Enviar tarjetas navideñas: listo.
Enviar regalos a los Holmes y a los Watson: listo.
Comprar un regalo para Pepper: listo.
Sufrir un ataque de ansiedad, un ataque terrorista y ser dado muerto por el mundo en visperas de navidad: estúpida vida, eso era como recibir un trozo de carbón en vez de regalo de navidad.
Una parte de si le decía que debió de haber escuchado a Holmes y a Watson cuando le dijeron lo del estrés post traumático.
Pero se había negado y ahora debia agregar a su lista los ataques de ansiedad.
Se sentía vulnerable, asustado. Con el aire que no llegaba a su pulmones, queriendo encojerse y protegerse contra alguna esquina de aquello de lo que no podía escapar.
Extremis, hombres y mujeres con fuego en su interior. Un supuesto terrorista. Un fantasma que no se había dado cuenta que había creado.
Pepper, su relación. Parecían haber caido al mismo tiempo hacía la hoguera.
Sus armaduras destruidas por un intento de salvar lo poco que aún quedaba.
"¿valdría la pena?" Fue lo que se preguntó.
Esa navidad había dejado estragos en su vida, su reactor desaparecio gracias a una operación, la metralla en su pecho había sido removida.
¿esa sería la razón por la qué se sentia tan vacío?
-¿no tengo ninguna llamada perdida Jarvis?-preguntó Tony, encontrándose de nuevo en la torre.
Bruce lo había recibido estando bastante preocupado. Pepper no podía quedarse en la torre y con la mansión destrozada ella volvio a su casa.
Pero nada más. Ni Fury, Natasha o Clint se habían dado por enterados.
Steve...
Lo había llamado él. Pero el soldado no contestó.
-no tiene mensajes o llamadas perdidas señor, pero tiene una llamada entrante de..-
-contesta-ordenó de inmediato, sintiendo nuevamente ilusión por quién sería quien lo esta llamando.
-buen espectáculo Stark-le dijo la voz al otro lado.
-cuelga en éste instante si solo vas a regañarme Sherlock-le ordeno Tony, sintiendose decepcionado.
-John insistio en que llamara para saber si estabas bien, dice que es algo que hace la familia o esas cosas sentimentales que para mi no tienen importancia-
-woao me sorprende tú preocupación-
-eres un idiota Stark-
-deja de insultarme-se quejó Tony
-no te estoy insultando, te estoy describiendo-
-Sherlock-se escucho como el detective era regañado por John y la señora Hudson.
-gracias por los regalos Tony, me encanto el collar que me enviaste ¡es precioso!-le agradecio la casera.
-si, un erizo es un excelente regalo-se quejó Sherlock, ya que el habia recibido una mascota que él no había pedido.
Un pequeño mamífero con púas, semejante al puercoespin.
-pero si John es adorable-se burlo Tony.
-¿por qué le pusiste mi nombre?-le exigió saber John.
-¿por qué no? Me pareció un buen nombre ¿te gusto tu regalo?-
-¿el auto? ¿no crees que es bastante exagerado?-
-Andre no conoce esa palabra, John-le dijo Sherlock
-¿quién es Andre?-pregunto el castaño confundido.
-pues tú-
-es Anthony, Sherlock-lo regaño la señora Hudson.
-¿no te sabes mi nombre? ¡somos primos!- exclamó Tony, bastante ofendido.
Sherlock se alejó un poco de John y la señora Hudson, no queriendo que escucharan lo que tenía que decir.
Habían estado sobre él todo el tiempo, incluso habían revisado sus cosas en busca del celular que Irene Adler había dejado.
-este teléfono, el que enviaste ¿puede analizar la estructura de otro?-preguntó, haciendo que Tony se sorprendiera por la pregunta.
-puede hacerlo, sí ¿por qué? ¿que teléfono quieres analizar?-
-esa era mi pregunta solamente-
-puedo ayudarte si me dices de que trata- se ofreció el castaño, usando un tono más serio.
Sherlock se lo penso un momento.
Prácticamente, Irene, la mujer, había sido dada por muerta.
Hablarle de una mujer solo haría que Tony comenzara con sus suposiciones erroneas, creyendo que lo había cautivado.
En cierta manera era así, Adler eclipsaba y sobrepasaba a todo su género, llamando su atención.
Pero no de manera romántica. Simplemente la respetaba.
-¿le enviaste regalos también a Holmes?-preguntó el detective, cambiando de tema.
-lo hice, a Watson le gusto bastante el café y el té de nuestra época, así que le envie un poco y ya que le mostraste Holmes los beneficios de los parches de nicotina, le envie una caja completa... Además de algunos envases más de lubricantes y condones de sabores ¿tú no quieres?-
-hasta pronto Stark-le colgo Sherlock de inmediato, arrepintiendose de haberle preguntado.
Tony se rió de buena gana, pero está pronto se apagó.
Miro a través del ventanal de su taller, notando el cielo oscuro, sin estrellas y completamente apagado, nublado.
-bueno, volvemos estar sólo yo y el trabajo-
-también me encuentro aquí señor Stark-
-gracias Jarvis, lo se-dijo sonriendo débilmente. Sus compañeros tal vez estaban ocupados, eran agents de Shield después de todo.
Y Shield siempre iba a existir.
* * *
Para Holmes, encontrarse sentado en la misma mesa que Mary y sus padres, no estaba resultando nada fácil.
Su embarazo comenzaba a notarse y la envidiaba, de verdad que sí. Solo ella parecía ser capaz de iluminar de esa manera los ojos de Watson.
Tal como lo había temido, pocas veces habían sido las que había visto al doctor, teniendo que enfrentarse solo a la soledad y a algunos de sus casos.
Los regalos enviados por Tony le dieron unas inmensas ganas de golpear al Stark.
Lo más seguro es que hubiera usado su maquina del tiempo para dejar el paquete, asegurandose que un cartero lo dejara hasta su puerta.
-¿esta bien?-le pregunta Watson al verlo tan ido.
-lo estoy, no se preocupe-le dijo el detective con una sonrisa, saliendo de sus pensamientos.
Watson asintio en respuesta, pero no le creía ni una sola palabra. Lo conocía lo suficiente como para saber que algo andaba mal.
Fingio encontrarse felíz cuando su esposa llegó por él, al parecer sus padres querían hablar con ambos.
Holmes hizo un gesto con su mano, diciendole que fuera, levantandose de su asiento apenas se alejaron.
"Cena de navidad, banalidades"se dijo, dispuesto a irse aunque parecía poco cortés.
Lo había deducido, ese era el comienzo del fin.
-Holmes-lo detuvo Watson, habiendose disculpado con sus invitados para ir con él-¿te vas tan pronto?-
-yo no pertenesco aquí doctor, sabe cuanto me incomoda estas reuniones sociales, disfrute la velada, lo vere después-
-¿mañana?-
-mañana-accedió el pelinegro, dispuesto a irse, pero siendo detenido de nuevo.
-estrenaremos todos nuestros regalos, prometo dejarte sin poder caminar-
-doctor Watson, eso no me ayuda demaciado-le dijo Holmes, tratando de controlar las reacciones que su cuerpo comenzaba a sufrir.
-te ha gustado la idea-
-callese-
-con cuidado-le advirtió Watson, dejándolo irse para alivio del detective.
Camino por las calles casi vacias de Londres, todo a causa de la fecha.
-no durará para siempre- le dijo alguien a la distancia, estando a varios metfos enfrente de él, recargado tranquilamente sobre una pared mientras fumaba un cigarrillo, buscando entrar en calor en aquél crudo invierno.
-huyó al ver que estabamos por atraparlo, me parece que es usted el que tiene los días contados-le espetó Holmes, buscando mantener la calma.
-usted y Sherlock son bastante inteligentes, pero incluso a ustedes se les escapó un detalle de gran importancia-
-¿y cual sería ese?- preguntó Holmes, acercandose poco a poco, extrañado del pelo negro que ahora cubria su cabeza y parte del rostro, había crecido.
Su altura era mayor y su figura podia apreciarse gracias a la ropa.
Un hombre robusto y fuerte, con una edad que decia que en realidad era bastante joven.
Se acerco un paso más, se había pintado el pelo, sus raíces blancas lo delataban.
Su rostro lucia cansado y con ligeras arrugas alrededor de los ojos y en las manos.
"El viaje en el tiempo le cobra factura, al parecer su método no es muy eficiente" pensó Holmes.
-usted es el detective, descubralo-le contesto el hombre mientras dejaba caer el cigarro sobre la nieve, haciendo que este se apagara de inmediato.
-¿cuál es ese detalle?-insistió Holmes, exesperado por la risa del contrario.
-todo esta conectado-contestó-solo basta hacer algunas... alteraciones-
-cambiara el pasado-
-el presente en realidad y no lo hare yo. Existe un grupo que sin que yo se lo pida, lo terminara haciendo. Es lo bueno de conocer los patrones de comportamiento de las personas, te permite ir un paso adelante-
Más pasos, Holmes se acerco aún más, pero se detuvo en seco al ver como el sujeto activaba algo. Una luz brillante lo obligo a cerrar los ojos.
Lo había vuelto a hacer.
-todo esta conectado-reflexionó Holmes en voz alta, alzando la cara mirando al cielo, dejando que los copos de nieve que comenzaban a caer acariciaran su rostro-solo que... ¡No lo esta!-exclamó.
Y eso solo significaba, que habían hecho justo lo que él había esperado que hicieran.