Sebastian ese día estaba conduciendo el auto con una expresión tranquila en su cara y en el asiento del copiloto estaba camelia jugando con una muñeca y un soldadito de plomo, pasaron unos cinco minutos y ya habían llegado a su destino a pesar de que el viaje era de cinco horas por fin habían llegado a Guadalajara, camelia estaba cansada del viaje que sus piernas se agarrotaron que en un intento torpe de moverlas termino por darle un calambre que provoco una carcajada a sebastian.
—¡no te rías! —reprocho la menor haciendo un mohín cruzándose de brazos de forma infantil marcando sus hoyuelos.
—¡Ay mija, perdona es-es que…! —el tomo aire para soltarlo de una vez y volvió a mirar a camelia pero torció la boca para luego reír sucesivamente.
—¡basta! —ella golpeo su brazo enojada— ¡papa!~—lo llamo aunque este no hacia mucho caso—le voy a decir a papi —amenazo.
—bueno ya, ya —la calmo relajándose luego de un rato riéndose— mira que ya vamos a llegar y tus abuelos y tíos te quieren ver
—¿no que ya conocía a mis tíos? —dijo algo extrañada viendo como sebastian conducía nuevamente pasando por edificios donde se divisaban algunos estacionamientos, tiendas y arboles que brindaban sombra en aquel día caluroso.
—esos son los hermanos de tu papi —explico— yo también tengo hermanos y padres pero tu aun no los conoces —dijo nuevamente y con una sonrisa en sus labios exclamo— ¡mira ahí esta mi casa!
—¡en serio! ¡quiero ver! —dijo entusiasmada divisando una casa estilo europea, esta casa estaba pintada de un amarillo pastel y los marcos de la ventanas -que tenia barrotes- estaban pintadas de blanco, la puerta era de madera resistente con algunos detalles florales pintados, arriba camelia pudo ver un balcón pero este tenia algunas flores y plantas. Otro detalle del balcón era que tenia una mesa y dos sillas que según ella era para un té a la vista de la calle, ella no esperaba la hora para ver a sus abuelos— ¡quiero ver a la abuela! ¡quiero ver a la abuela! —exigió con una sonrisa en labios.
—espera y deja que saque unos regalos para ellos —sebastian como acostumbraba todos los años, iba una vez cada tres meses a su casa para ocuparse de su empresa que había montado junto a su hermano al igual que iba a visitar a sus padres, el estaciono el auto en la entrada y abrió la puerta cerrándola para después ir al maletero abriéndolo y sacando una caja, pero en el momento una voz se escucho desde la entrada y sabia quien era claramente.
—¡tío sebastian! —una niña negra con trenzas avanzo hacia el corriendo ella tenia una edad de siete años, sus ojos eran igual de acaramelados como los de sebastian, ella traía un vestido amarillo con detalles floreados al igual que una sandalia amarillas, el alfa dejo la caja en el suelo corriendo hacia ella cargándola y lanzándola en el aire para después atraparla y menearla.
—¡cariño cuanto te extrañe! —la niña reía abrazando a sebastian con cariño, camelia veía la escena en el asiento del copiloto y algo celosa bajo del auto corriendo hacia sebastian quien ya había dejado en el suelo a la niña negrita— ¡mira ella es tu prima! Camelia —presento a camelia quien traía una camisa blanca manga larga y una falda negra, en su cabello traía una diadema negra sin algún decorativo y por ultimo traía unas medias que llegaban a sus rodillas además que usaba unos zapatos de charol, si bien su imagen era elegante la de la otra niña era más alegre.
—¡tío nunca me dijiste que tenía una prima! —sebastian se rasco la cabeza apenado, la niña de las trenza esbozo una sonrisa— yo me llamo zaib —se presento y camelia un poco tímida empezó a hablar con ella.
—un gusto..pr-prima —camelia no había visto a sus primos ya que ellos vivían muy lejos o se la pasaban viajando con sus madres por lo cual le resultaba extraño tener contacto con algún familiar que no conociera— esta bonito tu vestido —alago.
—si me lo compro mi mami en uno de sus viajes a los pueblos de Jalisco —ella presumió orgullosa su vestido— tu diadema es bonita ¿me la puedo poner?
—bueno —ella se quito la diadema dándosela y zaib al tenerla en manos se la puso sonriendo -aunque le faltaba algunos dientes al lado de los delanteros- camelia se rio al ver sus dientes pero no iba a decir nada, no era grosera.
—¿Cómo me veo? —pregunto.
—bonita —dijo ella.
—quiero que mi abuela me vea —ella corrió adentro pero minutos después regreso— ¿no vienes? —volvió a preguntar pero con una expresión triste.
—ella te alcanza zaib deja que me ayude con unas cosas ¿va? — dijo sebastian volviendo a buscar la caja y camelia fue hacia el, zaib sin decir mas se fue adentro, sebastian al tener la caja en el suelo cerro el maletín y le puso seguro al auto guardando sus lleves en el bolsillo, camelia tenia una canasta con unas conservas y semillas además de unos chocolates que no se derritieron con el calor, sebastian cargo la caja y se dirigió hacia la entrada— ¿Qué te parece tu prima?
—ella es muy linda —comento— tu casa es bonita papa
—y eso que no has visto el patio y el balcón —los ojos de camelia brillaron con la mención de estos, la casa de sus abuelos eran muy bonita y hogareña según camelia, ella se sentía que realmente era acogida en un lugar desconocido que le brindaba una paz y cariño inigualable.
— mira quien tenemos aquí —un hombre negro de ojos castaños se acerco a sebastian, el tenia una camisa negra que apretaba su cuerpo el cual era muy grande y musculoso, traía un pantalón de mezclilla con unos converse negros, sebastian al verlo estaba riendo y dejo a camelia atrás para recibir el abrazo de su hermano— no has cambiado desde que te vi la ultima vez
—ni tu tampoco aunque se me hace que te pondrás viejo si no te veo por un tiempo José—bromeo ganándose un golpe del negro.
—j a ja ja —rio sarcástico José— zaib me dijo que traías algo ¿Qué es lo que tienes en la caja? —señalo.
—esto es un regalo para todos ustedes pero eso no es lo que realmente importa —dijo un sonriente sebastian.
—¿ah no?, entonces dime que es porque quiero verlo de un—camelia quien se había abstenido a la charla vio en los pasillos algunas fotos donde aparecía sebastian y otras personas que no conocía, sin ella darse cuenta José miraba a la pequeña que sostenía la canasta de forma tierna— ¿ella es tu…?
—eso es una larga historia, luego te la cuento —rio— acércate y salúdala mientras voy a ver a mama
—si…—José se quedo embobado viendo a camelia pero luego antes de que se fuera le grito a sebastian que estaba a una distancia prudente— ¡ella esta en la cocina con papa!
—¡gracias! —grito desde el otro lado.
—…—camelia dirigió su mirada hacia José quien la saludo sonriente, camelia sin ser tímida se acerco hacia el negro con un semblante alegre— ¡buenos tardes tío…! —ella alargo un poco en un intento que le digiera su nombre.
—José pero tu puedes llamarme tito —dijo el mayor acariciando su cabello revolviéndolo un poco— ¿ya vistes a tu prima?
—si —respondió ella— ¿Dónde esta papa? —pregunto observando por ambos lados.
—en la cocina con tus abuelo pero a ellos los veras luego ,quiero que veas a tu tía —dijo el mayor con ternura tendiéndole la mano— ¿quieres ir? Ella esta en el patio
—si quiero ir —ella tomo su mano pasando por los pasillos hasta que donde estaba la sala daba la entrada hacia el patio, que al entrar el patio era grande y tenía un árbol de chirimoya y un nopal en la esquina con una mesa grande de madera que según camelia era para un cena familiar o para días festivos, el césped era verde y brillante donde rebosaban algunas plantas pequeñas o florecillas a los alrededores pero en cambio donde estaba situado la mesa el piso tenia azulejos que daban un pequeño camino hacia la sala, también había un fuente donde reposaban algunas palomas o aves y en otra esquina había un columpio donde ahí estaban sentadas zaib y una mujer morena que estaba embarazada, zaib al ver a camelia salió corriendo— zaib…—murmuro.
—¡mira mami, mira! ¡ella es de quien te hablaba! —José rio por la acción infantil de zaib y soltó a camelia de la mano para ir con su esposa quien no podía pararse del columpio, luego de que zaib parloteara sin cesar con camelia la mujer ya estaba frente a camelia, ella estaba mirándola enternecida que eso puso a la menor nerviosa, la mujer de José vestía un vestido blanco que dejaba ver su gran busto y vientre inflamado, ella tenía unos rizos negros y lo peculiar en su rostro eran sus ojos verdes casi como unas esmeraldas que sin duda daba una imagen cariñosa y dulce.
—un gusto camelia soy tu tía maría —ella intento abrazarla pero en el intento camelia termino chocando con su vientre y ella reía por tal acción— perdona cariño pero el está muy grande que no puedo cargarte o abrazarte —se disculpo haciendo referencia al bebe que tenia en el vientre.
—no, está bien tía maría —dijo abrazándola y ella con cariño acaricio su cabello lacio y precioso -según maría- ella miraba con detalle su cara que se le hacía muy bonita aunque claro también quería a zaib— ¿tía maría, donde están mis abuelos? —pregunto.
—ellos están en la cocina —respondió separándola un poco— pero ahorita no los veras primero tienes que ver a tu tío Carlos
—¡¿tengo mas tíos?! —exclamo agobiada de solo pensar que no podría aprenderse todos los nombres de la familia de su papa.
—no solo tienes dos, yo y el tío Carlos —dijo José quien tenía cargada a zaib— vamos a la sala quien sabe si habrá bajado con tu nuevo primito
—¿Cuántos hijos tiene el tío carlos? —pregunto camelia ya estando en la sala donde maría la dejo sentarse al lado suyo.
—el tío carlos tiene cinco hijos —camelia desencajo la boca, era verdad que había visto animalitos teniendo una camada de cachorros pero un humano que tuviera cinco hijos no se lo creía -o mas bien nunca había experimentado algo así-, José se rio y dejo a zaib en el suelo, maría decidió hablarle un poco sobre sus primos para calmarla— ellos son tres varones y dos hembras, las dos hembras tienen diecisiete y nueve años mientras los varones tienen entre trece y once además uno de ellos que es el más reciente tiene cuatro meses
—¿y donde están ellos? —pregunto camelia.
—deben estar arriba en el balcón pero tranquila ellos bajaran —calmo maría a camelia quien ansiaba ver a sus otros primos— zaib —llamo a su pequeña quien se acerco— ve a traer a tus primos, ¡ándele! —apresuro maría con una sonrisa en sus labios.
—si mami —zaib corrió por los pasillos para después perderse de la vista de camelia, José quien estaba ahí decidió traer algo de beber.
—¿quieres algo de tomar? —pregunto— tenemos limonada y jugo de tomate
—nunca eh tomado jugo de tomate —dijo ella.
—bueno será una nueva experiencia —respondió José dirigiéndose a la cocina en busca de jugo de tomate para su sobrina.
—ellos ya bajaran —murmuro la morena abrazando con ternura a camelia quien aceptaba gustosa de sus mimos— escucha…ahí vienen —camelia agudizo el oído, parecía que venía una estampida bajando de las escalera -que estaban en el pasillo- y el primero en llegar a la sala fue un hombre grande que sobrepasaba a su tío José y a su papa sebastian, el era un alfa con una barba prominente azabache aunque algo canoso al igual que su cabello, sus ojos eran castaños y su piel era algo morena, el alfa vestía una sudadera gris y unos pantalones vaqueros con unos zapatos deportivos blancos, el usaba lentes y sus manos eran grandes y venudas. Camelia se quedo impresionada con el gigante que tenia frente suyo— el es tu tío carlos ve y salúdalo —maría empujo a camelia despacio para no asustarla, ella se bajo del sofá caminando a pasos cortos hacia el azabache quien miraba a camelia con una cara seria, ella trago engrueso y con la manita estirada decidió presentarse.
—so-soy camelia —ella estaba cabizbaja esperando que no pasara algo como que su tío le aplastara de lo grande que llegaba a ser.
—un gusto nena —la voz del hombre era grave que llego a darle un descarga eléctrica en la espalda a camelia, carlos acepto su mano aunque al tomarla camelia observo que su mano se encontraba dentro de la manota grande de su tío y este se rio aunque su risa parecía un estruendo.
—¿de qué te ríes amor…? ¡válgame dios! —detrás suyo se encontraba un omega de cabello corto y rubio, sus ojos eran castaños y su piel era tostada, un detalle que le hacía atractivo era el lunar que se ubicaba encima del labio, la voz del omega era sensual y algo grave que camelia se decía que era un chico pero para su sorpresa era una mujer aunque tuviera poco busto, su apariencia llegaba a ser algo masculina pero sin duda era una mujer sensual sea un hombre o una mujer ella atraía mucho la atención de camelia— ¡que linda es! Aunque no tanto como yo ¿verdad Ronald?—dijo ella bromeando, en sus brazos ella cargaba a un bebe de piel morena y cabello castaño, su nombre era Ronald y en su boca cargaba un chupete, la mujer se acerco a camelia empujando en el acto a su esposo y ella empezó a apretar sus cachetes— ¡ay que bella eres! ¿Cómo te llamas corazón?
—me llamo camelia —dijo sonrojada por el tacto que recibía de aquella mujer que consideraba atractiva— ¿co-como se llama usted?
—yo me llamo margarita y este pequeño de aquí..bueno ya abras escuchado su nombre, el es tu primo —margarita se había enterado por zaib que tenía un sobrina proveniente por sebastian que para sorpresa de ella nunca pensó que sebastian tuviera hijos hasta el día de hoy que bajo como una leona codeándose de su marido para verla -aunque en el camino cuesta abajo fue retenida por sus hijos dándole ventaja a carlos- ella observaba embelesada a camelia que era una niña preciosa— eres muy linda que mal que no eres mi hija porque me salieron unos niños feos por culpa de tu tío —recrimino margarita avergonzando a carlos.
—¿¡pensé que era verdad cuando me decías que yo era hermosa, mama!? —una alfa entro a la sala, tenía un cabello largo y negro hasta la cintura, un cuerpo bien desarrollado y moreno, sus ojos eran castaños oscuro, ella se llamaba Joanna de diecisiete años— tu lo que decías era puro cuento
— ¡¿era todo mentira?! —un niño de trece años llego a la sala, tenía el cabello rubio y su piel era blanca y sus ojos eran como los de sus padres, el se llamaba pancho aunque de cariño le decían panchito— y yo que pensaba que era más hermoso que teresa
—tu no nos quieres —una niña de nueve años llego al lado de su hermano pancho, ella era teresa, ella era igual al prototipo físico de su padre solo que tenia pecas en los hombros y mejillas, ella haciendo un mohín reprocho enojada— ya no te hare tus regalos del día de la madre
—¿de que me perdí? —el último de los hermanos se llamaba Gerardo, el se parecía más a su madre pero el color de sus ojos era de un miel acaramelado que sin duda a la vista era más hermoso que sus otros hermanos, el había llegado junto a zaib.
—¡bueno ya ,ya! Todos son hermosos narcisistas del diablo —ella se levanto con el bebe en mano y mirando a todos su hijos empezó a hablar— niños ella es su prima camelia ,saluden que no muerde
Los pequeños se acercaron a ella presentándose y hablando con camelia sobre algunas cosas en la sala, carlos quien no tuvo tiempo de ver a su hermano se dirigió a la cocina donde encontró a sebastian tomando café con su padre y su madre al igual que un distraído José que tenia un jugo de tomate en la mano.
—con que aquí estabas —sebastian se levanto de la mesa abrazando a su hermano dándole unas palmadas en su espalda— ¿Cómo haz estado hermanito?
—bastante bien viejo —el mas grande golpeo el hombro del menor.
—¡oye ten cuidado! —exclamo sobándose el hombro— un día de estos me dislocas el hueso el santos —bromeo ganándose la risa de los presentes en la cocina.
—¿por cierto porque tienes ese jugo? —pregunto carlos a José quien vio el jugo y puso una expresión alterada.
—¡esto era para la niña! —el salió disparado de la cocina a la sala.
—por cierto sebastian…—llamo la atención su madre— ¿Cuándo veremos al retoño del que tanto hablas? Sabes que nunca pudiste casarte con valery pero me alegra de que estés con un muchacho mas decente y que te quiera…¿y cuando la vemos? —pregunto en un tono exasperante.
—ya la veras pronto mama deja que ellos la vean primero —dijo sebastian tranquilizando a su madre.
—sebastian tu sabes bien que a tu mama no le gusta esperar —hablo su padre, el físico de el alguna vez fue atlético pero ahora era un hombre fofo y regordete o mas bien afable para decirlo de forma cariñosa, el era un alfa moreno de cabello azabache.
—ay ya quiero verla Gustavo —la mujer de Gustavo era una alfa también esto se explicaría el porque tuvieron tres hijos alfas, ella era algo morena pero su cabello que anteriormente era negro ahora se lo tiño de un rubio cenizo sus ojos eran acaramelados como los de sebastian, ella se llamaba Eleonora.
—hijo dime una cosa…—su padre se enderezo un poco en la mesa donde tomaba café con los demás.
—¿si papa? —sebastian capto toda la atención en su padre.
—¿Por qué no trajiste a tu novio? —pregunto— digo esto porque solo nos trajiste a la niña
—ya te dije que esta preparando su tesis para graduarse —explico fastidiado sebastian— además que ya te dije como cinco veces que están invitados el día que se le entrega el diploma
—cariño ya empiezas a olvidar todo —bromeo la mujer ganándose un gruñido del esposo— no me gruña que usted no es perro para andar haciendo esas tonterías —regaño Eleonora.
Había pasado algunas horas y camelia estaba en el patio de atrás jugando con sus primos al escondite o jugaban en el columpio, también se pusieron a jugar la papa caliente con sus tíos mientras sebastian hablaba algunas cosas con sus padres, su tía margarita le dejaba a camelia cargar a Ronald cosa que con sus propios hijos no hacía dejando algunos celosos ante aquel acto, camelia se divertía con zaib y teresa jugando al igual que con panchito y Gerardo.
los niños en otro método de entretenimiento intentaban escalar el árbol de chirimoya pero siempre maría o margarita evitaban que lo hicieran para que no se cayeran al igual que no se comieran la fruta, Joanna veía a los niños alegremente y esbozaba una sonrisa junto a las omegas al ver aquellos seres que disfrutaban el día de hoy rebosantes de alegría,.
carlos hablaba en la cocina con sebastian y José sobre cosas triviales pero sebastian se sentía acosado con sus padres diciéndole a cada rato que les trajera a su nueva nieta por lo cual mando a José a que la trajera a la cocina, camelia llego con la canasta en manos con los pelos algo desordenados junto a José , camelia se quedo contemplando a sus abuelos al igual que ellos a la menor, sin decirse mucho se expresaban con la mirada el cariño y amor que necesitaban.
La pequeña miraba a su abuela y decía que parecía una figura angelical casi una ninfa, su abuelo le parecía bastante tierno con la forma redonda que tenía casi achuchable, no podía dejar de mirarlos pero el silencio se vio interrumpido por su abuelo.
—es muy bonita sebastian —dijo Gustavo sonriendo de forma cariñosa hacia camelia— si que te has conseguido una buena pareja ,¿eh? —guiño el ojo riendo junto con Carlos y José.
—¡papa! —llamo avergonzado sebastian mirando con pena a su progenitor , mientras que su padre reía mas fuerte aun .
—que linda eres ven aquí querida —llamo Eleonora a camelia quien fue enseguida hacia ella tomándola por sorpresa, camelia envolvió en un abrazo a su abuela y esta miraba con detalle su rostro, su piel casi pálida y aquellos ojos negros, eran como el mismísimo carbón que no dejaba de mirar con aprecio, su cabello liso y castaño que con sus dedos enrollaba para que este se desprendiera con facilidad— te ves sublime cariño
Eleonora en cada visita que le hacia sebastian no paraba de preguntarle a sebastian cuando vería a su nieta, sebastian a pesar de ser el menor siempre acababa por llevar -cuando era adolescente- a casa una pareja con la cual no se mantenía estable a pesar de que era muy precoz para eso, pero cuando conoció a valery pensó que cuando se casara se le quitaría esa manía de cambiar pareja cada dos semanas como si se trataran de muebles viejos, aunque para su desgracia termino casándose con el primo -de la familia de su padre- de sebastian quien en un principio tenían que ceder a que uno de sus hijos se casaran con aquella omega para pagar una deuda, sebastian quien había quedado devastado por la noticia decidió que para que no le recordara la tortura del romance que vivió con su antigua novia; se fue lejos a trabajar para reunir dinero y una montar una empresa pero al ver como la vida de su hijo cambio por ese omega y su hija ,Eleonora no pudo contener su entusiasmo por ver a su nieta y a aquel muchacho que había hecho feliz a su hijo, sebastian siempre le contaba de las maravillas de camelia y marlo, como que el sabia cocinar muchos platillos, coser, sabia defenderse muy bien de muchos alfas, el cómo aguantaba su celo al igual que lo controlaba, entre otras cosas que hacía que su madre le impresionara el novio de su hijo.
En cuanto a su nieta ella era un amor de niña que hasta el día de hoy la lleva prendada en su corazón al igual que sus demás nietos ,ella sabia que camelia no era hija de sebastian ni era en si su nieta pero aun así se daba el gusto de decir que era su nieta a pesar de que su hijo no la haya concebido.
el resto de la tarde que paso fueron haciendo algunas cosas como tejer, contarles cosas que hacían sus tíos de pequeños a los niños, cocinar pasteles con los niños y las omegas, al igual que regañaba a sebastian si lo veía meter mano a las tortas de jamón, en cuanto a el abuelo el les conto de sus viajes a Jalisco y a monterrey además de como muchas betas se quedaron enamoradas de el por su maravilloso físico, pero claro no siempre faltaba la mirada furiosa de su esposa al escuchar esas historias que no eran aptas para niños, en una de esas historias Gustavo les conto aparte unas leyendas de terror para asustar a los más pequeños como la leyenda del charro o la llorona.
María y margarita hicieron té para ir al balcón a tomarlo junto a camelia -sin que los niños se dieran cuenta- que no había visto el balcón y estaba emocionada por verlo, al llegar ella quedo anonadada por las plantas verdes que brillaban con los rayos del sol además del aroma en el aire que desprendían las flores era tan único y delicioso, ellas se sentaron en la silla que aunque eran dos margarita invito a camelia a que se sentara en su regazo que ella con un gesto tímido acepto sin más, tomaron el te mientras veían como pasaba la gente por la calle o algunos vecinos como sus casas también, camelia tomaba el té en sorbos pequeños ya que estaba caliente, maría hablaba de cosas banales con margarita y esta acariciaba de forma distraída las mejillas de la niña quien estaba más que sonrojada por el tacto de su tía.
—¿no es precioso? —pregunto en un susurro a margarita a la menor quien miraba al cielo raso azul que se mezclaba con el naranja dando un hermoso anochecer, dándole un hormigueo en el estomago a la castaña.
—s-si es precioso —ella miro con disimulo a su tía margarita quien seguía hablando con maría, aunque no lo quería admitir ella pensaba que su tía margarita se veía aun mas hermosa cuando reía, camelia entendía porque su tío Carlos se caso con aquella mujer.
Eleonora paso toda la tarde disfrutando de su nieta que cuando se sentó en una silla mecedora para descansar enseguida camelia se sentó en sus piernas siendo acogida por los brazos de la mayor.
—abuela tengo una pregunta —dijo ella recostando su cabeza en el pecho de la morena.
—dime hijita —ella acaricio su cabello con cuidado de no jalarlo mientras miraba de frente el patio como sus otros nietos jugaban y los adultos hablaban mientras comían algo del pastel sobrante que quedo en la tarde.
—¿Por qué mi tío José es negrito? No se parece a mi abuelo o a usted abuelita—pregunto provocando la risilla de la mujer.
—como veras todos en la familia somos morenos pero el que tu tío José sea negro es debido a que en la familia de tu abuelo su tátara abuelo era negro y su esposa era morena por lo cual eso explicaría un poco el porqué que tu tío es negro —explico la alfa— y no fue porque ¡te halla sido infiel Gustavo!
—¡ya supéralo mujer! —grito desde el patio Gustavo.
—ahora si me queda claro —dijo camelia.
—¡camelia! ¿quieres ver el jarabe tapatío? —pregunto zaib emocionada tomando las manos de camelia.
—¿Qué es eso? ¿ Se come? —zaib se rio junto a la abuela provocando la confusión de la menor que en eso llego sebastian escuchando la invitación de zaib a camelia.
—no hija, eso no es un jarabe—negó sebastian con una sonrisa en sus labios— el ‘’jarabe tapatío’’ es un baile arabe gitano que llego a México hace mucho tiempo —explico— ven y mira como se baila —camelia bajo del regazo de su abuela yendo hacia sebastian con zaib y la mayor al patio.
la música estaba alta y camelia vea como su tío José bailaba con la tía margarita provocando algunas risas y burlas de los familiares al igual que la mirada celosa de los esposos -inclusive la de camelia-, para explicar el baile se resume así: El hombre es el que comienza a cortejarla, recibiendo el rechazo. Él vuelve a insistir, poniendo su sombrero charro en el suelo. Al final la mujer acepta el sombrero, lo recoge y tapa con este la cara de ambos.
Camelia aplaudía junto a los demás incitándolos a bailar mas a la pareja, ella sonreía con solo estar ahí, el día de hoy había disfrutado como nunca con su familia que a veces se ponía triste ya que no estaba marlo para admirar aquel momento familiar que tanto le faltaba.
en este turno del baile le tocaba a sebastian bailar con Joanna aunque camelia estaba molesta ya que sebastian no podía bailar con nadie que no fuera marlo pero dejando eso de lado sebastian bailaba muy bien que su abuela como recuerdo de aquel día había grabado a sebastian bailando con su sobrina, esto era para que marlo lo viera en cuanto llegaran a casa.
.
.
.
¡adiós!
esa fue la última voz que se escucho al arrancar el auto, ya estaban lejos de la casa y camelia se sentía llena de alegría, ¿Qué sería lo primero que le diría a marlo cuando llegasen? Se pregunto, sebastian observaba la rebosante alegría que emanaba su hija quien no dudo en preguntarle cómo había la había pasado el día de de hoy a lo que ella respondió.
—¡me eh divertido tanto que quiero ir mañana otra vez! —el sonrió satisfecho con su respuesta mientras conducía el auto.
Ellos pasarían otras cinco horas viajando a casa pero eso no importaba ya que con la visita de hoy estaban mas que satisfechos aunque en el fondo ambos se sintieron vacios al no tener a marlo.
Y ellos se preguntaban:
¿Cómo estaría el?
.
.
.
—ugh, como odio esto —murmuro marlo borrando algunas cosas mientras se rascaba el cuello, el día de hoy se dedico ah terminar la tesis sin distracciones que hasta no noto que era muy tarde y no habían vuelto camelia y sebastian— estúpida tesis —mascullo haciendo un resoplido.
En ese instante se había escuchado la puerta cerrarse que marlo intuyo que habían llegado y al ver el reloj eran las diez de la noche, algo tarde supuso el, el menor despego la vista del reloj y miro como camelia daba saltitos con una sonrisa al igual que tarareaba una canción.
—¿Por qué tan contenta? —pregunto marlo riendo al ver como su hija llegaba hacia el con una cámara en manos.
—papi debiste venir con nosotros ¡fue hermoso! Por fin pude conocer a mis primos, a mis tíos y a mis abuelos —marlo palideció en ese instante y antes de que se diera una idea equivocada enseguida llego sebastian para aclararle a marlo unas cosa.
—hoy fuimos a visitar a mi familia —dijo sin más poniendo las llaves en la mesa— pensé que quitarle el susto de la semana pasada sería una buena idea
—ah ya…—dijo distraído pero en aquel momento recobro la concentración en el tema— ¿¡oye y porque no me llevaste!?
—te dije que eso seria cuando te dieran el diploma —marlo torció los ojos y miro a su hija con una cámara en manos— ¿Quién te dio eso?
—la abuela, mira —ella le mostro la cámara reproduciendo un video con la idea de que su abuela había grabado a sebastian bailando el ‘’jarabe tapatío’’ pero se llevo una sorpresa de que no fue así.
En el video estaban sus primo jugando junto a camelia riendo o columpiándose marlo reía o preguntaban quienes eran a lo cual camelia entusiasmada le decía con una sonrisa en labios , en otra escena aparecían maría y margarita saludando a la cámara solo que margarita tenia a Ronald en manos quien no entendía nada de lo que pasaba, la escena cambiaba a la sala donde aparecía José tomando tequila con Carlos y sebastian a escondidas de los niños.
—sebastian…—llamo marlo con un tono molesto y sebastian escondía la cara de la vergüenza de haber sido encontrado en tan bochornosa situación.
En ese misma escena aparecía Gustavo comiendo una gran rebana de pastel seguido de la desafina voz de sebastian.
‘’-viejo no comas más que luego se te revienta el colon -comento burlándose de su padre quien este corrió hacia el siendo que sebastian corrió mucho antes de que lo alcanzara desatando una persecución.
-ya vas a ver cuando te alcance sebastian barrabas del valle -grito Gustavo desde el pasillo y en cuanto a José y Carlos estaban en el sillón muertos de la risa.’’
Sebastian se había tapado la cara con sus manos apenado de que marlo lo había encontrado en tal situación aunque no sería la primera vez que lo encuentra así, la cámara estaba grabando a camelia y a zaib que le estaba haciendo unas trenzas a la castaña mientras cantaban ‘’tengo una vaca lechera’’ en voz alta, teresa quien escuchaba la canción le pintaba las uñas a camelia concentrada en su afán de no dejar un espacio sin pintar. Gerardo estaba peleando junto a panchito por quien seria cargado por sebastian solo que el vencedor fue Ronald dejándolos enojados con la decisión de su ti por no elegir a uno de los dos, ahora la cámara grababa a la hermosa Eleonora tejiendo con todos sus nietos - a excepción de Ronald- mientras Gustavo les contaba la leyenda de el charro asustando a las niñas y a Gerardo.
Camelia miraba el video otra vez suspirando por tal experiencia que le había dejado un sabor dulce en la boca, marlo quien observaba atento se sentía algo triste de que no había pasado toda la tarde con ellos pero se sentía positivo al respecto de que al terminar la universidad tendría tiempo de darle una grata visita a sus suegros. En lo que pasaba el video estaba la parte en la que sebastian bailaba el jarabe tapatío y marlo se burlaba un poco.
—pensé que solo lo habías bailado en primaria —era verdad que en eventos infantiles bailaban el jarabe tapatío pero en Jalisco casi a menudo lo hacían en las fiestas.
—hay muchas cosas que no sabes de mi —agrego gracioso.
—por cierto ¿quién es la chica con la que bailas? —pregunto marlo.
—mi sobrina ¿Por qué preguntas? ¿celos tal vez? —respondió sebastian.
—no, solo es curiosidad no es como si me importara si una chica te llevara lejos, créeme que no me importaría ni lo más mínimo —dijo marlo mofándose de cómo veía a sebastian hacer un mohín.
.
.
.
.
.
Todo lo que eh pasado, todo lo que eh sufrido día y noche trabajando como una mula, día y noche esperando que con mi trabajo podría conseguirme una mejor calidad de vida, a veces la paga no me alcanzaba para cubrir alguno gastos básicos, la comida era una bendición si tus amigos te la regalaban, ni aun siendo el patrón tan bueno conmigo pudo pagarme mucho porque no era justo, en el parto tuve que pagarle al hospital ya que no tenia seguro, tantas noches sin comer para que ella me negara la comida diciéndome que yo tenía que comer aunque yo le digiera que ya lo hice…pero no era cierto, siempre tenía que declinar una invitación a algún tipo de fiesta porque tenía una hija que me esperaba en casa, la nana ya estaba en una avanzada edad que no podía cuidarla, tantas cosas que tenía que hacer y no me daban tiempo.
Me volvía loco, ya no tenía dinero, no tenía nada por su culpa pero como…¿Cómo es que el quiso ayudarme?, ¿porque tenias que ser tu?, con tu maldita sonrisa me enganchaste y supiste sacarme de el averno en el cual estaba, me ayudaste aun si fuera un trato bastante absurdo del cual pensé al verte que te negarías o te aprovecharías, ¿acaso me amabas tanto que harías lo que fuera por mi? Si, la respuesta es que si me amabas tanto, hoy te veo y pienso que no debieras estar conmigo, hubieras formado una familia con valery en un principio ya que no estábamos destinados ni nada pero supongo que el destino fue generoso al ponerte en mi camino, me amabas a pesar de que camelia no compartiera tu sangre y a pesar de que hubiera estado con otro hombre.
Soportaste meses al decirte que no te amaba pero aun así te mantuviste fiel al ayudarme….
Me quisiste a pesar de que estuviera con otro hombre…
me amabas a mi y a mi hija…
Me amas mucho que no me dejarías por nada en el mundo…
Si tuvieras que golpear a alguien porque me hizo daño te creo porque ya lo has hecho…
Me has consolado en los momentos donde hasta mis peores miedos se han adueñado de mi cuerpo…
Me apoyaste para seguir con mi carrera que siendo así desde un principio me decías que no me rindiera…
Te debo muchas cosas que no sabría como pagártelas y si hubiera una forma lo haría…
Para ti tu paga es que este en tu vida y la verdad eso fue lo que más me enamoro de ti…
A veces me cuestionaba si de verdad no jugabas conmigo…pero para tu suerte no era verdad
El día de hoy me encontraba nervioso, estaba por presentar mi tesis, mis dedos temblaban y sudaban como nunca, mi mandíbula tiritaba de la emoción y adrenalina que corría por todo mi cuerpo, no podía arruinarlo, tenía que hacer todo al pie de la letra si no me dejaba de llamar marlo rodríguez, un diploma y ver a mi familia otra vez era mi recompensa de tantos años viviendo en la humillación y decepción pero esta vez sabía que no huiría de este problema.
—¡marlo rodríguez! —llamo mi nombre una mujer con una lista en manos, me acerque a ella con la tesis en la mano, sudaba a mares mi cuerpo se sentía liviano y casi ni respiraba— lo esperan en la sala ,mucha suerte
—gracias —musite.
Al entrar estaban cuatro betas y un alfa, todas eran mujeres y me miraban de una manera que daba miedo además de aquellas mujeres habían algunas personas que conformarían como espectadores según algunos alumnos que miran como se debe hacer una tesis en caso de que les toque, no había alguna sensación que me hiciera sentir mejor pero luego recordé el porqué hacia todo esto y eso me daba algo de valor para poder hablar sin vacilar con aquellas mujeres, sin mas empecé a presentarme y ella me miraban saludándome y haciendo una pregunta para después empezar a defender mi tesis.
Después de un rato en el cual estuve debatiendo y una que otra intervención ah llegado el momento de la deliberación ellas hablaban entre si y yo algo nervioso me mordía las uñas con desesperación pensando en las posibilidades de que pasaría, sebastian no había podido venir al igual que mis hermanos y Camelia ya que estaban en el trabajo o escuela en el caso de camelia .ahora que lo pienso las miembro del jurado sí que son serias cuando se lo proponen, luego de un rato ellas terminaron poniéndose de pie en sus asientos al igual que yo.
—debemos decir que tu presentación fue notable perdón si no pasaba a sobresaliente por algunos errores pero ha estado cerca aun así lo hiciste excelente —dijo la mujer con una sonrisa en sus labios, eso significa..
—muy buena defensa señor rodríguez supongo que el defenderse es un don para usted —bromeo una beta.
—a decir verdad estoy acostumbrado -dije siguiéndole el juego.
—su lamina está muy pulcra además de que el tiempo fue justo —hablo otra beta que era la mas bajita de las mujeres.
—veinte minutos fue lo acordado y no se excedió además de que no hizo la presentación con power point como otros, también debo agregar que en el área practica de cómo tratar a un enfermo me parece salubre además de que su ética de enfermero me parece la más humana posible—una alfa que estaba ahí me sonreía con calma en sus ojos mientras hablaba— pero cabe decir que con el debate y la defensa que nos ha dado nos dejo en claro que usted merece la aprobación y su titulo en licenciado de enfermería
—nos hace un gusto el saber que ha logrado con su tesis graduarse lamentamos el que no halla salido sobresaliente —mi respiración se había cortado mucho antes, no podía respirar de la emoción que me causaba al oír eso.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Estaba corriendo por los pasillos como un tonto, un tonto que estaba con una maldita sonrisa en labios, en eso saco mi teléfono del bolsillo de mi pantalón marcando su número, estaba esperando a que repicara, pare de correr y mi aliento estaba caliente y mis pies se agarrotaban después de correr como un loco afuera, en eso escucho su voz.
‘’¿si? ‘’— escuche su puta voz, chingada madre este imbécil me tenia loco, no sabía que decirle…bueno si sabia pero eran tantas cosas que decirle en ese momento.
—Me gustas, me gustas, me gustas, me gustas... ¿sabes que me gustas? —exclame agitado con la respiración entre cortada.
‘’¿marlo?...¿¡que paso!? ¿estás bien? ‘’ —solo reí y por inercia revolví mis cabellos escuchando su voz, deleitándome con aquella voz que tantos años me ah llenado de mimos y cariño.
—si estoy bien y vete preparando —dije con una sonrisa en los labios, apretaba el teléfono con tal fuerza que pensé que iba a quebrarlo en el transcurso de la llamada.
‘’¿de que estás hablando? ‘’— pregunto el después de una breve pausa hable.
—este chico se va a graduar dentro de dos semanas en licenciado de enfermería —dije en un arrebato de alegría que casi gritaba.
‘’¡mierda!’’ —escuche como un golpe que provino de el que me alarmo un poco.
—¿sebastian? —Llame— ¿sebastian estás ahí?...¿sebastian..? —en eso escucho la respiración de el de vuelta.
‘’perdona me caí de la silla’’ —si será un baboso— ‘’¡debemos celebrarlo! ¿Qué te parece si te llevo a ese restauran del otro día? ‘’ —me pregunto, era cierto que el restauran que vimos la otra vez era un tipo de bar restauran muy clásico estilo madera sacada de una película de gánster que a mí me había llamado la atención, pero por motivos de la universidad y trabajo no habíamos podido ir.
—¿a qué hora te veo? —pregunte mordiéndome el labio, el sabia como alegrar mas mis días.
‘’a las nueve, no llegues tarde y no te preocupes por camelia la cuidara Anthony en fin tengo que colgar rápido estoy haciendo algunas cosas, te amo’’ —suspire, como me gustaba que me digiera eso; ‘’te amo’’ eso me daba un sabor dulzón en la boca.
—yo también te amo —colgué para luego recargarme en la pared, estaba cansado y satisfecho además que me daba un hormigueo en la espalda.
9:45 pm
—me alegro de que todo estuviera bien —dijo sebastian terminando de comer la carne picante que quedaba, tenia los ojos llorosos del ardor en la boca a causa del chile.
—si yo también —dije mirándole burlón, me daba gracia el ver como se limpiaba con la servilleta algunas lagrimas— acércate un poco —con mis dedos acerque un poco su barbilla.
—¿tengo algo en los labios? —pregunto anonadado.
—no, solo me dieron ganas de quitarte el ardor en los labios —bese con descaro los labios de sebastian, el picante no me molestaba en lo absoluto por lo cual deguste un poco mas sintiendo como el aire me faltaba y a decir verdad me gustaba así, el sentir como su lengua rozaba la mía me daba un leve cosquilleo, me separe de el tomando una bocanada de aire al igual que sebastian.
—¿Por qué no vamos a casa? —Susurro a mi oído casi ronroneándome— me gustaría que me quitaras el ardor de otra manera
—Tarado —golpee su pecho sin afán de ser brusco— sigue comiendo para irnos
—eres un aguafiestas
—y tu un chairo
—¡óyeme no! —exclamo ofendido.
¿Cómo no podría ser feliz con él a mi lado?
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
¿Nunca te has sentido liberado de algo?, porque en este mismo instante veo tras de mí a las personas que me acompañaron hasta lograr todo esto, mi hija sentada con mis hermanos grabándome desde la distancia, pero no lo veía a él
¿Dónde diablos estaba?
.
.
.
.
—¡arranca el puto auto! —grite a Carlos quien metía por enésima vez la llave y arranco el carro.
—¡me están aplastando! —grito teresa quien sabe donde estaba porque estábamos en una van toda mi familia apretados.
los niños iban montados en las piernas de los mayores a excepción de José y maría ya que José tenía en su regazo a maría para que esta no cargara a Zaib, esto fue decidido así ya que la furgoneta tiene siete asientos, en cuanto a el auto había avanzado a toda velocidad por la cual tuve que agarrarme del asiento, en mis piernas estaba panchito quien se veía verde y pálido por lo mareado que estaba, solo rezaba a la virgen de que no me manchara el smoking que saque del escaparate de mi padre, estábamos algo atrasados que de seguro ya andarían dando el titulo y yo aun no eh llegado.
Les dije sobre la graduación un día antes pensado que solo vendrían mis padres pero resultan que cambiaron mis planes.
Estaba apurado por llegar y ver cómo le entregarían el titulo, ya han pasado cinco años y el de seguro sería un gran enfermero, como me gustaría verle con el birrete y ese sonrisa en su cara como acostumbra a hacerlo.
Habían pasado alrededor de una hora y al llegar fui el primero en bajar del auto sin importarme que había empujado a mi sobrino en el proceso, necesitaba verlo de una vez por todas, al llegar veía como salían algunos graduados con sus diplomas y sus familiares al lado, yo esquivaba a la gente buscándolo desesperado que hasta grite su nombre.
—¡marlo! —grite, la gente hablaba muy alto que sería muy difícil que me escuchara.
—¿sebastian? —escuche como decían mi nombre, mire detrás de mí pero no estaba, mi familia llego hacia mi preguntándome donde estaba el pero yo no lo encontraba hasta que escuche como repetían mi nombre otra vez—¿sebastian?
—¡marlo! —grite de nuevo y escuche como el gritaba mi nombre insisten por lo cual fui siguiendo su voz hasta que lo vi frente mío, lucia tan hermoso con su birrete y el diploma— marlo…—musite, parecía como si el tiempo se congelo para los dos, el me había mirado y vi como corría en cámara lenta hacia mí, su cabello rizado pegándole en la cara, aquellos cachetes tan tiernos que me gustaba besar que en ese instante estaban rojos y rebosantes de alegría, sus ojos que me inspiraban calidez.
Sin esperar que eso pasara su cuerpo impacto sobre el mío al igual que sus labios estrellándome en el suelo en el acto, El besaba mis mejillas en repetidas veces yo estaba algo perplejo , normalmente yo hago eso pero el lo estaba haciendo mientras se reía, poco a poco se iba apartando de mi.
—eres lo mejor que me ha pasado —susurro en mi oído.
—y tu eres lo mejor que eh tenido —solté una risa junto a él besando sus labios, sus jugosos labios que se me hacían agua la boca, deje de besarlo ya que escuche como alguien tosía disimuladamente, me levante junto a marlo teniendo frente mío a mis padres.
—supongo que son tus padres —susurro marlo mirando a mis padres y luego a mi familia— y tus hermanos y sobrinos…
—todo el paquete —solté burlón— papa, mama — los llame viendo como me miraban fijamente— el es marlo rodríguez mi novio —dije inflando el pecho de lo orgulloso que me encontraba.
como no estar feliz por ti...te amo mucho que verte apenado con esa sonrisa al presentarte a mis padres me hizo querer protegerte desde la primera vez que te vi.
.
.
.
—¿nervioso? —pregunto el alfa.
—mas o menos —el omega se lamia los labios que estaban resecos, mientras lo miraba fijamente.
—podemos hacerlo en otro momento —sugirió.
—no, quiero hacerlo ahora —respondió sin titubear al respecto.
—¿estas seguro? Me parece que estas algo asustado —pregunto una vez mas confirmando su respuesta.
—no creas que es la primera vez que tengo que explicar esto…—dijo el menor resoplando un poco apretando su mano.
—¿ya vamos a pasar? Tengo ganas de ir al baño —dijo camelia quien apretaba sus piernas.
—¿y bien? —pregunto marlo mirándole insistente.
—bueno…—suspiro mirándole, había pasado años y estaba en la puerta de su casa, imaginaba que no podía reparar el dolor que había dentro de ellos pero tenía la esperanza de que sanaría la herida que había en sus padres como el se había curado y sanado en su ausencia, todo se limitaba a tocar el timbre y esperar que todo pasara en ese momento— vamos —toco el timbre, y en una acción rápida agarro la mano de sebastian, confiado de que él nunca lo soltaría— prométeme algo…
—dime que es…—susurro escuchando un manojo de llaves.
—promete que…
Tu…
Nunca…
Me soltaras…
Ni …
Me dejaras…
¿esta bien?
Por mi nunca te soltaría
FIN