-Radithz, tengo miedo - murmuró él menor de los príncipes saiyajin, mirando por la pequeña ventana redonda de su cápsula espacial.
-solo a pégate a lo planeado y todo saldrá bien - respondió el otro saiyajin a través de su scouter.
Ambas naves entraron en la órbita del planeta Vegita a la vez que otro par salía al mismo tiempo del planeta.
***
El par de naves aterrizaron en la superficie del planeta dónde instantáneamente los sirvientes del castillo acudieron a recibirlos.
-joven príncipe - dijeron todos a su vez haciendo una reverencia frente al menor de los peliflamas, rodeado su nave, ignorando la presencia del saiyajin que salió de la segunda nave.
Radithz salió con pasó firme y se recargó en un árbol para observar la escena, cruzado de brazos viendo a su joven y adorable príncipe manteniendo su actitud firme pero amable ante sus subordinados, y pensar que momentos atrás le había dicho que tenía miedo...
-su majestad, es bueno tenerlo de vuelta.
-lo mismo digo - respondió con una sonrisa el menor al extraterrestre verde del cual desconocía su nombre.
-príncipe Tarble, su hermano acaba de salir a una misión pero a sido informado de su llegada - le comunicó otro de color amarillo.
-esta bien, iré a ver a mi padre - dijo él pelinegro algo desanimado al escuchar que su hermano no se encontraba en en casa - informenme en cuanto llegué por favor.
-si su majestad...
El joven príncipe observó al saiyajin más alto y le hizo una seña con la cabeza para pedirle que lo siguiera y juntos entraron al palacio del rey.
-es muy amable para ser hijo del rey Vegeta y hermano del príncipe Vegeta - murmuró un ser de piel púrpura, era la primera vez que trataba con el príncipe Tarble.
-yo escuché que por ser demasiado noble fue mandado a otro planeta para reforzar su carácter - respondió el de piel amarilla - pero creo que no sirvió de nada.
-yo no me quejaría si el fuera él próximo en el trono - comentó él de piel verde y todos asintieron en señal de aprobación.
***
-¿quieres saber si estoy celoso? Pues si, si lo estoy - dijo Kakarotto arrinconado a Vegeta contra la superficie rocosa de color arena del planeta a donde habían llegado.
-controlate Kakarotto, no es momento para discutir esas estupideces - respondió él príncipe empujando al más alto con sus manos en su pecho.
-no puedo soportar la idea de que no sea conmigo - respondió él pelipalmera ignorando al peliflama - él imaginarte con otro me mata, aún si es conmigo mismo.
-¿te estás escuchando? Suenas absurdo con esas estupideces ¡quítate! tenemos órdenes de acabar con la vida de los habitantes de este planeta, así que apártate de mi camino.
-pero eso podemos dejarlo para después, después de todo tu eres el príncipe - contestó Kakarotto sonriendo de lado.
-pero no él rey - terminó de contestar el peliflama de brazos cruzados sin dejar de oponer resistencia.
-di que eres mío - ordenó con voz dominante, sujetando las manos del peliflama con ambas manos.
-estas loco, yo no soy de nadie, y si quiero me puedo meter con cualquiera, incluso si es con el otro Kakarotto - respondió en un gruñido retador soltándose del agarre del pelipalmera.
Kakarotto, tratando de controlar su lívido, se dejó llevar y decidió besar al saiyajin para demostrarle que le pertenecía solo a él y a nadie más.
Al principio Vegeta seguía oponiendo resistencia pero sin querer, su cuerpo fue cediendo en aquel beso, ¿a quien engañaba? Ese insecto era el único que podía y al que le permitía tratarlo así.
-eres... Mío... - murmuraba Kakarotto mientras bajaba por el cuello del príncipe, dejándole unas marcas redondas por todo el largo que conectaba su oreja con la manzana de la garganta - solo... Mío...
-mng K-kakarotto d-detente - suspiró el peliflama rodeando el cuello del más alto con sus manos.
-di... que... Eres... Sólo... mío... - repitió el pelipalmera hundiendo su nariz en la clavícula del cuello del peliflama sin dejar de mordisquear y subsionar mientras sus manos se colocaban entre sus glúteos y muslos para levantarlo del suelo y dejarlo a su altura.
-n-no, tu eres mío insecto - bufó frunciendo el ceño y sobresaltandose un poco cuando empezó a estrujar su trasero a la vez que él índice del pelipalmera comenzó a presionar entre sus piernas por encima de la parte inferior de su armadura.
-s-si, soy... Tuyo... - le respondió para después besarlo en los labios con desesperación, aunque él príncipe era bastante terco conseguiría que le dijera lo que quería escuchar, mientras sus manos se deslizaban por su torso, colándose por debajo de su expandex.
-deja de estar jugando - gruñó Vegeta separándose de los labios del otro para tomar aire - y comienza de una maldita vez que no me voy a romper.
-si no fuera porque eres él príncipe ya te hubiera cerrado esa linda boquita que tienes - respondió Kakarotto.
-eso no es pretexto, te encanta que te insulte - contestó Vegeta con una sonrisa ladina, logrando quitarse el expandex y la parte superior de la tela azul que se apegaba a su cuerpo.
-tal vez estés en lo correcto - dijo Kakarotto , y haciendo uso de la montaña rocosa donde había arrinconado al peliflama, maniobró para voltearlo contra la superficie, dejándolo con el rostro pegado a ella y con las manos como soporte para que no se cayera, sujetándolo de la cintura para lograr equilibrarlo sin problema.
Kakarotto fue deslizando sin problema la maya azul del cuerpo de Vegeta hasta bajarlo por debajo del trasero del peliflama.
-está mi parte favorita de tu anatomía - murmuró el pelipalmera aparentando los glúteos del mayor, asegurándose de que sus dedos quedarán marcados en su piel.
Sin dejar de estrujarlo, se inclinó lo suficiente para comenzar a besar la espalda desnuda, provocando que comenzará a jadear en la espera a que Kakarotto se dejará de sus tonterías con él, aunque podía ordenarle que comenzará, nunca admitiría que le gustaban esas "tonterías"
Con una de sus manos dejó de tocar su trasero y dirigió dos dedos a la boca del príncipe y los introdujo todo lo que esa posición le permitía, sintiendo la lengua húmeda y caliente envolver sus dígitos, acariciándolos y ensalivandolos.
El mayor lubricó los dedos sin quejarse, sabiendo perfectamente el uso que tendría su saliva. Siguió chupando con gula, sintiendo como esa acción hacia que su saliva escurriera por la comisura de sus labios hasta que Kakarotto los retiró y acerco su rostro al del peliflama, ladeandolo un poco para lamer la saliva que escurría y después conectar sus bocas en un jugoso beso a la par que introducía el primer dedo en el trasero del príncipe.
Mientras sus lenguas peleaban, el dedo entraba y salía de su interior, moviéndose en círculos buscando dilatar aquella pequeña zona estrecha para después introducir el segundo dígito.
Vegeta jadeo ante tal acción, pero ningún sonido salió de su boca pues quedó ahogado en la boca del contrario que hacía lo posible por mantener por más tiempo el beso, retirando su mano del trasero del mayor para bajarse la parte inferior de su traje.
Con su mano sujetó su falo y lo colocó entre sus nalgas y con lentitud fue entrando en aquel reducido espacio.
-ah Kakarotto, muévete - ordenó el príncipe con voz ronca, separándose de la boca del menor para poder sujetarse bien y prepararse para las embestidas.
Kakarotto comenzó a moverse marcando sus entradas con fuerza y precisión, sintiendo como las manos del peliflama se iban adentrando en la dura roca mientras todo a su alrededor comenzaba a vibrar y el ki de ambos comenzaba a aumentar hasta cubrirlos a los dos con su propia energía.
Las piernas del peliflama comenzaban a flaquear y su cuerpo a arquearse cuando sintió la llegada del orgasmo, dejando salir toda su esencia en la montaña.
El miembro del pelipalmera fue subcionado de una deliciosa forma, sintiéndose apretado en el pequeño hueco donde estaba, siguió embistiendo al peliflama sabiendo que ya no podría aguantar más y gimiendo en el oído del mayor, terminó por correrse en su interior.
-eres... un imbécil - murmuró el peliflama tratando de recuperarse - te corriste dentro - le reclamó sintiendo como él menor salía de su interior.
-pero soy tu imbécil - le respondió el otro complacido, ignorando el reclamo del príncipe.
En un pueblo cercano, todos los habitantes salían de sus casas asustados, con varias de sus pertenencias en manos, el temblor que sacudió gran parte del planeta los obligó a salir para ver que sucedía, sin embargo no vieron nada extraño y todos comenzaron a preguntarse entre sí que había sucedido y si se encontraban todos bien.
El sol se estaba escondiendo en el horizonte mientras dos siluetas negras, opacadas por la luz de la estrella amarilla se iban acercando.
Los pasos los alertaron y todos se quedaron en silencio inmediatamente para observar a los desconocidos sin saber si eran amigos o enemigos.
Las siluetas, conforme avanzaban, fueron formando una luz blanca en sus manos a la vez que la levantaban y en un abrir y cerrar de ojos las esferas de energía crecieron y fueron disparadas a todo ser vivo que se encontrará en el planeta
***
La puerta del salón principal se abrió y entró el Rey para sentarse en el trono.
El salón estaba algo oscuro, en las paredes, varias antorchas con fuego proporcionaban la luz suficiente para iluminar el lugar.
Varios soldados saiyajin custodiaban el lugar alejados lo suficiente del espacio del rey, y frente al trono se encontraba un joven incado con una rodilla y con la mirada clavada en el suelo en señal de respeto mientras su capa roja ondeaba con el poco viento que lograba colarse por las ventanas.
-Príncipe... - dijo el rey y el joven incado levantó la cabeza como si se lo hubieran ordenado.
-padre - respondió Tarble poniéndose de pie.
-¿quién te autorizó volver al planeta? - preguntó con voz firme sin dejar de ver a su segundo hijo.
-nadie padre - respondió tragando grueso - es solo que quería volver a casa.
-¿has alcanzado un nuevo poder?
-no, pero... - comenzó a decir pero el castaño se levantó de su asiento interrumpiendolo.
-te ordené que no volvieras hasta que adquirieras carácter - dijo y salió del salón, dejando al príncipe solo en la penumbra.
-padre... - murmuró Tarble cerrando los ojos con fuerza sin poder evitar que una lágrima se escapara de ellos, se puso de pie y se limpió el agua salada que se deslizaba por su rostro y salió del salón momentos después, tratando de no mostrar ni una señal de debilidad como decía su padre, o como él le llamaba, sentimientos.
-¿y bien? ¿Cómo te fue? - preguntó Radithz recargado en el muro de brazos cruzados cuando vió al pequeño príncipe salir por la puerta.
-genial - respondió secamente sin voltear a verlo - todo salio excelente.
-el rey salió antes que tu y no creo sea cierto todo lo que dices, por su cara parecía que estaba que se lo llevaba el diablo - argumentó el más alto comenzado a caminar detrás del príncipe.
-olvídalo Radithz, ni siquiera me dejó hablar.
-¿quieres que regresemos? - le preguntó mirando el techo, evitando hacer contacto visual con el menor.
-quiero ver primero a Vegeta - contestó con determinación el menor.
-no creó que sea buena idea, después de todo no hay mucha diferencia en el carácter de Rey con el del príncipe - le contestó frunciendo el ceño.
-lo se, pero no deja de ser mi hermano.
-está bien - respondió suspirando - creó que yo tendré que ver a mi padre y al imbécil de Kakarotto.
-lo dices como si fuera una molestia - dijo el príncipe ironizando al ver la sonrisa ladina que se dibujó en el rostro del de cabellera larga.
-¿tu crees? - preguntó sarcásticamente - mi hermano es un imbécil y mi padre otro igual, no hay mucha diferencia en mi relación con ellos que con la tuya con tu familia.
Sospecho que tuvieron algo que ver en la decisión del Rey en mandarme lejos.
-¡oye! Ni que hubiera sido tan malo estar conmigo - refuñó el menor con el ceño fruncido.
-fue horrible, no sabes cuánto - respondió de forma juguetona - fue un honor ser la niñera del príncipe pequeño.
-pues cómo la niñera real del príncipe te ordenó que nunca me dejes - dijo algo sonrojado, desviando la mirada.
-pido permiso para cambio de misión, lo que me pide es lo peor que me ha tocado.
-¡oye! - dijo con un puchero en los labios, parándose de puntitas para darle un golpe en el pecho - petición denegada.
-no te creas enano - respondió Radithz con tono juguetón, revolviendole los cabellos en punta para después robarle un beso en los labios. - vamos a buscar a los imbéciles mientras llega tu hermano.
Tarble sólo asintió sonrojado comenzando a caminar al lado del mayor, internamente estaba sonriendo.
***
-pero Vegeta está casado con Bulma - dijo Goku ladeando la cabeza sin entender.
-cabeza hueca, ¿que no entendiste nada de lo que te dije? - preguntó Bardock con una venita resaltando en su frente.
-no, es solo que dudo que así sea - respondió bajando la mirada al suelo - tengo años de conocer a Vegeta y él nunca mencionó nada de eso, al contrario al principio parecía odiarme.
-pues eso tendrás que averiguarlo tu, yo ya dije lo que sabía - dijo cruzándose de brazos - piensa lo que quieras.
-¿pensar? ¿Él? Jajaja qué buena broma - dijo sarcásticamente Radithz entrando a la habitación donde Bardock y Goku se encontraban.
-¿tú? - preguntó incrédulo Goku al ver al saiyajin de cabello largo.
-pues claro que soy yo, ¿acaso eres tan estúpido como para olvidarte de mi? - preguntó con tono burlesco.
-Radithz, es mejor que no lo provoques - advirtió Bardock mirando seriamente a si hijo mayor.
-¿tengo algo en la cara? ¿O que? - preguntó Radithz ignorando a su padre.
-¿quién eres? - preguntó sin poder reconocerlo.
-¡¿qué dijiste insolente?! - preguntó alzando su puño para golpear en la cara al pelipalmera pero sorprendiendolo, este lo detuvo con un solo dedo.
-tranquilízate Radithz - pidió el príncipe sujetándolo del brazo, saliendo detrás de él ,sorprendiendose el también al ver la fuerza del hermano del de cabellera larga.
-¿quien eres? - preguntó sin poderlo creer, ¿desde cuando su hermano lo había podido superar? En las pocas veces que había venido de visita fácilmente había podido con él, ¿que había cambiado?.
-mi nombre es Son Goku, ¿quien eres tú? - repitió la pregunta con semblante serio, ¿por qué todos tenían que atacarlo? Justo cuando no tenía ganas de nada... - ¿y por qué siento que ya te había visto antes?
-quizás yo no me llevé bien con mi hermano pero al menos nunca me a desconocido - murmuró risueño Tarble.
-¿que dijiste niño? - preguntó ofendido Radithz.
-¿y él quien es? - preguntó Goku, el inmenso parecido que tenía el peliflama con Vegeta solo se lo recordaba más.
-más respeto, que él es el príncipe Tarble - gruñó Radithz.
-¿es hermano de Vegeta? - preguntó Goku - ¿enserió?
-Kaka... Goku - se corrigió Bardock - el príncipe Tarble también es hijo del rey Vegeta - dijo frunciendo el ceño con solo mencionarlo al igual que el peliflama al escuchar que nombraron a su padre - y ese que estuvo a punto de golpearte es Radithz, tu hermano.
-¿mi hermano? ¡Entonces eres al que mate! - dijo de pronto recordando donde lo había visto.
-¡¿que tu que?! - preguntaron los tres a la vez.
-bueno, también me ayudo Picoro - respondió rascándose la nuca.
-Radithz, el no es Kakarotto - aclaró de pronto Bardock al ver que su hijo mayor tenía un tic en el ojo.
-¡¿entonces quien es este sujeto?! - preguntó sintiendose ofendido.
-cómo explicarlo... Goku es Kakarotto pero de otra dimensión.
-¿y esperas que crea eso? - preguntó sarcásticamente el mayor.
-cree lo que quieras, solo te advierto que no tiene una fuerza común, si no me crees pregúntale al estúpido de Kakarotto - respondió Bardock dando media vuelta para salir del lugar esperando que hubiera alguna misión disponible para él, lo último que quería ese día era encontrarse con el estúpido rey.
-ni siquiera preguntó el por qué regresé - murmuró para si el mayor frunciendo el ceño.
Los tres quedaron en un incómodo silencio hasta que Radithz decidió comenzar a interrogar al que supuestamente no era su hermano.
-¿y cómo dices que te llamas? - preguntó con desconfianza.
-Goku... - respondió con el ceño fruncido. - y Kakarotto
-explícate - exigió confundido.
-soy un saiyajin criado en la Tierra, cuando era pequeño me mandaron a ese planeta para destruirlo pero me golpeé la cabeza y perdí la memoria soy de otra línea del tiempo distinta. - se explicó lo mejor que pudo sin dejar de ver fijamente al sujeto que hace años murió junto con él.
-¿y cómo rayos llegaste aqui?
-Goten y Trunks tienen que ver en todo esto.
-¿y quienes son ellos? - preguntó el príncipe Tarble con curiosidad.
-uno es mi hijo y el otro es el hijo de... También es mío - dijo de pronto, no quería recordar a Vegeta en esos momentos, aunque era difícil con Tarble ahí presente - y son demasiado fuertes, así que no te conviene secuestrarlos a ellos también - le advirtió.
-¿y yo para que quiero secuestrar a unos mocosos? - preguntó Radithz molesto.
-yo no más decía - contestó encogiéndose de hombros.
-Radithz, vamos a esperar a mi hermano - pidió Tarble sujetándose de su brazo.
-él no está, se fue con "él" - respondió casi en un gruñido.
-ya sabemos, Tarble lo va a esperar - contestó extrañado al ver el cambio de actitud en su "hermano"
-que bien, me largo de aquí - dijo caminando hasta la puerta
-parece que a alguien no le dieron amor anoche - se burló Radithz.
-no, claro que no, solo el rey me confundió y me beso - respondió sarcásticamente y se salió.
-¿que el Rey hizo que? - preguntó atónito Radithz.
-¿lo b... Beso? - preguntó Tarble volteando a ver al mayor.
-se me olvidó mi ropa - dijo el pelipalmera regresando, tomo su gi naranja y volvió a salir.
***
-Quedémonos otro rato - murmuró Kakarotto en el oído del peliflama, bajando su mano cuando exterminaron a todos los habitantes del planeta.
-Tarble está devuelta - contestó Vegeta imitando al pelipalmera.
-¿el enano? - preguntó indiferente.
-enano o no sigue siendo tu príncipe, más respecto insecto - le contestó despectivamente Vegeta.
-para mí, mi único príncipe eres tú - dijo Kakarotto sonriendo al ver el sonrojo que aparecía en las mejillas del príncipe, que aún con su ceño fruncido, trataba de ignorar.
-imbécil, mueve tu trasero y camina - le ordenó con aire mandon, comenzando a caminar.
-después de usted, su majestad - respondió caminando detrás de él sólo para ver su trasero.
Ambos caminaron de regreso a las naves, por entre los múltiples cuerpos, sin importarles si pisaban a alguien o no, dejando el lugar deshabitado y en perfecto estado, listo para vender a algún comprador galáctico.
Se subieron a sus naves y ingresaron las coordenadas del planeta Vegita, las encendieron y las naves se elevaron, salieron de la órbita del planeta y salieron disparados.
-Vegeta, tienes un hijo - murmuró Kakarotto sabiendo que estaba tentando a su suerte.
-y tu dos - le contestó en un gruñido fingiendo molestia.
-esos bastardos no son míos - contestó frunciendo el ceño. - ni los conozco ni me interesaría conocerlos.
-lo mismo digo Kakarotto - le respondío Vegeta seriamente.
-pero, ¿no te gustaría tener un hijo tuyo y mío? - preguntó Kakarotto con voz juguetona.
-no y deja de decir estupideces, que críos a mi no me interesan - respondió frunciendo el ceño molesto - ni engendararlos ni parirlos.
-yo solo decía - contestó Kakarotto sonriendo, eso lo verían después.
El resto del trayecto fue silencioso, pero entre más se acercaban al planeta, el ceño del pelipalmera se iba frunciendo cada vez más al recordar con quien no quería encontrarse en él planeta.
Por la ventana, ambos iban viendo las construcciones del planeta hasta que se acercaron a la zona de despeje del planeta, donde un par de saiyajines ya los estaban esperando.
-las desgracias nunca vienen solas - bufó al ver al de cabellera larga cruzado de brazos aún lado del peliflama menor.
-¿que hace el inútil de Radithz con Tarble? - preguntó Vegeta con el ceño fruncido.
-vaya, ahora si que reconocíste a mi hermano - le reclamó el pelipalmera.
-ya cállate ¿quieres?
-hmp...
Las naves aterrizaron y la compuerta de ambas se abrieron dejando una nube de polvo cubriéndolas mientras ambos salían.
-Kakarotto... - Saludo Radithz comprobando con sus propios ojos que Kakarotto no era el otro.
-Radithz - murmuró Kakarotto viendo con desdén a su hermano.
- ¡Vegeta! - exclamó Tarble más emocionado que todos allí, haciendo uso de todo su control para no lanzarse a los brazos de su hermano mayor.
-controlate - le ordenó firmemente el peliflama mayor y Tarble sólo bajo la cabeza desilusionado.
-está bien, yo solo quería verte antes de irme.
-Kakarotto, yo que tu no me acercaba al Rey - advirtió Radithz molesto, el trato que Tarble estaba recibiendo no le agradaba.
-para eso está papá, el es el encargado de atender los asuntos del rey - respondió sin entender la advertencia.
-yo no más advierto...
-Tarble, sígueme - ordenó Vegeta comenzando a caminar, poco le importaba lo que Kakarotto y Radithz tuvieran pendiente por hablar.
-¿no iras con "él"? ¿Verdad? - preguntó el pelipalmera con voz sombría.
-tal vez, si me lo encuentro es posible que me quede con el... ¡Vamos Tarble! - respondió sin siquiera voltearlo a ver mientras con una mano le indicaba al príncipe menor que lo siguiera.
-Radithz, enseguida regreso - murmuró con voz decaída.
-ese maldito - gruñó el pelipalmera apretando los puños.
-habló enserió idiota, cuídate del rey - repitió Radithz ignorando la maldición del pelipalmera.
-el rey me tiene sin cuidado, de quien tengo que estar al pendiente es del otro. No dejaré que me quiten lo que es mio.
Radithz solo arqueo una ceja sin entender, ¿y ahora quien había molestado al prepotente y estúpido de su hermano?