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10 Razones para Salir - YoonMin por SrMomo

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Notas del capitulo:

¡Gracias por leer!

 

Capítulo 8: 8. Porque queremos verte.

 

Jimin no podía hacerlo. No quería, no podía, no entendía por qué no quería hacerlo.

Él era incapaz de girar la perilla. Lo había intentado varias veces en las ocasiones en que SeokJin y NamJoon iban de compras y lo dejaban solo en la casa, para que los mismos no oyeran el sonido de la puerta siendo abierta por él, pero simplemente era imposible. O al menos, eso era lo que sentía.

Miró con decisión la perilla. Jimin se acercó lentamente a la puerta, como en una película. En su cabeza una especie de música ambiental dramática sonando.
Alzó la mano, lentamente acercándola para girar la llave de la cerradura. La misma sonó en respuesta y Jimin dio un pequeño brinco en su lugar.

—Bien, Jimin. Ahora sólo tienes que girar la perilla y abrir la puerta —murmuraba para él mismo al mismo tiempo en el que tomaba la perilla—… Bien, ahora sólo gírala…

Jimin pudo —con gran esfuerzo y voluntad— doblar la mano y hacerla girar, por lo que la puerta ahora se hallaba entreabierta.
Sorprendido de sí mismo, apartó la mano y se alejó de la puerta por lo menos unos tres pasos hacia atrás. Con perplejidad, se inclinó hacia un lado para ver a través de lo que alcanzó a abrir.

Una pequeña parte de la pared del pasillo fue lo que pudo ver. Jimin se mordió los labios y se acercó a la puerta, dispuesto a salir de la habitación. Debía demostrarse a sí mismo que Park Jimin no es un cobarde.

Apenas puso un pie fuera de su habitación, sintió en su pecho una mezcla de emoción y ansiedad. Pero a pesar de eso, continuó hasta estuvo en medio del pasillo.

¡Oh! ¡Había salido de su habitación después de meses! ¡Había logrado abrir la puerta y cruzarla!
Pero no había nadie para acompañarlo en ese momento, estaba solo en casa.

Sí, estaba solo en casa.

Jimin se había llenado de valentía. Estaba solo, lo que le daba cierta seguridad. Se retó a sí mismo a bajar las escaleras y dar un corto recorrido por la casa para luego volver a su habitación. Aceptó el desafío sin vacilar y se aventuró con una sonrisa en sus labios.

Bajó lentamente las escaleras descalzo, no recordaba la última vez que usó sus zapatos. Llegó al living y observó todo, absolutamente nada había cambiado a excepción del orden de los muebles y los cuadros en las paredes.

De resto, todo seguía igual. Las paredes de un color claro, el suelo de madera oscura y algunas plantas en la entrada bien cuidadas.

Dobló hacia la derecha, ingresó a la sala de estar: todo allí estaba ordenado, a excepción por la lámpara. Ésta estaba destrozada.
De inmediato supo de quién se trataba y sonrió por ello.

Se acercó al sofá más largo y con timidez se sentó en él.
Cuánto tiempo sin sentarme aquí, pensó en cuanto paseó sus dedos por los costados del mullido sofá. Miró atentamente la baja mesa central, en ella se encontraba el sobre de la carta que había escrito para sus amigos.

¿YoonGi hyung ya les entregó mi carta?
Jimin frunció el ceño y tomó la carta entre sus manos, ésta aún estaba sellada. No había sido abierta, no todavía, pero pudo deducir que lo harían ese mismo día.

El castaño dejó el sobre lo más similar posible a como la encontró antes y se levantó del sofá.

Se guio a sí mismo a la cocina. En ella notó la temperatura un poco más cálida que el resto de las habitaciones, quiso averiguar la razón hasta que vio sobre la repisa un plato con galletas. Se acercó a ellas, y al intentar tomar una sintió la calidez que desprendían. ¿Estarían recién hechas? Él no podía saberlo, a su habitación no llegaban los agradables sabores de la cocina de SeokJin.

Miró a su izquierda, en el fregadero se encontraba la bandeja que supuso que su hyung usó para hornearlas. Notó que el horno también estaba algo tibio.

Decidió no tomar ninguna galleta y siguió recorriendo la casa. Estuvo deambulando por la misma, llegando a suspirar varias veces al tener fantásticos recuerdos con sus amigos en aquellos lugares. Pero definitivamente evitó el espacio de los laterales de la casa, sentía que si se asomaba por allí vería algo terrible. Lo asimiló con el hecho de que su madre murió en uno de los laterales de su antiguo hogar al ser atravesada por los grandes filos de un árbol mal cortado.

Tragó saliva al escuchar, después de un rato, un auto estacionarse frente al lugar.

Se dirigió a una de las ventanas que daban vista al frente con sigilo para no ser visto. Y efectivamente, vio el auto de su hyung.
Tragó saliva alarmado, y se planteó nerviosamente hacia dónde debía ir.

Sus nervios incrementaron al oír las voces de más de dos personas. Al menos todos sus amigos estaban bajando del auto, y su primer impulso fue girar y dirigirse rápidamente a las escaleras que daban al segundo piso.

Pero se detuvo antes de pisar el primer escalón.

¿De verdad estaba bien volver a su habitación y encerrarse?, ¿o debía quedarse allí y darles la sorpresa?

Sería realmente interesante ver la reacción de los demás al verlo ahí de pie, frente a la puerta, en cuanto la abrieran para entrar.

Escuchó la voz de SeokJin mandando a callar a Taehyung y Hoseok. Aquellas voces se hacían más claras y fuertes a medida que todos se acercaban a la entrada luego de asegurar el auto aparcado.
Cuando Jimin oyó las llaves ingresar a la cerradura, ya estaba en el segundo piso. Había subido las escaleras con una energía y rapidez descomunal que lo sorprendió hasta a él mismo, la adrenalina corriendo por sus venas. Se detuvo por un segundo al creer oír la voz de YoonGi entre la de las demás, pero el sonido de la puerta abrirse no hizo más que llevarlo directo a su habitación como un rayo de luz.

Abajo, SeokJin dejó las llaves sobre un pequeño plato en una mesa, también pequeña, cerca de la puerta. NamJoon cargaba una caja y entró después de que Taehyung, Hoseok, JungKook y YoonGi lo hicieran. Todos estaban poniendo sus chalecos en el perchero cuando oyeron un click en el segundo piso. SeokJin y NamJoon fruncieron un poco su ceño ante tal rareza, pero lo ignoraron completamente.

En cambio, YoonGi se quedó mirando por unos segundos hacia la cima de las escaleras, como si presintiera algo. Segundos después, decidió seguir a los demás, quienes fueron llevados por SeokJin a la sala. El mayor de todos les sirvió a cada uno un vaso de bebida para refrescarse.

—NamJoon, sí que hiciste un desastre con la lámpara —reprochó Hoseok al mirar justo a su lado. En la mesa quedaba el resto de la lámpara que estaban por reemplazar.

El mencionado se tomó un momento para sacar la nueva lámpara de la caja que cargaba antes y empezar a armarla lentamente:— No sé qué sucede con este mundo, todo lo que toco es terriblemente frágil.

Taehyung veía con atención lo que hacía NamJoon y lo ayudaba para que no terminara rompiendo alguna pieza de la nueva lámpara recién comprada.

—Sólo espero que sea la última cosa que rompa este mes. —SeokJin reprochó mientras recogía los restos de la lámpara vieja para desecharla después. Aún estaba algo molesto, era su lámpara favorita.

Hoseok tenía una pequeña conversación con JungKook sobre la razón por la cual SeokJin todavía no estaba hecho trizas por culpa del poder de NamJoon al romper todo. YoonGi miraba en silencio y con una pequeña sonrisa a los demás, de reojo divisaba el sobre en la superficie de la mesa de centro.

Después de unos minutos, la lámpara sin armar —pues Taehyung y NamJoon tenían ciertos problemas con las instrucciones— y todos sentados en silencio en la sala. YoonGi decidió hablar.

—Jimin ha cumplido debidamente, hasta ahora, con todo lo que se le pide —aproximó su mano al sobre y lo tomó—. Ésta carta fue una de esas misiones, y él la cumplió en su debido plazo de tiempo.

Le entregó el sobre a SeokJin. Éste lo correspondió y miró el mismo unos segundos, el ambiente tomando suspenso a cada instante.

YoonGi se levantó de su lugar dispuesto a retirarse de la sala de estar para subir al segundo piso, donde Jimin esperaba por él. Con un corto “Estaré con Jimin”, se alejó de los demás.

—Espera, YoonGi —interrumpió el mayor con una sonrisa. El nombrado se giró levemente para escucharlo:—. No olvides las galletas.

 

 

YoonGi había subido al segundo piso luego de buscar el plato de porcelana en la cocina. En éste estaban las galletas que hacía SeokJin, y sonrió al pensar que le ponía mucha atención al chico; pero no demasiada.

—Jimin —llamó después de un minuto de mirar de frente a la puerta—. Hyung está aquí.

El castaño estaba sentado de frente hacia la puerta desde que volvió a ingresar en su habitación. Sonrió cuando de un momento a otro, YoonGi desplazó el plato de galletas como hacía siempre. Ambos empezaron a consumirlas.

Jimin se percató de que ya se habían enfriado.

—Gracias hyung.

Ambos comieron hasta que el plato estuvo vacío, y Jimin pensó que extrañaría compartir las galletas con su hyung, aunque raramente tuviera que pasarlas por debajo de la puerta con cuidado de que no tocaran el suelo. Podían simplemente dejar el plato bajo la puerta, una parte del lado suyo y la otra parte del lado de YoonGi, pero prefería dárselas él mismo. Sentía que de esa forma podía tener un contacto más cercano con el mayor.

—Todos están abajo —empezó a hablar YoonGi—, les dejé la carta que les escribiste.

Jimin se quedó en silencio, pensó en lo que debían estar pensando los demás con cada palabra que escribió.

YoonGi se había sentado de frente a la puerta, preparado para preguntarle a Jimin si estaba listo para abrirla.

—Jimin, seré algo directo esta vez —YoonGi se acomodó en su lugar:—. ¿Estás preparado para, aunque sea, abrir la puerta?

El castaño dudó al responder. Sí estaba preparado, pudo hacerlo en cuanto se lo propuso esa misma tarde, pero no estaba listo para lo que tenía que enfrentar allá afuera.
La realidad absoluta.

—No…, hyung.

YoonGi no se sorprendió por la respuesta. No esperaba que todo fuera tan perfecto siempre. Así que meditó por un momento si debía ponerle otra misión mientras se adaptaba a la anterior.

—Bien, no hay problema. Pero en cambio, tendrás que hacer algo más, Jiminnie. Algo que tendrás como tarea para la próxima semana, ¿estás bien con eso?

Jimin asintió con la cabeza lentamente:—Sí hyung.

—Muy bien… —suspiró YoonGi, la nota de esa vez previamente hecha. Había tenido tiempo de hacerla en cuanto NamJoon y SeokJin se decidían por una lámpara—, entonces, ésta semana tendrás la tarea de hablar aunque sea un poco con tus amigos. ¿Te parece bien?

La voz amable de YoonGi ponía nervioso a Jimin. Esa forma de hablar endulzaba lo que para Jimin era algo que debía evitar.
¿Pero qué razón tenía para evitar hablar con las personas que le quedaban en su vida? Reflexionó al percatarse de ello.

Jimin respondió con un sí. Se sentía algo agotado de repente y tomó entre sus manos la nota que le dejó YoonGi con su octava razón para salir.

—Entonces te veré la próxima semana —YoonGi recogió el plato de galletas y se levantó de su sitio. Quería seguir hablando con Jimin por un rato más, pero debía hablar con NamJoon y SeokJin antes de irse, lo que le tomaría algo de tiempo—. Adiós, Jiminnie.

Jimin había tenido avances, unos muy grandes, pero no podía hacérselo saber de repente al ir oyéndolo alejarse por lo largo del pasillo en dirección a las escaleras.
Al menos no por ahora.

Sintió que había decepcionado a su hyung ese día, ¿Pero qué podía hacer? Su pequeña aventura de ese día sólo era un secreto que estaba dispuesto a guardar por un rato más, o sería obligado a salir de nuevo, y no quería sentirse presionado.

Tan sólo debía esperar una semana más.

 

Notas finales:

¿Qué les parece? Jimin está pronto a salir de verdad, ¿Les emociona la idea?


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