Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sobreviviendo al amor por desileo

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Dacio acomodó lo último de su equipaje, procurando asegurarse de que no fuera demasiado pesado para el viaje que tendría que hacer desde las Marcas Libres hacia el Cónclave en el templo de las Cenizas sagradas.


Alrededor de tres años atrás estalló la guerra entre magos y Templarios, gracias a la intervención de Garret Hawke. Pensó por unos segundos en cómo un humano podía ser el héroe de un elfo dalishiano, rememorando su juventud.


Habían parado en una ciudad para vender algunos materiales y a cambio recibir provisiones, cuando un bardo fuera de una taberna narró la historia de un mago humano que logró lo que Tevinter nunca pudo hacer: vencer al Arishock en duelo singular.


Su madre estaba a su lado, por lo que al notar su interés le incentivó a que fuera a escuchar su historia, mostraba una sonrisa enigmática y repetía el mismo patrón por años hasta que llegó la noticia de la masacre en Kirkwall y la llegada del libro con toda la historia del Campeón de mano de uno de sus amigos más cercanos: el escritor Varric Tethras.


Regresando al presente, recordó las órdenes de la Custodio Deshanna Istimaethoriel, la cual preveía que cualquier decisión que se tomara en el Cónclave afectaría a todos por igual, incluyendo a su clan.


Decidió que su primero debía ir a ver dichos acuerdos, ya que era el más apto por su conocimiento de la magia y saber manejarse adecuadamente entre los humanos, pues su madre vivió fuera del clan una buena parte de su vida, sabía las costumbres de los humanos y le transmitió ese conocimiento.


Una vez dio el visto bueno a su equipaje, fue por su ropa de viaje, la cual era simple y no tan llamativa para mezclarse adecuadamente con las personas que estarían; sin embargo, a mitad de su menester lo interrumpió su madre, el cual lucía algo preocupado.


Pensando que tal vez estaría supervisando que no llevara demasiada raíz élfica (aunque a diferencia de su infancia, podría utilizarlas adecuadamente, con el bono de su buen olor) bromeó.


─No te preocupes, llevo lo esencial para los días de viaje y esta vez te prometo no meterme en problemas.


Negando con la cabeza, respondió.


─Y aunque me hagas esa promesa, sé que encontrarás la manera de hacerlo. Lo cual hace que me preocupe el dejarte ir solo.


La Custodio había ordenado que él fuera solo, ya que un solo elfo llamaría menos la atención que dos de ellos, en especial si uno tenía tatuajes que resaltaban cómo pulgar dolorido.


Por supuesto, su madre se negó a tal petición, pensaba en todos los peligros con los que se toparía en su camino. Tardaron alrededor de cuatro días para convencerlo de que se las podría arreglar sin nadie, pues gracias al entrenamiento que recibió de la antigua Custodio y de la actual, podía dominar a la perfección la magia.


Utilizando el tono más tranquilizador que encontró, intentó apaciguar a su madre.


─Ya soy lo suficientemente fuerte como para salir de ellos por mí mismo. Además de ser un mago lo suficientemente competente para hacer frente a lo que sea que se cruce en mi camino.


Soltando un suspiro preocupado, respondió.


─No desprecio tu habilidad, simplemente que es la primera vez que sales del clan sin nadie que te acompañe. Y como madre es mi deber preocuparme por ese tipo de cosas. Lo cual me recuerda; procura alejarte de los templarios, tienden a matar antes y preguntar después, más ahora que están en guerra con los magos.


Dacio asintió obedientemente, sabiendo que sería el comienzo de una larga lista de cuidados que debía de tener, como que no debía hablar con extraños (a pesar de que ya no era un niño), la manera en cómo lucían los bandidos y que mantuviera una dieta balanceada.


Su madre podría haber continuado con ello, sin embargo, la Custodió los interrumpió, anunciando que era la hora del ritual para que el clan pudiera despedirse adecuadamente de uno de sus miembros, deseándole la mejor de las suertes y pudiera encontrar su camino de vuelta hacia ellos, para que Fen´harel no le hiciera perder el rumbo y llegara a salvo.


Eso último era curioso, pues en un futuro sería él quien se supondría debería de proteger al clan del dios en forma de lobo.


El guerrero dio una mirada cargada de preocupación, pero no se permitió ser débil, por lo que tomó la mano de su hijo hasta donde se encontraba el resto del clan. Cada uno dio su despedida y su deseo de buena suerte, quedando al final su madre y la Custodio, la segunda diciendo una especie de rezo para alejar al lobo terrible, y el primero pidiendo que tuviera cuidado.


Lanzando unas últimas palabras a su madre, comentó.


─ No te preocupes. No me iré para siempre. Volveré para contarte todo lo que pude ver.


Viendo por última vez hacia las personas que había conocido durante toda su vida, emprendió su viaje hacia lo desconocido, marcando su destino para siempre.


-------------------------------------


Fenris ayudaba a instalar el campamento, sin poder evitar ver hacia un punto indefinido, preguntándose si Dacio había llegado con bien a su destino o si estaba metido en un gran problema.


Hace ya varios días que su hijo fue al Cónclave, esperando ver los resultados de ésta, pero continuaba extrañándolo como el primer día que se fue, causando varias miradas llenas de simpatía por parte del resto del clan, lo cual odiaba profundamente.


Lo último que deseaba dar era lástima al resto del grupo, por lo que ocultaba a toda costa esos sentimientos. Continuó ayudando a instalar el campamento, alejando a toda costa los pensamientos depresivos.


Sin embargo, fue sacado de su menester por un gran estruendo proveniente del cielo. Confundido vio hacia arriba, para observar la terrible escena que se desarrollaba frente a sus ojos asombrados.


El cielo se estaba abriendo, revelando un resplandor verde, del cual salieron figuras que el guerrero supo reconocer de inmediato gracias a todos esos rituales de sangre en Tevinter; demonios salieron de la enorme grieta para ser lanzados con fuerza hacia la tierra, causando una fuerte ráfaga que derribó de manera violenta algunos de los árboles que estaban alrededor y las pocas tiendas que ya tenían armadas.


Dentro de su pecho se formó un mal presentimiento, creciendo rápidamente por las posibilidades de su causa y lo que pudiera significar para el mundo.


Como un pequeño susurro en su mente, el recuerdo de la conversación con Flemeth hace varios años atrás, le hizo ver lo evidente, lo que temió desde que abrazó a su hijo la primera vez.


El destino le había alcanzado.


Fue sacado de sus meditaciones cuando una mano se posó en su hombro, perteneciente a la Custodio, la cual le daba una mirada alentadora y conocedora, mientras tranquilizaba.


─ No puedes sacar conclusiones tan precipitadas, pudo ser en cualquier parte de Thedas. Dacio debe estar en este momento viendo los acuerdos entre magos y templarios, completamente a salvo. Aunque si algo ha pasado, muy pronto lo sabremos.


Desviando la mirada hacia el campamento, comentó.


─ Ahora solo hay que preocuparse por lo que tenemos frente a nosotros. ¿Podrías ayudar a reparar el campamento? Te servirá de distracción.


Reconociendo que la elfa tenía razón, ayudó a arreglar el campamento, sin poder apartar la vista del cielo y orar porque su hijo no estuviera implicado en ese enorme desastre.


---------------------------------------


Fenris estaba haciendo su maleta, listo para partir en cuanto consiguiera los suministros suficientes para llegar a Refugio, o al menos era donde creía podrían tener cautivo a Dacio.


Las primeras noticias que llegaron casi provocaron que su corazón se saliera por su pecho, al oír que el Templo de las cenizas sagradas de Andraste (lugar donde se había producido la enorme grieta en el cielo) había sido destruido junto a todos sus ocupantes, exceptuando a uno: Dacio del clan Lavellan, del cual también se le acusaba de causar ese incidente, asesinar a la Divina y al borde del linchamiento por los pocos afortunados que no habían estado dentro del Templo.


Estaba por salir del campamento junto a su modesto equipaje, cuando la Custodio le detuvo en seco una voz llena de mandato.


─ No te irás de este campamento hasta que sepamos exactamente lo que está pasando ahí.


Perdiendo completamente la paciencia y dejando que el pánico le dominara, gritó.


─ ¡¿Y piensas que dejarlo a su suerte es la mejor opción?!


Sin amedrentarse por la actitud del guerrero, contestó.


─ No, pero si vas allá, será seguro que les maten a ustedes dos por intentar huir. Si antes le creían culpable, se los estarás confirmando con eso.


Estaba por responder, pero la Custodio ni siquiera le permitió decir nada más.


─ Nunca he tenido un hijo, pero sé que debe ser muy difícil seguir lo que te estoy pidiendo porque deseas protegerlo. Tan solo te pido esperar a ver lo que está pasando, analizar la situación pensar con la cabeza fría lo que debemos de hacer a continuación. Además, Dacio siempre ha sabido salir solo de los problemas. Hay que tener fe de que sabrá salir de éste.


Viendo que no lograba convencerle completamente, agregó.


─ Podemos mandar una carta a Refugio para que nos envíen algún informe sobre el estado de nuestro primero. Después de todo, tenemos derecho a saber de él.


Fenris no estaba muy conforme con lo que la Custodio decía desde el punto de vista de una madre, mas desde el punto de vista de un guerrero ella tenía mucha razón, por lo que bajó su equipaje y respondió.


─ Si nada de eso funciona y Dacio sigue siendo su prisionero, entonces no dudaré en ir por él.


------------------------------------


Después de un tiempo, tuvieron más noticias de Dacio, informando que se había unido a la Inquisición recién formada por propia voluntad, siendo uno de los más importantes, pues era el único que tenía el poder de cerrar las Brechas.


Con el paso del tiempo, llegaron historias de sus grandes hazañas, hasta que una de éstas alarmó a su madre: sobrevivir a una avalancha que destruyó Refugio, dirigir a la errante Inquisición hacia Feudo Celestial para así convertirse en el Inquisidor del grupo.


Y como guinda del pastel, se escuchaban rumores de que había caído totalmente enamorado de un extranjero que, posiblemente, pertenecía a Tevinter.


Nada de lo que pudiera decir la Custodio le convenció para no ir hacia la Inquisición, por lo que ésta se limitó a advertir a su Primero de su llegada inminente.


Comenzando así otra nueva aventura.


Fin


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).