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Chocolate amargo, amor dulce por MiMiJJ

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Notas del capitulo:

Aquí les traigo el 2o capitulo.  

Espero les guste y disfruten.  

En aquel momento habría deseado estar en cualquier logar menos frente a nuestra psicóloga y terapeuta de pareja. La pregunta que me hizo me revolvió tanto mi corazón que pensé que algo malo iba a pasarme. Llevaba ya un buen rato en silencio, repasando mentalmente la pregunta, tratando de encontrar la respuesta.

 

-¿que lo llevó a adoptar una actitud tan sumisa?  ¿Cuándo empezó?  ¿Recuerdas los motivos que te llevaron a autolesionarte? 


Eran preguntas bastante difíciles y si era sincero, habían cosas que yo aun no recordaba con claridad o directamente no sabia a que se refería.
Odiaba ese lugar. Era el típico estudio céntrico con una decoración obsoleta y un olor muy cargado a jazmín. Demasiado anticuado para mi gusto y demasiado recargado, me daba sensación de claustrofobia y me provocaba ansiedad.


Aunque si lo pensaba bien y observaba un poco a la mujer que era nuestra terapeuta, lo extraño seria que este lugar tuviera alguna gama distinta al color tierra.
Creo que llevaba demasiado tiempo en silencio porque tanto Yunho como la terapeuta llamaron mi atención.


Cómo un niño al que acababan de regañar, me hundí en mi asiento antes de hablar.
No sabia que debía contar y que no. No sabia que se esperaban que dijera.


-pues…-titubee-personalmente creo que comenzó en el momento que todo se descubrió. Cuando Yunho se entero de la verdad pero no por mi, sino por un supuesto amigo mío que hizo que todo el mundo supiera lo ocurrido. -hice una pausa mirando mis manos en silencio y jugueteaba con mi anillo de matrimonio- ¿Cómo iba a explicarle a hombre que amaba que todo era una gran mentira? ¿Cómo iba a explicarle que nuestra pequeña bebé estaba en casa del hombre que tanto daño me había hecho, porque yo le mentí diciendo que era su hija? Solo por una estúpida venganza -solté un suspiro y alce la cabeza para ver a la mujer de traje beige y recatado peinado- cuándo conocí a Yunho y le pedí esa locura, yo no lo amaba… -dije aquello sintiendo una fuere opresión en el pecho- el amor llego después, con los días, con el paso de los meses.
Cambie de posición sin atreverme a mirar a mi amado. Nadie dijo nada durante mi silencio, tan solo se escuchaba el susurro de la carísima pluma sobre las hojas blancas de la libreta. Escuchaba la acompasada respiración de Yunho y los suaves murmullos de esa mujer al escribir, parecía que repetía todo lo que yo decía.
-estúpidamente, por un momento pensé que…-se mordí el labio por dentro- ese… hombre vendría a buscarme y que tendríamos una larga y hermosa historia de amor juntos, pero eso jamás ocurrió. Aún pretendía que yo me acostara con él mientras yo tenía pareja y él aún no salía del todo con… .-entrecerré los ojos tratando de recordar el nombre de ese chico- solo… se que él lo llamaba Minnie. También recuerdo que… cedí…cedí a sus intentos de llevarme a la cama, pero eso fue antes de que Yunho me pidiera ser su novio oficialmente. Después de eso jamás volví a estar cerca de ese hombre… hasta que…-me quedé callado y mi cuerpo se puso en tensión- No intento usar esto de excusa pero Yunho estaba muy ocupado y casi no venía por casa. Una noche el tocó a la puerta y me pidió pasar. Lo deje entrar en casa y estuvimos hablando. Empezó a contarme que no era feliz, que su actual pareja no lo amaba… y fue entonces cuando vi claro el camino para mí venganza. Sin pensarlo dos veces le dije que él era el padre de los niños que esperaba. Le mentí en la fecha en la que me había embrazado y así fue como todo empezó. Me besó y yo correspondí pero le dije que… .no quería tener relaciones porque estaba en estado. -concluí mirando sus manos sin atreverme a alzar la cabeza y enfrentarme a los ojos de mi amado.
Durante unos minutos interminables solo hubo silencio y de repente la psicóloga habló.


-Jaejoong, siempre te refieres a tú expareja cómo “ ese hombre “. ¿A caso no recuerdas su nombre o prefieres evitar decirlo por la presencia de tu pareja?


Aquella pregunta me tomó por sorpresa y contesté sin pensar.
-simplemente recuerdo que la gente lo llamaba J. No recuerdo más.


-comprendo, no te preocupes, es normal en tu situación. Yunho, ¿cómo te sentiste con todo eso?


Cerré los ojos con mucha fuerza, fue un auto reflejo instintivo, como si tuviera miedo de su respuesta. Esperaba que respondiera mas rápido que yo, pero él se tomó su tiempo. Tomé valor y poco a poco abrí los ojos y giré mi cabeza para así poder observarle. Tenía un semblante serio pero cuando me miró en sus ojos solo pude ver amor, cariño y comprensión.


Lo escuche tomar una profunda respiración y segundos más tarde empezó a hablar.
-Sí soy honesto, me sentí muy herido. Se suponía que tenia al novio mas sincero del mundo. Se suponía que era feliz a mi lado y que confiaba en mi, pero de repente me llegaron mensajes, comentarios de lo ocurrido. Fotos dónde aparecía ese hombre con mi novio. Mensajes que se veía claramente que eran capturas del móvil de mi pareja-se quedo callado un momento y sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas, pero no dije nada, por esta vez no volví a suplicar su perdón. Sentí su mirada sobre mí y al girar levemente en rostro hacia él, supe al instante que ya sabía de mi arrepentimiento. Ya hacía mucho que me había perdonado, aunque yo siguiera culpándome- Fui demasiado inocente. Pensé que si cumplía con su pedido, que si estaba a su lado, dejaría todo de lado y me amaría solo a mi. En muchas ocasiones me ponía celoso de que otros hablaran con él o lo tocaran mas de la cuenta. Siempre tenía la sensación de que yo nunca sería suficiente para Jae. Sentía que sería solo un plan B, para que un imbécil se fijara en alguien tan… .maravilloso como él. -lo escuché aclarar su voz y prosiguió sin interrupción y yo, no podía dejar de mirarle, jamás lo había escuchado hablar de sus sentimientos de esa forma.- en un principio pensé que esos mensajes eran una broma pesada. Seguí creyendo que alguien quería que me alejara de Jae, pero al ver como pedía perdón y me decía que todo era verdad… sentí mi mundo desmoronarse. Nuestros hijos apenas tenían un mes de vida y se suponía que éramos una familia. Y desgraciadamente para añadir más leña al incendio, resultó que nuestra pequeña SooHee estaba de casa de ese hombre y no quería devolvérnosla. Me sentí muy enfadado, inútil, mal padre, mal novio, molesto, estúpido y con el paso de tiempo, tras ese huracán, me despertaba pensando: "hoy me va a decir que me deja. Está ya aburrido de mi. Me va a dejar". Repetía una y otra vez lo mismo, abriendo un abismo aun mas grande entre nosotros.
Disimuladamente sequé mis lágrimas, cubriendo mi cara con el flequillo, bajando la cabeza, deseando desaparecer. Le había hecho mucho daño a mi esposo, pero el jamás me había replicado o siquiera insinuado que estaba harto de mi o de la situación.
Pensé que iba a hablar la terapeuta ya que se aclaró la garganta después de alzar la mirada de su cuadernillo, pero de pronto escuche nuevamente la voz de mi esposo.
-¿Sabe? Realmente nunca lo culpé a él.-al escucharle giré mi cabeza rápidamente para verle. Por primera vez desde que llevábamos en esa consulta lo vi apagado y reflexivo- Quizá fuera producto de mi baja autoestima de ese tiempo, pero había algo en mi cabeza que no paraba de repetirme que no tenía oportunidad. Me engañaba pensando que alguien tan lleno de vida, sonriente y feliz como Jaejoong pudiera fijarse en alguien tan poco interesante como yo. Pero estaba decidido a vivir de las migajas de su cariño, si eso significaba poder estar un segundo mas a su lado. Después empecé a soñar a lo grande. Era demasiado iluso y pensé que con mi amor le quitaría la locura de vengarse. Cuando supe la verdad, al verle llorar, caer de rodillas y suplicar perdón, algo se rompió en mi. Recuerdo qué lo abracé y le dije que todo estaba bien, que nadie iba a dañarlo, que mi amor no había cambiado. Al fin y al cabo, no me había sido infiel, me seguía amando. Pero jamás pensé que mi pequeño sol particular se apagaría tan de repente. Lo veía sonreír menos, su ropa cada vez era más grande y ocultaba mas y mas si cuerpo… huía de mi, odiaba los espejos y cada día parecía como sí quisiera borrar su existencia al… al no poder hacerlo de otra forma. Al menos por ese entonces… -lo vi hacer una mueca ante sus propios recuerdos, pero yo no sabía de qué hablaba.
Lo miré muy confuso y contrariado. ¿De que hablaba? Recordaba las mentiras, los cortes profundos, la ansiedad pero no la ropa ni… Mis pensamientos de pronto se congelaron y una desagradable amargura comenzó a subir por mi garganta hasta llenarme la boca de un sabor amargo y nauseabundo, al mismo momento que sentí como si mi cerebro hiciera “ clic “ creando otra conexión con las lagunas de mi mente.
Un ser parecido a mi, demacrado, delgado al extremo, pálido, sin alma, sin vida.
Me dieron arcadas de mi propia imagen y me tensé en cómodo sillón marrón oscuro. Solo escuché un débil gemido salir de mi garganta al mismo momento que la psicóloga me acercaba una caja de pañuelos y un bol de cristal fino lleno de caramelos.
-Tranquilo Jaejoong. Si no te ves con fuerzas para continuar podemos dejarlo para otro momento-dijo la terapeuta mientras yo bebía un poco de agua que Yunho me había acercado.
Negué suavemente con la cabeza ante la idea de pasar otra sesión recordando mi desgraciado y repugnante yo.
-¿Por qué crees que cambiaste tanto Jaejoong?
Trague saliva al escuchar esa pregunta y respondí aun con la voz algo rasposa.
-Cuando todo se descubrió, tuve miedo. No miedo por lo que pensarían los demás, sino miedo a perder al único el hombre de mi vida… y sabia que podía no volverle a ver. Recuerdo que a pesar de lo orgulloso que era me arrodille y entre lágrimas suplique su perdón. Desde ese instante decidí que yo debía hacer lo que él me pidiera. Quise volverme totalmente sumiso a sus ordenes y no tener ni voz ni voto. Quise que....se vengara de mí de alguna manera. Desee que me gritara, que me…..-tome aire profundamente – golpeara. ..pero él en cambio, me trataba con más amor, con más cariño. Amor y cariño que yo, no me merecía. No recuerdo las veces exactas que le pedí, le supliqué que me pegara, que me castigara de alguna forma. Deseaba que me dañara hasta el punto de que me destruyera, porque era lo que yo creía que merecía. Pero por mas que yo insistiera en eso, Yunnie… siempre me decía que no, que lo único que yo de verdad merecía era amor. -acoté mirando las feas cicatrices de mis manos- empecé a ocultarme de él… Evitaba que me viera, que me tocara. Evitaba los encuentros íntimos al máximo y si ya no podía evitarlo durante más tiempo, le pedía que hiciéramos cosas que a mi no me producían placer, castigándome yo, si él no lo hacía. Dejé de vivir realmente. Sonreía solo si alguien me miraba o frente a mis hijos. Me…hundí en una oscuridad tan profunda que… en cuanto vi la oportunidad… no quise dejarla escapar. Y… y… yo… -comencé a tartamudear al mismo tiempo que un nudo oprimía mi garganta y mis ojos se llenaban de lágrimas- y.. Yo… -traté de continuar mientras luchaba contra mi propio yo del pasado que trataba de atraparme.
No se como ocurrió pero todo aquello desapareció al escuchar el susurro de mi amado, al sentir su disimulada caricia en mi espalda baja, bajo mi ropa.
-Estas a salvo gatito mío
-Yunnie… -lo llamé deseando estar entre sus brazos, olvidar otra vez todo.

-Jaejoong, querido. Creo conveniente que por hoy nos detengamos aquí. No quiero forzar tu memoria, ni que trates de forzarte a recordar cosas que te han hecho daño. Tienes que pensar que ahora ya estas por el buen camino. Tienes a tu lado a Yunho y a tus niños, que te aman, te necesitan y son tu apoyo incondicional. -la voz de esa mujer logró relajarme un poco, pero como antes ocurría me abstraje en mi mente, en un rinconcito que creía a salvo y no supe nada de mi hasta que noté las frías llaves contra la palma de mi mano.
Entonces volví al mundo real. Ya no estábamos en la claustrofóbica consulta, estábamos fuera, en la calle, al lado del coche.
-Gatito vamos… vuelve… no me asustes así-escuché la voz suave de mi amado al mismo instante sus cálidos labios rozaban mi frente y sus fuertes manos enmarcaban mi rostro.
-amor… -iba a disculparme pero sentí los suaves labios de mi amado contra los míos y aquello acalló mis suplicas de perdón.
-minino, ve a casa. Te quiero listo para cuando yo llegue. -de pronto su tono de voz se volvió severo pero cariñoso y mi cuerpo al instante reaccionó, sabiendo que era la única manera de alejar las pesadillas.
-¿Cómo deseas que te espere? -susurré sobre sus labios, sintiendo las manos de mi esposo descender por mi cuerpo hasta que apretó mis nalgas y me apegó a su cuerpo fingiendo una embestida.
Gemí, gemí sobre su sedosa boca. Dejé de pensar, de torturarme, de lamentarme y simplemente me dejé llevar por las sensaciones.
-Desnudo, abierto y de rodillas, gatito. No me hagas repetirlo. -su orden fue tajante al mismo instante que sus caderas volvieron a oscilar contra las mías.
Quien lo escuchara desde fuera, pensaría que éramos dos enfermos locos por el sado, pero, habíamos descubierto que era una manera mucho más efectiva de evitar que me dejara arrastrar al pasado por mis miedos y fantasmas.
Cuando Yunho se volvía mi amo, yo dejaba de pensar y solo podía centrarme en su placer y en el mío.
-¿ Y tú? ¿Dónde vas? ¿Con que vas a volver a casa? -pregunté algo agitado por el beso, los roces, su deliciosa voz volviéndose extremadamente tajante y poderosa.
-Voy a llevar a los niños al autobús de la excursión al campamento. Les prometí que los llevaría yo. Tomaré un taxi, tú no te preocupes por eso. Solo ve a casa y espérame. Volveré pronto y me encargaré de ti-susurró contra mis labios.
Asentí algo torpe mientras mis dedos se aferraban a su ropa.
-tomaré yo el taxi. Los niños tienen sus bolsas en el maletero… llévate tú en coche. -dije mucho mas relajado.
Sabía que a Yunho, no le gustaba nada la idea, pero tan solo sentí sus caricias y un beso mas antes de alejarse.
-Ve con cuidado, cariño.
Yo asentí con una sonrisa, le devolví las llaves antes de robarle un beso y caminar algo deprisa para tomar un taxi que había cerca.
La vuelta a casa fue normal o eso pensaba yo.
Tras pagarle al taxista y bajarme del coche, comencé a temblar conforme me acercaba a la casa.
La sensación de miedo se apoderó de mi nada mas cerrar la puerta y mi cuerpo actuó por instinto.
Dejé todas las luces apagadas y comencé a cubrir los espejos que me encontraba de camino a mi habitación.
Juraba que escuchaba una risa diabólica envolverme y sentía unos largos dedos envolver mi cuello, tratando de asfixiarme. Cuando cubrí el ultimo espejo pegué un grito porque me vi a mi mismo cómo había sido antes, como hacía minutos había recordado.
Agitado y desesperado comencé a repetir las palabras de mi esposo comenzando a desnudarme y a prepararme para él, tal y como me había dicho.
Cuando lo escuché entrar al cuarto, ya estaba arrodillado, abierto y desnudo, pero a oscuras y con miedo a verme.
-¿Qué ha pasado, gatito? ¿Por qué te ocultas ahora? Si te escondes así…¿cómo voy a saber lo necesitado que estás? ¿ Las ganas que tienes de que te haga gritar y te castigue por desobedecer?
Su voz sonaba serena pero severa y dura mientras escuchaba el murmullo de la ropa al deslizarse de su cuerpo. Supe que se sentó en la cama, frente a mi.
-Y… Yo… -comencé a tartamudear nuevamente pero no me dejó seguir.
-¿cómo voy a cuidar de ti así? Te vas a levantar y encenderás las luces y destaparás los espejos. Quiero que veas el hombre hermoso que eres. Que notes como me excitas con solo moverte y las locas ganas que tengo de hacerte gritar a cada segundo.
Mientras lo escuchaba le obedecí, teniendo miedo a mirarme en los tres espejos que habían en el cuarto.
Yunho, ya desnudo se acercó a mi y me abrazó por la espalda, frente al espejo más grande de nuestra habitación.
Me hizo sentir su cuerpo excitado contra el mío que comenzaba a despertar. Una de sus manos me acariciaba el vientre mientras que la otra sujetaba mi rostro con delicadeza obligándome a mirarme al espejo.
-contigo las cosas suave no funcionan. A partir de mañana en la mañana, no habrá día que no te mires desnudo al espejo. Mirarás todas las marcas que yo dejo sobre tu piel y te masturbaras pensando en mi y en lo que te hice el día anterior. Cuando vuelva de trabajar, lo volverás a hacer pero frente a mis ojos y me pedirás que te haga mío y dirás donde quieres que me corra.

-a. ..amo… -susurré sin ser consciente. Escucharle hablar así me excitó y sin darme cuenta comencé a moverme contra su cuerpo.
No supe en que momento exacto entró en mi interior y me llenó por completo, aun estando de pie, frente se espejo de cuerpo entero. Pero mis gritos de placer no tardaron en llenar la habitación.
-Eres mío gatito, no de tus fantasmas.. ¿Has entendido? – tras esa pregunta me dio un fuerte azote con la palma abierta que marcó mi nalga aumentando de pronto el ritmo, obligándome a ponerme de puntillas y dejarme llevar por el placer. Alcé mis brazos y rodee su cabeza como pude, mientras sentía su fuerte brazo rodear mi delgada cintura, alzándome casi del suelo, dando embestidas fuertes que hacían chocar nuestro cuerpo y llenar la habitación de sonidos obscenos y gritos que provenían de mi propia garganta. No dejé de mirarnos al espejo. Es mas cuando me acercó a este para apoyar mis manos en el, pude observar los ojos de mi amado que al igual que los míos estaban oscurecidos por el placer. Me volvió a azotar haciéndome gritar, a sentir la piel escocer.
-¿Es así como te gusta gatito? ¿Mmh?-me preguntó antes de morder mi hombro derecho dejando una marca más sobre mi piel.
-S… .Sí amo… -volví a decir antes de perderme completamente entre sus brazos y en ese océano de placer que se abría ante mi.
En algún rincón de mi mente, ese Jae sin vida y sin alma, comenzó a vivir y a luchar un poco mas contra esas horribles sombras

Notas finales:

Díganme que les parece!!!!!!! 


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