Cap 14
Había terminado de realizar sus oficios diarios y se encontraba casi solo en casa, exceptuando por su tía. Entró a la casa y vió el televisor encendido, miró hacia la izquierda y encontró que Petunia había quedado dormida viendo su novela de las 3pm y ahora daba una pélicula de terror, al parecer. Movió sus manitas en frente de la cara de su tía intentando encontrar alguna prueba de que aún estaba despierta. Al no haber reacción fue corriendo a dejar sus herramientas de jardinería en el cajón de abajo en la cocina y pasó por las escaleras llamando a Aradia a ver una película.
Esta sería la segunda vez que veía una película en la sala de esa casa. La primera había sido como hace un año y medio algo así y toda la familia ya se había ido a dormir, él había salido para ir al baño pero en ese momento el televisor se encendió por sí mismo y comenzó a transmitir un programa para niños, era una pantera rosada que peleaba con lo que parecía un huevo con bigotes, aquello le pareció muy divertido y se olvidó momentáneamente de que le apetecía ir al baño para sentarse en el piso a observar la divertida secuencia donde la pantera ( la cual él pensaba era un gatito) le hacía enojar mucho al huevo con bigotes, quien intentaba atraparlo una y otra vez pero el gatito siempre escapaba y el huevo era aplastado o algo parecido. Después de lo que a él le pareció un tiempo muy corto ( pero en realidad había sido una media hora) escuchó la puerta de la habitación de sus tíos abrirse, se suponía que él no debería estar afuera de su “habitación”, por lo que sin pensarlo dos veces corrió lo más callado posible hacia su cama a acurrucarse y esconder su rostro para hacer parecer que estaba dormido.
Escuchó el pitido que emitía el televisor al apagarse y los pasos se hicieron más cercanos a su alcoba pararon justo en su puerta y él cerró sus ojos con más fuerza intentando cubrir su cara con el trozo de tela que poseía como sábana, trató de respirar tranquilo. El chirrido de la puerta fue escalofriante pero no hubieron más pasos dentro de la habitación. Vernon solo se resignó a ver que la escoria estaba acostado en su cama y salió de esa zona infecciosa sin olvidar echar llave a la puerta. Debía admitir que olvidando el gran susto que se llevó, fue una gran noche, no tuvo pesadillas sino que soñó con él siendo el gatito y Dudley el huevo. Lo hacía enojar mucho y ganaba siempre, al final dejó caer un gran mazo encima del huevo- Dudley y fue allí que despertó.
Sé sentó como hace tiempo, frente al televisor pero esta vez acompañado con Aradia junto a él, enroscada tratando de darle calor lo cual le parecía divertido ya que se suponía era un animal de sangre fría. Pero no le importaba, le gustaba sentirse abrazado de esa manera.
Enseguida la película de llenó de miedo y no pudo seguir viendo más, seguro de que ahora tendría pesadillas sobre gente volando a pedazos por todas partes.
Miró el reloj que había colgado en la sala. Aún era temprano, faltaban una hora y media para que su tío volviera y Dudley se había ido de pijamada con uno de sus amigos cosa que no volvería hasta mañana en el medio día. Cogería uno de los libros de la habitación de Dudley ( después de todo era la única cosa de la cual no se daba cuenta si desaparecía). Aradia le seguía el paso tranquilamente bostezando ( si es que las serpientes pueden bostezar) reclamando que no había logrado conseguir suficientes ratas y ahora estaba hambrienta. -* ¡¡niñoooooooo ssssserpiente!! ssi no me dasss de comer me terminaré comiendo a essse gordo familiar que tienesss*- Harry no pudo evitar reír ante la idea y sentirse un poco felíz por la propuesta casi dispuesto a aceptarla de inmediato. - *¿Cuál de losss dosss?*- Le preguntó Harry. La serpiente se quedó parada pensando por un momento - *¡Loss dosss!, ya te dije que tengo hambre*- Harry solo rió y cogió uno de los libros de dibujos de su primo. Regresó a su “habitación” si es que se lo podía llamar así a un lugar infestado de arañas, polillas y muy estrecho. Se recostó boca arriba en su cama y abrió el libro que contaba la historia de una chica vestida de rojo paseando por el bosque allí se encontró con un perrito gris muy grande, después se dividieron en dos caminos y. La puerta principal de la casa habìa sido abierta y Harry se apresuró a esconder el libro debajo de su almohada y apagar la luz para fingir estar dormido y no tener a su tío gritando.
Quizás mañana sería un mejor día.