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Two Halves of One por CheekyMint21

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Notas del capitulo:

¡COSITAS! ♥-----♥

¿Qué tal estáis, queridos míos?

Obviamente yo espero que se lo estén pasando güay, con lo del Halloween y eso. A mí me gustaría celebrarlo, pero soy pobre y medio tacaña (Doña Cangreja me dicen XD) así que no he buscado disfraz éste año. Aparte de aque aquí se ven unas cosas… lo típico: Enfermera “sexy”, policía “sexy” y todo “sexy” y todo el mundo se va las discotecas, así que no, no es lo mío. Me he quedado en casa, envuelta en sábanas tibias y escribiendo, aprovechando que es otoño y está haciendo frío, me ENCANTA el otoño, es mi época favorita >.< ¿Cuál es vuestra época favorita? Es que a la mayoría les gusta el calor, pero para mí es como, otoño no es frío ni caliente así que me gusta más que el verano que siento que me derrito :$ ¡ENFIN! ¿Vosotros celebráis Halloween? Obviamente en México tienen el Día de Muertos, así que por si las moscas y ya que es ésta semana: HAPPY HALLOWEEN Y DÍA DE MUERTOS BEIBIS ///^~^///

Vale, ya sé, ya estoy balbuceando como subnormal, pero es que me gusta tomarme un momentito antes de cada cap para preguntaros cómo estáis, qué es de vuestras vidas… sóis como mis hiji@s, os quiero demasiado ♥ y JO-DER, os juro que siempre que entro a actualizar y veo la cantidad de leídos, me da un mini infarto XD Cualquier día de éstos, vengo y me matan de un infarto debido a la impresión LOL, ¡YA SOMOS 12K! Dios, es que de sólo imaginarme cómo se vería ése puñado de gente reunida en un lugar, es que flipo en colorines. Ahora ya entiendo cómo se sienten los YouTubers cuando hacen especiales por X número de suscriptores, ¡MILLONES DE GRACIAS, BEIBIS! ♥ En verdad que sóis lo máximo, jamás podré agradeceros todo el amorsh anal que le dan al fic, hacen demasiado feliz a mí lombriz yaoista interior :3

Y pues, obviamente, éste cap va dedicado para las siguientes sabrosuras:

+ Gabyto

+ mi.na

+ kana12

¡Gracias por vuestros RW’s nenas! Os quiero un montón, les mando un beso ahí hasta donde estén :DD

Y pues, sin querer daros más por cu… nada más aquí la canción con la que me he inspirado para éste cap. Sé que siempre os lo digo, pero escuchad a Ruelle, yo la he encontrado hace poco (por Shadowhunters, seh, pero sus canciones son buenas ¬¬) y en verdad que he quedado prendada de la tía, es la puta ama, aquí el link a una de sus canciones que siento que describe a la perfección los feels de Petey Pay por Bocazas :3

“War of Hearts”, Ruelle: https://www.youtube.com/watch?v=49ZhrgtR-S4

Y pues nada, nos vemos luego luego.

¡A LEER! ♥

-Capítulo Quince-

“War of Hearts”

POV’s Wade:

{Toc, toc}

<Tick-tock>

Wade se removió entre las sábanas, con un puñado de baba bajándole por la barbilla. En su mente, él seguía de lo más tranquilo, todavía en la bañera con su Petey Pay y con Céline Dion de fondo. El recuerdo hizo que una sonrisa atravesase el rostro deforme del mercenario.

{¡TOC, TOC! ¡Se supone que debes decir ‘¿quién es?’ pedazo de guarro.}

<♪ Tick-tock on the clock, but the party don’t stop, no… ♪>

-Ugh, ¿ya es hora de que ustedes dos arruinen mi día? Y… ¿Tik Tok? ¿Es en serio Amarilla? Dios, eso es taaaan 2010. –Wade rodó los ojos, poniéndose la almohada sobre la cabeza.

{*gasps in gay* ¡Serás capullo! Tan sólo trato de avisarte que tocan a la puerta. Idiota Wade.}

<Ni idea de qué están hablando, pero Ke$ha siempre vivirá en nuestros corazones, Wilson.>

- ¿Quieren callarse? Joder… con lo bonito que estaba soñando… -Wade estiró los brazos, soltando un bostezo en el acto. –A ver, ¿qué hora…?

Toc, toc.

Seguido de voces, justo afuera de su apartamento.

Wade frunció el ceño, ni siquiera era mediodía y Weasel ya tenía que estarle jodiendo. O quizá fuese Al, molesta por haberla abandonado sin pagarle la renta. El mercenario nada más suspiró, pateando las sábanas de mala gana a un lado y encaminándose a la puerta, rascándose el trasero en el camino y todavía demasiado adormilado como para notar el lugar perfectamente limpio o el pedazo de servilleta sobre la mesa de la cocina.

-Mira Weasel, cómo me vengas a decir que te pegaron el sida de nuevo por no haber usado condón, juro por Dios que… -Wade se cortó a mitad de frase, sus ojos parpadeando con confusión al reparar en las dos personas enfrente suyo. - ¿May Parker? Y… ¡¿Peter?! –ante la visión del menor, sonriéndole con pena ajena, todo atisbo de sueño abandonó su cuerpo. Wade carraspeó, consciente de que acababa de gritarles que su amigo tuvo sida. O tiene, nunca se sabe con Weasel. –Ejem… -carraspeó, enfocándose en la sonrojada castaña enfrente suyo junto con su adorable sobrino. –Perdón por eso, es sólo que no esperaba visitas tan temprano. Hm, ¿puedo ayudarlos en algo?

{¡Diosssss! ¿Cómo se puede estar así de bueno antes del mediodía?}

<No se olviden de May, ella tampoco se queda atrás. Para tener treinta, todavía…>

Ésta vez fue May quién carraspeó, moviendo su peso de un pie a otro, todavía colorada de tener a un musculoso Wade en un onesie de ‘Hora de Aventura’ frente a ella.

-Buenos días, Wade, me alegra verte. Nada más pasaba por aquí y resulta que Peter vino a visitarme por unos días y él me dijo que ustedes dos ya se conocían…

- ¿En serio? –Wade alzó las cejas, confuso, pero una mirada al rostro de Peter le hizo cambiar de táctica. - ¡Oh, sí! Sí, sí, por supuesto. Hey Pete… -Wade saludó al castaño con la mano, de la forma más casual posible.

{Joder, eso fue patético…}

<Sí, creo que no van a nominarnos al Óscar por un buen tiempo.>

Wade se contuvo de rodar los ojos, consciente de que se vería muy mal enfrente de May. La mayor volvió a carraspear con incomodidad, y el mercenario nada más sonrío… empezaba a entender de dónde Peter sacaba lo quirky acerca de su personalidad.

-En fin, Peter me comentaba que como ustedes dos parecen no haberse visto en un largo rato, que sería buena idea si pasan la tarde juntos. Yo me pasaré el día entero horneando en la cocina y no quiero que se aburra, así que si no te molesta…

-En absoluto. –Wade aceptó de inmediato, lo que fuera con tal de estar cerca de Peter. Sonrío, dándose cuenta de que había sonado demasiado entusiasmado con la idea. –Digo, no me molestaría pasar con él la tarde… de todos modos, estoy libre el día de hoy.

- ¡Perfecto! –May le sonrío con todos los dientes. –Por cierto, estás más que invitado a venir con nosotros al festival de postres ésta tarde, ¿vale? Nos lo vamos a pasar pipa. –Wade se mordió el labio, evitando reírse… ya nadie decía «pasarlo pipa» éstos días. –Vale, Pete, ¿tienes el dinero para el supermercado…?

-Claro, May. No te preocupes por nada, vamos a estar bien. –Peter se movió cerca de Wade, inundándole las fosas nasales con su olor a vainilla.

-De acuerdo. ¡Ah! Antes de que se me olvidé, Wade, te traje el desayuno. Seguro que un chico grande como tú necesita comer bien… -May depositó en sus brazos un plato caliente que desprendía olor a panqueques recién hechos. –Vale chicos, los veo luego, ¡diviértanse! –y agitando la mano, la castaña se perdió dentro del apartamento de los Parker.

{Hm… ¿algún motivo por el que Petey esté viéndonos así?}

< ¿Te refieres al hecho de que Wade le apuntó con un arma la última vez? Porque para nada iría a enojarse por eso, la gente adora que le apunten a la cabeza todo el tiempo, ¿no, Wilson?>

Wade nada más se quedó viendo al menor fijamente, no muy seguro de por qué había convencido a su tía de dejarle pasar la tarde con él a solas. Más bien, Wade no comprendía por qué Peter querría pasar tiempo con él, pudiendo pasar el rato con sus otros amigos. Peter nada más seguía viéndole fijamente, hasta que bajó la vista sonrojado.

- ¿No me vas a invitar a pasar…? –susurró, metiendo las manos en los bolsillos de su sudadera.

Wade sacudió la cabeza, despabilándose por completo.

- ¡Oh! Sí, por supuesto, Pete. Lo siento… Pasa, mi casa es tu casa. -Wade se hizo a un lado, abriendo la puerta para dejar pasar al castaño.

{¿De verdad lo vas a dejar pasar ahí dentro? Digo, el lugar está hecho una porquería…}

< ¿Y eso qué importa? ¡Tenemos a Petey Pay para nosotros solitos! ¡Yupi!>

-Hm, disculpa por el desorden, no he tenido tiempo de… -de nuevo, Wade se quedó sin habla cuando contempló su apartamento, lo más limpio que había estado en meses. - ¿limpiar? –masculló, totalmente atónito.

Peter se volvió a ver a Wade, con una expresión contrariada en su rostro. ¿En verdad el mayor no recordaba nada de lo que había ocurrido anoche? Digo, Peter seguía sonrojándose como bobalicón de sólo recordar lo de la bañera…

{¿Será que limpiamos dormidos? Lo mismo que caminar dormidos, pero en vez de caminar, limpiamos.}

<Pff, HAHAHA, permíteme recordarte, Blanca, querida que Wade aquí no ha limpiado nada en su vida desde que cumplió los dieciséis años.>

- ¿Qué tan drogado ibas anoche, Wade? –le interrumpió Peter, viéndole con expresión seria.

{Un segundo… Oh. Oh, no. Uh-oh.}

< ¿Será buen momento para decirle que nosotros somos inmunes a las drogas y que nada más pensábamos que era una de nuestras alucinaciones? ¿Wilson? ¿Hello…?>

- ¡Cuidado! –de la impresión, Wade dejó caer los panqueques de May, pero Peter y sus reflejos fueron más rápido. Eso y la telaraña que lanzó para evitar que los panqueques se estrellaran contra el suelo. –Oh, mierda…

{¿Y eso qué? De todos modos, ya sabemos quién es Spidey, ¿por qué pone cara de muerto?}

< ¡¿Qué acaso yo tengo que ser el cerebro aquí?! DEADPOOL sabe quién es Spidey, NO Wade, manos de manteca, aquí. ¡Finge estar sorprendido, cabrón!>

Wade nada más arrugó el entrecejo, siguiendo la dirección de la telaraña hasta uno de los brazos del castaño, de donde asomaba uno de sus lanzatelarañas.

-Vaya… se parecen mucho a los que usa Spiderman. –comentó, tratando de que su tono no dejase ver su engaño.

- ¡No puedes decirle a nadie! –chilló Peter, dejando los panqueques en la mesa y corriendo hacia Wade. - ¡Por favor, no digas…!

-Vale, Pete, cálmate… puedo ser muchas cosas, pero un soplón no es una de ellas. Aunque, ¿no eres un poco joven para ser Spiderman? Ser un vigilante puede ser un trabajo peligroso… -habló el mayor, cogiendo los panqueques y yéndose a la cocina.

{Fiu… ésa estuvo cerca…}

<Bueno, seguimos sin nominación a mejor actor, pero al menos a mentir no nos gana nadie, ¿a qué sí, Wilson?>

-Bueno, tampoco es que tú seas el más indicado para dar sermones… ¿cierto, Deadpool? –Peter se reclinó contra el marco de la puerta, cruzándose de brazos.

Wade se contuvo de girarse bruscamente, tratando de controlar su expresión de desconcierto lo mejor posible. De inmediato su corazón empezó a aporracearle el pecho con violencia, incapaz de comprender cómo Peter había descubierto su verdadera identidad.

{¡Código rojo, maldita sea! Repito: ¡CÓDIGO ROJO!}

< ¡Evacúen el área! ¡Evacúen con todo y bolas ahora que pueden!>

-Cállense… -siseó Wade, tratando de guardar la compostura. Lentamente y con la mejor expresión de póquer que pudo componer, se volvió hacia Peter. –Vaya, interesante nombre, pero creo que me confundes con uno de tus “archienemigos”, Pete… -Wade puso comillas en la palabra, reclinándose contra la barra con expresión despreocupada.

El menor nada más entrecerró los ojos y de una zancada, avanzó hasta la mesa en donde yacía la pequeña maleta de My Little Pony y de un puñetazo la abrió, sus contenidos desparramándose fuera y quedando a plena vista de Wade. El mayor nada más cerró los ojos, conteniendo el aliento… no sabía qué le molestaba más, si el hecho de que Peter hubiese metido las narices en sus cosas mientras se hallaba dormido, o el hecho de haber dejado sus armas en un lugar tan jodidamente visible.

- ¿Y cómo explicas esto entonces, Wade? Conozco ésas armas, y estoy seguro de que contienen un tipo de bala específico… -Peter se quitó el colgante que llevaba al cuello, mostrándoselo al mayor. –Una bala, así como ésta…

{Vale, Wade, no sé qué estás esperando para correr, pero…}

< ¡Tío, haz algo! Invéntate lo que sea, Spidey y su culo están en juego aquí. Y también nuestras bolas.>

- ¿Y bien? Sigo esperando por una justificación… -Peter se cruzó de brazos, su rostro deforme con decepción y enojo.

Wade nada más suspiró alejándose de la barra y yendo al encuentro de Peter, cogiendo la bala de entre sus dedos y observándola fijamente…

Pudo haberle dicho la verdad allí mismo.

Pudo haberle dicho que él y Deadpool eran la misma persona.

Pero… por alguna razón, le fue imposible confesarle aquello al menor. Sobre todo, porque ya había estropeado su oportunidad como Deadpool, Wade era todo lo que le quedaba y luego de lo de anoche… el mercenario no podía imaginarse lejos de Peter. Más allá de estabilidad mental, Peter le hacía sentir normal, le hacía sentir querido y aunque lo menos que el castaño necesitaba en su vida era a un demente como él, seguía siendo demasiado egoísta para nada más renunciar a Peter. No ahora que ya le había entregado un pedazo vulnerable de sí mismo. Se dejó caer en una de las sillas, suspirando.

-Sé lo que esto parece, pero te aseguro que no soy… bueno, quién crees que soy. –se mordió el labio, sintiendo su pecho arder con asco y culpa ante la sarta de mentiras que estaba soltando. –Yo… trafico armas. Vale, no sólo armas, sino drogas. He ahí el por qué aquella vez… en la pista de hielo… ya sabes. –Wade volvió a suspirar, abriendo uno de los almacenes de su cocina y dejando salir un montón de bolsas de cocaína. - ¿Ves? Lo de las motos y el taller es sólo un tapón, en realidad soy un traficante de… cosas ilegales. Y ahora acabó de decírselo a Spiderman, de entre todas las personas…

{Vale, no sé qué mierda fue eso, pero creo que funcionó…}

<Ni Del Toro se escribe tan buenos guiones. Mis felicitaciones, cabrón.>

Peter nada más parpadeó, completamente descolocado… por un segundo, por un escaso segundo, estaba convencido de haber adivinado la identidad secreta de Deadpool. Jamás esperó encontrarse con que Wade fuese un narcotraficante, ¿es qué acaso estaba rodeado sólo por personas metidas en cosas ilegales? El menor suspiró, sentándose en una de las sillas frente al mayor, mirándole fijamente mientras éste todavía jugueteaba con la bala entre sus dedos. Seguramente Deadpool adquiría su armamento de forma ilegal, Wade y Bocazas no necesariamente debían conocerse. Es más, Wade parecía no tener idea de quién era Deadpool siquiera.

-Y… ¿llevas mucho tiempo haciendo… eso? Eso explica lo de anoche, por qué estabas tan fuera de ti mismo… -susurró el menor, apretando los labios cuando desvió la vista a las armas desparramadas frente a él.

Wade bufó, de forma amarga.

-Tan sólo durante toda mi vida… -vale, que eso tampoco era una mentira. De hecho, nada lo era, Wade hacía todo tipo de cosas ilegales. Lo único que le había ocultado a Peter, era su verdadera identidad. Se reclinó contra el respaldo de la silla, mirando al castaño antes de sonreírle. - ¿Vas a arrestarme, sweetums?

Peter bajó la mirada, completamente sonrojado y debatiéndose consigo mismo.

{Ugh, ¿ves? Por cosas como ésta es que nos odiamos más y más cada día…}

<Vale, al menos… nos salvamos el culo. Por ahora.>

Peter suspiró, un suspiro largo y pesado antes de volver a hablar.

-Wade, lo que haces es… simplemente horrible. Tanto las armas como las drogas son de las cosas que más odio, son las dos cosas que más familias destruyen… -dijo el menor, frunciendo el ceño. –Pero… anoche… te hice una promesa. Y creo que nunca es tarde para redimirse.

Wade se quedó de piedra… ¿en verdad Peter creía eso de él? ¿Qué podía salvarle? Negó con la cabeza, era mejor que le explotara la burbuja antes de que siguiese creyéndose cosas de cuentos de hadas.

-Vale, Pete, déjame pararte el carro ahí… -el menor alzó la vista, sorprendido y encontrándose con los ojos azules de Wade mortalmente serios. –Sé que tú eres el héroe de ésta ciudad… pero no eres el mío, Pete. No quiero que lo seas, no es tu responsabilidad hacerme una buena persona. No es responsabilidad de nadie, algunas personas nacimos jodidas y pues… creo que ya es muy tarde para mí, Petey. No pierdas tú tiempo en mí, entenderé si no quieres verme más. –bajó la mirada, aquellas palabras doliéndole en lo más profundo de su ser.

Wade se tensó cuando Peter le cogió la cara entre las manos, forzándole a verle a sus enormes ojos avellanas, llenos de nada más que la más pura determinación.

-Wade Wilson, ¿acaso no sabes que soy un cabezota? No entiendo de razones, y en éste momento, no has soltado más que puras burradas la última media hora. Vale, mi deber como Spiderman es llevarte ante la ley… pero mi responsabilidad como tú amigo es velar por tu bienestar. Y quizá tú creas que no hay remedio contigo, pero yo no lo veo así. Si no puedo cambiarte, al menos intentaré estar ahí para que no sigas afrontando esto solo, ¿vale? Así que mejor vete acostumbrando, porque soy un hombre de palabra y por las próximas dos semanas estás atrapado conmigo. –Peter le sonrío, de manera dulce y sincera.

Wade negó con la cabeza, soltándose de su agarre y completamente atónito.

{No entiendo, Wadey, ¿qué acaso no escuchó lo de que somos narcos?}

<Ugh, ¡¿cómo es posible que alguien sea tan jodidamente bueno?! Somos una mierda, Wade, ni de coña nos merecemos a alguien tan dulce como éste chico.>

-P-Pero, Pete, yo…

-Tú todavía no has desayunado, así que date prisa que se nos hace tarde para ir al supermercado. –Peter le guiño un ojo, levantándose de la mesa y cogiendo los panqueques, dejándolos frente el mayor. –Vale, al ataque. Provecho.

Wade se volvió a ver al castaño, probablemente debería decirle que él no salía en público y menos a plena luz del día. Y menos a un supermercado, atestado de gente que podían ver su cara y sentir asco de él, la reacción usual. Pero una mirada a ése rostro aniñado, a ésos enormes ojos avellana llenos de tanta dulzura e ilusión y toda la voluntad de Wade flaqueaba.

¿Cómo podía decirle qué no a ése rostro angelical?

[…]

El mayor cambiaba su peso de un pie al otro, lanzando miradas inquietas y con la ansiedad a tope mientras Peter se hallaba comparando una marca de salsa marinara con otra, tratando de decidir cuál era la marca que preferiría su tía.

-Vale, esto de hacer la compra no es tan fácil como parece… si llevo la salsa de espaguetis equivocada, May no me lo va a perdonar nunca. –frunció el menor aún más el ceño, consciente de que su tía de tomaba sus espaguetis muy en serio.

Por su parte, Wade era incapaz de prestar atención a cualquiera de las cosas que decía el menor, su mente se hallaba nublada de pura ansiedad al hallarse en medio de un supermercado, en horas del día y sin una mascarilla que pudiese cubrir su rostro de las miradas curiosas. Por alguna razón, siempre que se hallaba en público, el mercenario sentía que la gente no tenía nada mejor que hacer más que fijarse en su aspecto, podía casi escuchar la forma en que cuchicheaban a sus espaldas en plan «¡Joder! ¿es qué no le has visto la cara? ¡Pero si es más feo que un aguacate viejo!» y eso poniéndolo en términos leves, porque Wade había sido llamado desde mapa desfigurado hasta vagina de anciana, pasando por cara de pizza mohosa y llegando hasta Freddy Krueger, cada insulto hiriéndole todavía más que el anterior.

{Ha sido culpa tuya, Wade, por no haberte siquiera puesto una máscara quirúrgica como siempre hacemos.}

< ¿Vieron eso? La anciana cerca de las aceitunas nos ha vuelto a ver cinco veces de corrido. Las he contado… ¡Mami!>

- ¡WADE! –un chillido atrajo su atención, haciéndole dar un respingo y tirar el suelo el resto de productos que Peter había seleccionado previamente.

- ¡Ah! ¿Qué…? ¡Lo siento, Petey! ¿Q-Qué decías? –trastabilló el mayor, maldiciéndose por haber tartamudeado y dejarse en evidencia enfrente de Peter.

El castaño nada más suspiró, dejando la lata de salsa a un lado y volviéndose a ver al mayor con los brazos cruzados, una expresión mortalmente seria apoderándose de sus facciones.

-Vale, ya puedes botar el teatro, Wade… sé que llevas todo el rato incómodo. ¿Quieres decirme qué es lo que te pasa? –el menor enarcó una ceja, consciente del mal que aquejaba al hombre de las cicatrices, pero exigiendo una respuesta de todas maneras.

Wade nada más dejó escapar un suspiro, recogiendo las cosas que había tirado antes y apretando los labios, no muy seguro de cómo dar una respuesta seria sin meter una broma de por medio.

{Venga, por una vez en tu vida, dile la verdad, Wade.}

< ¿qué parte de ‘no sabemos una mierda de cómo lidiar con nuestras emociones por eso usamos el humor negro y el sarcasmo como método de defensa’ todavía no entiendes, Blanca? ¡DUH!>

Wade cerró los ojos, cogiendo una profunda bocanada de aire antes de volverse hacia el castaño, que ahora le miraba con una expresión de verdad preocupada. Vale, aquí iba…

-Lo siento, sweetums, es sólo que… no acostumbro a venir al supermercado a éstas horas, seguramente ya te habrás dado cuenta el por qué. –el mayor volvió a suspirar, sus ojos azules llenándose de una profunda tristeza. –No me siento cómodo mostrando mi cara, pero… no quería dejarte solo y creí que si te lo decía ibas a creer que estaba siendo un tonto.

Ésta vez fue Peter el que suspiró, antes de estirar su mano y apoyarla sobre la de Wade, apretándola con afecto. El mercenario se volvió a ver ése par de ojos avellana fijamente, perdiéndose en la manera tan cariñosa y, a la vez, triste en que miraban en aquel momento. Sólo Peter podía tener a un moustro horrendo a menos de veinte centímetros de la cara y seguir sonriéndole de ésa forma dulce… siempre que Wade veía aquella pequeña, pero tierna sonrisa en el rostro del menor, su corazón empezaba a galopar dentro de su pecho.

{Sonará cursi de cojones, pero es que… míralo… joder, menuda cosita bien hecha.}

<Viéndole así casi se parece a aquella vez en que nos lo follamos, con la carita roja y gimiendo por más… *suspiro de colegiala enamorada* ¡Ahhh! Qué tiempos ésos, Wadey…>

-Wade… -empezó el menor suavemente, acallando a las cajas. –No puedo decir que lo entiendo porque, bueno… jamás he estado en tu posición. Pero sí puedo decirte que las personas son idiotas, y tú rostro no te hace menos humano que nadie. No tienes que ocultarlo cuando estés conmigo, yo jamás te juzgaré por tu apariencia porque simplemente me la suda. No tengas miedo, sólo… imagina que no hay nadie más, ¿vale? Sólo somos tú y yo en todo el supermercado y que les den por culo a los mirones. –Peter le sonrío, apretando aún más su mano y causando un calor bochornoso subir a la cara de Wade.

{Wait a minute… ¡¿qué cojones nos acaba de hacer éste niño bonito?!}

<Whoa, creo que Wilson acaba de sonrojarse… ¡y todo por un crío! Dios, estamos perdiendo nuestra facultad de macho al por segundo.>

Wade estaba a punto de soltar una sandez con tal de aligerar la tensión sexual entre él y Peter cuando algo chocó contra su pie, llamando su atención. De inmediato y casi sin pensar, se agachó para recoger la pequeña botella con juguito de manzana que había ido a parar a sus pies y se la devolvió a una pequeña ojiverde, que se chupaba el dedo y mirada a Wade fijamente, tratando de encontrar qué era tan diferente en aquel sujeto alto y con una capucha cubriéndole el rostro.

-Aquí tienes… -susurró Wade, desviando el rostro ya que muchas veces los críos solían salir corriendo y llorando en cuánto miraban sus cicatrices.

Sin embargo, la pequeña en vez de tomar la botella, paseó su dedito por la mano enrojecida y rugosa de Wade, atrayendo la atención de éste que de inmediato se llenó de alarma.

- ¿Qué le pasó en la piel, señor? –preguntó la niña, ladeando la cabeza mientras seguía estudiando a fondo la piel del mercenario. –Parece…

-Asquerosa, lo sé. Hm… -Wade titubeó, la ansiedad subiendo de golpe. Tanto así, que estaba seguro de que iba a salir huyendo en cualquier momento.

-Iba a decir que se parece un poco a una anona… me gustan las anonas. Es mi fruta favorita. –concedió la pequeña, sonriéndole y sin ningún atisbo de terror en su pequeño rostro.

Wade parpadeó, totalmente incrédulo.

{Vaya… eso es nuevo. ¿Deberíamos sentirnos alagados?}

<Bueno, la última vez el cabrón de Weasel nos dijo que parecíamos el bebé de un aguacate que se folló a un aguacate más viejo…>

-Me cae bien, señor. ¿Cómo se llama? Yo me llamo…

- ¡Maggie! ¡Quita de ahí! –chilló una voz y de inmediato dos manos pálidas con las uñas rojas tiraron de la menor, apartándola de Wade como si éste fuese la peste negra andando.

Wade se irguió de golpe, topándose con un par de ojos verdes iguales a los de Maggie mirándole fijamente, llenos del tan familiar terror con el que siempre le miraban. El mayor nada más apretó los labios, maldiciéndose internamente por haber creído que alguien alguna vez iba a ver más allá de sus cicatrices.

-Santa Virgen de la Cruz… éstos días dejan entrar a cualquier loco a los supermercados. ¿No le da vergüenza andar así por la calle? Por Dios, que hay niños aquí como para andar exhibiendo… eso. –masculló la mujer, retrocediendo con una mueca de asco.

Wade estaba a punto de darse media vuelta y huir como hacía siempre, cuando un par dedos suaves se entrelazaron con los suyos, forzándole a quedarse justo donde se encontraba. El mayor se volvió a ver a Peter, éste a punto de echar humo por las orejas debido a la cólera.

-Vergüenza es la que debería de darle a usted, pedazo de guarra, dándole semejante ejemplo a su hija. ¿Acaso no sabe que estamos en pleno siglo veintiuno cómo para andar con semejantes chorradas? El racismo es penado en los Estados Unidos, ¿sabe? Así que le sugiero ahorrarse sus comentarios y mostrarle algo de respeto a colega aquí, que tiene tanto derecho de estar aquí como usted, vieja subnormal. –terminó, su nariz arrugándose con enojo.

Wade se quedó mirándole boquiabierto, al igual que la mujer. Era la primera vez que miraba a Peter faltándole el respeto a un mayor, en general el castaño siempre era educado y raras veces decía malas palabras… en verdad que las palabras de la mujer debieron haberle tocado los cojones para que se pusiera así.

{Jo-der… qué la arañita tiene su carácter y escupe veneno, ¡ahre!}

< ¡Fuckkk! ¿Es normal excitarnos viéndole así? Digo… eso fue sexy, ¿verdad? Pet-Pet todo enojado y malhablado es jodidamente sexy.>

El rostro de la mujer de inmediato se puso colorado y dejando a Maggie de lado, se dirigió a grandes zancadas hacia Peter, apuntándole a la cara con el dedo.

- ¡Cómo te atreves! ¡Mocoso malcriado! Espera que llame a seguridad y…

-Primero, quíteme su dedo sidoso de la cara, vieja pelo teñido. Y segundo, llame a la jodida seguridad, me importa tres kilos de polla, pero no pienso moverme ni un pelo hasta que le haya pedido disculpas a mi colega. Venga… -Peter chasqueó los dedos enfrente de la mujer, dejándola todavía más atónita. –Rapidito y de bueno modo, ¿eh?

- ¡Mocoso insolente! –chilló y sin más, le dejó ir tremendo bofetón a Peter, haciéndolo retroceder con la mejilla colorada. - ¡Eso te enseñará a respetar a tus mayores!

- ¡Mamá!

- ¡Peter!

Chillaron Wade y Maggie al mismo tiempo, el primero yendo al encuentro del menor que se hallaba en el suelo, con la mano contra la mejilla ahora inflamada mientras taladraba a la mujer con sus ojos. Y Wade supo en aquel momento que debía sacar a Peter si no quería que le arrancara los pelos a aquella mujer presumida uno a uno.

- ¿Respetar a mis…? ¡Vieja hija de…!

- ¡Eh! ¿Qué es lo que está pasando ahí? –bramó la voz del guardia de seguridad, que de inmediato se encaminó al encuentro de los cuatro individuos causando un alboroto.

La mujer le dirigió una mirada maliciosa a Peter antes de volverse hacia el guardia, echándose a llorar de forma exagerada mientras que ambos hombres nada más le contemplaron boquiabiertos.

{Maldita hija de puta marrullera…}

<Es en momentos así que desearía tener un Death Note…>

El oficial rodeó a la mujer entre brazos antes de volverse a ver a los causantes de aquel llanto histérico, sus ojos dejando bien en claro del lado de quién estaba.

- ¡Ustedes dos! ¡Largo antes de que les prohíba la entrada de por vida a ésta sucursal! –bramó, mirando a Wade con el mismo asco que aquella mujer. –Aquí no toleramos fenómenos, y mucho menos cuando causan alborotos.

Aquella fue la gota que derramó el vaso de Peter.

- ¡¿Fenómeno?! ¡Ya le enseñaré yo…! ¡Hey! –se quejó Peter, cuando Wade le tiró de la manga de su sudadera. -¡Deja, Wade! ¡¿Qué no ves que están siendo injustos?! ¡Los dos son unos malditos racistas y somos nosotros los que deberían demandar ésta puñetera tienda por discriminación! –chilló Peter, apretando los puños con impotencia.

-Pete, ya basta. –habló Wade con firmeza, nada más negando con la cabeza. –Vale, ya nos vamos, no hay necesidad de causar líos. Venga, Pete…

- ¡Pero…! –empezó a protestar el castaño, más Wade tan sólo volvió a negar con la cabeza, rodeándolo por los hombros y encaminándolo a la salida.

“No es justo…” pensó el menor, volviéndose a ver a aquella mujer que le miraba sonriente, sus ojos llenándose de lágrimas de pura impotencia. Sus ojos se desviaron a la pequeña Maggie, que contemplaba la escena con el mismo corazón roto que el castaño. “No es putísimamente justo” volvió a pensar el menor, apretando los puños con más fuerza antes de sacudirse el agarre de Wade de encima y volverse a encararlo, pestañeando para mantener las lágrimas a rayas. Wade nada más le miró, apretando los labios con rabia, pero no en contra del menor sino en contra de sí mismo: A dónde quiera que fuera, nada más causaba líos en la vida de Peter.

- ¿Por qué dejaste que ése par de imbéciles nos sacaran de la tienda, Wade? ¡Ellos no tenían la razón y lo sabes! ¡Son unos…!

-Lo sé. –le cortó el mayor, suspirando y sacándose las llaves del coche del bolsillo de la sudadera. –Pero le prometí a May que me haría cargo de ti, así que no puedo dejar que te metas en líos.

Peter nada más negó con la cabeza, incapaz de dejarlo pasar.

- ¡Debimos habernos quedado y pelear! ¡Lo que hicieron no es justo! ¡Yo pude…! –Peter se cortó a mitad de chorro, en cuanto Wade le rodeó con sus brazos, atrayéndole hacia su pecho.

Peter se sonrojó hasta las orejas.

-Me da igual, Pete, ninguno de ellos me va a quitar el haber venido a hacer la compra contigo. Además… ¿tienes alguna idea de cómo luces cuándo te enojas? Eres tan jodidamente adorable, como un perro Chihuahua que quiere asustar a un Doberman. –el mayor sonrió, el corazón de Peter relajándose al ver los ojos cristalinos del otro volver a su usual calma.

-No digas burradas, no soy un Chihuahua. –Peter rodó los ojos, cruzándose de brazos y haciendo a Wade ensanchar su sonrisa.

{Lo siento, Baby Boy, pero sí que lo eres. #SorryNotSorry.}

<Un Chihuahua jodidamente follable. Joder, ¿podemos pedirle a la autora que adelante hasta la parte en que nos follamos ése culito de nuevo?  Ups, alerta de spoilers…>

Wade nada más negó con la cabeza, mandando así a callar a las cajas antes de inclinarse y depositar un beso en la suave mejilla del castaño, que de inmediato se tensó ante el contacto, el carmín apoderándose de manera violenta de su rostro.

-Gracias, Pet-Pet… por defenderme. Es la primera vez que alguien mete las manos al fuego por mí. –habló con sinceridad el otro, negando con la cabeza antes de dirigirse al coche. –Vale, ¿y ahora quién quiere ir a por helado? Porque yo sí.

{¡Y yo igual!}

< ¡Yo quiero sabor culo de Spidey!>

Peter se quedó un momento más fuera del coche, sonriendo para sí mismo.

“Tontito”, pensó, dirigiéndose al asiento del copiloto con una enorme sonrisa.

«Te cuido las espaldas si tú cuidas las mías, ¿vale?»

¿Acaso no era aquello lo que le había prometido al hombre sentado a su lado, cuya sonrisa parecía iluminar el mundo? Al menor iluminaba el mundo del castaño.

Y era una promesa que pensaba cumplir, así se le fuese la vida en ello.

Nadie volvería a hacer daño a Wade…

No mientras él viva.

[…]

Wade sonrío, sus ojos fijos en el muchacho enfrente suyo, que lanzaba pequeños trocitos de bolitas de donut a su tía, que reía junto a su sobrino.

{Quizá sea porque se ve muy niño, o quizá porque es un ojón, pero… nuestro Pet-Pet es DI-VI-NO, Wadey. Nos sacamos la lotería con él.}

<Yo creo que se ve igualito a Sabumafú, el lémur con ésos ojazos tan grandes. ¡Aww, mira qué mono, Wilson!>

El mayor asintió una vez, concediéndole la razón a las cajas mientras sostenía su barbilla en su mano y seguía disfrutando de ver a Peter riendo y siendo tan… Peter. Definitivamente éste lado del menor no lo había visto nunca, probablemente porque las veces que se veían él estaba en modo Spidey y él era Deadpool y siempre estaban pateándoles el culo a los tipos malos. Pero ver a Peter en su vida cotidiana… Wade realmente se sentía afortunado sólo por el hecho de poder ser un simple espectador, aunque siempre podía acosar a Peter, pero nunca iba a verlo tan de cerca y siendo tan honesto como ahora.

- ¡Peter! –chilló May, dándole una palmada al menor cuando éste intentó tomar el donut de Wade para comérselo. -¿Dónde están tus modales, jovencito? Creí que Steve te habría enseñado mejor… -la castaña rodó los ojos, avergonzada del comportamiento de su sobrino.

- ¡Ouch, May! –se quejó el menor, sobándose la mano y dirigiéndole una mirada enfadada a su tía. –Darme manotadas podría contar como maltrato infantil, ¿sabes? Además, a Wade no le importa, ¿a que sí, Wade? –le dijo, mirándole en busca de refuerzos.

El mercenario nada más negó con la cabeza, empujando su donut decorado como una pequeña arañita por las fechas de Halloween hacia el menor que se relamía los labios, como si no se hubiese comido tres donuts antes. Wade sólo ensanchó su sonrisa… Peter podía actuar serio y ser el héroe de Nueva York por las noches, pero la verdad es que su alma seguía siendo tan inocente como la de un crío, alegrándose por cosas tan banales como un donut del Krispy Kréme decorada como una arañita con ojos y patas.

- ¡Yay! ¿Lo ves, May? Wade sabe compartir. –habló el castaño, con los restos de crema batida y chocolate regados por toda la cara.

-Al menos podrías darle la mitad, mira que va a necesitar la energía luego para aguantar todo el festival… -Wade congió el donut, partiéndola por la mitad y dándole el otro trozo a Wade. –Ten, Wade… si siempre estás complaciéndole sus caprichos, se le va a hacer costumbre. –May le sonrió con afecto.

-¡Hey! Tony nunca me dice nada por comer donuts. –Peter se cruzó se brazos, enfurruñándose.

-Tony no sabe nada de modales y es un niño mimado, igual que tú. –la castaña  volvió a rodar los ojos, una expresión que tanto ella como Peter compartían mutuamente.

Wade se limitó a verles de nuevo, comiéndose su trozo de donut. La verdad es que aquello era lo más cerca que alguna vez tuvo a una cena familiar, cuando era un crío no había mucho de eso en su casa. De hecho, no había mucho de nada en su casa, ni siquiera había conocido a su madre y su padre había sido un drogadicto que nunca quiso hacerse cargo de él para empezar… todavía recordaba una navidad, la única que había celebrado en su vida, cuando intentó cocinar algo para él y su padre y éste prefirió ir a inyectarse mierda en las venas antes de pasarlo con él. Aquella había sido la única y primera vez que celebró las fiestas.

{Ugh, ¿quieres dejar de ser tan deprimente? Ése es el trabajo de Amarilla…}

<Nah, me tomé vacaciones por maternidad. Tú sigue, Wilson, ¡lo haces de puta madre, cariñito!>

Wade le rodó los ojos a las cajas, volviendo a centrar su atención en las dos personas con él aquel momento: No valía la pena acordarse de su miserable infancia, estaba seguro de que sus padres, incluso después de muertos, tampoco estarían acordándose de él.

-Oye, Pete… -empezó May, mirando fijamente el donut relleno de crema que se comía en aquel instante. - ¿Tú y Ned no han pensado en ir al baile de bienvenida éste año? –preguntó, dándole más atención a su donut de la necesaria.

Tan pronto como las palabras escaparon de los labios de la castaña, el comportamiento entero de Peter cambió: puso su donut abajo y desvió la mirada, su rostro contrayéndose en una mueca entre irritada y sumamente triste. Aquella de inmediato llamó la atención de Wade, que también dejó su donut a un lado, sus ojos sin despegarse ni por un momento de las facciones amargas de Peter.

-May…  -susurró, bajito y conteniendo su voz para que no se quebrara. –Sabes que no me gusta hablar del tema.

May nada más suspiró, consciente de que había metido la pata, pero ya no había marcha atrás. La castaña dejó el donut a un lado, clavándole sus ojos chocolate a Peter.

-Vale, lo entiendo, pero es que… ya ha pasado el tiempo, Pete. Estoy segura de que ella

- ¡No te atrevas a hablar de ella como si estuviese aquí, May! ¡Dije que no quiero hablar del asunto! Joder, ¿por qué no pueden dejarme en paz y ya? –estalló de pronto Peter, haciendo estremecer a su tía antes de negar con la cabeza y ponerse de pie abruptamente, llamando la atención de todos los presentes en aquel Krispy Kréme a ésa hora. –Vale, ya se me quitó el hambre. Estaré en el coche. –y con eso, el menor se dirigió a grandes zancadas fuera de la tienda.

Wade parpadeó, no muy seguro de comprender qué carajos acababa de pasar.

{Vale, ¿qué mosco le picó a la arañita? :( }

< ¿Es que ya lo olvidaron, par de cabezas huecas? Les daré una pista: Cabellos rubios y tetas bien puestas. Alá, eso tendría que hacer efecto…>

Wade abrió los ojos como platos, cayendo en cuenta: La rubia. La rubia del fondo de pantalla en el móvil de Peter, la rubia que siempre parecía mandar a la mierda el humor del menor, la de la foto en la que ambos estaban en un baile… besándose. Ahora todo tenía sentido, pero eso no disminuyó la punzada de celos que Wade sintió en aquel momento.

El fantasma de la rubia, ex novia de Peter, que seguía rondando en la vida del castaño.

[…]

Luego de haberse calmado y que May se disculpara y prometiera no volver a mencionar lo del baile de bienvenida, el trío se había dirigido rumbo al evento en el que May tenía planeado poner a prueba su famoso pie de manzanas y su suflé de calabazas. Wade estaba agradecido de que Peter hubiese dejado de hacer berrinche, pero las cajas seguían fastidiándole con lo de su ex muerta, haciéndole muy difícil el trabajo de ignorarlas y no ponerse a discutir en público con ellas como solía hacer siempre.

{Te lo digo, Wadey, siempre terminan dejándonos por una vagina. Pasó con Dominó y pasó con Harley, y más seguramente pasará con Pet-Pet.}

< ¡Hey! El que esté de vacaciones no quiere decir que tienes que dejarme sin trabajo, Blanca tonta del culo. Sólo YO puedo hacer que Wilson se sienta miserable, ¿vale? Tú sigue siendo la misma guarra maníaca de siempre.>

Wade resopló molesto, haciendo ápice de cada fibra de su ser para no mandar a las cajas a la mierda. De haber estado solo, estaba seguro de que ya se hubiese volado los sesos o dado de cabezazos contra la pared para que las muy hijas de puta le dejasen en paz. Una pequeña mano sobre la suya le trajo de vuelta a la realidad, un enorme par de ojos avellana y una sonrisa tímida asomándose a su vista.

-Hey, lo siento, ¿vale? Sé que no debía ponerme así… -Peter bajó la mirada, la sonrisa cayéndose de sus labios. –Es sólo que… ése es un tema sensible para mí, ¿vale? Me cuesta controlarme cuando se trata de…

- ¡Vale! ¡Ya llegamos! Dios, estoy tan emocionada… ¡venga chicos! No quiero esperar más. –May saltó del coche, dejando a Peter a medias.

-Ya no importa, ¿vale? Ésta noche vamos a pasárnosla genial, aunque sea entre un montón de viejitas que venden postres. –Peter negó con la cabeza, saliendo del coche también.

{Tsk, sí claro, Pete, déjanos colgando… maldita araña sensual.}

<Aw, ¿o sea que no va a contarnos el resto de la historia? Y esto que ya se ponía bueno, Wilson.>

-Vale, tienen que prometer que ésta noche van a ser buenas niñas, ¿vale? No quiero que me estén jodiendo todo el rato mientras estoy con Pet-Pet… -les advirtió el mercenario, mascullando entre dientes al tiempo que salía del coche.

{Tinin qui primitir qui isti nichi sirin binis niñis, ¿vili? Pfff, cómo si eso fuese a domarnos, Wade. *eyeroll*}

<No seas pesada con el pobre bastardo, Blanca. Tú ve y haz lo tuyo, Wade, de todos modos vamos a estar ocupadas viéndole el culo a Spidey todo el rato.>

Wade nada más negó con la cabeza, consciente de que no había remedio con él y su maltrecha cabeza. Se dirigió hacia dónde estaba May y le ayudó a sacar las cosas que iba a  necesitar del coche, a fin de cuentas, él era puro músculo y no le tomaba esfuerzo alguno. Siguió a la castaña rumbo a una especie de parque, con Peter a su lado mirando todo con el mismo entusiasmo que el de un cachorrito todo el rato. Aquello volvió a sacarle una sonrisa al mercenario, que no parecía darse cuenta de lo evidente que estaba siendo mirando al menor todo el rato.

{Ya, sácale una foto, Wadey… ésa carita merecer estar en nuestra galería de imñagenes para nuestras noches solitarias.}

<La apoyo, desde éste ángulo se le ve un culo que te cagas…>

-Ya cállense… -balbuceó Wade exasperado, rodando los ojos y poco consciente de que sus palabras habían llamado la atención de Peter.

-¿Qué me calle? Pero si yo no he dicho nada, Wade, ¿con quién hablas? –inquirió el menor, enarcando una ceja.

{*risa de Nelson, el de Los Simpson* ¡HA-HA! Eso te sacas por baboso, Wade.}

<Tío, ten más cuidado, joder… qué estamos intentando sacarnos el Óscar con nuestra actuación de mierda y vienes tú y la cagas. Patético.>

-N-No, d-dije que todo se ve delicioso… -tartamudeó Wade, mascullando una maldición porque no era normal que él, con lo bocazas qué era, anduviese tartamudeando estupideces.

Peter asintió, olvidándose del asunto y causándole alivio al mercenario.

-Me muero por probar el merengue de la señora Willow, te aseguro que sabe a gloria. –Peter se relamió los labios, mesas llenas de postres inundando su visión.

“Vale, alguien es fan de las cosas dulces” pensó Wade, sonriendo y pensando que, a pesar de estar rodeados de un montón de postres que lucían exquisitos, Peter siempre iba a ser la cosa más dulce que se hubiese cruzado en su vida. Por más cursi y gay que esto sonara.

-Vale, Wade, déjala aquí. Iré a saludar a Inés y Julia y vuelvo en un tris, ¿vale? ¡Diviértanse! –y con ello, May desapareció en dirección a dos señoras que sonrieron enérgicamente al verle.

-¡Jo! Sí como no, déjale el trabajo al pobre sobrino… desgraciada. Vale, Wade, hagamos esto rápido y así podremos irnos a comer postres luego. –habló el menor, inclinándose para empezar a armar la mesa plegable que May había traído.

Wade se puso tensó, sus ojos clavándose de inmediato en un punto en específico de la anatomía de Peter.

{¡Foto! ¡Foto! ¡Foto!}

<Joder… ahora ya entiendo eso de ‘siéntate en mi cara, nene.’ Por mí Peter puede sentarse en nuestra carita cualquier día, todos los días de la semana.>

Wade desvió la vista de inmediato, yendo a ayudar a Peter antes de seguir comiéndoselo vivo y alimentando a las sucias de las cajas. Ya llevaban unos buenos quince minutos armando la mesa de May en silencio, cuando una vocecita familiar llamó la atención de ambos de inmediato.

- ¿Señor del supermercado? ¿Niño grosero? –habló Maggie, dejando a ambos hombres duros donde estaban.

Wade se volvió deprisa, sus ojos abiertos de par en par con pánico.

-Oh, no… -susurró Peter, cerrando los ojos y dejando escapar en suspiro. - ¿Por qué a mí? –masculló, sus ojos deslizándose por todo el lugar en busca de la desagradable madre.

No hizo falta buscar mucho, un chillido hizo que todos los presentes se detuvieran en seco, la atmósfera de alegría y paz esfumándose de golpe en cuanto una mujer en tacos altos y pelo rubio vuelto un moño se dirigió hacia donde Wade y Peter se encontraban.

-¡Ustedes dos! –chilló la Bruja del Oeste, su rostro contraído en una mueca de puro enojo. -¡Creí haberme deshecho de ustedes dos ésta mañana!

Wade nada más suspiró, consciente de que, al menos para él, la velada se había ido por completo a la mierda. No había forma de que fuese a quedarse, y menos luego de lo sucedido con aquella mujer ésta mañana. Ya le había causado suficientes líos a Peter por su cara horrorosa, no tenía planeado seguir cagándola más.

{Vale, parece que será noche se porno y nuestra manita… Dios, ¿podríamos ser más tristes?}

<Bueno, al menos hay una nueva actriz porno que se unió a PornHub. Eso debería darnos consuelo, ¿no?>

El mayor volvió a suspirar, antes de dejar las piezas que sostenía a un lado y empezar a alejarse en dirección a la salida. Eso, claro, hasta que sintió que alguien entrelazaba un brazo con el suyo y cortaba su camino en seco, el rostro de May encontrándose con el suyo en cuánto volvió la vista.

- ¿Tienes algún problema con mi amigo, Wade, Matilda? –preguntó, y por el tono de la castaña, sabía que la reacción de Matilda no le había hecho gracia. –A mí me parece que no estaba haciendo nada malo, tan sólo estaba ayudándome a montar mi puesto. –alzó las cejas, confusa, mirando a Matilda como si ésta fuese una chiflada.

Wade se quedó de piedra ante la mención de la palabra «amigo», más porque raras veces alguien aparte de Weasel y Al le había llamado así. De inmediato sintió algo cálido regarse en su pecho, la acción de May llegándole muy profundo.

- ¿Así que fuiste tú quién trajo ése adefesio al festival, May? –Matilda se llevó las manos a las caderas, mirando a May de arriba hacia abajo. –No me sorprende, la gente corriente como tú no tiene ni idea de cómo elegir sus amistades.

Wade sintió como May se tensaba a su lado, acto seguido su rostro de inmediato pareció tornarse al rojo vivo.

-Creo que puedo decidir eso yo sola, muchas gracias por tu opinión, Matilda. –habló de forma contenida, admirando a Wade con la forma en que guardaba la compostura. –Sigo sin entender cuál es tu problema con Wade, él no te ha hecho nada…

- ¡Pues claro que me ha hecho algo! Sólo… ¡Sólo míralo! ¡Es una abominación! –la rubia señaló con su dedo a Wade, los recuerdos de ésa misma situación zumbando en la mente del mercenario. - ¡Sácalo de aquí o estás fuera del festival! Y es mi última palabra. –amenazó la rubia, cruzándose de brazos.

{Ouch… admito que ésa última dolió.}

<Seh, fue casi tan malo como cuando nos llamaron aborto de alíen. Duele, el trauma todavía quema.>

Wade bajó la mirada, tratando de soltarse de May para seguir su camino y no seguir causando todavía más líos, pero May le retuvo con firmeza justo donde estaba: Al parecer, la castaña no tenía planeado dejarle marchar. Dándole un par de palmaditas en el brazo, May se dirigió rumbo a Matilda, tomando una bandeja con lo que al parecer era un tres leches y sin más…

¡SPLAT!

- ¡Hostia puta! –chilló Peter, apartándose cuando un montón de crema batida casi le cae encima. –Joder, May…

-Pete, Wade… venga, chicos, nos vamos. No pienso ser parte de un festival de mierda en el que discriminan a mis amigos… andando. –y con ello, May se encaminó like a boss hacia la salida.

Wade todavía estaba contemplando a Matilda boquiabierto, los restos de pan y crema batida escurriéndole por toda la cara justo donde May le había estrellado la bandeja con el tres leches. Acto seguido, el parque entero se llenó de vítores para May, las personas demostrando así su apoyo con las acciones de la castaña. Incluso Maggie le sonrío en señal de apoyo a Wade, pese a los chillidos y blasfemias de su madre.

{May es la hostia, Wadey. Acuérdate de depositarle pasta en el banco a modo de agradecimiento.}

<Ahora ya entendemos de dónde le viene a la arañita lo rudo, si su tía es una malota. Pero una malota con clase.>

Wade sacudió la cabeza, echándose a correr tras May para darle alcance.

- ¡May, espera! –llamó a la castaña, que detuvo su camino y le miró sonriente. –M-May, no tenías… de verdad no era necesario, sé cuánto querías participar en el festival, no tenías que mandarlo todo a la mierda sólo por mí. –el mayor bajó la mirada, sintiéndose de verdad apenado por causarles tantos líos a los Parker.

May nada más se echó a reír, dejando al mayor descolocado justo donde estaba. ¿Y ahora? ¿Acaso no era ella la que se moría de ganas por darles de probar a los demás sus pays de manzana?

-Ay, Wadey, querido… créeme, cielo, de no haberle estrellado yo ésa bandeja en la cabeza, alguien más lo habría hecho. Matilda es una burra que no entiende de nada, venga, ése festival ni siquiera es la gran cosa. Prefiero irme a casa y cocinarles postres a mis dos hombres favoritos. –la castaña le pinchó la mejilla, sin ningún atisbo de estar triste ni nada.

Wade se quedó ahí, con la mandíbula en el piso debido a la impresión.

{Vale, ¿será que es bipolar igual a nosotros? Porque si lo es nos la suda, pero es la única forma de explicar por qué no está cagándose en nuestros muertos en éste mismo instante…}

<Yo creo que sigue procesando lo qué pasó. Ya saben, alguna gente es de “proceso lento” como dice Weasel.>

- ¡May! –gritó Peter, corriendo al encuentro de ambos mayores. –May… ¿estás bien? –dijo sin aliento y con el pelo revuelto a causa de la carrera. Negó con la cabeza. –Joder, May eso ha sido…

-Nada, nada. Y deja de decir malas palabras, Pete, eso se oye feo. –May negó con la cabeza, echándoles un brazo a los hombros a cada uno. –Ya olvidémonos de ésa guarra, ¿vale? Y ahora… ¿quién quiere pizza? Podemos pasar a comprarla a Leone’s y luego ir a casa y hacer una noche de pelis, ¿les gusta el plan? ¡Güay! A por ésa pizza entonces porque me muero de hambre. –y sin añadir nada más, se dirigió en dirección al coche.

- ¿Vamos…? -le preguntó Peter, tomándole de la mano y regalándole una de sus hermosas sonrisas.

Vaya.

Así que era así como se sentía.

Wade asintió sonriendo y entrelazando sus dedos con los del castaño, que de inmediato se sonrojó dulcemente ante el contacto.

Y Wade estuvo seguro de una cosa.

Era así como se supone qué es tener una familia.

[…]

Wade se echó a reír a carcajadas, el eco de éstas retumbando por toda la habitación y uniéndose a las de Peter y May.

Si hace un par de años le hubiesen dicho que iba a toparse con un mocoso castaño y bastante caprichoso, que éste iba a cambiar su vida e iba a darle un sentido de pertenencia, iba a invitarle a su vida y a ofrecerle la calidez de lo que se supone debe de ser una familia, Wade, en primera, le hubiese disparado al tipo. Y en segunda, hubiese reventado a reír mientras bailaba sobre su cadáver o hacía un ángel de sangre en el suelo. Pero eso era justamente lo que se encontraba haciendo en aquel instante: Riendo, en la comodidad del acogedor apartamento de May y Peter mientras comía pizza hawaiana y miraba una de ésas terribles comedias de los noventas.

{Venga macho, que eso ha sonado demasiado gay hasta para nosotros.}

<Cierto, Wilson. Mejor dile a la autora que ya dejé de hacernos tan maricas.>

Wade rodó los ojos, pero sin perder la sonrisa de sus labios. Cuando se volvió a un costado, se encontró con Peter, que le miraba de forma… extraña. Ladeó la cabeza, intentando descifrar la expresión en el rostro del castaño, pero terminó por perderse en la belleza de sus facciones. Lo usual. Wade miró con detalle la sombra que creaban las largas pestañas del menor sobre sus mejillas, la forma en que pequeñas arruguitas aparecían en las comisuras de sus ojos, pero, sobre todo, Wade se perdió en ésa pequeña sonrisa… una sonrisa tímida, los músculos de las mejillas delatando lo extraño que parecía ser ésa simple acción en alguien como Peter.

- ¡Uf! Venga ya, con toda ésa pizza seguro ya engordé cinco kilos… Benny va a toparse con una chibola cuando regrese de Alemania. –May se estiró luego de apagar la tele.

Wade de inmediato dejó de ver a Peter. Si May llegaba a enterarse de los concursos de miradas incómodas entre él y Peter, seguramente nunca más le dejaría estar cerca del menor, y en éstos momentos, al menos por las dos semanas en las que Stark y el Capi estaban fuera de la ecuación, Wade quería ser un bastardo egoísta y estar cerca de Peter, el verdadero Peter debajo del traje de Spiderman, lo más que pudiera.

-Vale, chicos, soy una señora mayor… necesito mi sueño de belleza. Creo que es hora de darse las buenas noches y calabaza, calabaza cada quién para su casa. –la castaña empezó a recoger el desastre, Peter suspirando con tristeza ante sus palabras.

{¡Awww! Mira Wadey, parece que alguien no quiere que nos vayamos.}

<No se hagan ilusiones, seguramente la rubia tetona ocupa más espacio en su mente de lo que nosotros podríamos.>

Wade quiso repatear a Amarilla por reventarle el momento, pero decidió que tenía razón: Era obvio que por más fría y tiesa que la ex de Peter estuviese seis metros bajo tierra, el castaño seguía bastante prendido de ella… y aquello no hacía sino preocupar al mayor, ponerle triste ya que el daría su miserable vida si con ello pudiese ganarse un huequito en el corazón de Peter. “Ya déjate de estupideces, Wade, ya metiste la pata como Deadpool, ¿acaso eso no te basta?” se recordó el mercenario, poniéndose de pie y estirándose un poco antes de ayudar a May a limpiar el desastre. Por alguna razón, quería impresionar a May… cosa estúpida ya que se suponía que él jamás tendría un chance con Petey Pay, ¿cierto?

-Eres un cielo, Wade, muchas gracias. –le sonrío la castaña, cuando Wade la siguió a la cocina para botar las cajas de pizza vacías y dejar los trastos en el fregadero. –Vale, creo que eso es todo… muchas gracias por pasar el rato con Pete, sé que a él le gusta venir a visitarme, pero también sé que soy su tía… le hará bien tener un amigo cerca. –asintió, su ceño frunciéndose, probablemente al recordar el incidente del Krispy Kréme. - ¡Vale! No te entretengo más, qué descanses Wade.

El mayor se quedó un poco tieso en cuánto May le rodeó entre sus brazos fugazmente, para luego separarse y pincharle la mejilla… definitivamente en cuestión de horas, aquella mujer de rostro amable y corazón de oro se había convertido en lo más cercano que había tenido a una madre en su vida. En verdad empezaba a cogerle cariño a la tía de Peter, no sólo por ser la tía del chico que lo traía loquito (vale, más de lo normal), sino por ser la segunda persona aparte de Al y Weasel, quizá incluso Dopinder, que le hubiese defendido y mostrado compasión. El sonido de papel de folio llamó su atención, el peso de varios contenedores de plástico asentándose en sus brazos.

-Son postres y algo de comida, no te preocupes por los contenedores, me los devuelves luego, ¿vale? Sé que vives tú solito y quizá de vez en cuando te venga bien un poco de comida casera. Ahora sí, buenas noches. ¡Peter! ¡Ven y despídete del señor Wilson! –le llamó su tía, saliendo de la cocina y dirigiéndose a su habitación.

-Joder, juro que a falta de su novio, está intentando engordarte a ti. –Peter río, encaminándose con Wade al pasillo. Una vez lejos de la vista de su tía, Peter se puso en puntillas para alcanzar el oído del mayor antes de susurrar: -Espérame en la azotea, ¿vale? Subo en un segundo. Y trae ése strudel contigo, muero por algo de postre. ¡Buenas noches, Wade, te veo mañana! –gritó, lo suficientemente alto como para que May lo escuchase. –Vale, eso la dejará tranquila… te veo en la azotea. –susurró, y con ello cerró la puerta.

Wade nada más parpadeó, quedándose unos segundos nada más contemplando la puerta de caoba.

{¿Soy yo o nos acaba de invitar a salir?}

<Digo, es más una quedada, pero aun así… ¡Wilson, somos unos bastardos con suerte!>

-Dijo que quería postre, May no le ha dejado comerse una rebanada de pastel luego de la pizza. Sólo por eso nos ha invitado, además, ya saben que no podemos permitirnos… esto. –concluyó, encaminándose a su apartamento.

{Vale, pues para no querer “esto”, seguro y estás haciendo un pésimo trabajo, Wade.}

< ¡E’Verdáh! Es más, yo hasta diría que estás… Hm, ¿cómo se llama eso que tienen todos los protas en ésas pelis cursis y empalagosas? Ésas, en las que se quedan mirando de manera creepy justo como tú y el culazo de Pet-Pet…>

Wade se detuvo en seco, los contenedores que May le había dado casi derramándose por el suelo debido a la impresión. Wade podía ser un caso severo de desórdenes mentales sin tratar andando, pero… todavía tenía dos neuronas dentro de ésa cabeza suya que funcionaban “normalmente”, o al menos lo que era «normal» en su caso.

Sabía perfectamente de lo que Amarilla le estaba hablando.

- ¿Te refieres a estar enamorado? No seas… ¡Ni siquiera lo pienses, ¿me oyes?! –Wade dejó la comida a un lado, apuntándose hacia la cabeza como si le apuntase a la voz ahí dentro. –Saben bien lo que el loquero de Waller dijo respecto a eso, las personas…

{«Las personas con depresión maníaca y desorden esquizoafectivo no pueden desarrollar verdaderos sentimientos de apego» y más blah, blah, blah. Ya sé, lo escuchamos…}

<Vale, ¿es que ustedes dos están conspirando contra mí? ¡Se supone que es mi trabajo ser la que manda todo a la mierda! ¡MI jodido trabajo! Joder, la falta de respeto…>

Wade se dejó caer en la silla, con los codos sobre las rodillas y suspiró… él sabía perfectamente que las voces en su cabeza no eran “Blanca y Amarilla”, pero era mejor llamarlas así a llamarlas por lo que realmente eran: Depresión maníaca. Blanca siempre era hiperactiva, con una voz chillona y siempre sabía encontrarle las cosas buenas a todo. Quizá, incluso demasiado. Por su parte, Amarilla era la parte baja, la parte depresiva… aquella que le hacía creer que todo era una mierda: Su vida, las personas, su mera existencia. Amarilla era quién siempre saltaba cuando le decía que no merecía esto y aquello, de hecho, Wade estaba más que convencido de que no merecía nada. Y esto sin contar su déficit de atención, su esquizofrenia, desorden bipolar y demás mierdas que no quería siquiera recordar.

{Vale, Wade, sé que siempre estoy diciéndote que te arriesgues y por eso siempre acabamos haciendo estupideces, pero… creo que ésta vez merece la pena. Petey merece la pena, en tan sólo horas nos ha hecho sentir mejor de lo que cualquier persona ha podido en años y lo sabes.}

<Así como también sabes que todo lo que llega a nuestra vida termina muriendo o largándose, somos un jodido error, un desperdicio, no tenemos valor alguno. ¿O tengo que recordarte que nuestra madre no nos abortó simplemente porque no le alcanzó el dinero? No merecemos nada en ésta vida, Wilson, mucho menos a alguien como Peter.>

Wade sintió que sus ojos escocían, raramente se permitía llorar… las lágrimas dolían demasiado, y él no podía… no sabía lidiar con el dolor. Por eso prefería el humor y el sarcasmo, poner un show delante de todo el mundo, soltar bromas subidas de tono al dos por tres; ésa era la única forma que él conocía de enfrentarse al mundo. Nadie le tomaba nunca en serio, y así entonces él tampoco tenía porque tomarse a nadie en serio tampoco no afrontar las consecuencias de ninguna de sus acciones. La vida era un juego… un juego que él había perdido desde el mero día de su concepción.

-Vale, suficiente de ésta mierda sentimental. Debemos vernos de puta madre para nuestra cita con Petey Pay… Y ahora, ¿qué creen que le guste tomar a la arañita? ¿Dr Pepper o Canadian Dry? –pensó, revisando los escasos contenidos de su nevera.

Con un encogimiento de hombros, Wade cogió una lata de cerveza para él y la Dr Pepper para Peter junto con el strudel que el menor le dijo que quería y se encaminó al ascensor. Presionó el botón para dirigirse a la azotea y trató de ignorar a las cajas lo mejor que pudo, ya que ambas se hallaban chillándose la una a la otra, tratando de convencerse por qué Wade debería o no debería tener esperanzas hasta que llegó a su destino. Sonrío al toparse con la figura de un muchacho sentado al borde de la azotea, sus pies meneándose al ritmo de la canción que escuchaba a través de los parlantes a aquella hora.

-Tienes el gusto musical de una tía friki, ¿lo sabías, Parker? –comentó Wade, sentándose a su lado y dejando ambas latas y el postre entremedio de ambos. - ¿Sabes? Creo que nada más me has invitado a subir aquí porque tu tía no te dejó comer postre y me dio a mí el resto; en lugar de tener tu momento hípster y ver las estrellas… ¿a que sí?

- ¿Yoooo? ¡Jamás! ¿Cómo se te ocurre semejante barbaridad? –habló el menor, sobreactuando al mismo tiempo que se llevaba un trozo de strudel a la boca.

Wade nada más negó con la cabeza, cogiendo su cerveza y llevándosela a los labios, dándole un buen trago. Aquella era una noche muy bonita, la brisa de primavera meciendo las ropas de ambos y el cielo de un tono azul negro muy bello, las estrellas perfectamente visibles en el firmamento.

- ¿A quién escuchas? Obviamente no a Eminem, como deberías. O, aunque sea a Cardi B, la tía sabe rapear de puta madre. –comentó, su vista todavía perdida en las estrellas.

-Vaya, te tomaba más como el típico rockero en lugar de un fan del rap… -Peter tenía la boca llena, el rostro nuevamente embarrado de crema. –Para que te eduques un poco, ésa es Ruelle y para mí ella es la puta hostia.

- Gay. –susurró Wade, sacudiendo la cabeza.

-Pfff, ¿podrías subir un poquito el nivel, por favor? Tus insultos dan pena, esto no es el jardín de parvulitos, ¿sabes? –el castaño rodó los ojos, más la sonrisa le delataba.

-Vale, el hecho de que todos te llamen “hombre araña…” –Wade puso comillas en el aire con los dedos. –No quiere decir que sea verdad, ¿sabes? Sigues siendo menor de edad.

- Ah, ¿sí? Entonces, viejo verde, ¿un menor de edad haría esto? –y sin más, Peter le arrancó la lata de cerveza de las manos, dándole un sorbo de golpe, pero reventando a toser luego. - ¡Puaj! ¡Eso sabe a culo!

Wade reventó a reír, la cara arrugada de Peter grabándose a fuego en su memoria ya que era adorable y chistosa a partes iguales. Cuando consiguió recomponerse, volvió a retomar la palabra:

- ¿Debería preocuparme porque sepas cómo sabe un culo? No me hagas darle al clavo y estar en lo correcto con lo que dije antes, Parker. –Wade cogió la cerveza, dándole un trago sin atragantarse como Peter.

El menor desvió la vista, sonrojado.

-Cabrón presumido… -masculló, salvo que era difícil tomarle en serio con las mejillas al rojo vivo.

Wade le miró por el rabillo del ojo, guiñándole el ojo y deleitándose con el estremecimiento del menor. Era obvio que sus ligoteos infantiles surtían efecto en el menor, y aquello, por alguna razón… le hacía feliz. Al menos, y a pesar de que el corazón del menor tenía dueña, Wade causaba un efecto en el menor. Pequeño y bobo, pero bueno, algo es algo. Ambos se quedaron en silencio por un par de minutos, antes de que el mayor volviera a hablar.

-Oye, sweetums… ¿tu tía sabe quién eres? Digo, ¿sabe que tú eres Spiderman? ¿Qué hay de tus padres? –era obvio que sabía la respuesta a la segunda pregunta, pero no estaba de más para su actuación.

Peter suspiró, dejando el contenedor de strudel ahora vacío de lado y clavando la vista en sus tenis… pensando profundo. Wade se preguntó si no habría sido mejor nada más cerrar su enorme bocaza en vez de disgustar al menor por segunda vez en la misma noche.

-Es complicado… ya habrás visto que May es más relajada con todo esto, así que obviamente se tomó muchísimo mejor el que yo fuese Spiderman de lo que lo harían mis padres si supieran. Es decir, se preocupa y todo, porque no quiere que a su único sobrino le pasé nada… pero no me pidió que dejase de ser Spiderman ni nada por el estilo. Por el contrario, si mis padres fuesen a enterarse… -el castaño se estremeció, dando a entender el pavor que le provocaba el sólo hecho de que Steve y Tony fuesen a descubrir la verdad. Negó con la cabeza. –Simplemente creo que todavía no es el momento indicado para decirles la verdad.

Wade asintió, meditando las palabras del menor. Obviamente que Stark y el Capitán iban a flipar en colorines si llegaban a enterarse de que su retoño andaba por las noches colgándose de los edificios y pateándoles el culo a un montón de villanos dementes… él mismo se preocupaba por Peter, sabía que el castaño era mortal y se ponía en riesgo todos los días con tal de mantener segura a una ciudad que ni siquiera le merecía. Wade frunció el ceño, recordando la de mierda que hablaban los periódicos acerca de su Spidey y como éste era una “amenaza” para la ciudad… menudos imbéciles, si era justamente por Peter que Nueva York no era un caos como antes.

-Tus padres son Stark y el Capitán América, ¿verdad? –soltó, los ojos de Peter abriéndose como platos ante su afirmación.

Peter estaba por contestarle, cuando su reloj empezó a titilar y a sonar, alertándole quizá de una llamada entrante o sepa Dios qué otra cosa tecnológica. Wade miró fijamente como el rostro de Peter pasaba de uno sorprendido a uno de mortal seriedad, un par de años añadiéndose casi de forma sutil a los simples diecisiete añitos del castaño.

-Ned, ¿ocurre algo? ¿Es una emergencia? –habló, luego de haber presionado un botón en el reloj para contestar a la llamada.

-Peter, ¡joder! ¡¿Se puede saber dónde coño has estado metido?! ¡He estado tratando de dar contigo todo el día, tío! Vale, no importa. Obviamente es una emergencia, genio, la ciudad está vuelta un jodido caos. Mira, entérate… -el reloj volvió a sonar, ésta vez un vídeo de un par de maleantes con máscaras de Los Vengadores robándose un banco ocupando la pantalla en vez del filipino.

- ¡Mierda! ¡Voy enseguida! ¿Dónde es? –preguntó el menor, poniéndose de pie de inmediato y empezando a sacarse la ropa, revelando el traje azul y rojo debajo de ésta.

Wade también se puso de pie, mirándole con el ceño fruncido. No porque su “cita” hubiese quedado estropeada con la llamada del gordito, sino porque los tipos en el vídeo iban cargando armas… armas grandes, estilo Texas, de las que le gustaban a Wade. Salvo que no quería a su Pet-Pet en un radio de doscientos metros a la redonda de lo que a él le había parecido un rifle Mossberg 715, pero más puta madre.

-Vale, lo siento, Wade, tengo que irme… ¿podrías cubrirme de la tía May? Seguro estaré devuelta antes de que despierte, pero échale un ojo por mí, ¿vale? ¡Gracias! –y a toda prisa, Peter le dio un fugaz beso en la mejilla antes de ponerse la máscara y lanzar una telaraña, perdiéndose entre los edificios.

Wade suspiró y dejando la lata casi vacía de cerveza a un lado, deslizó el zíper de la sudadera, revelando el traje de Deadpool bajo su ropa: Ni de coña iba a dejar que su arañita se enfrentase él solo a cinco chiflados, seguramente armados hasta los dientes, él solo. De eso nada. Podría ser que su cabeza tenía precio, el menor no quisiera verle ni en estampita y si se aparecía por Nueva York como el mercenario bocazas lo más seguro era que o Colosso y los X-Men o Los Vengadores y Nicky el tuerto, o, peor aún: Waller la cazafrikis se aparecieran para cogerle, pero en aquel momento, las consecuencias le daban igual.

Había hecho una promesa, y tenía pensado cumplirla.

-Te cuido las espaldas. –repitió, deslizando la máscara sobre su rostro cicatrizado y volviéndose a ver el dispositivo de rastreo en su palma.

“Scotiabank, ahí voy” y con eso, se arrojó del edificio.

Notas finales:

LOL

Vale, ése ha sido el cap de ésta semana, admito que quizá no haya mucha acción en éstos momentos, pero de aquí en adelante la trama se va a enfocar un poquis más en Wade y cómo éste maneja a sus alter egos :$ Os advierto que quizá ya estemos por entrar a la recta final, la verdad no estoy muy segura de cuántos capítulos tenga el fic, empecé con una idea de 25, pero no estoy muy segura, puede que sean más. Cruzad los dedos y agarraos, porque poco a poco va a empezar el drama y el salseo intenso para vuestros bodies LOL XD

Aw, honestamente me ha dado un poco de cosita éste cap, sobretodo por la situación de Wade. Siempre vemos a Bocazas echándose las risas y diciendo disparates, pero una vez te adentras en su historia y lees las varias versiones de los cómics, de verdad que repatea toda la tragedia por la que ha pasado éste hombre D: Y eso es algo que quería plasmar en el fic, el hecho de cuán dañado está Wade y cuánto le ha afectado su mutación y eso. Ya sé, todo muy dramático, pero ¿qué queréis que os diga? Me gusta el drama y el sufrimiento, en ése sentido soy medio masoquista LOL XD ¡Por cierto! ¿Habéis visto la peli de Venom? Vale, que sé que muchos han dicho que es una auténtica mierda y eso, pero ¡me encantó! Y hay un ship por ahí medio raro, entre Eddie y Venom, pero ¡se ven adorables! No sé, me estoy medio obsesionando con ésos dos, ya tengo el móvil lleno de imágenes de ellos :3 LOL, vale, me he salido del tema. Cómo siempre, ¿créeis que Wade va poder mantener engañada a la arañita por siempre? ¿Creen que Peter empiece a sentir algo por Wadey, a pesar de seguir prendado de Wadey? Dios, honestamente esto da para una tragedia, simplemente no puede acabar bien XD

Y pues, agradeceros de nuevo todo el apoyo, en verdad chic@s, me faltan las palabras para expresaros lo mucho que me hace feliz ver comentarios vuestros, ver cuánto les gustan mis locuras y lo mucho que creen en mí, que soy la persona más insegura en la faz en la tierra y con cada cap que publicó, me muerdo las uñas pensando en si va a gustaros o no :$ Simplemente, muchas gracias, en verdad, sóis de ésas poquísimas cosas que le dan sentido a mí vida y me hacen sonreír de manera genuina. Y pues… vale, ya, que me pasó con semejante testamento. ¡Os quiero, pillos! Nos estamos leyendo pronto ^^

¡Un besazo! ♥


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