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Engañados por cancion del viento

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Notas del capitulo:

Espero que les guste...

 

Ambos castaños todavía se encontraban profundamente dormidos, eran alrededor de las 8 de la mañana, el primero en despertar fue Barnes, pero por alguna razón el soldado no despertó en la cama como persona normal, al contrario, despertó en el suelo.

El sargento abrió los ojos y de inmediato se confundió, “¿Qué carajos?” pensó, después de todo, él es de las personas que se duermen en una posición y así se despiertan, en otras palabras el mayor no es loco para dormir.

Se levantó del suelo con la mitad de la cobija, bostezó y luego observó al castaño menor que estaba dormido como piedra, acaparando toda la cama, las almohadas estaban regadas por toda la cama al igual que la sabana. “Me pregunto si Steve le pasa lo mismo” pensó.

Se le cruzó por la mente despertar al millonario de la peor manera posible, es inevitable después de todo, pensó en mojarlo con agua helada pero sería un problema si se enfermara, “Ahora, ¿Cómo debería?”.

El castaño mayor se subió a la cama, se puso de pie sobre esta y miró atentamente al menor para ver si había tenido señales de despertar, afortunadamente no hubo ninguna. El genio se encontraba dormido boca arriba con los brazos extendidos a los lados. ¿Cuánto puede llegar a pesar un súper soldado? ¿De 80 a 100 kg? ¿O tal vez más?

No lo pensó más el soldado de Invierno y se dejó caer sobre el estómago del filántropo, obviamente el menor despertó confundido, sorprendido, adolorido y sin oxígeno en sus pulmones. Por inercia levantó las piernas cuando sintió un peso extra en él de manera repentina y veloz.

-¿¡Qué mierda!? –se exaltó y como pudo se quitó a Barnes de encima arrojándolo a un lado de la cama. –¡Animal, pudiste matarme!

-Pero no lo hice. –se levantó y lo observó divertido. –Además no quería ir solo a desayunar.

-¿Qué hora es? –preguntó mientras se estiraba y bostezaba.

-Buenos días, son las 8:30 señor. –contestó V.I.E.R.N.E.S.

-¿Cómo se te ocurre despertarme a estas horas de la madrugada? –el genio se enojó. –Genial, ahora ya no podré volver a dormir y me duele mi bello cuerpo.

-Tony ya levántate, y no es para tanto, solo te aplasté y ya.

-Si mamá. –Habló con sarcasmo. A lo que el mayor solo rodó los ojos. –Me pudiste sacar el relleno. –contestó a lo último dicho por su amigo.

-Te espero en la cocina. –finalizó, se dio media vuelta y salió de la habitación del menor. El castaño mayor iba caminando por los pasillos, por el olor que percibió sabía que el desayuno ya estaba listo.

Llegó al comedor como si nada de lo que había sucedido ayer hubiera pasado, saludó todos los presentes, los miembros del equipo observaban cada movimiento que hacía el soldado, tal vez ya se le había pasado el coraje.

-Por cierto. –comenzó Bruce, tenía su taza de café al lado y un plato de un desayuno al estilo estadounidense. -¿Dónde Tony?

-En su habitación, supongo que ya no ha de tardar ya que tuve que despertarlo. –contestó viendo fijamente al Capitán que estaba sentado a un asiento de él, quedando así un asiento vacío entre ellos, y como sabemos ese lugar es para cierto castaño millonario.

Por alguna razón el ambiente se tensó, todos podrían sentirlo. Segundos después llegó el genio bostezando. –Buenos días a todos. –todos lo voltearon a ver. -¿Llegué en un mal momento?

-No, Tony llegaste justo en el momento ideal. –Se apresuró Bruce. –Siéntate, vamos, el desayuno ya está listo.

-¿Esta… Bien? –se extrañó por el comportamiento del doctor, aun así el genio observó los asientos, hizo una mueca divertida al notar el único asiento.

-Vamos Anthoska, te reservé un lugar. –el soldado palmeó la silla vacía, sonriendo con malicia, que para nuestro Capitán esa sonrisa fue de un pervertido que quería manosear a su canelita.

El millonario obedeció y se sentó en el lugar vacío, y claro que sí, sentía unos ojos azules que le estaban quemando, que observaban cada movimiento suyo. Nadie decía nada, y aquello ya se estaba volviendo incomodo, hasta que Romanoff fue la primera en hablar.

-Tony, nosotros queríamos hablar contigo…

-¿Es por lo de ayer? –preguntó sin más mientras seguía comiendo.

-¿Cómo lo sabes? –cuestionó la espía.

-El mapache me dijo. –se encogió de hombros. –Me contó todo, y me sorprendí de saber que mis compañeros de equipo son unos degenerados sexuales. –se burló.

-¿No estás enojado? –esta vez fue Barton el sorprendido, quería decir que todo regresaría a la normalidad y que Tony regresaría los brazos de Steve.

-Admito, me dolió que no hayan confiado en mí. –le dio un sorbo a su bebida. –Pero cualquiera puede confundirse, así que no, no estoy enojado.

-Anthoska…

-¿Eso quiere decir que nos perdonas? –Wanda se sentía culpable.

-Si brujita, los perdono. –le sonrió tiernamente. –Así que quiten esas caras.

-¿Qué hay de Steve? –se animó a preguntar la menor, con nerviosismo en su voz, mientras jugaba levemente con los cubiertos en el plato de comida.

Por instinto Stark giró su rostro para ver al mencionado, éste solo le sonrió dulcemente, una sonrisa que podría derretir a cualquiera, “Contrólate” pensó el menor, tenía ganas de abalanzarse sobre su rubio y besarlo, pero no, su orgullo vale más, solo jugarían un rato, nada más. –¿Qué tiene?

-Quiero decir, qué si ya está todo bien entre ustedes. –¿parecía una pregunta o una afirmación? Ni siquiera Wanda lo sabía.

El menor observó a James en busca de ayuda, pero éste solo estaba atragantándose de comida ya que la noche anterior no había cenado bien. –Para ser sincero… No lo sé… -lo dijo de una manera triste. Esto provocó que cierto rubio que estaba sentado al lado de él, se sintiera peor, pero no le importó nada en este momento, se puso de pie bruscamente atrayendo la atención de todos, y en un rápido movimiento abrazó a su castaño temiendo que se lo arrebatarían, pero no se dio cuenta de tremendo error que había cometido, ya que nuestro querido soldado de invierno se había dado cuenta de lo que su amigo iba a hacer, así que jaló hacia atrás a Tony haciendo que éste cayera de espaldas al piso y fue el castaño mayor quien se había posicionado entre ellos.

-Tony yo… -sus ojos estaban cerrados y cada vez más apretaba más el agarre, los demás vengadores no sabían que hacer, si reírse, ayudar a Tony que estaba en el piso o calmar a aquellos dos súper soldados.

-Yo no soy Tony, yo soy James. –se burló el sargento, haciendo que su amigo rubio rápidamente se separara de él y observara su entorno en busca de su castaño, y lo encontró tirado en el piso de espaldas con una mueca de confusión, todo había sido muy rápido.

Todos los vengadores estaban sorprendidos por aquella acción de Barnes, el primero en reaccionar fue el Dios del Trueno que se levantó de su asiento y se acercó al genio con fines de auxiliarlo, mientras que el filántropo solo pensaba en una sola cosa “No creí que saldría lastimado”, afortunadamente Thor lo ayudó a levantarse.

-¿Estás bien Tony? –preguntó algo preocupado el rubio de cabellos largos.

-Sí, solo que no lo vi venir. –el millonario observó a los dos soldados, Steve tenía una mirada asesina hacia Bucky y el segundo tenía una mueca divertida, “Serás James…”, -¿Podrían calmarse?

-Tony, tenemos que hablar. –comentó el Capitán, serio, vigilando sus movimientos.

Todos estaban atentos viendo aquella divertida escena, no entendían lo que pasaba pero igual les pareció chistoso, aunque tampoco comprendían la reacción del castaño mayor.

-Mira Capipaleta. –empezó Stark levantando el dedo de en medio. –¡Púdrete! –dejando así a todos atónitos por lo que acababan de presenciar. –Ahora si me disculpan tengo que terminar uno de mis proyectos que ya están en fase final. –comenzó a caminar hacia la salida, pero se regresó por su plato de comida. –Esto viene conmigo. –y finalmente salió del lugar.

Clint solo sacó una carcajada por lo que acababa de pasar, pero inmediatamente un pan le golpeó ya que la Natasha se lo había aventado con objetivo de que se callara. –Oh está bien, perdón.

-Tengo asuntos que atender. –mencionó Barnes atrayendo la atención de todos. -¿Por qué me miran así? –sintió todas la miradas en él, tanto que se volvió incómodo.

-¿No será porque evitaste que Steve se acercará a Tony? –preguntó con sarcasmo el Científico, todavía sentado desde su lugar con ganas de arrojarle su taza de té caliente al sargento por entrometido.

-Ah eso…- sonrió nervioso Bucky. –Para evitar ser grosero, no contestaré a su pregunta. –dicho esto salió del lugar dejando a todos confundidos.

-¿Qué fue eso? –preguntó la menor.

-Sabe… -contestó Clint, aun con la sonrisa burlona.

-¿Y ahora qué? –cuestionó el Dios del Trueno.

El Capitán suspiró frustrado. –Ustedes me van a ayudar a reconciliarme con Tony, y por lo que vieron, fueron advertidos de que no sería fácil.

-¿Qué hay del otro súper soldado? –esta vez fue turno de Nat de preguntar, sin duda el comportamiento del castaño mayor fue confuso.

-Con Buck… parece que tiene sentimientos encontrados hacia MI TONY. –esto último lo recalcó demás.

-De acuerdo Steve. –Banner se levantó de su asiento y se dirigió hacia el Capitán palmeando su hombro. –No se diga más, Te ayudaremos.

Notas finales:

Gracias por leer.

XD

Mi sobrinita entró a mi cuarto... y rayó mi piso con plumón! y advinen quién tuvo que limpiar!?  pues yo!, pero vamos, como adoro a esa niña.


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