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One-shots navideños por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

De antemano una disculpa pues esta parte debía estar publicada desde hace más de 12 horas pero ya que la página estaba en mantenimiento y después mi internet se puso de diva no pude subirlo pero bueno, por fin el cap

Este es uno de los más especiales pues llevo mucho queriendo escribir de esta parejita y por fin tuve la oportunidad, espero sea de su agrado

Ese día pudo ser como cualquier otro, compartiendo con sus hermanas y cocinando de todo para la cena de esa noche pero el castaño había insistido tanto en salir juntos que no había podido negarse, menos aún luego de que todos accedieran a ir.

 

Le parecía extraño que no tuvieran actividades para esa fecha pero no iba a dejar pasar la oportunidad de convivir durante esa celebración con sus amigos y ese chico que de un momento a otro había comenzado a ocupar su mente.

 

Era un hecho confirmado que por nada del mundo el de ojos verdes cancelaría su paseo por la ciudad pero, aún con la presencia de todos sus amigos, no podía evitar sentirse avergonzado al pensar que justo esa festividad la pasaría a su lado.

 

—No deberías estar tan nervioso, es sólo un paseo por la ciudad—la mayor de las gemelas intentaba tranquilizarlo, pues sabía de sobra que su hermano estaba preocupado.

 

—Aunque podría ser tu oportunidad de confesarte, estoy segura de que si vuelves a decirlo y fuera de la escuela va a entenderlo.

 

Sus hermanas sólo querían motivarlo y que se mostrara menos tenso de lo que había estado en los últimos días desde que el castaño sugirió la salida sin darse cuenta que mencionarlo sólo hacía que su tensión aumentara.

 

Es cierto que el haberse confesado y no ser comprendido le había afectado pero habían pasado dos años ya desde que eso sucedió y, aunque sus sentimientos por el chico siguieran intactos, no pensaba más en hacerle llegar sus sentimientos.

 

Las gemelas no paraban de preguntar si volvería a confesarse aprovechando que estarían alejados de cualquier tema que pudiera hacer que malinterpretara sus palabras. Sin embargo, el rubio no podía imaginarse volviendo a repetir sus palabras y menos aún frente a sus amigos.

 

Seguía ansioso y, justo un día antes de su salida, decidió llamar al de ojos verdes para avisarle que no podría asistir.

 

—¿Por qué no? Incluso Tengenji aceptó ir luego de que Tsukigami y Kuga lo convencieran. Sería demasiado solitario si no vas.

 

—¿Eh? Bueno, yo...—no estaba preparado para cualquier pregunta que pudiera hacer y tampoco tenía una respuesta adecuada—Haré lo posible por ir, quizá si logro ordenar todo hoy no haya problema.

 

—¡Genial! No puedes faltar Nayuki, por favor...

 

Suspiró profundamente mientras apretaba entre sus manos el celular. Era tan difícil negarse a lo que pidiera ese chico, y no sólo por lo que sentía por él, sino por ese entusiasmo y empeño que siempre terminaba por contagiar al resto.

 

No podía faltar a su palabra, por más nervioso que estuviera, así que se limitó a arreglarse, no demasiado para evitar sentirse más ansioso, y esperar que la hora acordada llegara mientras intentaba pensar en otra cosa.

 

Jugaba con sus dedos cuando su celular sonó avisando sobre el mensaje que acababa de recibir. Tomó el aparato con una mueca extrañada al notar el remitente pues no estaba acostumbrado a ver el contacto del de cabello morado entre las notificaciones.

 

"Aprovecha esta oportunidad, quizá Hoshitani por fin lo entienda".

 

Parpadeó un par de veces tras leerlo, no lograba comprender porque su amigo decía algo así en ese momento. Estaba por preguntar lo que significaba hasta que volvió a recibir otro mensaje, está vez de Tsukigami.

 

"Hoshitani podrá ser torpe y distraído pero así lo aceptaste así que no queda más que luchar de nuevo y esperar por los resultados".

 

Una vez más el mensaje lo había tomado por sorpresa y no sabía como interpretar lo que acababan de decirle. Comenzaba a tener una ligera idea de lo que decían y eso lo tensaba.

 

Había salido un par de minutos antes de recibir ese correo, sólo esperaba que el castaño tardara un poco en llegar para preguntar el significado de las palabras de sus amigos y, en caso de que sus sospechas fueran ciertas, evitara la vergüenza de hablar del tema frente a él.

 

Sin embargo, a tan sólo unos cuantos pasos del lugar de reunión, un último mensaje llegó. Esta vez era el pelirrojo y se había sorprendido mucho más que con los anteriores. Sospechaba que pudiera ser algo grave así que lo revisó de inmediato.

 

"Asegúrate de que ese tonto entienda de una vez por todas lo que sientes. No cooperé con el otro par en vano y si fallas me aseguraré de darle su merecido a ambos".

 

Y fue entonces cuando todo cobro sentido, por fin tenía todas las piezas y comprendió porqué todos habían aceptado seguir el plan del de ojos verdes y el significado de los mensajes que recibió.

 

Estaba avergonzado, apenas podía creer que durante todo ese tiempo estuvieran al tanto de lo que sentía por el chico y que decidieran confesarlo hasta ese preciso día en que sus hermanas insistieron en confesarse de nueva cuenta.

 

Estuvo a punto de volver a casa, ya buscaría una excusa para explicar su ausencia pues estaba seguro de que el resto tenía algo en mente y esa era la razón de las notas a tan poco tiempo de su reunión.

 

Para su mala suerte, el sujeto en cuestión había llegado un poco antes y lo había visto cuando recién llegaba. Sin esperar más se acercó hasta él, haciendo que su fuga se viera detenida.

 

—Nayuki, que bien que llegaras. Comenzaba a pensar que tendría que celebrar sólo ¿Puedes creer que al final nadie más pudiera venir? Kuga sigue en el trabajo, dice que hay muchos clientes. Tsukigami está por recibir a su hermano que llegó de imprevisto y no podrá salir y Tengenji simplemente me dijo que tenía asuntos más importantes que atender—negó con la cabeza antes de suspirar y mirarlo—Pero aún podemos divertirnos juntos los dos, en verdad me alegra que vinieras...

 

Y esa sonrisa que no dejaba de iluminar sus días se hizo presente, haciendo que cualquier pretexto que pudiera pensar para huir de la situación se quedara en su mente sin intenciones de salir.

 

Fue así como terminaron solos mientras vagaban por la ciudad, con el castaño deteniéndose una y mil veces para mostrarle algo que llamara su atención o contarle alguna anécdota relacionado con lo que sucedía a su alrededor.

 

Estaba disfrutando enormemente su compañía y, pese a eso, sólo había asentido y sonreído ligeramente ante los comentarios del chico, algo que no pasó desapercibido por él y lo llevó a detenerse para averiguar.

 

—¿Qué pasa, Nayuki? No parece que te estés divirtiendo mucho—su voz mostraba lo desanimado que se sentía al verlo mientras esperaba una razón para tanto silencio.

 

—¿Por qué piensas eso? De verdad me estoy divirtiendo—y aún así, en su voz y su postura se notaba que algo no estaba bien y no se sentía del todo cómodo.

 

—Pareces preocupado ¿No pudiste terminar tus pendientes? Discúlpame, de verdad—hizo una pequeña reverencia antes de mirarlo fijamente—Sólo quería pasar este día con ustedes, no pensé que podría causar tantos problemas.

 

—No, no. Nada de eso—negó con su cabeza y manos sintiendo un ligero rubor subiendo por su rostro, no esperaba que el chico se sintiera culpable a causa de su propia inseguridad—Terminé todo lo que tenía que hacer, sólo estoy un poco distraído por el ruido y tantas personas pasando de un lado a otro—intentaba sonar convencido antes de sonreír ligeramente para tranquilizarlo.

 

Y mientras ellos conservaban respecto a ese tema, el resto del Stardust, quienes habían decidido que seguirlos para construir una atmósfera romántica en caso de que fuera necesario era lo mejor, los miraba desde lejos intentando descifrar lo que pasaba.

 

—¿Por qué Nayuki se ve tan tenso? ¿Creen que debimos contarle nuestro plan para que estuviera preparado?

 

—Si hubiéramos hecho eso ni siquiera habría aceptado salir este día—Kuga, pese a ser el más callado y aparentemente quien menos intentaba intervenir en la vida de sus amigos, era quien mejor entendía el sentir del rubio y el primero en darse cuenta del sentimiento del chico por el castaño.

 

—Olvídenlo, ese par de tontos no va a conseguir nada—el pelirrojo había perdido la paciencia, pese a que sólo habían pasado unos minutos desde que los otros se quedaron a solas—Iré allá y Nayuki tendrá que volver a confesarse mientras yo hago que Hoshitani lo entienda—caminó con paso decidido hacia donde estaba el par pero sus amigos lo detuvieron antes de que actuara por impulso.

 

—Si haces eso, Hoshitani terminará por distraerse y preguntar que haces ahí y Nayuki aprovechará para obligarte a quedarte con ellos y no hará nada—el de cabello azul intentaba frenar al chico mientras el más alto seguía con la mirada al par.

 

—Están avanzando, parece que ya está más tranquilo—y sin decir más comenzó a caminar seguido de sus amigos.

 

El par seguía avanzando mientras hablaban de temas sin importancia. El humor del rubio había mejorado considerablemente pues ahora reía sin limitaciones y había dejado de huir al sentir la mirada del chico.

 

No entendían que había hecho cambiar su ánimo pero seguían atentos para arreglar todo en favor del más bajo si lo necesitaba.

 

Así pasaron un par de horas, en las que el pelirrojo en más de una ocasión quiso lanzarse contra ellos para dar por terminada su salida y que por fin el de ojos verdes entendiera lo que su amigo había intentado decir.

 

Llevaban tanto tiempo siguiéndolos, sin ver ningún avance entre ambos, que estuvieron a punto de dar por terminada su misión y regresar cada uno a sus actividades.

 

—No sé porque dejé que me arrastraran con ustedes en esta tontería—la paciencia de Tengenji se había agotado y simplemente miraba al par esperando al menos una mínima esperanza de que sucediera.

 

—Odio admitirlo pero tiene razón. Creo que era evidente que Nayuki no volvería a decirle lo que siente.

 

—Aún tiene una oportunidad, Hoshitani va a recoger el pedido y mientras tanto podemos convencerlo.

 

—Déjalo ya, Kuga. Sé que quieres ayudarlo pero mientras no esté decidido nada de lo que hagamos tendrá caso.

 

Y mientras el par intentaba llegar a un acuerdo sobre lo que debían hacer, su amigo había terminado por tomar el control hasta acercarse al rubio, luego de conseguir unas cuantas flores y asegurarse de arreglar la mesa en que esperaban.

 

—Tengenji-kun ¿Qué haces aquí?—lo miró con sorpresa sin entender que era lo que preparaba.

 

—Vine a salvar la situación, Tsukigami y Kuga no están ayudando en nada así que asegúrate de hacer que lo entienda o cumpliré mi promesa—y tras darle el ramo improvisado que había armado corrió de regreso a donde los otros dos esperaban.

 

—¿Te volviste loco? Si Hoshitani te hubiera visto todo se habría arruinado—el de cabello azul lo reprendía por su actitud tan impulsiva.

 

—Y si nos quedábamos aquí observándolos a Nayuki nunca se le habría ocurrido nada y seguiría huyendo...

 

—Guarden silencio, Hoshitani volvió...

 

Esas palabras bastaron para que detuvieran su discusión y fijaran su vista en el par atentos a lo que pudiera pasar.

 

—¿Qué pasó? ¿De dónde sacaste esas flores?—el castaño lo miró antes de dejar sus bebidas sobre la mesa mirando hacia todos lados—¿Esperas a alguien más?

 

El rubio se sonrojó sin poder mirarlo, las palabras de su amigo habían hecho eco en su mente y no dejaba de pensar en eso.

 

—¿Nayuki...?—se acercó a él sin dejar de mirarlo, bastante curioso por el comportamiento del más bajo.

 

Seguía sin poder hablar a causa de la vergüenza pero sabía que era una oportunidad que habían generado especialmente para él y no iba a desaprovecharla. Extendió lentamente el ramo esperando que lo tomara y una vez que lo hizo se puso a su altura.

 

—¿Qué pasa...?

 

Los nervios apenas lo dejaban pensar en una manera de demostrarle al chico sus sentimientos. Pese al tiempo que había pasado desde la primera vez que había intentado declararse aún no podía controlar la ansiedad al pensar en un nuevo rechazo.

 

—Hoshitani-kun...—por fin lo miró a los ojos, aún se sentía avergonzado pero también estaba decidido—Te lo dije antes, para mí de verdad eres deslumbrante y cuando se trata de ti siempre terminas por contagiarme tu entusiasmo.

 

El resto se limitaba a prestar atención a la escena, apenas y podían escuchar lo que decían pero no podían hacer más que esperar.

 

—De verdad, de verdad me gustas, Hoshitani-kun—el sonrojo cubrió sus mejillas antes de mirar a los ojos al castaño quien simplemente lo miraba con expresión confundida—Y esta vez no quiero que lo entiendas de otra forma. No estoy hablando sólo de que me guste ser amigo tuyo y de los demás.

 

Sus mejillas ardían cada vez más y la confianza que tuvo para decirlo había sido demasiada, haciendo que luego de ello se escondiera de la mirada del chico.

 

—Nayuki, yo...—estaba sorprendido y no podía ocultarlo, ni siquiera sabía que responder pues, aunque también se sentía de esa manera por él, no le resultaba sencillo explicar sus propios sentimientos.

 

—No tienes que decir algo, sólo quería que entendieras como me siento—era demasiada presión, no quería volver a ser rechazado y mucho menos que respondiera algo que no sentía sólo por no hacerlo sentir mal.

 

Sintió un pequeño nudo formarse en su garganta y unas cuantas lágrimas formarse en sus ojos pero no estaba dispuesto a llorar por algo que sabía pasaría.

 

—¡Voy a solucionar esto! ¡Necesita que alguien lo haga reaccionar o seguirá ocultando sus sentimientos!

 

—Detente, Tengenji, ellos deben solucionar esto solos...

 

Una vez más la desesperación estuvo a punto de vencerlo y era comprensible. También sus amigos se sentían así de frustrados pues, al parecer, el castaño era el único que no entendía sus propios sentimientos por el rubio.

 

—Nayuki, no es eso—el de ojos verdes por fin había reaccionado y, tras limpiar las lágrimas del rostro contrario, tomó las mejillas del más bajo y lo miró con una pequeña sonrisa—Sólo, no sé que decir—siguió mirándolo a los ojos.

 

Los demás habían dejado de discutir y volvieron a centrar toda su atención en el par sin poder evitar sentir cierto entusiasmo cuando notaron la atmósfera que se había formado a su alrededor.

 

Y sin que nadie pudiera imaginarlo, Hoshitani acercó el rostro del más bajo y juntó sus labios lentamente intentando que todo eso que no podía expresar con palabras pudiera transmitirlo con sus acciones.

 

Una pequeña sonrisa apareció en los labios de ambos cuando se separaron y, tras tomarse de las manos con un pequeño apretón, siguieron hablando de una y mil cosas dejando que el tiempo pasara.

 

—Son tal para cual, un par de tontos—el pelirrojo suspiró con fingida indiferencia, aunque en el fondo le alegraba que por fin pudieran hablar de lo que sentían.

 

—Creo que nuestra preocupación fue en vano, al final podían hacerlo solos...

 

—La misión fue un éxito, y están tan felices como ellos de que por fin dejaran de ocultar sus sentimientos...

 

Por fin podían estar tranquilos ahora que la recién formada parejita había conseguido derribar las barreras que les evitaban estar juntos y que, además, su relación parecía tener un futuro brillante.

Notas finales:

Mañana doy por terminada esta semana, gracias a quienes han llegado hasta aquí y espero el último sea de su agrado


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