En la soledad de su habitación se encontraba un pelinegro, recostado en su cama mirando hacia el techo de su habitación, suspiraba una y otra vez cuánto había cambiado su vida desde que tuvo aquella conversación con su amado Naruto. Aquel día había decidido estar con él las buenas y las malas o para lo que su rubio lo necesitase, aunque sea solo como amigo.
Pero a veces sentía que no podía más, cada palabra qué decía el rubio refiriéndose a él como un amigo le dolía, le dolía mucho pero más le afligía era verlo con aquel pelirrojo que le había robado el amor de su Rubio.
Había tantas cosas que quería hacer con Naruto, y no podía cosas que sólo se hacen en parejas, citas siempre se imaginaba haciendo algo de eso con el rubio pero no podía y era su culpa, quería decirle tantas cosas a Naruto cosas que no podía expresar con palabras, y cada vez que Naruto sonreía diciéndole «Amigo» ya no podía decirle lo que sentía, y se quedaba mudo —tal vez es lo mejor—susurró para sí mismo tocando su frente con su mano derecha «a veces es más claro un gesto que una palabra» pensaba aun suspirando con anhelo.
Algunas de las frases que Naruto le decía le dolían, recordaba vívidamente que hace algunos días «Me encanta que hayas vuelto a ser mi amigo Sasuke» fueron palabras inocentes por parte del rubio pero le lastimaron. En aquel momento sintió que su corazón se desquebrajaba, pero tenía que aguantar eso era lo que él Había decidido recordaba que hace algunas semanas el rubio le había invitado a cenar a su departamento, al departamento que compartía con Gaara el sólo pensar en eso le hervía la sangre, le molestaba más bien le dolía.
Naruto trataba a Gaara con mucho cariño y toda clase de atenciones, y a su pensar Gaara no era merecedor y empezó a recordar lo que paso aquel día.
Flash-back
Naruto se encontraba en la oficina que antes fue de su abuela revisando unos papeles firmándolos y revisándolos minuciosamente tenía varios proyectos y tenía que cumplirlos en cierto tiempo estaba ensimismado en su trabajo hasta que la puerta se escuchó un toc, toc, toc, el Rubio se extraño ya que no esperaba a nadie, y como era la hora del almuerzo supuso que Su secretaria no estaba así que dijo un simple —adelante— por la puerta apareció un pelinegro con una pequeña caja en las manos el rubio se sorprendió al verlo y sonriendo dijo —Hola Sasuke ¿qué te trae por aquí?— el pelinegro se acercó a él caminando despacio, y en su rostro se dibujó una pequeña sonrisa por ver al rubio.
—Pues te traje el almuerzo Dobe ya que seguramente no has comido nada porque por estar trabajando—
El rubio sonrío un poco —bueno en eso Tal vez tengas razón pero es que tengo mucho trabajo Sasuke—dio un pequeño suspiro —Pero te agradezco que me hayas traído el almuerzo— dijo sonriendo y dejando los papeles sobre la mesa ordenándolos para no manchar los con la comida, Sasuke se sentó enfrente de él en una silla bastante cómoda.
—Te traje algo de pizza— dijo poniendo a la pequeña caja sobre el escritorio
—Me gusta la pizza pero hubiera preferido ramen— dijo el Rubio abriendo la caja para sacar un trozo de la deliciosa Pizza de queso que había traído el pelinegro
—Sí lo sé— respondió el pelinegro también tomando un trozo de pizza para comerlo el mismo, ambos comían en un silencio bastante acogedor
—sabes Sasuke— dijo el rubio tomando una servilleta y limpiándose los dedos —siempre me traes el almuerzo y en forma de agradecimiento —sonrió— que te parece si te invito a cenar a casa— tales palabras realmente sorprendieron al pelinegro no pensaba que el rubio le invitaría a comer y mucho menos en su casa, se imaginó cómo podrían estar cenando ambos juntos en la casa del Rubio, hasta que lo golpeo la realidad cuando el rubio dijo —A Gaara y a Karin les encantará tu visita— aquellas palabras le devolvieron a la realidad, esa terrible realidad en la que Naruto ya tenía a alguien más que podía tener todo del Rubio todo el día todos los días, y él sólo tenía las pocas horas que tenía el rubio libre y todo el demás tiempo libre o todo el tiempo que no la veía el pelirrojo lo disfrutaba
—No sé si iré— respondió al fin Sasuke
— ¿porque no?—replicó el rubio —yo te cocinaré algo delicioso además que me gustaría que te llevarás mejor con Gaara—
—Porque quieres que me lleve bien con él— siseo el pelinegro
Naruto sonrío —Pues es obvio porque él es mi novio y tú eres mi amigo no me gustaría que se llevarán mal—dio un pequeño suspiro —a pesar de que su relación siempre fue un poco seria—
—Lo sé pero él no es que me agrade mucho—
—Sí lo noté Sasuke, pero me gustaría que hicieras un esfuerzo para llevarte bien con él por favor— dijo el rubio mirándolo directamente a los ojos el pelinegro dio un gran suspiro.
— ¿Y cuándo será la cena?— pregunto regañándose así mismo por aceptar pero simplemente no podía negarse a las peticiones del rubio, y este sonrió alegremente
—esta noche Sasuke— respondió rápidamente el mencionado solo dio un gran suspiro porque sabía que ir ahí no era una buena idea
—está bien Dobe estaré ahí a las ocho—
—claro Teme—respondió el rubio sonriendo y alzo otro trozo de pizza y empezó a comerlo alegremente.
Después de terminarse aquella pizza Sasuke volvió a su oficina y se puso a trabajar tratando de concentrarse lo más posible en su trabajo pero sin lograrlo del todo aun le era muy difícil creer que había aceptado ir a cenar a la casa del rubio.
Y las horas fueron pasando sin que se diera cuenta hasta que dieron las siete tomo su maletín y salió de la oficina tenía que ir a su casa cambiarse de ropa no sabía la razón pero quería verse lo mejor posible para la cena, así que se vistió lo mejor que creía posible con un traje negro y una camisa azul y sin corbata dejando los primeros botones de su camisa abierta, y así se dirigió al departamento del rubio.
Al llegar a la puerta dio un gran suspiro antes de tocar el timbre, y espero tan solo unos segundos hasta que el rubio le abrió la puerta, y al verlo se quedó sin aliento Naruto se veía muy bien no como le veía en la oficina con ropa bastante formal claro que esa también le quedaba muy bien aquella camisa blanca de seda que combinaba perfectamente con el tono acanelado de su piel, y el pantalón negro algo entallado que llevaba combinaba perfectamente con sus brillantes ojos azules y su sonrisa resplandeciente
—Sasu… Sasuke…Sasuke—decía el rubio para sacer se sus pensamientos al pelinegro que parecía como hipnotizado pero al no recibir respuesta toco el hombro del pelinegro
—eh…— respondió el pelinegro algo confundido el rubio lo miro preocupado
—Sasuke ¿estás bien?—el nombrado vio la preocupación en la mirada de Naruto
—si claro Dobe— respondió con una sonrisa
El rubio hizo un puchero que prácticamente derrito a Sasuke —parecías como ido Teme me asuste— y solo recibió una pequeña risa como respuesta —bueno no te quedes ahí parado teme pasa— dijo el rubio ya sonriendo, el pelinegro entro al departamento observando todo a su al rededor no cabía duda de que Naruto lo había decorado porque tenía un aire acogedor, y claramente todo en aquel departamento tenía un aire a Naruto todo estaba bastante bien ordenado en ese momento le vinieron a lamente no muy buenos recuerdos de su casa que se sentía tan vacía y sola ese departamento, y esa casa eran tan diferentes a pesar de estar decorados con el mismo estilo a su casa le faltaba algo y era Naruto —siéntate en el sillón Sasuke— dijo el rubio así la cocina —Gaara y Karin aun no han llegado asique tendremos que esperarlos—
Sasuke siguió a Naruto hacia la cocina, y al entrar a esta un delicioso aroma se hizo presente —huele delicioso—expreso mirando al rubio que sonrió ampliamente
—Gracias Sasuke espero que sepa también como huele—respondió Naruto picando algunas verduras que Sasuke supuso eran para la cena
— ¿Necesitas que te ayude en algo Dobe?—pregunto el pelinegro sintiéndose algo inútil al solo observar, y el rubio se volteo a verlo bastante sorprendido pero sin decir ni una sola palabra — ¿qué pasa porque te quedas callado?— volvió a preguntar el pelinegro, Naruto sacudió la cabeza en señal de negativa
—no… no pasa nada Sasuke—respondió el rubio —solo que tus palabras me sorprendieron un poco— entonces solo en entonces el pelinegro se dio cuenta que el tiempo que estuvo con Naruto jamás fue amble, y mucho menos se había ofrecido a ayudarle y se maldijo a si mismo recordando el pasado —bueno Teme si quieres ayudarme termina de picar estas— dijo el rubio sacando al pelinegro de sus pensamientos mientras señalaba las verduras que estaba picando anteriormente —y yo preparare el postre—dijo sonriendo acercándose la refrigerador Sasuke solo asintió con la cabeza y se remango las mangas de su camisa para luego empezar a picar las verduras —solo no te cortes Teme— dijo Naruto sacando del refrigerador unos arándanos y se puso al lado de Sasuke y empezó a picarlos también mientras sonreía.
—Miren quien habla— respondió Sasuke mirándolo de reojo —Dobe tu eres la torpeza andante— dijo riendo y Naruto serio también, y en ese momento Sasuke deseo que ese momento no se acabara nunca.