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10 Razones para Salir - YoonMin por SrMomo

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Capítulo 20: Siente.

 

Taehyung miraba con intensidad una de las mesas cercanas a ellos, donde Jungkook comía solo. El chico se veía pálido a su parecer, incluso podía ver pequeñas sombras oscuras bajo sus ojos, estorbando en el lindo rostro. Sostenía sin ánimos el tenedor de plástico mientras veía fijamente su comida, masticando casi en automático y muy lentamente.

El castaño sintió un golpe directo en su pecho al verlo de esa manera, y ese mismo golpe se convirtió en una puñalada cuando recordó que la culpa de que estuviera en ese estado era suya. Todo, absolutamente todo, era culpa suya.

Volvió a su plato cuando Jungkook sacó su teléfono móvil: el chico estaba decidiendo ignorar la mirada fija que buscaba sin resultados la suya.

Un golpe en la mesa fue lo único que pudo hacer reaccionar a Taehyung y sacarlo de su trance, obligándolo a llevar sus ojos abiertos por la sorpresa al chico sentado frente a él.

—¿Puedes dejar de actuar como un idiota? —Taehyung frunció el ceño ante el tono de voz de Hoseok, que le indicaba que iba totalmente en serio con esa pregunta. El rostro y los ojos del mayor no se lo negaban, estaba reclamándole—: Te quedas sólo observando en lugar de hablar con él, ¿Qué estás esperando?

—Me he cansado de buscarlo —se defendió frunciendo ligeramente el ceño, sin levantar la voz. No quería que nadie, ni Jungkook en especial, oyera sobre sus lagunas mentales—. ¿Qué más quieres que haga? Ni siquiera parece estar interesado en hablar claramente conmigo y cada día se deteriora más.

—¿Y que le hayas dejado de insistir, en demostrar que te importa, parece una buena opción para ti?, ¿eso arreglará las cosas, Kim? —Hoseok mantenía su mirada afilada sobre él, dándole —como siempre— una buena patada de razonamiento en donde más le dolía. Taehyung engulló en seco, sin saber qué responder. Hoseok tenía razón—. Date otra oportunidad de seguir buscándolo, estoy seguro de que él espera eso de ti. Lo ha estado esperando todo el tiempo que te mantuviste como idiota sólo preocupándote por él a lo lejos.

El menor volteó a ver a Jungkook de nuevo, y notando que se mantuvo en todo ese tiempo con los ojos fijos en su móvil. Se humedeció el labio inferior, tomando una decisión que puede que cambiara todo en poco tiempo, y Hoseok sonrió con satisfacción al ver a su castaño dongsaeng levantarse y dirigirse a la mesa de Jungkook.

Quiso darle privacidad a ambos, desviando su mirada a Jimin, a un costado.

—Vaya —el más bajo exhaló el aire contenido en sus pulmones, decidiendo apartar su atención de los dos menores—. No pensé que lo haría en serio…

—Taehyung es fácil de motivar, sólo hay que darle un pequeño empujoncito —sonrió de lado, llevando a sus labios el envase de cartón con jugo cítrico—. Pero tal parece que es lo mismo contigo, ¿uh? —Hoseok lo miró con una ceja alzada antes de beber el líquido amarillento, sintiendo al menor bajar la mirada tímidamente.

Jimin se encogió en su asiento, sus mejillas enrojeciendo ante el repentino desvío de atención hacia él—: No me mires así, hyung. Hablábamos de Taehyung.

—Eres adorable. —El mayor hizo una voz aguda antes de reírse del ceño fruncido del más bajo, sintiéndolo contener un quejido por la palabra usada.

Siguió molestándolo para distraerse un momento de la preocupación por Jungkook hasta que el teléfono de Jimin vibró en su bolsillo, sobresaltándolo un poco, y provocando en él una sonrisa llena de ternura y nostalgia.

—Hyung~ —Jimin se quejaba mientras desbloqueaba su teléfono, pero se quedó en silencio cuando encontró el nombre de YoonGi en el buzón de mensajes. Rápidamente lo abrió, ignorando si Hoseok hablaba o no, y leyó con calma el mensaje un par de veces antes de levantar la cabeza sin saber cómo sentirse.

YoonGi lo visitaría ese día, miércoles.

Hoseok aprovechó ese momento de distracción para mirar a la mesa donde había ido Taehyung, no encontrando rastro de él ni de Jungkook. Se preguntó hacia dónde habrían ido en ese corto lapso de tiempo, pero supuso que no debieron ir muy lejos. Volvió su atención a Jimin cuando un grupo de amigos que desconocía empezó a ocupar la mesa y se encontró una imagen que lo dejó escéptico.

—¿Qué haces? Pareces una ardilla. —Arqueó una ceja al ver al menor llenarse las mejillas apresuradamente con comida, viéndolo un minuto después beber de su jugo para tomar la bandeja y colgar su mochila al hombro.

—Tengo que hacer unas cosas —explicó torpemente antes de despedirse con una sonrisa—: Hasta luego, hyung.

Hoseok vio marchar a Jimin, y no pudo evitar suspirar antes de volver su atención al plato de comida a medio terminar, sintiéndose lleno. Sólo deseaba que todo saliera bien a partir de allí.

 

***

 

—Taehyung- —Jungkook iba a hablar, pero fue empujado con cierta brusquedad contra un casillero. Su mochila resbaló hasta quedar colgando de la mitad de su brazo, y no evitó dejarla caer al sentir a Taehyung tan cerca de él. Sus ojos lo miraban con intensidad y eso le dejó estático.

—¿Qué es lo que realmente esperas de mí, Jungkook? —El tono de voz que usó le provocó escalofríos al azabache.

—No espero nada de tu parte.

Ante el murmuro del chico que evitaba su mirada, Taehyung se acercó aún más peligrosamente. Jungkook se vio obligado a llevar sus ojos a los profundos orbes frente a él para no mirar los labios del más alto, sintiéndose algo torpe cuando sus manos comenzaron a temblar.

Tenía miedo de lo que podría suceder.

—¿Estás mintiendo?

Jungkook se quedó sin aire cuando sintió el roce de sus labios con los de Taehyung. Hacía tanto tiempo que no los probaba que los había extrañado todos los días, a toda hora, hasta en sus sueños. Decir que no los necesitaba sería pecar, así que tuvo que reunir una gran fuerza de voluntad para no abalanzarse sobre el contrario y dejarlo sin aliento.

—Tal vez. —Fingió perfectamente la tranquilidad que no sentía, pues estaba seguro de que sus piernas le traicionarían de un momento a otro. Su corazón latía tan fuerte en su pecho que lo estaba atormentando, ¿Taehyung podía oírlos también?

—¿Estás jugando conmigo, verdad? —El timbre de voz del mayor cambió casi imperceptiblemente, pero Jungkook pudo sentir la frustración disfrazada de simple juego. No pudo evitar fruncir el ceño, todos sus malos pensamientos cruzar su mente como una estrella fugaz.

—No —tensó la mandíbula—. ¿ estás jugando conmigo? —Inconscientemente empujó el cuerpo del más alto con algo de la fuerza que le quedaba, ignorando la punzada en el pecho que sintió al hacerlo; pero no rompió el contacto visual con Taehyung a pesar de todo, no planeaba mostrar una actitud débil a pesar de que su cuerpo la mostraba.

Taehyung frunció el ceño—: ¿Ahora de qué hablas?

—Oh, ¿No te parece lo bastante claro? —Quería llorar—. Primero me niegas lo de tu madre a pesar de que sabía toda la verdad, luego me apartas y ahora pretendes volver con tu mirada de cachorrito, ¿no es eso?

Jungkook iba a tomar su mochila y largarse de allí al no recibir una respuesta inmediata. Quería marcharse lejos lo antes posible: no quería escuchar una contestación, no quería seguir viéndolo, no quería que lo viera llorar. No quería seguir llorando por lo mismo, pero se sentía lo suficientemente ahogado como para evitar derramarse. Todo era injusto y parecía ir en contra de él a pesar de que desde un principio fue idea suya.

Sus planes de salir corriendo y desaparecer se vieron interrumpidos en el momento en que Taehyung estrelló su mano contra un casillero, justo al lado de su cabeza, impidiéndole el paso. Jungkook no quiso mirarlo de nuevo a los ojos, pero lo hizo al sentirse tan perplejo.

Pocas veces vio a Taehyung siendo tan impulsivo.

Jamás lo había visto comportarse como lo estaba haciendo, tan brusco; pero no tuvo tiempo para pensar mucho en ello. Ni siquiera tuvo tiempo de cuestionarse la razón por la que no huyó cuando tuvo una clara oportunidad para hacerlo; hasta que sintió los labios de Taehyung justo sobre el extremo izquierdo de sus labios.

El sólo roce de los cálidos labios de Taehyung sobre una de sus comisuras lo paralizó, y no supo cómo sentirse exactamente cuando concluyó que el mayor seguía teniendo un gran efecto en él.

—Lamento herirte, Kookie. —La voz gruesa estrelló contra su piel, un cosquilleo se paseó por su espalda.

Ahí estaba de nuevo, desfalleciendo por cada gesto, sintiéndose alterado por sus palabras, dejando fluir sin intención sus sentimientos.

Y con fuerza que no sabe de dónde la sacó, mantuvo sus propios labios sellados a pesar del jadeo que quería salir de ellos al oír esa voz de nuevo—: Lamento cada decisión que hice. Lamento ser tan egoísta, siento no haberte protegido lo suficiente —la voz del más alto se quebró en algún punto—, me arrepiento de actuar como un imbécil siempre. Lo siento, y sé que estas palabras no recuperarán el color de tu piel o el lindo brillo en tus ojos, pero no quiero que vuelvas a apartarte de mí. No quiero apartarte.

Taehyung se alejó para ver al menor directo a los ojos mientras pegaba sus frentes, dándose cuenta que, lastimosamente, el cuerpo de Jungkook estaba frío. El azabache sólo lo miró.

—Aunque quizás vuelva a hacerte daño en el proceso, prometo que será tan sólo una última vez para arreglar definitivamente las cosas. No debimos haber dejado la herida abierta desde un principio, ¿sabes? —Tomó la mano del más bajo, sintiendo la piel seca y no tan suave como la recordaba, e hizo una mueca al notar el cambio—. Jungkookie, me odio tanto por hacerte esto, no debí llevarte conmigo desde un principio.

Las lágrimas de Jungkook no pudieron ser contenidas por más tiempo y corrieron libremente por su rostro, dejándolo expuesto de nuevo. El azabache odiaba eso. Odiaba no poder contra Taehyung, odiaba ser tan débil y creer en sus palabras ciegamente.

Taehyung odiaba verlo llorar. Siempre que lo hacía, sentía su mundo caer en picada. Había prometido protegerlo, ¿Por qué no lo estaba haciendo? Se sentía tan impotente e inútil mientras sólo apartaba las lágrimas del rostro de Jungkook con sus dedos...

—Yo… no quería que esto fuera así —confesó con la voz ahogada, sintiéndose pequeño. Taehyung no se contuvo al sostener al menor con sus brazos, provocando que el llanto ajeno fuera más intenso—. Se suponía que estaríamos saliendo, teniendo una relación normal, ¿Por qué ahora parece que estamos atados de manos y pies y sólo podemos ver cómo nos destruyen?

—Lo siento.

Eso era lo único que podía decir por ahora, no podía agregar nada más hasta que tuviera los hechos. A partir de allí se encargaría de llevar todo para un mejor rumbo aunque significara sacrificar la confianza de su madre.

Valdría la pena por Jungkook.

 

***

 

Taetae:
Tengo que hablar contigo.
2:36 p.m.

Jimin releyó con cierta duda la frase que había recibido de su mejor amigo. ¿Qué era exactamente aquello y por qué sentía que tenía que ver con Jungkook?

Bueno, era bastante obvio. La última vez que lo vio fue en el comedor de la universidad, lo dejó a él y a Hoseok para ir a hablar con Jungkook.

Luego de aquello, recuerda que dejó a Hoseok en el comedor para irse directo a la biblioteca, dejando con la encargada lo que debía entregar a Jungkook ese día. No debería descuidar sus estudios en ese momento, ya que estaba por realizar el tercer y último examen para que estuviera a salvo, pero no podía estudiar con el menor ese día.

Tecleó un mensaje rápido al azabache y entró a la última clase de su día, un poco ansioso. Estaba esperando el momento en que viera a YoonGi ese día.

Cuando salió de la universidad se fue caminando a casa. Tomó la ruta más larga porque sabía que tenía el tiempo suficiente, así que se encargó de pensar en el mensaje de Taehyung antes de poner en orden las cosas en su cabeza.

Sacó su teléfono, deteniéndose en un local al azar para concentrarse mejor.

Sabía que YoonGi llegaría alrededor de las seis, así que aprovecharía las horas que faltaban para terminar de cumplir con esa charla de una vez. Quería ayudar a Taehyung cuando lo necesitara.

ChimChim:
¿Tienes tiempo ahora mismo?
2:40 p.m.

Ciertamente no se esperó recibir una respuesta casi inmediata. Aunque más que una respuesta, fue una llamada entrante del mismo Taehyung.

Jimin miró la pantalla por unos segundos antes de contestar algo dudoso. Sólo ahí, cuando giró sobre sus pies a ver el local tras suyo, se dio cuenta de que estaba justo afuera de una tienda de mascotas.

—¿Dónde estás? —Escuchó la voz gruesa de Taehyung al otro lado del parlante y se preguntó qué podía esperar de ese tono de voz indefinible.

—Uhm, justo ahora estoy en camino a casa de SeokJin hyung.

—¿Por dónde vas, entonces? —Preguntó algo impaciente. Jimin miró el local de nuevo.

—Estoy frente a una tienda de mascotas.

—¿La que tiene decoraciones verdes?

—Sí… supongo. —Jimin miró las paredes del mismo color que escuchó, notando que también habían detalles color crema. Era un lugar bastante bonito, y se entretuvo con los cachorros detrás de un cristal. La escena parecía familiar para él.

—Espérame ahí. —Y colgó.

Jimin guardó su teléfono en el bolsillo de su pantalón justo después, viendo entretenido los cachorros jugar entre sí. No tendrían mucho tiempo de haber nacido, eran bastante pequeños todavía y recordó haberlos visto antes.

Su memoria sólo se refrescó más cuando vio al empleado del lugar salir con una escoba en la mano. Lo reconoció al instante, allí en ese mismo lugar había estado con YoonGi cuando quería preguntar por las mascotas.

Youngjae ni siquiera notó su presencia hasta que sintió una mirada sobre él, y cuando vio al chico castaño mirarle fijamente sonrió.

—Hey, hola, ¿Ahora sí vienes a adoptar una mascota?

Jimin sintió sus mejillas escocer, ¿Cómo era que lo reconocía también?
¿Y por qué le estaba hablando con tanta confianza?

—Oh, lo siento, ¿Te hice sentir incómodo? —Rió suavemente, notando el cuerpo del chico tensar los hombros ante aquel acierto tan embarazoso—. Disculpa.

—Ahm, no, yo- yo pasaba por aquí —balbuceó torpemente. ¿Por qué estaba comportándose de esa forma? Había hablado con aquel chico anteriormente, no se suponía que debía ser así—. Lo siento.

—¿No habrás venido por un puesto de trabajo, cierto? —YoungJae alzó las cejas con impresión, pero Jimin sólo frunció el ceño con una notable confusión ante lo dicho—. ¿N es eso? Vaya, otra vez poniéndote incómodo...

—¿Están buscando a alguien para un puesto de trabajo aquí? —Se acercó al chico de cabello claro, con un repentino interés que YoungJae no debía desaprovechar.

—Sí, estamos solicitando personas para que trabajen en nuestra tienda. De repente nosotros no podemos con todo —frunció los labios, alzando la escoba en su mano derecha para hacer énfasis y bajó la voz para que sólo Jimin lo oyera—. Se supone que estoy encargado de la caja pero aquí me ves limpiando.

Jimin sonrió, pudiendo hablar nuevamente con naturalidad con aquel chico. Miró por un momento hacia afuera, sabiendo que Taehyung tardaría unos minutos más en llegar, y volvió a poner su atención a YoungJae—: ¿Puedes darme más información, por favor?

Youngjae se sintió emocionado mientras lo invitaba a pasar, como si fuera una casa, y le ofreció un papel donde podía los requisitos y más detalles. Se quedó en silencio mientras Jimin leía con atención lo que ponía.

—¿Es el cargo de la limpieza? —Preguntó. YoungJae asintió con una sonrisa.

—Mientras llegan más personas, sí. Luego podrías encargarte de la caja o de la organización, el mantenimiento de los animales… —empezó a enumerar con los dedos hasta que se detuvo en uno—, pero tendríamos que hablar con el gerente para que lo apruebe.

—¿El geren-? —Jimin se vio interrumpido por un joven de cabello negro que llamó al empleado, y al verlo notó enseguida la palabra “gerente” a un costado de su uniforme oscuro.

—¿Dónde se supone que están los sacos de alpiste, YoungJae? Los tenía en el almacén esta mañana, no pudieron haber desaparecido.

—Se suponía que estarían al fondo, ¿Revisaste bien? —No obtuvo respuesta. El joven con lentes revisaba una carpeta justo antes de oír aquello, así que se quitó los lentes para llevar dos dedos al puente de su nariz a la vez que fruncía los labios y cerraba los ojos. Parecía agotado—: Ven, los contaré por ti.

—No hace falta, puedo hacerlo…

—Puedes quedarte aquí y permitir que te ayude un poco. Tómate un descanso, pareces un loco yendo de aquí para allá desde esta mañana —YoungJae tomó la carpeta anterior antes de dirigirse hacia Jimin con una sonrisa amable—. Puedes preguntar el resto a él si tienes alguna duda, estoy seguro de que podrá hablar por lo menos.

Oyó un chasquido del gerente y desapareció entre las estanterías. Jimin se sintió tenso de nuevo, lo habían dejado con alguien que desconocía completamente y que parecía no tener el mejor humor del mundo en esos momentos.

—¿Puedo ayudarte? —Escuchó la voz del hombre y se sintió avergonzado cuando el mismo notó su pequeño sobresalto; pero para su suerte, el mismo ignoró ese detalle. Llevó sus manos a cada lado de su cuerpo, en una posición casi rígida.

—Yo- —se odió por no saber qué decir rápidamente—… Estaba averiguando sobre un puesto de trabajo aquí.

—Vale, ¿Qué te gustaría saber? —El muchacho se acercó a él del otro lado de la barra de cristal, por primera vez viéndolo directo al rostro. Jimin sentía que iba a morir de los nervios, no sabía cómo hablar sin trabarse.

—Soy estudiante, así que…

—¿Universitario? —Jimin asintió ante la pregunta, mirando sus propias manos moverse con nerviosismo donde el otro no podía verlas—. Bien, supongo que adaptaríamos tu horario con respecto a tus horas libres, sí.

La voz del gerente era calmada y firme a comparación al aspecto agotado que tenía poco antes de que YoungJae se fuera de allí.

Jimin poco a poco fue soltando todas sus dudas, siendo aclaradas por aquel hombre sin mayores alteraciones. Parecía un buen lugar para trabajar, y considerando el pago, sería mejor empezar a trabajar pronto para no perder la oportunidad.

Cuando el hombre le dijo que quedaban dos lugares, puesto que un chico más había tomado el labor de la limpieza apenas un día antes —cosa que Jimin no comprendió, ¿Por qué YoungJae estaba limpiando cuando lo encontró había un rato?—, no dudó en tomar uno de los papeles que le ofrecían para que lo pensara mejor.

Justo cuando se despedía con bastante formalidad del hombre, su teléfono vibró. Era una llamada entrante, así que salió del local para contestar, pero cuando vio el nombre de Taehyung supo que el chico había llegado.

Cuando vio su espalda en la acera no dudó en sorprenderlo, abrazándolo por detrás con fuerza. Taehyung se sorprendió por un momento, pero de inmediato reconoció a su mejor amigo.

—¿Dónde te metiste? Te estaba buscando… —Taehyung no estaba del mejor humor y Jimin podía verlo en su ceño fruncido y su extraño semblante de seriedad, pero eso no evitó que agitara con alegría el papel frente a su rostro—. ¿Qué es esto?

Jimin vio la expresión de Taehyung mientras leía lo escrito en el papel desde el momento en que se lo entregó, y extendió su sonrisa cuando el menor lo miró con impresión—: ¿Vas a trabajar?

—Lo pensaré, ¿Pero no es maravilloso? Es una buena oportunidad para conseguir dinero.

—¿Para qué quieres dinero? ¿Tu mamá no te dejó una buena cantidad?

—Necesito dinero para conseguir un piso donde vivir, no quiero seguir molestando a SeokJin hyung y Namjoon hyung cuando se casarán pronto… —explicó con su mirada vagando sobre el papel que se encontraba en manos de Taehyung. Éste mantuvo su expresión seria mientras lo veía—, y no creo que el dinero que me dejó sea suficiente, ella había conseguido una oferta, pero...

—Va, ¿Te parece si hablamos de esto mientras andamos? Estoy algo ansioso por llegar.

Jimin asintió, recordando que iban a eso. Ambos caminaron junto al otro, y el silencio los consumió por unos segundos antes de que el mayor ojeara el papel una vez más.

—¿Trabajarás en esa tienda de mascotas? —Miró al más bajo por un momento, y después pareció entenderlo todo con una mueca—. Así que ahí te habías metido, ¿no?

—¡No quería causarte molestias! —Se apresuró para explicar, nervioso de hacer esperar a Taehyung antes—, sucede que no creí que estuvieran buscando personal, me enteré después.

—¿Y qué hacías ahí entonces? ¿Le regalarás una mascota a SeokJin hyung?

—Estás un poco pesado con las preguntas, pareces un policía. —Jimin abultó su labio inferior con inconformidad mientras miraba con recelo al menor. Taehyung sonrió por primera vez en todo ese rato, aparentemente con un poco más de ánimo que cuando llegó.

—Sabes que soy así. —Se defendió.

—Bien… —Jimin pateó una pequeña piedra que había frente a él, ¿De dónde saldría una piedra en medio de la ciudad?—, me encontré con un empleado de allí. Lo conocí la vez que vine con YoonGi hyung y me reconoció, entonces empezamos a hablar…

—Oh, así que has estado con él. Dime, ¿Estás saliendo con Min YoonGi? —Interrumpió haciendo una mueca exagerada de sorpresa. Sabía que la respuesta sería negativa, pero quería distraerse un poco de sus pensamientos, empleando su método de molestar a Jimin; y al parecer tendría un buen rato de diversión por la reacción que ganó.

Jimin sintió sus mejillas enrojecer ante esa idea, y recordó la vez en que el mayor le prestó su camisa el mismo día en que lo conoció; ese día en la universidad, sus amigos habían estado molestándolo de igual forma. Así que sólo lanzó un golpe débil al brazo del más alto—: ¡Taehyung!

La risa de Taehyung le indicó a Jimin que estaba jugando con él, así que hizo un mohín de protesta a la vez que se cruzaba de brazos. Taehyung siempre buscaba la manera de molestarlo.

Poco después no pudo evitar sonreír al ver el mejorado ánimo del menor, sintiéndose un poco mejor porque al menos había dejado de estar tan tenso.

—Espérame aquí. —Taehyung los detuvo en una tienda de aperitivos y le devolvió el papel que sacó de la tienda de mascotas antes de ingresar al local.

Se tomó un par de minutos: Jimin vio a través de los cristales a su amigo pagar en la caja un paquete de paletas de caramelo, una bolsa grande de patatas y una bebida dulce.

La cajera lo metió todo en una bolsa plástica antes de entregársela, y Taehyung le agradeció con una sonrisa que hizo que la muchacha lo observara por más tiempo del necesario.

Jimin lo miró con curiosidad en cuanto salió—: ¿Para quién es todo eso? —Sabía que Taehyung había tomado el hábito de ingerir mucha azúcar, pero no creyó que llegaría a esos niveles. El menor miró por un momento la bolsa antes de encogerse de hombros, como si fuera obvia la respuesta.

—Las patatas y la bebida serán para nosotros cuando estemos en casa de SeokJin hyung.

—¿Y el otro paquete? —Jimin señaló con mirada interrogativa. Taehyung estaba acostumbrado a que lo vieran de esa forma desde que el dulce se volvió indispensable para él, pero no le importaba.

—¿Las paletas? —Ignoró la forma en que Jimin lo reprochaba con la mirada—. Son para la semana que viene. El otro paquete está que se me acaba.

—Era en serio lo de reemplazar el cigarrillo por el azúcar… —Jimin murmuró cuando comenzaron a caminar, Taehyung asintió ante esto—: ¿Vienes muy seguido aquí?

—Bueno, ya he venido un par de veces a comprar mis dulces en esta tienda —explicó con simpleza, sacando una paleta de uno de sus bolsillos y llevándosela a la boca después de desenvolverla. Le ofreció una a Jimin, pero éste se negó—. El servicio es bueno. ¿Por qué lo preguntas?

—Esa chica parecía verte de una manera bastante… —meditó un poco sobre qué palabra usar— digamos que bastante “especial”.

—Uhm, sí, lo noto siempre —Taehyung asintió con una mueca en sus labios. Si tan sólo esa chica supiera que bateaba para el otro lado, saldría corriendo—. ¿Estás celoso?

—Sólo espero que Jungkookie no lo note o se pondrá sensible.

Taehyung calló luego de que el nombre del chico fue pronunciado. Jimin notó que los hombros del menor se tensaron, incluso su manera de comer se volvió más brusca.

—Sobre él —habló unos minutos después, botando en un contenedor de basura el palillo de la paleta que consumió—, es de quien quiero hablarte.

Jimin lo entendió y se limitó a asentir con la cabeza mientras veía que faltaba sólo una calle para llegar a su destino. Taehyung y él se mantuvieron en absoluto silencio mientras recorrían la distancia restante; pero cuando entraron a la casa de SeokJin, Taehyung se tomó la libertad de sentarse cómodamente en el sofá largo del salón a la vez que abría la bolsa de patatas que compró.

—¿Por qué no fuiste a estudiar con Jungkook hoy? Se supone que se encuentran a final de las clases.

—Uh, hoy decidí tomarme la tarde libre —Jimin buscó rápidamente dos vasos en la cocina para servir la bebida, alzando la voz para que Taehyung lo oyera desde la sala—. YoonGi hyung vendrá más tarde, así que estaba pensando en arreglar mi habitación un poco.

—Vaya, así que no puedo quitarte mucho tiempo, ¿no? —Jimin iba a negar aquella suposición, él podía brindarle todo el tiempo que quisiera a su mejor amigo, pero calló cuando Taehyung empezó a hablar de nuevo—: Entonces iré al grano.

El más bajo volvió de la cocina con dos vasos llenos de la bebida gaseosa oscura, tomó asiento en el puff que él mismo había puesto allí anteriormente y probó una patata frita. Esperó hasta que Taehyung masticara todas las que se había llevado a la boca salvajemente y pudiera hablar.

—Hablé con él hoy —tomó un sorbo de la bebida, su mirada se clavó en una esquina de la pared distraídamente—. No me quiere cerca de él en un tiempo, hasta que las cosas entre nosotros mejoren.

—¿Qué? —Jimin no pudo evitar sobresaltarse, mirando al menor de forma incrédula—, ¿Cómo pretende que las cosas entre ustedes mejoren si no están cerca? ¿Por arte de magia?

—Él quiere tomarse un tiempo, las palabras que escuchó de la boca de mi madre le afectaron mucho —frunció el ceño—. Y yo me encargaré de contarle a mi madre toda la verdad, la convenceré definitivamente de que lo que ella cree que sucedió no es la realidad.

—¿La verdad…? —Jimin no ocultó su mirada llena de preocupación, oyendo la manera en que Taehyung se desahogaba en ese sillón. Por una parte, agradeció que la bebida fuera gaseosa y no alcohólica.

Taehyung suspiró, evitando mirar al contrario a los ojos—: Desde un principio debimos decir la verdad. Mis malas amistades no fueron culpa de Jungkook, yo lo guié hasta ellas y al final nos hicieron daño a los dos. Él propuso ocultar la verdad estúpidamente sin medir las consecuencias de ello, yo lo apoyé, y como resultado se ganó el odio de mi madre —resumió todos esos años con las palabras que le resbalaban tan dolorosamente mientras jugaba con el bordillo del vaso de cristal—. Pretendimos que no importaría, pero al final resultó bastante perjudicial para nuestra relación.

Jimin bajó su mirada a sus propias manos, rindiéndose en el intento de establecer un contacto visual con el menor.

Taehyung estaba herido y no quería mostrar demasiado, lo comprendía de alguna forma; y se preguntó qué tantas cosas pudieron haber pasado con aquellos dos chicos mientras él se consumía.

Quisiera poder haber estado allí para Taehyung, pero si no podía sostenerse a sí mismo no podía sostener a los demás.

Jimin se levantó de su sitio y caminó para aproximarse al más alto. No importó que él se mostrara bastante perturbado por el tema de conversación; se dejó caer sobre el cuerpo de su mejor amigo y lo abrazó cariñosamente.

Taehyung lo recibió y enrolló el cuerpo más pequeño en sus brazos también. Ese abrazo se sentía como uno de los que se daban cuando eran niños: cuando Taehyung era regañado por su madre por una mala calificación o cuando Jimin lloraba por los malos tratos de su padre.

También se sentía como aquellos abrazos de consuelo en sus años de preparatoria: cuando el corazón de Taehyung fue roto por primera vez o cuando Jimin lloró por la primera vez en que su madre fue agredida físicamente.

Sólo allí lo notó: Jimin siempre sufrió por culpa del poco hombre que tenía por padre.

—Lo siento —se disculpó en el hombro de Jimin—. Siento no haberte ayudado lo suficiente antes de que todo llegara a… esto.

Jimin se separó y lo miró por un momento antes de sonreírle tristemente—: ¿Ahora de qué hablas? No podíamos hacer mucho, Tae, lo sabes.

—Pudimos haber hecho mucho. Pudimos demandarlo, lo enviarían a la cárcel de inmediato.

—La casa la pagaba él, Taehyung. Mi madre no trabajaba. Si lo encerraban era probable que mi madre no pudiera conseguir trabajo tan pronto y pagar todo lo que necesitábamos, nos arriesgábamos a quedarnos sin casa...

—Pero ahora hemos perdido mucho, Jimin —lo miró directamente a los ojos—. No sólo hemos perdido tu casa, hemos perdido a tu madre también.

—Sólo yo pude haber hecho algo y no lo hice, no tienes por qué culparte por eso también...

—¿Y tú sí?

Jimin lo miró con tristeza antes de morder su labio inferior con ansiedad. Se sintió ansioso. Movió lejos su cuerpo con nerviosismo, pero de inmediato sintió el contacto de su mejor amigo tomarlo por el brazo para devolverlo a su cuerpo.

—Lo siento mucho...

Jimin no se movió, se dejó abrazar absolutamente en silencio. Sabía que si se movía, Taehyung podía escuchar los latidos agonizantes de su corazón.

 


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