Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

10 Razones para Salir - YoonMin por SrMomo

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

 

Capítulo 15: Arrastrándote.

 

 

 

El camino a casa de SeokJin fue bastante calmado. Jimin miraba a la ventana respirando con tranquilidad, viendo sin interés la forma en la que todo afuera parecía pasar más rápido.

 

YoonGi se preguntaba cómo podía estar tan tranquilo en ese momento siendo que minutos antes había tenido un ataque de ansiedad en un baño de la universidad. Si embargo, no quiso cuestionarle sobre ello. No debía.

 

—Jimin, ¿Por qué cuando estabas en tu habitación no decías nada? —Fingiendo poco interés mantuvo la mirada al frente, como si aquella no fuera una duda existencial que le carcomía el alma desde el principio. Y aunque en parte lo suponía, quería saber sus razones.

 

—Bueno… —Jimin sonrió sin ánimo, se mordió su labio y se quedó unos segundos en silencio antes de continuar—. Tenía miedo.

 

—¿Qué temías?

 

—Temía que me oyeran llorar.

 

Aquella respuesta provocó un ambiente un poco tenso entre ambos jóvenes, pero eso el mayor lo veía venir. Después de todo, esos momentos de completo silencio se harían naturales mientras estuvieran en ello.

 

En la cura.

 

—Sabes… —formuló YoonGi, sintiendo la atención del menor atascarse en él—; Creo que este fin de semana deberías volver a salir con tus amigos y pasar un rato agradable con ellos.

 

—¿Debería? —Preguntó Jimin más para sí mismo que para el mayor. Éste último asintió afirmándolo.

 

—Sería bueno que pases unos días con ellos, ya sabes, pasar tiempo con tus amigos para olvidar un poco todo a tu alrededor siempre viene bien.

 

—Supongo que está bien. —Jimin sonrió recordando que justamente lo habían invitado a salir en la mañana mientras desayunaba. Aparte de tener pequeñas disputas con SeokJin, también se habían detenido a platicarle un montón de cosas.

 

En su mayoría, lo mucho que les había hecho falta y lo preocupados que estuvieron en esos meses de encierro de su parte.

 

Entonces pensó que, en primer lugar, cometió un gran error al no salir más de su habitación. Nunca debió hacerlo, fue una de las peores cosas que pudo haberse hecho a sí mismo y a los de su alrededor.

 

Dejarse cegar por sus demonios.

 

Pero arrepentirse no servía de nada y lo sabía.

 

El daño estaba hecho, había preocupado a sus amigos y se sentía fatal por ello, pero en ese momento sólo quedaba obrar para enmendar lo que causó; un SeokJin que ha dejado de trabajar y unos amigos que han perdido la esencia de la amistad al reunirse.

 

Jimin se prometió a sí mismo trabajar duro para conseguir su independencia, y de esa forma SeokJin podría volver a su trabajo en el restaurante.

 

Que, según recuerda, no trabaja allí desde hace un tiempo.

 

—¿SeokJin hyung ha ido a trabajar? —Preguntó de pronto, casi sin pensarlo, sin dirigir la mirada al mayor con miedo a ser juzgado. YoonGi, como siempre hacía, cuidó sus palabras.

 

—No, no lo ha hecho —empezó a explicar, girando el volante para hacerlos cruzar unas cuantas calles—. Pidió unas vacaciones para tomar un respiro del ajetreo de la cocina.

 

Jimin no era tonto, él sabía que SeokJin había dejado de asistir al trabajo por su culpa. El mayor se había comprometido con cuidarlo y dedicarse a cuidar de su dieta, se había quedado en casa para vigilar que todo estuviera en orden con él.

 

La culpa creció.

 

Quiso golpearse varias veces la cabeza contra una pared en un nulo intento de que el resentimiento fuera menor.

 

Y por si no fuera poco con tener un nudo en la mente y la garganta, el día no podía continuar de otra manera.

 

Jimin apenas prestó atención, apenas se dio cuenta de lo que sucedía; pero cuando divisó una figura cruzar rápidamente en la curva sin prestar atención a los coches, para después verla peligrosamente frente al auto, creyó que algo estaba a punto de suceder.

 

Su estómago dio un salto mientras su corazón se encogió del miedo. Estaban a punto de arrollar a alguien.

 

Había alguien a mitad del camino, alguien que había aparecido sin precaución en medio de la carretera.

 

No más incidentes, por favor.

 

La sangre de Jimin fue bombeada mil veces más rápido de lo normal mientras el pánico lo inundaba.

 

—¡YoonGi hyung! —Llamó en un instante de desesperación, sin darse cuenta de que el mayor ya se había dado cuenta de error incluso antes que él.

 

Creyó mal. El fuerte impacto que creyó que podría ocurrir jamás llegó, puesto que YoonGi pudo pisar el freno del automóvil más rápido.

 

La persona frente a ellos quedó —de milagro— por unos centímetros a salvo de ser estrellada. Muchas personas que se habían detenido a mirar la escena horrorizadas soltaron el aliento segundos después, incluyendo a los que iban en el auto.

 

Hasta la que sería víctima del accidente pudo permitirse dar dos pasos lejos del auto, aterrada. Y para cuando la persona frente a ellos giró de forma que se le pudo ver el rostro; el castaño en el auto abrió los ojos, espantado.

 

Jimin ni siquiera escuchó cuando el grito de uno de sus amigos ensordeció la calle.

 

«¡Jungkook!»

 

En su campo de visión, Taehyung se acercó del mismo lado de la calle en el que el chico había aparecido. El castaño corriendo al azabache, que seguía estático en su lugar mirando algún punto en el parabrisas, sin tener conciencia de YoonGi o Jimin.

 

YoonGi bajó del auto rápidamente.

 

Taehyung zarandeaba a Jungkook de los hombros, su voz cuestionando la existencia de la cordura del menor. Éste último seguía dar crédito a la situación, demasiado aturdido como para asimilar todo tan de repente.

 

YoonGi se acercó a ellos e intentó calmar a Taehyung, que parecía estar a punto de perder el juicio y abalanzarse sobre el más joven. YoonGi capturó los brazos de Taehyung, apartándolo un poco para que no pudiera llegar al otro.

 

El chico temblaba, temblaba mucho.

 

Y para cuando el complejo par se percató de quien se trataba el conductor del auto que estaba a punto de llevarse por delante al menor, Jimin había salido con cuidado del auto y acercado a ellos con velocidad para ayudar. Taehyung se había puesto estático y JungKook seguía sin moverse, pero en el momento en que tuvo a Jimin cerca de él sus ojos engrandecieron.

 

El cuarteto seguía perturbando la calma de la calle, siendo que la mayoría de los vecinos y personas que paseaban por allí seguían mirándolos con curiosidad y tal vez calma, era un espectáculo que no se veía todos los días.

 

—Dios mío, Jungkook, no puedo creer que a veces seas tan imprudente. —Taehyung reprochaba al menor, su voz dura y mirada cristalina después de unos segundos sin mediar palabra.

 

—Lo siento… —musitó el menor de todos con la cabeza gacha, sus ojos repentinamente oscuros. Todo el mundo se quedó en silencio. YoonGi observó la manera en que Taehyung ajustaba los puños a sus costados mientras miraba a Jungkook, su mirada dolida.

 

Jimin decidió no decir nada, se abstuvo de interrogar al par de menores sobre la extraña situación. Entendía que aquel ambiente denso era increíble, de todas las personas nunca hubiese esperado tal escena de ellos dos.

 

Taehyung y Jungkook nunca fueron de pelear demasiado, tal vez tenían pequeños desacuerdos que se reducían entre los deberes de la Universidad o sobre qué sabor de helado era mejor; mas jamás imaginó encontrarse frente a frente con una mirada rota y otra demasiado compleja para descifrar.

 

YoonGi intentó sacarles algo de información con un par de preguntas, mas al ver que ninguno de los dos estaba preparado a hablar los llevó adentro del automóvil.

 

Jimin volvió a acomodarse el cinturón de seguridad, viendo por el espejo el reflejo de los más jóvenes sentados en los puestos traseros. El castaño seguía con una mirada cristalina y aparentemente distraída en la imagen detrás de la ventana, pero Jimin sabía que en su mente sucedían una barbaridad de cosas y que en lo menos pensaba en ese momento era en lo que veían sus ojos.

 

Jungkook por su parte se conservaba con la cabeza gacha, hasta el punto en que no pudo ver sus ojos debido al cabello oscuro sobre su frente. Sin embargo, Jimin tuvo que apartar la mirada al frente al ver una fugaz lágrima caer de su rostro.

 

Hacía mucho tiempo que no veía a Jungkook llorar.

 

Y para cuando llegaron a casa de SeokJin, éste último quiso hablar a solas con Taehyung y Jungkook, así que le fue imposible sentirse más tranquilo.

 

YoonGi y Jimin tuvieron que apartarse a la cocina, donde el mayor decidió preparar algo para comer mientras que el otro se dedicaba a morderse los labios, muy tenso todavía.

 

—¿Qué crees que esté sucediendo con esos dos? —Preguntó el castaño en un hilo de voz, sintiendo la atención del mayor posarse en él además de las verduras que cortaba.

 

—¿No crees que es más acertado que tú respondas esa pregunta? Son tus amigos después de todo.

 

—Pero… —Jimin volvió a morderse el labio inferior, titubeante, mientras oía el cuchillo chocar con la tabla de cortar repetidas veces—, ya sabes, ehm… —suspiró—. Has estado compartiendo con ellos últimamente, y podrían…

 

—Creo que me interpretaste mal —tomó una sartén y la colocó al fuego, agregándole los vegetales segundos después—. Nuestras conversaciones no iban más allá de lo que puedas hablar con un conocido; no me contaron sus vidas.

 

Jimin sonrió ladinamente, regañándose a sí mismo por algo tan obvio.

 

—Pero —añadió—, sí se encargaron de contarme varias cosas sobre ti.

 

Con un repentino toque de nervios, tomó el vaso de agua que se había servido minutos antes y se lo llevó a los labios para beber un poco, de esta forma podría disimular la sorpresa que sintió.

 

Sus amigos no podían pasarse de la raya hablando sobre él, ¿O sí?

 

—No dijeron nada malo, tranquilo —sonrió al notar el silencio por parte del menor—. Sólo me comentaron algunas cosas de la relación que sostenías con ellos; solían ser realmente unidos, ¿no?

 

—Así es. —Jimin colocó el vaso sobre la superficie de la mesa, empezando a percibir el olor de la comida. Atraído por la misma, se levantó de su asiento y caminó cautelosamente hacia el mayor, terminando así por ver sobre su hombro lo que preparaba.

 

El olor se intensificó e hizo un sonido con su garganta, gustándole lo que olía y sintió su estómago rugir ligeramente ante el delicioso aroma.

 

—Estoy ansioso por probar su comida, hyung —Jimin se alejó, sonriendo—. Se ve deliciosa.

 

—Gracias. —Justo en ese momento, sintieron la presencia de alguien más ingresar a la cocina, giraron al mismo tiempo para verificar de quién se trataba.

 

JungKook se quedó estático en la entrada, no creyó que ellos estaban allí; sólo quería escapar un rato de SeokJin y Taehyung. Sobretodo, de este último.

 

—Ahm… —Jimin boqueó un poco antes de formular bien la pregunta—, ¿Kookie?, ¿todo está bien?

 

—Uh, sí, claro. —el aludido pasó sus manos por la tela de sus pantalones, disimulando un poco su estado tembloroso. Miró a YoonGi después de Jimin, llevó su mirada al suelo y mordió su labio antes de acercarse al refrigerador y servirse en un vaso un poco de agua fría.

 

YoonGi volvió a su tarea, dejando de prestar atención a lo que evidentemente no le incumbía, mas Jimin no apartó su mirada analítica del menor de todos.

 

JungKook bebió el agua, Jimin notó la forma en que sujetaba el vaso y lo que tardó en beber esa poca cantidad de líquido.

 

Su expresión grita su deseo de soledad.

 

Luego de dejar el cristal sobre la isla, se aproximó a la salida de la cocina para abandonarla sin más. Jimin escuchó sus vagos pasos guiarlo al segundo piso.

 

Tuvo el impulso de seguirlo, de detenerlo, de gritarle que podía confiar en él; pero lo detuvo la figura de Taehyung en la puerta, aparentemente buscando algo. A alguien.

 

—¿Dónde está JungKook? —Preguntó luego de buscar con la mirada, en sus ojos se podía diferenciar un ápice de preocupación, arrepentimiento, enojo, decepción, desesperación. Tristeza.

 

—Acaba de subir al segundo piso. —Contestó YoonGi luego de que Jimin se quedara en silencio absoluto, sin saber qué decir.

 

Luego de eso Jimin vio a Taehyung desaparecer y seguidamente escuchó sus pasos subir rápidamente las escaleras, dejándolo más confundido de lo que estaba.

 

¿Podrá ser…?

 

—No te recomiendo que los interrumpas —comentó YoonGi con total tranquilidad al notar que el más bajo empezaba a caminar con intención de seguir a Taehyung—. Ellos están siguiendo su propio ritmo ahora mismo.

 

Jimin frunció el ceño, iba a replicar pero SeokJin le interrumpió con su presencia, notándose bastante contrariado y agotado.

 

—Gracias por cocinar —agradeció tomando asiento en una de las sillas—. No podré tocar la cocina con este estrés, acabarán envenenados todos si intento acercarme a la comida.

 

—Hyung, ¿Qué sucede con Taehyung y JungKook? —Preguntó intentando sacar un poco de información, pero el mayor se limitó a negar con la cabeza, suspirar y mover su cabello hacia atrás.

 

—No quiero hablar de eso ahora, Jimin.

 

Jimin frunció sus labios, obstinado. ¿Por qué nadie podía simplemente explicarle?

 

 

 

YoonGi comenzó a servir la comida rato después, siendo ayudado por el menor. Este último se mantenía callado ante la conversación que empezaban a tener los dos mayores sobre el trabajo en el restaurante, puesto que en su mente sólo entraban las preguntas que se hacía sobre la situación tan delicada con los dos menores.

 

Jungkook y Taehyung bajaron poco después, notablemente separados y sin querer levantar la mirada; se sentaron con los demás en el comedor para comer los platos preparados por el chef YoonGi.

 

Jimin se sentó junto a YoonGi, puesto que SeokJin había quedado sentado en medio de los dos menores. Estaba distraído, pero al momento de probar la comida quedó maravillado ante el sabor de todo el platillo en sí, aunque fuera bastante simple tenía un sabor exquisito. Era parecido a la manera de cocinar de SeokJin, pero era diferente de cierta forma.

 

—Esto es demasiado bueno. —Jimin interrumpió el silencio, mirando con sorpresa el plato frente a él. YoonGi a su lado sonrió y lo miró antes de dar otro bocado a su propia ración.

 

—¿Debería venir y cocinar para ti más veces? —Sugirió en un tono travieso, un tono que ni siquiera SeokJin había escuchado alguna vez en todos esos años por parte del mayor. Jimin se congeló un instante y no pudo reprimir la sonrisa que se formó tímidamente en su rostro.

 

—¿Estás diciendo que mi comida no es buena? —Reprendió el mayor de todos, mirándolo con ojos acusadores y rozando el exagerado gesticular que acostumbraba a hacer.

 

—Yo no dije eso, hyung —Jimin sonrió al ver un poco más animado a SeokJin, sin embargo las miradas frente a él hicieron que borrara su sonrisa poco a poco. Jungkook y Taehyung lo miraron, no al mismo tiempo, pero lo hicieron. Y eso bastó para que Jimin volviera a fijar su atención en la comida.

 

Luego de comer, SeokJin recogió los platos con la ayuda de Jimin y YoonGi recibió una llamada de —al parecer— su asistente. Se despidió rápidamente luego de colgar y dejó la casa, siendo seguido por Jungkook poco después.

 

—Así que vas a estudiar mañana con Jungkook, ¿no? ¿Él vendrá o se reunirán en algún otro lado?

 

SeokJin lavaba los platos mientras Jimin los secaba manualmente y los organizaba en su respectivo sitio, haciendo sentir más cómodo a SeokJin por la ayuda recibida.

 

Taehyung, en tanto, se encontraba sentado en la isla de la cocina mientras oía al dúo platicar.

 

—Él dijo que vendría al mediodía para estudiar más cómodamente, tendrá que irse en la tarde puesto que su madre… bueno…, ya sabes.

 

—Entiendo —SeokJin asintió, terminando de enjuagar el último plato—. Entonces iré temprano a comprar algunos bocadillos para ustedes, ¿Está bien?

 

—¿No crees que me consientes mucho, hyung? —Jimin rio levemente al ver el gesto del mayor.

 

—¿Debería dejar de hacerlo?

 

—No, para nada —Jimin colocó el último plato, brillante, en su lugar. SeokJin ya se había quitado los guantes y ahora sólo le extendía una toalla totalmente seca para que el menor se quitara el resto de humedad de las manos—. Gracias, hyung.

 

Al poco rato llegó NamJoon, recibiendo un reproche de SeokJin por haber llegado tarde. Sin embargo, NamJoon explicó que tuvo que hacer horas extras y por ello pudo comer algo en la calle.

 

Jimin tomó un baño luego, Taehyung se había instalado a platicar con NamJoon en la sala frente al televisor sobre una serie que al parecer tenían en común. SeokJin también se encontraba allí, pero ajeno a los demás, se encontraba leyendo un libro.

 

Él mientras tanto, bajo el agua se permitió “descansar” su mente. Decidió no pensar en nada, sintió sus hombros tensos y falló cinco minutos después cuando de pronto recordó que esa misma tarde había tenido un arranque de ansiedad. Se sintió algo patético, cansado, deprimido.

 

¿Por qué razón tenía que actuar así?

 

Recordó el momento en que decidió confiar enteramente en YoonGi, desde el momento en que sintió sus intenciones verdaderamente sinceras.

 

 

 

—Ah, Taehyung, aún estás aquí. —no quiso sonar descortés en ningún momento, por lo que sonrió amablemente después. Taehyung se encontraba en el pasillo cuando Jimin se disponía buscar un vaso de agua antes de ir a dormir, estaba algo cansado y se notaba en sus ojos.

 

—Me quedaré contigo esta noche, ChimChim. Como en los viejos tiempos, ¿Recuerdas? —Taehyung intentó sonreír también, pero no era precisamente felicidad lo que pasaba por sus orbes.

 

—¿Pasó algo en tu casa, Taehyung? —Preguntó luego de un minuto de silencio, uno extendido que pretendía desaparecer antes de que ninguno de los dos pudiera articular palabra alguna, incómodos y sin saber cómo actuar ante un ambiente tan denso. El menor se quedó en silencio, siendo ésta la mejor respuesta para Jimin—. ¿Me esperas aquí? Iré a beber algo y ya regreso, buscaré también la colcha. —Jimin abrió la puerta de su habitación, dejando que Taehyung entrara con confianza. Siguió su camino, bajando las escaleras, encontrándose a SeokJin que llevaba unas cosas en brazos.

 

—Ah, Jimin, cuando subas le llevas esto a Taehyung, ¿sí? Son para que pase bien la noche. —SeokJin sin esperar respuesta colocó las cuantas cosas en brazos de Jimin, siendo estas más grandes que él e impidiéndole fijarse bien por donde iba.

 

Con cierto esfuerzo llegó a la cocina, colocó lo que serían unas prendas de ropa en el mesón para poder servirse un bien cargado vaso de agua. Y mientras el líquido bajaba por su garganta y refrescaba su interior, se dedicó a analizar los vagos recuerdos que azotaron su memoria.

 

Varias noches con Taehyung pasaron por su mente, incluso desde antes de que Jungkook se les uniera.

 

Entonces, ¿Qué había cambiado con ellos? ¿Desde cuando esos buenos tiempos de bromas y peleas de almohadas, acompañados de anécdotas diarias habían cambiado a pasar las noches largamente frías sin siquiera haberse molestado en preguntar por mensaje cómo les había ido en el día?

 

Jimin no podía reclamar; él se había encerrado sin siquiera desahogarse con sus amigos o un especialista desde el principio.

 

Tal vez, sólo tal vez, él había roto ese lazo de confianza que había vivido entre ellos alguna vez.

 

Entonces, vagando más a fondo en sus recuerdos, se dio cuenta de que incluso antes de encerrarse, de que su mundo se trastornara; había dañado lo suficiente para él y los demás. ¿Y por qué?

 

Habían crecido. Ellos tenían sus propios asuntos ahora, no había forma de que eso cambiara. Hoseok tenía sus propias responsabilidades, Taehyung tenía que cuidar de sí mismo ahora que la mayoría del tiempo vivía solo y Jungkook debía cuidar de su madre, mujer que odiaba ver a Taehyung.

 

 

 

Cuando iba subiendo por las escaleras con algo de dificultad, algo en su cabeza hizo click al hacer el recuento: «Jungkook debía cuidar de su madre, mujer que odiaba ver a Taehyung.»

 

La mamá de Jungkook odia ver a Taehyung.

 

Su sangre se heló. La madre de Jungkook odiaba a Taehyung, incluso el menor tuvo que mentir diciendo que no tenía nada que ver con el muchacho. Pero, ¿Hasta cuando le duró la mentira?

 

Recordó también el problemón que se había armado años atrás, el problema que entendió a medias. ¿Cuántos detalles se habían saltado?

 

Jimin abrió la puerta de su habitación como pudo, sobresaltando a Taehyung quien había estado relativamente relajado.

 

—Tenemos que hablar. —Dijo seriamente una vez dejó la ropa sobre su propia cama, mirando al menor a los ojos. Éste tragó en seco con nerviosismo.

 

—Jimin, hoy no… —iba a negarse, pero la mirada imperturbable de Jimin le ocasionó un escalofrío, y sintió miedo en cuanto su amigo cerró la puerta.

 

—Taehyung, me consideras tu amigo, ¿cierto?

Notas finales:

¡Muchísimas gracias por las +2K de leídas! Compartan esta historia con sus amigos para que se unan a este viaje~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).