Marco se quedó tirado en el suelo, no tenia la fuerza para levantarse y cada vez que sollozaba el cuerpo le dolía horrores, no había parte de su cuerpo que no hubiese sido lastimada, las marcas de los latigazos adornaban su espalda, muchas de ellas aun sangraban mientras que otras habían dejado de hacerlo hace un largo tiempo.
En su pecho y parte de su abdomen podían verse las quemaduras que le habían hecho por mórbida diversión, sus brazos y piernas estaban llenos de raspones y moretones que no se decidían por el color del que querían teñir su piel canela y su rostro… lleno de cortadas y rastros de golpes pero esto es una vaga descripción de todo aquello porque puedo apostar a que si termino de narrarte el grave estado en el que se encontraba querrías asesinar a todas y cada una de las personas que participaron de tal atrocidad sin embargo prefiero que te enojes conmigo por no ser tan explícita, créeme, es mejor así.
Como sea, la cuestión es que entiendes el punto al que quiero llegar: el castaño no está en condición para algo tan peligroso y es que veras aquel laberinto no era solo una prisión, era una trampa mortal, cada espacio de el estaba diseñado para matar ya fuera de forma lenta como un veneno tan potente que te destruyera desde dentro o algo más rápido y piadoso como una caída hacia filosos picos, en cualquier caso no era el mejor lugar del mundo para estar y a pesar de lo que esto quería decir… el chico empeño todas las fuerzas que a su maltratado cuerpo le quedaba para poder continuar y adentrarse en el lugar.
Aparentemente el chico tenia la gracia de algún dios de su lado porque logro sobrevivir durante un laaaaaargo tramo de la encrucijada, pero claro que esto no duro mucho ya que para cuando el sol callo el castaño callo con él presa del miedo, el agotamiento y el maltrato.
-N-no me rendiré- murmuro mientras se arrastraba con parsimonia por el frio suelo, se detuvo de golpe al escuchar como alguien o algo se acercaba rápidamente hacia donde el estaba, esta vez el terror se apodero de su corazón y nublo su sano juicio volviéndolo una presa que desea escapar para sobrevivir un día mas así que pronto se encontró corriendo en círculos por los tortuosos pasillos del laberinto, un grito se escucho a lo lejos, aquel ser lo estaba persiguiendo pero él no se iría de este mundo de este modo, lamentablemente las oportunidades se le acababan pues en una vuelta que le jugo en contra y termino dándose de bruces contra la espalda de una enorme criatura haciendo que callera al piso inevitablemente.
El ser se dio la vuelta para encararlo, cuando sus miradas se cruzaron al fin, el castaño podría jurar que estaba viendo a la destrucción reflejada en aquellos ojos color sangre, temiendo por lo que le pasara comenzó a retroceder.
-P-por favor- susurro con la voz rota- no me mate- trato de escapar más rápido, pero la criatura se acercó rápidamente a él queriendo atraparlo, el chico dio un pequeño respigo y se alejó aún más.
-Espera- Ronca… así es como era mejor describir la voz que escucho el castaño es verdad que daba algo de miedo, pero hubiese sido mejor que Marco siguiera su consejo, así se habría ahorrado caer en el nido de serpientes que estaba a sus espaldas.
Esos dos días habían sido en definitiva los dos mas largos y tortuosos que recordaría sin embargo dos cosas fueron buenas en aquel día.
La primera es que la caída lo dejo inconsciente antes de que pudiera sentir el ardiente dolor que el veneno de las serpientes provoca y lo segundo fue que la criatura lo salvo…