El sonido del agua cesó y el cancel corredizo de la dueña se escuchó deslizar.
La puerta del baño se abrió y Trunks salió, entrando directamente a su habitación para dormir, mañana pasaría todo el día con Goten, festejando el cumpleaños número diecisiete del menor.
O esa era la idea, pues lo primero que vio sentado al borde de su cama fue a su adorado pelinegro.
- ¿Goten? ¿No se supone que deberías estar en tu casa? - preguntó él pelilila confundido sin notar nada extraño en el pelinegro.
- T-Trunks t-tengo demasiado calor - balbuceó Goten con los ojos entrecerrados y el rostro completamente sonrojado - me siento caliente.
El menor se levantó de la cama y comenzó a desvestirse mientras caminaba hasta el pelilila, dejando en el suelo tanto su playera blanca como un short color negro.
- ya se que te pongo caliente Goten - dijo con una sonrisa el pelilila al escuchar eso del pelinegro, pero al ver que el la expresión de Goten seguía igual, su ceño se frunció - ¿estas bien? - preguntó viendo como el otro seguía caminando hasta él, dando paso atrás, ingresando nuevamente al baño de su habitación.
- siento que me quemo - murmuró el menor ingresando tras el pelilila al baño - te necesito.
- ¿veniste volando desde las montañas así? - preguntó Trunks comenzando a preocuparse cuando sintió la mano del pelinegro rozas su abdomen, Goten no mentía, aquel contacto le había quemando la piel - ¿estas enfermo? Tienes temperatura...
- te necesito - repitió colocando ambas manos en los hombros del mayor - p-por favor T-Trunks.
- necesito bajarte esa fiebre primero - respondió el pelilila contrayendo el rostro al sentir como las manos del pelinegro se aferraban a el, sintiendo su piel arder.
Como pudo, abrió la llave fría de la regadera y se deshizo del agarre del pelinegro, dejándolo empapar por el agua fría, esperando que así la temperatura del menor disminuyera.
- Demonios Goten - maldijo el pelilila al ver como el agua fría se evaporaba al hacer contacto con el cuerpo de Goten, viendo como el vapor comenzaba inundar el cuarto de baño - deja me visto, iré a decirle a mamá que estas aquí, quizás ella sepa que hacer.
- n-no te vayas Trunks - murmuró Goten tomándolo de la mano, jaladolo hacia él - te necesito...
- pero Goten - dijo indeciso, mientras las gotas de agua fría comenzaban a mojarlo nuevamente.
- por favor - dijo y de manera delicada pero firme paso una mano por la nuca del pelilila, atrayendolo hasta el lo suficiente como para poder besarlo, haciendo que él también estuviera bajo el agua.
Trunks no dudó en corresponderle, en cuanto sintió los labios del menor con los suyos poco le importó que el agua fría le enchinara la piel y que la piel caliente de Goten lo estuviera quemando.
- t-te ne...cesito a ti, T-Trunks - jadeó en medio del beso mientras sus manos se deslizaban por el borde de la toalla que aun mojada cubrirá la cintura de Trunks, destandola para dejarla caer en el suelo de la regadera.
-mng... Goten - murmuró Trunks recargando al menor contra la pared del baño, colando sus manos por el húmedo y pesado bóxer del pelinegro, apretujando su trasero.
- T-Trunks, p-por favor - jadeó casi al borde de la desesperación sintiendo como un dedo del pelilila entraba en el, moviéndose en forma circular - aahh... Q-quiero algo más grande.
- shhh - lo silencio el mayor acallandolo con un beso con un toque desesperado, introduciendo un segundo dedo, imitando unas tijeras.
El menor se estremecía gimiendo en la boca del contrario mientras sus caderas de movían solas buscando que los dedos de Trunks entraran más profundo en él. Al final sus bóxer se cayeron de tan pesados por culpa del agua, haciendole compañía a la toalla también empapada de Trunks.
- y-ya... Te q-quiero dentro - suplicó el menor mientras sus ojos se cristalizaban, soltando un quejido cuando los dedos de Trunks salieron de su interior.
- ¿que quieres Goten? - preguntó el pelilila mirándolo fijamente a los ojos viendo como el sonrojo de Goten era más que evidente, ya ni siquiera sentía la piel caliente del otro, su propia temperatura había igualado la de Goten.
- a-a ti.
Una sonrisa se dibujo en su rostro, olvidandose por completo la razón por la que ambos habían acabado en el baño y sin dificultad, tomo al pelinegro de la cintura, levantandolo para que de una estocada su miembro se adentrara en él.
- mng ah T-Trunks - jadeó cerrando con fuerza los ojos sintiendo como subía y bajaba, con cada movimiento lo sentía más adentro y sus gemidos no tardaron en escapar de sus labios - aahh T-Trunks m-mas...
El pelilila aceleró la velocidad de sus embestidas mientras que con un beso buscaba callar al menor, viendo como las lágrimas del pelinegro se mezclaban con el agua que aún caía. Su lengua recorría cada rincón de la boca de Goten, siendo recibido con gusto.
Las manos de Goten se aferraron al cuello de Trunks y comenzó a moverse por su propia cuenta, subiendo y bajando a la velocidad que el quería, sus piernas estaban enroscadas en la cadera del otro.
Con más fuerza, Trunks lo penetraba mientras sus dedos marcaban con fuerza la cintura del pelinegro, enrojecido la pálida piel del menor.
Los gemidos se escuchaba cada vez más fuertes en aquel espacio que parecían escaparse de la boca del contrario, siendo una dulce melodía para el mayor escuchar al que desde años atrás era su novio, un deleite para sus ojos ver todas esas expresiones en el rostro de Goten, aquellas que sólo mostraba cuando ambos estaban de ese modo juntos.
Y de las mismas que Goten se avergonzaba cuando se Trunks se las recordaba.
- T-Trunks... T-Trunks... T-Trunks... Ahhh... T-Trunks... Ahhh... - en medio del beso, el pelilila le mordió el labio al chico al sentir su pene aprisionado dentro del menor, siendo subsidiado cuando se corrió entre sus ambos.
- ¡joder! ¡Goten! - exclamó en un ronco gruñido cuando el mismo se vino dentro del pelinegro, hundiendo el rostro es su cuello, recargando aún más al menor contra la pared mientras ambos buscaban recuperar la respiración.
Una de las manos de Trunks buscaron la llave y cerró la regadera, y aún dentro de Goten, salió del baño, volviendo a reclamar sus labios.
Con cuidado lo recostó en la cama, saliendo por fin del menor, sin importarle mojar su propia cama, comenzando a marcar su cuello con chupetes y moretones, quitando con su lengua el exceso de agua que conservaba aún su piel, volviéndolo a mojar con las gotas que su propio cabello escurría hasta llegar a su ombligo.
Introdujo su lengua y comenzó a moverla en círculos sintiendo como Goten se movía bajo suyo suplicando por más, casi gritando su nombre en medio de gemidos desesperados.
Las manos del pelinegro se enredaron en el cabello del pelilila al sentirlo sobre su miembro, sintiendo un viento frío antes de que la húmeda y caliente boca de Trunks lo comenzará a devorar por completo, chupando y subcionado su pene antes de introducirlo por completo en su boca.
Un dedo de Trunks busco la entrada del menor sin dejar de lado la felacion que estaba haciendo, entrando y saliendo a la par que su boca, sintiendo como resbalaba por el semen que aún estaba dentro del pelinegro, hasta que tocó un pequeño bulto que hizo que Goten arqueara la espalda y sus manos se aferraran a las sábanas de la cama.
- ¡T-Trunks! - exclamó tirando de los cabellos y retorciéndose bajo el mayor, y sin poderse contener, se corrió por completo en su boca.
Trunks quitó su rostro de ahí mientras con su lengua limpiaba la comisura de sus labios, saco su dedo y subió hasta el rostro del pelinegro, besandolo mientras compartía su esencia, acomodándose entre las piernas del menor para entrar ahora con su palpitante y duro miembro.
Por la ventana abierta, la luna llena fue el único testigo de ese encuentro, donde ambos híbridos se comportaban de la manera que ella exigía, sus instintos obedecían a ella sin que ellos fueran conscientes de eso...
***
- ¡Vegeta! ¡Déjame entrar! - pedía el pelipalmera tocando la puerta de la habitación del peliflama, desesperado por ver a mayor.
- ¡¡N-No!! ¡¡Lárgate de aquí!! - se escuchó que Vegeta le contestó - ¡¡¡largo!!!
El pelipalmera colocó dos dedos en su frente buscando el ki del peliflama para poder teletransportarse al interior de la habitación de Vegeta pero a pesar de saber que el otro se encontraba tras la puerta ocultando su presencia como casa mes, no perdió la esperanza de que aunque sea por un momento, pudiera sentirlo.
- ¡¡¡ábreme Vegeta!!! - grito Goku golpeando con fuerza la puerta aun sabiendo que ni siquiera podría romperla, por alguna razón Bulma había reforzado absolutamente todo lo que equipaba la habitación de Vegeta, desde la puerta hasta el suelo, los mueros e inclusive el techo.
- ¡¡N-NO!! - Vegeta gruñó con la voz entre contrata.
¿Cuantas veces tendría que pasar por eso? ¿Cuantas lunas llenas tendrían que pasar para que el pelipalmera entendiera que no debía aparecerse por la Corporación Capsula?
Adentro, Vegeta se encontraba sobre su cama mientras era embestido por su propia cola, ahogando sus gemidos mordiendo su labio hasta hacerlo sangrar, concentrado en no elevar su ki.
Si lo hacía, aunque sea un poco, era seguro que Goku entrará con ayuda de la teletransportacion.
- m-maldicion - gruñó al correrse por tercera vez.
Su orgullo estaba lastimado por tener que recurrir a su cola, pero era eso o las concecuencias que a futuro le podría traer estar con Goku en una noche de luna llena.
Ya había aguantado eso por casi siete años, podría aguantar un poco más hasta que se decidiera a deshacerse de la luna o en su defecto de su propia cola y de Goku.
Lástima que lo segundo no lo podía hacer, no cuando el pelipalmera parecía tan encariñado con su cola.
********
La mañana siguiente, Goten se levantó de la cama viendo al pelilila dormir a su lado completamente desnudo.
Su rostro se tiñó de rojo mientras una sonrisa juguetona aparecía en su rostro y se rascaba la mejilla, aunque no recordaba cómo había llegado hasta ahí, podía adivinar que había estado haciendo con el pelilila la noche anterior.
Camino hasta el armario de Trunks y saco un bóxer y un cambio de ropa, viendo como la suya había acabado en el suelo. ¿Donde estaban sus bóxer? Se preguntó mientras fruncia el ceño al no ver su prenda por ninguna parte.
- ¿eh? - preguntó cuando se puso los bóxer, al no poder subirlos hasta arriba.
Miró hacia atrás, exactamente a su trasero y se dio cuenta de que algo se movía de un lado a otro.
Exactamente una cola.
- ¡Trunks! - gritó asustado, mirando como esa cola se movía sin que el se lo pidiera - ¡¡despierta Trunks!!
- ¿que quieres Goten? - masculló el pelilila tapándose el rostro con la sabana de la cama.
- ¡¡Trunks!! - volvió a gritar lanzando unos jeans a la cama, dándole en la cara al dueño de estos.
- ¿que quieres Goten? - repitió Trunks aún somnoliento mientras se sentaba en la cama, viendo con indignación al menor por despertarlo con ese escándalo.
- ¡¡mírala Trunks!! - exclamó el pelinegro agachadose para mostrarle su trasero al mayor.
- ¿tu trasero? - preguntó el pelilila sonriéndo de lado - ese ya lo conozco Goten.
- ¡¡¡Tengo cola!!! - gritó molesto y sonrojado por el comentario del mayor, señalando su nueva extremidad peluda.
Los ojos de Trunks de apartaron del trasero de Goten para poder ver a que se refería.
- ¿t-tienes cola? - preguntó boquiabierto y confundido mientras el menor se enderezaba para ver al mayor - ¿p-por que?
- ¡¡y yo que voy a saber!!
- Goten... ¿Yo no tengo cola, verdad?
Perfecto, sip, el mejor cumpleaños que Goten pudo haber tenido.
Cinco años después.
- ¿estan listos? - preguntó el pelilila mientras ajustaba la muñequera de su mano, ¿cuanto tiempo había pasado desde la última vez que la habían utilizado? Casi 12 años. - Goten, por favor, cierra los ojos - pidió viendo al pelinegro fijamente.
- ¿crees que estén molestos por que no hemos ido en tantos años? - preguntó el pelinegro tomándolo de la mano.
- lo más probable - respondió Trunks sonriendo preocupado - ¿quieres ir o no?
- ¡si quiero ir! - exclamó casi emberrinchado - ¡quiero que la conozcan!
- bien - respondió Trunks mirando con una sonrisa a un par de ojos azules idénticos a los suyos - cierra los ojos mi amor - pidió y antes de que alguna secretaria viniera para atiborrarlo de trabajo, desaparecieron de su oficina.
****
El castillo lucia igual como lo recordaban... Como les hubiera gustado presentarse de nuevo ante sus abuelos con sus armaduras saiyajin, lastima que esta dejó de quedarles a lo catorce y quince años respectivamente.
Caminaron tomados de la mano siendo observados por los lacayos y por los guerreros, que, al reconocerlos, hicieron una inclinación para mostrarles sus respetos.
- cuando éramos niños no hacían eso - murmuró Goten curioso mientras seguía caminando, buscando el salón donde seguramente se encontraría el rey de Vegita.
- es que seguramente ahora si me reconocen como su príncipe - respondió Trunks giñandole un ojos y una risilla burlesca se escucho - oye, ¿de que te ríes?
- seguramente se ríe de ti - respondió Goten mientras reía, haciendo eco con la risa de la pequeña.
No tardaron mucho en encontrar el salón donde sus abuelos se encontraban, pero a diferencia de como los imaginaron, sentados en un trono, estos se encontraban mirando hacia el exterior a través de una ventana.
- te dije que regresarían - se escuchó que murmuró la voz de Bardock y una sonrisa se dibujo en el rostro de Goten.
- ¿abuelo? - preguntó el pelilila y enseguida ambos saiyajin voltearon para ver a sus descendientes, aunque los años habían pasado, era como si los hubieran visto el día anterior, seguían iguales a como los recordaban.
- tardaron demasiado - masculló Bardock viéndolos con una sonrisa torcida.
- tus premoniciones nunca se equivocan - dijo el rey - estabas seguro de que volverían y lo hicieron.
- es que hemos estado ocupados - se disculpó Trunks colocando su mano detrás de su cabeza, un gesto que de ke pegó de Goten.
- crecieron... Y mucho - dijo Bardock viendo que delante suyo ya no había dos niños curiosos, si no dos jóvenes que parecían vivir felices, no le sorprendía, el estaba seguro de que su futuro sería perfecto.
- ¡¡abuelo!! - exclamó Goten y sin pensar en que ya no era un niño, se lanzó a abrazar al mayor, aparentandolo con fuerza.
- solo Trunks creció - se corrigió el pelipalmera fingiendo exasperación.
Los ojos de Trunks mostraban alegría al ver al menor tan feliz, hasta que sintió como su playera era jalada por una pequeña mano.
- papá... - lo llamó la pequeña con ojos curiosos, como si estuviera esperando a que la presentarán.
- ven - dijo el pelilila extendiendo sus brazos para cargarla - el es tu abuelo el rey Vegeta.
- ¿y esa quien es? - preguntó el peliflama frunciendo el ceño mientras.
- mi hija - contestó Goten separándose de su abuelo - tiene cuatros.
- ¿Gojin? - preguntó el pelipalmera viendo a la niña - ¡ja! No me sorprende - agregó el soltando u carcajada.
- ¿como sabes su nombre? - preguntó el pelilila incrédulo. - bueno, no importa.
El pelipalmera sonrío cruzándose de brazos, a pesar de que su última premonición había sido hace años la recordaba muy bien, ese rostro juguetón de mirada azul y un cabello peinado en dos coletas negras y lilas le había sido imposible de olvidar.
- queríamos que nuestra hija tuviera un nombre que no se saliera de la tradición - comentó Trunks bajando a la niña - el "Go" es por Goten, Gohan y Goku... el nombre terrícola del papá de Goten.
- y "Jin" por saiyajin - terminó de decir Goten - nadie nos dijo que podíamos tener hijos.
- nos dimos cuenta de que Goten estaba embarazado cuando le salió una cola - Trunks se encogió de hombros.
- pero se supone que tu padre debía saberlo - Bardock frunció el ceño, claramente recordaba haberle mencionado a Vegeta - ¿y donde se supone que esta tu cola? - preguntó al no ver la extremidad característica de un saiyajin.
- mi padre se la arranco a Goten - respondió el pelilila viendo como Goten gruñía mientras fruncia el ceño, sobandose con una mano donde se suponía que estaba su cola - y después se arrancó la suya, además de la del papá de Goten.
- nunca había visto a mi papá molesto - dijo Goten sintiendo como si aún le doliera el haber perdido la cola que solo tuvo por unas cuantas horas - duró un mes sin hablarle al señor Vegeta, creo que quería mucho a su cola.
- además de que mi papá destruyó la luna, alegando de que ya somos suficientes saiyajines - terminó de explicar Trunks suspirando - aunque solo son ellos y nosotros.
- ¿y el otro muchacho? - preguntó Bardock mirando a Goten.
- Gohan vive con su esposa y con su hija, Pan, es mayor que Gojin, ella tiene cuatro años y Pan ocho - comentó Goten mientras contaba con sus dedos.
- papá ¿puedo abrazarlo? - preguntó la pequeña señalando al rey mientras observaba con sus enormes ojos azules al pelilila.
- no creo que le guste la idea - observó Trunks viendo a la niña.
La pequeña niña de cabellos oscuros/lilas frunció el ceño molesta, liberándose de los brazos de su padre para bajarse al suelo.
Y tal y como alguna vez lo había hecho Goten, se lanzó directamente a los brazos del rey, aferrándose a él sin importarle sus quejas, hundiendo su rostro en el pecho del mayor esperando a que esté dejará de gruñir.
- ¿y el cabellos de princesa? - preguntó Goten enternecido por la escena - hace poco me enteré de que el secuestro a mi hermano cuando era pequeño.
- hace tiempo que se fue, se regresó junto a Tarble a su planeta, creo que príncipe termina que le pidieran convertirse en rey - respondió Bardock torciendo los ojos.
- mi padre lo revivió - añadió Trunks cruzándose de brazos - él dijo que ya era hora que estuviera junto al enano.
- hace poco Tarble vino a la Tierra junto a Raditz y Gohan escondió a Pan... Pobre cabellos de princesa, dudo que le hayan quedado ganas de volver. - Goten negó con la cabeza tratando de no reír, cuando las puertas del salón se abrieron y un niño terriblemente parecido a Goten entró.
- abuelo - llamó al peliflama, mirando al peliflama con el ceño fruncido mientras veía a la niña en sus brazos - ¿quién es esa?
- ¿soy yo? - preguntó Goten ladeando el rostro curioso sin poder creer lo que veía.
- no seas tonto Goten, el es un niño - lo regaño Trunks.
- es Veku - respondió Bardock - a diferencia del padre de Trunks, el príncipe Vegeta aún conserva su cola Kakarotto casi se vuelve loco de la emoción cuando se enteró de que el príncipe estaba preñado...
- no puedo decir lo mismo de mi hijo - siguió el rey - aunque es idéntico al imbécil de Kakarotto tiene el carácter de Vegeta.
- me alegra saber que esos dos por lo menos tienen algo en que entretenerse - Goten soltó una risilla - técnicamente es nuestro hermano, Trunks.
- ¿quién es ella? - repitió el niño de unos nueve o diez años más o menos, y en ese momento los híbridos supieron a que referían los mayores con lo del carácter, su voz había sonado tan altanera que por momentos los asustó.
- ella es Gojin - respondió Bardock - supongo que es tu sobrina.
- no me interesa - respondió el niño dandose la media vuelta - mientras no ocupe el trono que algún día será mío me mantendré en mis asuntos.
- ese trono no será tuyo - respondió la niña de cabellos bicolor sacándole la lengua - ese trono será de mi papá Trunks y mi papá Goten.
- si, como no, yo soy el hijo del príncipe - masculló Veku cruzándose de brazos - es mi derecho sentarme ahí.
- y mi papá también es hijo del príncipe de los saiyajin - Gojin le saco el dedo de en medio mientras le sacaba la lengua.
- ¿donde están tus padres? - preguntó Bardock cambiando de tema al ver como Veku comenzaba a murmurar cosas por lo bajo.
- seguramente buscándome - contestó indiferente - les dije que me iría del planeta para vivir con los Vaillodolats... Supongo que se la creyeron.
Goten y Trunks se miraron fijamente atónitos, ya ni ellos se habían comportado así a pesar de todas las travesuras de las que fueron cómplices, ni siquiera Trunks, que era el más padecido a ese niño en cuestión de carácter.
- que bueno que nosotros no tenemos uno de esos en casa - murmuró Trunks mientras sonreía - creo que mi papá hizo lo correcto al deshacerse de su cola y de la luna... sería un dolor de cabeza tener a tres saiyajines juntos.
Si dos niños pudieron crear todo un nuevo universo alterno, ¿qué no podían hacer tres saiyajines juntos?
A pesar de todo, las cosas no salieron tan mal... O mejor dicho, se pudieron remediar, solo esperaban que esa paz y su futuro no se viera afectado por una nueva travesura de niños que interfirieran en el pasado, creando así, otro lugar para escapar.