Volver del pasado le había afectado más que ayudarlo.
La primera noche en la torre fue de las peores cosas que había tenido que hacer.
Aunque la busqueda del cetro ya había comenzado, no lograron ninguna clase de avance en las cinco horas en las que él y Banner estuvieron trabajando.
De vez en cuando entraba alguno de los vengadores, preguntándoles como iban y si tenían alguna noticia.
Pero la respuesta era negativa para todos los casos.
Fue Nat la que les aconsejo ir a dormir.
-no es necesario que se maten de sueño para encontrarlo, los necesitamos descansados-fueron las palabras que uso Blackwidow.
Tony aceptó a regañadientes, siendo que Bruce ni siquiera intentó llevarle la contraria a la espía.
Así fue como el millonario terminó sufriendo de insomnio en su habitación.
Evito entrar en pánico, pero no se encontraba demaciado a gusto estando acostado y mirando hacia el techo como un idiota.
"Al taller, ahora" se ordenó.
Se levanto con velocidad, esperanzado de que de alguna manera sus compañeros del siglo pasado necesitaran de su ayuda.
John no había tardado en responderle su mensaje.
De hecho, lo primero que hizo el doctor fue preguntarle como consiguio su número celular.
Fuera de eso, supo que Holmes y Watson estaban bien y que se encontraban bajo el mismo techo que sus contrapartes.
Revisó el mecanismo que había creado para viajar en el tiempo, tenía que estar en optimas condiciones para que Holmes y Watson pudieran regresar a su tiempo.
No supo como sucedio pero en cuanto salio de sus pensamientos, ya se encontraba trabajando en un prototipo mejorado.
No más que una placa delgada y ovalada de metal, similar a un pequeño control remoto de no más de diez centímetros.
Una perfecta versión de bolsillo.
-necesito piezas Jarvis-le dijo a su I.A, mientras atornillaba con velocidad la tapa del control.
-la mayoria se encuentra en la bodega, aún no se han transportado hasta aquí-
-que las maquinas suban las cajas Jar, prepara los planos escaneados de las armaduras, dale a cada uno un nombre de Mark con numero ascendente-
-enseguida señor-
-muy bien Sanders, espero que ya no aparescas en mi camino, porque ahora tengo varios juguetes nuevos-murmuró el millonario.
Nuevas armaduras, nuevo sistema de seguridad, nuevos controles para el viaje en el tiempo, esta vez no lo tomaria de sorpresa.
Pasó varias horas trabajando, hasta que en un momento dado el sueño lo venció, cayendo dormido sobre una de las mesas.
La alegría de poder descansar le fue arrebatada de inmediato.
Había gritos, muchos gritos.
Podía sentir la velocidad actuar en su cuerpo, se estaba elevando rápidamente.
Sintio un peso extra en sus hombros, fue cuando cayó en cuenta que traía puesta la armadura.
Un circulo azulado comenzaba a abrirse sobre su cabeza, mostrando el oscuro infinito al que estaba apunto de entrar.
No. No de nuevo. No quería entrar.
Pero el sueño continuó, dejándolo entrar en el portal.
Pero esta vez no salió.
No había misil.
No había naves extraterrestres.
Pero tampoco había armadura alguna que lo protegiera.
Despertó por el sonido de alguien cayendo al suelo.
Y ese alguien era él. Se había movido tanto entre sueños, que había terminado por caer de la silla en la que se encontraba, con su cara dando de lleno en el frío suelo.
"Al menos es más cálido que el espacio exterior" trató de reconfortarse, levantandose del suelo con pereza.
-Jarvis ¿qué hora es?- preguntó un poco desorientado.
-las dos quince de la mañana señor-
-aún es muy temprano para que alguien más se encuentre despierto-
-de hecho señor, el capitán america se encuentra despierto desde la una y media de la mañana-
-¿tan temprano?-se preguntó el millonario, bastante intrigado por el hecho-¿dónde está?-
-en los gimnasios señor-
* * *
Steve golpeaba con fuerza el tercer saco de boxeo de la mañana, tratando de contenerse un poco para que éstos duraran más, pero apenas se perdía en sus pensamientos, volvía a golpearlo con la misma fuerza de siempre.
¿Porqué tenía que pasarle a él? ¿no podia simplemente morir en aquellas aguas congeladas?
Le tenía cierto resentimiento a la vida. Aunque había sido la muerte la que le había negado darle un final a su vida.
Uno. Otro. Y otro golpe más.
El saco salió volando, destruido por los puños del supersoldado.
-¿no puedes dormir?- se sobresalto un poco al escuchar esa voz, no esperando encontrarse al castaño despierto a esa hora.
De hecho, no esperaba que alguien estuviera despierto a esa hora.
Al ver que no contestaba, Tony optó por continuar él la conversación, no deseando caer en algún silencio incómodo.
-veo que les tienes cierto odio a los sacos-bromeó.
-solo entrenaba, no esperaba que estuvieras despierto-
-estaba trabajando en el taller, en un nuevo prototipo-le contó el Stark, ofreciendole un botella de agua que había traído consigo.
La respiración entrecortada y el sudor bajando por su frente le hiso saber que Steve realmente la necesitaba.
El cap aceptó la botella, dandole un largo sorbo antes colocar la tapa en su lugar y cerrar el envase de plástico.
-gracias-
-no hay de que-contestó Tony, mientras comenzaba a pasearse por el lugar.
-siento lo de la cocina-dijo Steve, tratando de iniciar ahora él una conversación.
-no hay problema, suelo destruir mi propia torre a veces, en especial mi taller-
-¿trabajas en cosas muy peligrosas?-
-no, no tan peligrosas, pasa cuando pruebo algunos de mis inventos para ver si funcionan-
-¿tú inventaste todo lo que hay aquí?- Tony pudo evitar reir un poco ante la pregunta.
-las maquinas de correr en definitiva no, ni las luces, ni los celulares... Lo que hago es mejorar lo que encuentro a mi alrededor, arreglar cosas y construir algunas más-le explicó Tony, bastante emocionado por poder decirle a lo que se dedicaba.
-como Howard-la sonrisa de Tony se borro de inmediato, pero no tardo en volver a ponerla en su lugar.
Aunque Steve lo notó no le pregunto, si Tony quería contarle lo haría, así que no lo presiono.
Miró cada una de las cosas que se encontraban en aquélla estancia, posando su vista en el ring que se encontraba en medio de todo.
-¿quieres practicar un poco?-le preguntó, al ser lo único que se le ocurrió.
Tony de inmediato se volvio a ver lo que el supersoldado le señalaba, recordando la última vez que le había pateado el trasero.
Ya había recibido una paliza de un anciano del siglo pasado, realmente no deseaba repetir la experiencia.
Pero algo vio en la mirada de Steve que lo hizo aceptar.
No supo el qué, pero tampoco le importo mucho averiguarlo.
-está bien, tú ganas-le dijo el Stark, tomando el equipo que necesitaría, comenzando a colocar las vendas en sus manos, teniendo un poco de problemas al usar su mano izquierda.
Le sorprendió un poco ver como el supersoldado tomaba su muñeca y le ayudaba a amarrarla bien.
-¡oye! Esta apretado-
-debes colocartelas bien si no quieres lastimarte-le dijo Steve con calma, checando que la otra mano también tuviera puesta correctamente la venda.
Tony hizo una mueca de desagrado, ahora todos querían enseñarle algo.
Normalmente habría gritado diciendo que podía solo.
Tony aún no comprendia porqué está vez era diferente.
Steve en cambio, había pasado por alto aquélla acción, no encontrandole demasiada importancia, algo alegre porque el millonario aceptara entrenar con él.
Prefería la compañía, y mas cuando el parecido con Howard era tanto, de alguna manera, le hacía sentir que nada de lo ocurrido después de su congelamiento había pasado.
Tal vez si llegaba a llevarse bien con Tony, como lo hiciera con su padre, podría encontrarle algo de familiaridad a ese nuevo siglo.
-¿estás listo?- le preguntó Steve, una vez que ambos subieron al ring.
-muestrame lo que tienes capipaleta-le dijo Tony, esperando a que Steve atacara primero.
Su experiencia con Holmes no caeria en saco roto.
Mejor dar que recibir. Aún recordaba los golpes dados a su magnifica persona por aquélla versión vieja de él.
"Vieja pero muy sexy, lucire bien en la vejez" pensó Tony, sonriendo sin querer.
Se distrajo tan fácilmente, que apenas y pudo esquivar el golpe.
Un acto reflejo de su brazo que redirigio el golpe de Steve.
"Al parecer ese entrenamiento no fue tan inútil como creí"
-no sabía que sabías pelear-le dijo Steve con franqueza.
-¡Por Dios santo! Claro que se pelear ¿por qué piensan lo contrario?- exclamó Tony con exageración, haciendo reir al soldado.
-solo decía-
-oh no Rogers, esto no se quedara así- dijo el millonario antes de lanzar su primer golpe, mismo que fue esquivado por el supersoldado, quien jalo de su brazo al punto de hacerlo perder el equilibrio.
Tony odiaba ese movimiento.
¿cómo era posible que aún subiendo pelear Holmes y Steve le estuvieran ganando?
Simplemente no lo entendía.
Aunque tampoco importó mucho.
Pasaron unas decenas de minutos bastante agradables, habiendose hecho compañia cuando habían sentido que el mundo se iba en su contra.
Aunque claro, ninguno de los dos lo sabía.
Ya que solo fue un pequeño escape de su realidad.