marrones.
--Saori-chan por favor ven a los brazos de papá.
--Si me atrapas primero papi, mamá es mas rápida que tú ¡eres lento papi!
Antes de que el caballero la tomara entre sus brazos, la niña ya había sido atrapada por su madre.
--¡Mami! Viste papi, ella es mas rápida que tú papi.
--Saori, no te dije que te comportaras cuando papi cuida de ti, ¿Dónde esta Ichiru pequeña revoltosa?
--Lo siento mami estaba aburrida y el tio Ichiru estaba en la sala leyendo.
--Eres como un niño mas Rei, ¡Estoy rodeada de niños!
Rei se había acercado a su esposa e hija dándoles una sonrisa llena de tanto cariño que sentía hacia su pequeña familia.
--Me hieres cariño. ¿Cómo estas, y Kaname-sama no vino contigo?
--Estoy bien amor y Kaname-sama está recurándose fue donante del hermano de Ichiru.
--Vamos adentro y me cuentas que sucedió con más calma, mientras esta pulguita toma un baño.
--¡Papá!
Todos pasan a la casa, en la sala efectivamente se encontraba Ichiru ensimismado en la lectura, no querían interrumpirlo a excepción de alguien.
Sin darse cuenta la niña a pasos lentos se dirigía hacia su “tío” solo que se había dado cuenta de lo que planeaba la peque, pero no haría nada al respecto.
--¡Tío Ichiru!
--Saori, no deberías de tomar un baño.
--Pero mamá…
--Déjala ya termine de leer, jugaré un rato con ella me ocuparé de que tome un baño, estoy más seguro que ambos tienen que hablar.
Rei de alguna forma había rodeado la fina cintura de Seiren y miraba de manera burlona a Ichiru.
--Gracias Ichiru, eres un excelente niñero de la pulga.
De igual forma Ichiru le responde la mirada al esposo de Seiren.
--Ja-ja-ja que gracioso Rei, solo que no te hablaba a ti, le hablaba a la bella dama que esta alado tuyo.
Ambas mujeres de la casa suspiran profundamente y dicen al mismo tiempo.
--Aquí vamos otra ves.
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En la casa del rubio Director todos se encontraban en el comedor desayunando excepto el castaño sangre pura.
--Oe Zero te encuentras bien.
--Si me siento muy bien, gracias por preguntar Kaito.
Todos callan al darse cuenta que el faltante bajaba las escaleras lentamente las escaleras, con tez pálida y notables ojeras pero eso no le quitaba el porte elegante y gallardo en su forma de caminar; el peliplata no podía quitarle la mirada encima, por alguna extraña razón siente que ya lo había vivido pero por ojos de alguien más.
--Kaname te sientes bien, será mejor que te quedes un poco más para que descanses.
--No se preocupe Cross-san estoy bien, no quiero causarles más molestias. Pasará con descanso y las pastillas.
--No causas problemas, al contrario deseo de todo corazón que te quedes un poco mas y así descansas.
Pero antes de que Kaname le diera una respuesta al Director, la puerta principal es abierta abruptamente, por ella entraba con la cabeza en alto, usando todo su cuerpo para la seducción, detrás de ella un molesto Yagari.
--Yuuki ¿Qué haces aquí? Deberías de estar en tus clases personales con Aido.
Yuuki se había lanzado a los brazos de su hermano mayor y este le correspondía.
--Oniisan estaba preocupada por ti, pensé que Zero te había hecho daño.
De golpe los recuerdos que quisieron ser olvidados de la noche anterior les llega a ambos, causando que los latidos se aceleraran, sus mejillas se pusieran rojas, en el caso de Zero sus ojos por un momento cambiaron de color al recuerdo del sabor de la sangre del príncipe de los vampiros en sus labios.
[Tan dulce y embriagante como el vino]
Yuuki extrañada por el accionar de Kaname y Zero los mira.
--Dije algo malo Oniisan.
--No pasa nada Yuuki-chan.
--A usted no le hablaba Director, era a mi hermano.
Mientras Yuuki discutía con el Director, Kaname y Zero se miraban fijamente tratando de ver lo mas profundo del otro, todo bajo la mirada atenta de los otros cazadores a pesar que estaban hablando entre ellos no le quitaban la supervisión.
--Maestro ¿Qué averiguó en la Asociación?
--Cuando se vallan los chupasangres, esto es asunto nuestro.
--Lo sé, pero Cross le pidió al chupasangre mayor a quedarse un poco mas, está débil.
--¿A qué te…? ¡Atrápalo Zero antes de que caiga!
La magia que se arremolinaba entre ellos es rota, cuando ve que los parpados de Kaname lentamente se cierran, sus piernas terminan por cediendo a su peso hasta no sostenerlo. Ante el grito de su maestro su cuerpo reacciona rápido atrapando el cuerpo del castaño antes de que golpee el suelo.
--¡Oniisan!
--¡Kaname-kun!
--Oe Kuran
Es lo último que escucha el castaño antes de que la oscuridad lo reclame.
Kaname siente unos brazos cálidos rodeando con fuerza y delicadeza su cuerpo, hasta podría decir que ya los había sentido antes.
EL enemigo está pensando en mover sus piezas ante la estrategia del destino.
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