— ¡Shun, mira esto!
Había uno que otro chico que miraba con interés al rubio de ojos verdes que iba corriendo en medio del pasillo, con esa sonrisa de oreja a oreja.
— ¿Eh, Aoi-chan tendrá su primer trabajo?—le preguntó el peli azul, mirando con curiosidad el celular rosado del contrario—.
—Sip, será esta noche en el Real Hotel
— ¿Y no estás nervioso, Sora-kun?
Le dijo con clara malicia que el inocente rubio paso desapercibida. Shun miró como el otro se sonrojaba hasta las orejas, sonriendo al teléfono como todo un enamorado.
—Pues… s-solo un poco, pero quiero poner en práctica lo que me enseñaste, Shun
— ¿Todo lo que hicimos?
—S-sí…—Y se sonrojo un poquito más, apretando sus labios de manera en que no se le escapase una tierna sonrisilla— ¿E-está mal…?
—Claro que no, simplemente pensé que… Hm, nada, déjalo
— ¿Eh, que es Shun? ¡Dime, dime!
—Bueno… yo fui considerado contigo por ser tu primera experiencia, pero es muy distinto con un adulto…—Y sí, quería plantarle un poquito de miedo al rubio, le divertía verlo asustado—.
— ¿Es m-muy diferente…?
—Pues claro, no creo que se conformen con solo chuparles el pene, ¿No piensas igual?
— ¿El p-pe…?—Y no termino aquella vergonzosa oración— ¿Entonces que debería de hacer, Shun?
— ¿Quieres que te de otra lección?—Ahí estaba de nuevo esa sonrisa traviesa y una mirada divertida tras las gafas que traía—.
— ¡P-por favor!
—Muy bien, ya que me lo pides con tanta efusividad, no me queda de otra
— ¡Gracias Shun!
—Pero no será aquí en la escuela de nuevo, puede ser peligroso si alguien nos llega a ver. Puedes venir a mi casa por la tarde, estaré libre, mis padres llegan muy tarde
— ¿A qué hora exactamente?
—Hm… ¿A qué hora quedaste de ir al hotel?
—A las siete, quizá un poco después…
— ¡Perfecto! Entonces te veré a las seis en mi casa
—P-pero… ¿N-no tardaremos mucho?
— Claro que no Sora-kun, seré muy breve…
—De acuerdo…—Y le sonrió feliz, después de todo el inocente rubio no tenía ni la más mínima idea de los planes perversos de su “compañero”—.
—Te daré mi dirección antes de salir, por cierto Sora-kun, no olvides traer contigo a Aoi-chan…
— ¿T-te refieres a q-que…?
—Bye Bye Sora-kun
Dio media vuelta, dejando al rubio más que sonrojado. Acomodó sus gafas y se miró en el reflejo de los enormes ventanales en el pasillo; No podía agradar más su sonrisa de satisfacción.
+
—S-Shun… Ngh… ¡Ah! S-se hará tarde para…
—Aún hay tiempo Sora-kun
—Pero… ¡Ahh!
Se adentro de nuevo entre sus piernas, mordiendo sus blancos muslos, bajando un poco aquellas medias con sus dientes, chupando sus pantorrillas y cada tramo de piel cerca. Ascendió nuevamente y esta vez se tomó la delicadeza de besar sus rodillas mientras sus manos alzaban sus piernas por bajo los muslos.
— ¡Shun!
Esta vez lo quería diferente, porque quizá seguía siendo un chiquillo inexperto, pero con Sora se convertía en el perfecto maestro. Quería jugar con él, llenarlo por completo, no quería compartirlo. Por primera vez, el placer de otra persona, era el suyo mismo.
Chupó su pequeño pene con mayor fuerza, escuchándole gritar mientras tiraba mechones de su cabello azulado. Gemía una y otra vez su nombre, moviendo sus caderas en un vaivén delicioso para ambos. No le importaba que se follara su boca a su gusto, claro que no; Se había propuesto complacer a Sora de cualquier manera en que este deseara. Se había convertido en su perdición.
Sacó su miembro, dejando ese delicado hilo de saliva que los conectaba, pero que no duró demasiado tiempo. Sonrió con malicia y jugueteo un poco con su prepucio, girando lenta y tortuosamente.
— ¡Shun n-no hagas…Ahh…!
— ¿Te está gustando esto, Sora-kun?
—S-sí Shun… Ngh, ah…s-se siente m-muy bien…
Soltó una risilla y siguió con lo suyo, divirtiéndole las reacciones del menor, quien solo lo era por meses de diferencia. Su boca fue a dar nuevamente con el rosado pene del rubio, lamiendo y succionando con fuerza. Llevo su mano izquierda hasta su propio miembro, lo bastante erecto y necesitado. Lo apretujo y movió su mano con frenesí, rápido, al ritmo de los dulces gemiditos de Sora.
—Ahh Sora-kun…
Justo en el momento se apartó. El semen caliente dio de lleno en su rostro, deslizándose cuidadosamente por sus mejillas, y sin poder evitarlo, eyaculo en el instante en que desvió su mirada hacia la carita del rubio. Lo había excitado lo suficiente para llegar al orgasmo.
Todo su cuerpo vibraba ligeramente, estaba perlado en sudor y sus mejillas se veían más rosas que en otras ocasiones, era una imagen bellísima. Fue hasta él, subiéndose un poco a su pequeño cuerpo. Lamió su cuello, ascendiendo hasta su barbilla, finalizando en sus rosaditos labios.
Los mordió y adentró su lengua poco después.
—C-chupa mi lengua también Sora-kun…
Y no lo repitió dos veces, el rubio enseguida cumplió con su petición. Los sonidos calientes inundaban la habitación del peli azul. Ambos jovencitos estaban encendidos, sus cuerpos comenzaban a vibrar nuevamente, buscando más contacto íntimo.
—Esta vez es el turno de Aoi-chan…