Tardaron un año y medio en hallarlo. Un largo y tedioso año y medio en que las frustraciones casi los hacían enloquecer, pero lo lograron. Estaban frente a una cabaña en medio de la nada. De lejos podían ver a tres personas practicando el arte de la espada de tal forma que se escuchaba el sonido metálico dado por el impacto de las hojas afiladas. Eran ellos, el grito de Lal los delató.
—¡Que te dije de mantener la guardia alta! —tan enojada como siempre que se ponía seria en sus entrenamientos
—Lo… lo siento —Tsuna se sostenía la frente que fue golpeada mientas aguantaba las lágrimas
—Lal, cálmate —Fon a su lado le palmeaba levemente la espalda
—¡No! —apretó sus puños— ¡Este niño debe aprender!
—Pero vi algo —se quejó el castaño intentando que su tía le creyera—. Mira, allí —apuntaba con su dedo índice
—¡No me des excusas, Tsuna!
—Lal —Fon la detuvo— es cierto. Mira —sonrió divertido cuando su compañera se giró furiosa, pero se quedó helada al ver a los recién llegados
—¿No debo asustarme? Son extraños después de todo —Tsuna miraba a las tres personas a pocos metros, las mismas que le generaban un sentimiento de calidez por alguna razón
—Tú tranquilo —Verde salió de la cabaña para acercarse con rapidez, le sorprendía esos tres que se hubiesen demorado tanto en llegar—. Son conocidos
—¿En serio?
—¡¿Qué haces tú aquí-kora?! —Colonello apuntó a quien bostezaba con pereza— No… espera… ¿y Skull? —rápidamente echó un vistazo, pero no lo halló y era muy extraño porque aquel tonto solía armar alboroto cada cinco minutos
—¡Dejaste que pasaran y no los detectaste! —Lal golpeó la cabeza de Fon— ¿Y si eran enemigos?
—No lo eran —suspiró con resignación, acostumbrado a la paranoia de su compañera que se incrementó desde que fueron atacados hace tantos meses—. Además, sabes que sólo puedo detectar energías negativas, ellos no lo son
—¡Lal! —Luce sonrió entusiasmada mientras extendía sus brazos— ¡Preséntame al pequeño! Es tan hermoso como cuando nació
—Oh no. ¡No te le pegues o se pondrá todo delicado! —Lal colocó a Tsuna detrás de ella— Me costó mucho que formara su carácter, no quiero que lo dañes
—A mí también me da gusto verlos —Viper pasó de largo a las mujeres y vio al castaño de pies a cabeza. Aceptaba que se veía tierno a pesar del sudor que le recorría las sienes—. Con razón ese mocoso se negó a dejarte de lado —lo inspeccionó rápidamente rodeándolo para analizar el estado físico del jovencito—, hasta él terminó cayendo presa de los encantos de este niño —le revolvió los cabellos con amabilidad—. Bueno… lo ha hecho desde su nacimiento, así que… —Viper recordaba claramente lo posesivo que era Reborn incluso cuando era un bebé que compartía cuna con Tsunayoshi
—No entiendo que pasa aquí —Tsuna los miró con extrañeza—, ¿pueden explicarme por favor?
—¡Primero quiero saber por qué verde está aquí! ¿Y Skull-kora?
—Soy su reemplazo —bufó con desgano sin desear recordar cómo escapó de sus captores y llegó a esa cabaña—. Larga historia… algún día les contaré
—Tío Fon —el castaño miró a quien parecía el más normal
—Danos un momento para ponernos de acuerdo y sabrás lo que necesitas saber, Tsunayoshi
¿Cuán difícil sería explicarle todo a un adolescente de quince años? Muy difícil suponían todos y por eso se tomaron una hora para charlar a solas, decidir qué y cuánto le contarían pues había muchas cosas que hacer, otras que evidenciar, darle tiempo a que asimilara todo y esperar a que no colapsara. Pero creían firmemente que decirle la verdad lo ayudaría a mentalizarse para lo que vendría en pocos meses.
Aunque nunca esperaron que el castaño riera bajito mientras se sostenía la cabeza cuando terminaron de decirle la larga historia. Era un gesto bastante raro para quien emitió sólo un «Así que era por eso»
Le dieron un periodo de silencio para que aceptara todo, Fon incluso preparó té para ser un buen anfitrión, y cuando el castaño se vio en posibilidad de mirarlos y hacerles unas preguntas fue mucho mejor. Pero obviamente eso sólo era el inicio porque después de aquello tenían que pensar en un plan de rescate bastante elaborado ya que había dificultades en las que no pensaron con anterioridad
—¿Un bosque de espinas?
—No exactamente —Colonello se cruzó de brazos—. Es un bosque de rosas y por ende éste tiene espinas.
—Lo descubrimos cuando Luce quiso visitar de nuevo al mocoso para ver si seguía en la torre, pero no pudimos pasarlo —Viper miraba a Fon con desagrado, molestándose por lo calmado que estaba mientras los demás estaban angustiados en demasía
—Y piensan que Tsuna sí podrá hacerlo —Verde miraba a su (desde hace unos meses porque se lo prometió a Skull) protegido
—Sí —corearon los recién llegados
—Tsuna —Lal miró a quien se había mantenido distante y en silencio—, ¿estás escuchando?
—¿Me dirán su nombre? —susurró cuando dejó de jugar con sus dedos
—¿Sólo eso preguntas? —La de cabellera azulada le golpeó la cabeza
—Es que… tengo que rescatar a alguien, pero no sé su nombre y no lo conozco —los miró atentamente, tratando de adivinar en lo que pensaban
—Oh —Fon miró a los invitados— es verdad que no le han dicho eso
—¿Qué cosa? —Tsuna los miró con intriga
—El quien es tu destinado —Verde chasqueó su lengua— el nombre de quien tienes que salvar
—La verdad… No me negaré a salvar a quien requiera de mi ayuda… pero —Tsuna había escuchado toda la historia, había aceptado quienes eran sus padres y en qué condiciones se hallaban, pero no asimilaba el hecho de que estaba comprometido con quien debía salvar. Era extraño y confuso, mucho más si nunca le decían el nombre— esa persona
—No de nuevo —Viper golpeó la mesa con su taza—. No otro error —bufó mirando a sus compañeros— Te diré quien es y…
—¡Espera! —Luce detuvo cada palabra con un leve movimiento en donde ella se acercó al jovencito— Quieres saber el nombre, ¿verdad?
—Así es
—Pero esa persona te dijo que él mismo lo diría cuando se encontraran de nuevo —Luce sonrió cuando esos ojitos marrones un tanto apagados tomaron brillo y la miraron expectante
—No puede ser —sus manos temblaban porque después de tantos meses al fin alguien mencionaba a “esa” persona
—Quien duerme en esa torre, quien está destinado a casarse contigo y quien comparte esta marca —Luce levantó la manga del chico demostrando el azulado sol que adornaba la piel del antebrazo que se tornaba levemente morena debido a los rayos del sol que seguramente la dañaron— es la misma persona que te prometió decir su nombre cuando sus ojos se encontraran con los tuyos
—Es él —Tsuna no pudo evitar sonreír con emoción al recordar a aquel azabache del que nada sabía
—Les dije que Luce sería perfecta para decir “eso” con el encanto necesario para que este niño brillara —Fon rió al ver a su protegido sonreír en amplitud mostrando la mirada fulgurante
—Hubiese sido más fácil si ustedes dos, mocosos, se hubiesen dicho sus nombres desde el primer sueño que tuvieron —bufó Lal al levantarse para tomar un poco más de té y de paso servirle más al rubio que jugaba con su taza
—Así está bien, ¿verdad? —Luce acarició las mejillas del castaño— El misticismo siempre les ha gustado —Tsuna asintió con vergüenza
—Otra cosa es que ese niño quiere hacerse el interesante. Sabes lo orgulloso que es y lo egocentrista, no me sorprendería que por una razón egoísta no dijese su nombre jamás-kora … pero no me quejo, así es él —de cierta forma extrañaba a Reborn
—Entonces —Luce miró a quien apretaba los labios para dejar de sonreír, pero le era difícil—, ¿lo ayudarás?
—Sin pensarlo lo haría —sonrió
—Tu corazón vale oro, pequeño —susurró Luce antes de abrazarlo
—Pero no digan su nombre aun —Tsuna correspondió al abrazo—, quiero que él me lo diga
—Ahora resulta que éste también tiene su lado caprichoso —bufó Viper—. Joder, algo tenían que compartir
—Yo no creo que sea caprichoso —Fon rió al recibir un gruñido por respuesta— sino romántico de alguna forma
—Ugh —Verde fingió tener náuseas—. Me hicieron recordar algo que no quiero
—¿Qué cosa? —Tsuna lo miró con curiosidad
—Algo relacionado con Skull —agachó su cabeza y rió bajito cuando logró hacer que todos sus compañeros hicieran muecas de asco, tristeza, compasión o dolor—. Aún recuerdo cuando era un hada en sus primeros años… Era tan…
—No hablemos de eso por favor —Lal se estremeció—. Tampoco menciones al otro… no puedo creer que en alguna época esos dos… Mejor no digo más
—¿Quiénes? —Tsuna los miró interrogante. Odiaba cuando no le decían las cosas
—No importa —Luce sonrió— es pasado y nadie quiere revivir viejas heridas ajenas y propias
Lo único que sabían las seis hadas en esa cabaña era que debían, por todos los medios, forjar un guerrero capaz de enfrentar a Bermuda, tan sabio y perspicaz que lograse superar cada reto y para eso tenían seis meses. Meses en el que cada uno tenía algo nuevo que enseñar.
Tsuna estaba motivado, creyó poder lograrlo a pesar del cansancio, después de todo… tenía a alguien especial que quería ver cuanto antes, así que se juró progresar lo más rápido que pudiese.
Pero las cosas no siempre salen como se planean. Menos si quien quiere el mal tiene a su disposición la magia que los demás no se atreven a usar.
—¡Ya déjalo! —intentaba ponerse derecho, pero no podía. Estaba flotando en el aire boca abajo, mirando de refilón a su captor, pataleando para estabilizarse aunque sea un poco— Bermuda, me escuchas… ¡sé que me escuchas, maldición!
—Sigues siendo tan molesto como siempre —frialdad innata, ni una mirada compasiva, sólo aquellos dedos que tamborileaban en la madera de su trono
—Y tú tan arrogante y codicioso como hace años… pero yo soy de los pocos que pueden decir que no has sido así siempre
—Cállate
—Te dejaste envolver por el dolor y el deseo de venganza
—Cállate —advirtió con más seriedad
—Te rompieron el corazón, pero elegiste muy mal el camino después de eso —poco le afectaba esa voz de ultratumba o esa mirada gélida. Skull no era de aquellos que se dejaban amedrentar por cosas tan simples
—Skull… si te mantengo vivo es por una razón —repasó las plumas de su preciado cuervo antes de seguir—, así que mejor no me tientes
—Bermuda —jadeó manoteando al aire para girar lo suficiente y mirarlo de frente— Nadie en este mundo es culpable de que aquella persona no te eligiera y se fuera dejándote con las esperanzas rotas
—¿Hablas de esa humana? Pues es triste que tú la recuerdes y yo no
—No todos los humanos son así y, aunque en cada uno de ellos existe la codicia, cometen errores y se deforman… no puedes simplemente querer verlos sufrir para que paguen por un crimen que no les pertenece
—Dices incoherencias, Skull —apretó su báculo con rabia—. Cállate o agotarás mi paciencia
—Yo te ofrecí todo lo que pude —recriminó con dolor—, pero no fue suficiente para ti. Nunca lo fue
—Ahora me reclamas —lanzó una sonrisita irónica
—Sí
—¿Por qué? —suspiró para darse paciencia
—Porque me matarás pronto, ¿o no? —en el fondo Skull siempre supo que terminaría de esa forma, a pesar de que se negó a aceptarlo… ya era tiempo de ver la realidad y resignarse a fallar—. Ya te has dado cuenta de que yo no te sirvo, de que no sé dónde está mi pequeño Tsuna… entonces te desharás de mí como de cualquier otro ser que no te genere beneficios —sus ojos ardieron, pero se negó a llorar
—Está bien, entonces dime lo que tenga que decir porque será la última oportunidad que tendrás
—Yo te deseé felicidad con esa mujer —estaba decidido a sacar todo aquello que lo dañaba por dentro—. A pesar de que yo sí quise, por lo menos, tener una buena amistad contigo y soporté cada desprecio que me has hecho durante todos estos años porque tú me negabas como compañero de vida
—No me lo recuerdes porque es repulsivo
—Aunque me creas un estorbo y la lacra de tu existencia… ésta marca nos une Bermuda, pero yo nunca pedí que fuera así y tú tampoco —se tocó el hombro y lo apretó hasta que dolió—. Tampoco te obligué a que me entregaras un poquito de cariño, bien sabía que tú no lo harías porque tu fascinación por los humanos sobrepasaba el raciocinio
—¡Dije que no la menciones!
—Yo estuve muchas veces dispuesto a perdonar tus errores, a cuidar de tu resquebrajada existencia, a brindarte la mano para que regresases al camino que nos fue cedido en nuestra creación
—¿Y ser un ente de paz? —lanzó una carcajada irónica— No me hagas reír
—¡Aún estoy dispuesto a ayudarte a regresar a tus orígenes reales! —apretó sus puños— Así que… por favor… te lo suplico, renuncia a ese pacto maldito con Lucifer
—Jamás —respondió con simpleza
—Lo sabía —el de cabellos morados sonrió forzosamente mientras tragaba grueso y miraba al frente. No le daría el placer de derramar una sola lágrima más en esa su despedida—. Ahora hazlo, acaba con mi vida y deshazte del lazo que nos une. Sé que tu magia puede cortar nuestro vínculo y así dejarás de depender de mis acciones, emociones o decisiones
—Lo haré, Skull… pero no ahora ya que antes quiero un favor más de tu parte —se levantó con parsimonia y caminando tan lentamente que era desesperante
—No haré nada a voluntad… ¡Primero muerto que ayudarte!
—Nunca dije que lo harías por tu propia voluntad —Bermuda extendió sus dedos para tocar el rostro de Skull—, pero me servirás
—Oh no —el aire se fue de su cuerpo porque la sonrisa en ese ser no auguraba nada bueno. Su mente procesó rápido cada idea que tuvo con anterioridad y se centró en la más rastrera— ¡No! ¡No te atrevas! —estaba aterrado, tanto que tembló
—Tú, mi querido Skull —se burló— Buscarás a Tsunayoshi, me informarás de su posición, lo separarás de sus guardianes y protectores… Y sólo así
—No, por favor —se removió con fuerza intentando que esas manos lo soltasen
—Sólo así —apretó más ese rostro hasta que incluso le clavó las uñas— culminará tus tareas bajo mi servicio y por ende tu labor en este mundo será cumplido
—¡No te guiaré ante mi pequeño Tsuna!
—Lo harás —sostuvo las mejillas con fuerza— no podrás negarte
—No perderé mi voluntad
—Yo haré que la pierdas, Skull
—¡No! ¡Me niego! ¡Gritaré que no soy yo el que actúa! —jadeó— Les diré que es una trampa antes de que tú…
—Callado, Skull —Bermuda unió sus dedos pulgar e índice derecho, y los posó sobre la comisura derecha de los labios de quien flotaba boca abajo
—Hum —murmuró debido al dolor porque una punzada se dio en el lugar que estaba siendo tocado— No —dijo entre dientes cuando aquellos dedos empezaron a simular ser una aguja e hilo que unía su labio inferior y superior— ¡No! —sus labios entonces se unieron de a poco, el dolor se hacía presente, sentía como lentamente perdía su voluntad de hablar. Con desespero manoteó al aire, pero no podía hacer nada en contra de esa magia oscura que se estaba incrustando dentro de su cuerpo
—Cuando te callas, eres mucho más agradable —cuando Bermuda terminó de coser aquellos labios, miró directamente a su nuevo súbdito mientras quitaba las vendas que cubrían su rostro y demostrando que él también tenía facciones a imagen humana—. Ahora me escucharás… —sonrió cuando un par de lágrimas se derramaron por las mejillas pálidas de Skull—. Sólo dirás lo que yo permita que digas, irás a donde yo quiera que vayas, buscarás a quien yo decida
—Mgh… ¡Ngh! —aun con los labios juntos y apretados intentaba negarse
—Serás mi pequeño muñeco explorador y me traerás a Tsunayoshi… Tú, su hada madrina, serás quien lo traicione
Ni las lágrimas o gemidos de dolor lanzados mientras la magia de Bermuda se incrustaba en el cuerpo de Skull, lograron detener al hechicero. Después de todo, él se entregó a la magia negra desde hace muchos años y desde entonces perdió todo sentimiento puro que su corazón alguna vez hubiese experimentado.
Continuará…