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El arco y las flechas carmesí por Shinjimasu

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Eren tiene un mal presentimiento de todo lo que sucede. No saber dónde está Levi le inquieta muchísimo, más aún al tener noción de saber quiénes son los culpables. Sabe que él no es así, ese niño tímido no sería capaz de solo irse y perderse, menos aún de preocupar a su mamá de esa manera.

Corre por las calles, buscando. No se encarga de Levi directamente, sino de aquellos quienes claramente son responsables de su escape en primera instancia. No tardó en encontrarse con uno de ellos, husmeando cerca de un establo lleno de cosas para vender.

No lo piensa y arremete contra él, derribándolo con fuerza -¡¿Qué le hicieron a Levi?!- grita sosteniéndolo con firmeza -¡¿Dónde está?!-

-¡¿Eren?!- lo llama asustado -¿Qué demonios haces aquí? ¡Suéltame, tú, idiota!-

-¡Cállate y habla! ¿Qué le hicieron?-

-¡No sé de qué hablas!- contesta el chico molesto, haciendo enfadar más a Eren.

-¡No mientas, maldito! Yo sé que tú y tus estúpidos amigos tienen la culpa-

-¡Estás demente!- se queja el chico intentando quitárselo de encima, pero en su posición es imposible -¡Ya déjame en paz!-

-¡No hasta que me digas lo que le hicieron a Levi!- grita haciendo presión sobre su extremidad –O me dices, o te rompo el brazo-

-¡No, no, espera!- gime el chico sabiendo que Eren es capaz de hacerlo -¡Te lo diré!-

-¡Habla entonces!-

-Sí, nosotros lo estábamos molestando hace rato- gruñe –Pero lo perdimos del otro lado de la entrada ¡Lo juro! No sé a dónde pudo haber ido después-

Eren se queda pensando unos segundos. Vuelve en sí y suelta al chico por fin, incorporándose para seguir con su búsqueda: si Levi estaba fuera, con mayor razón debía encontrarlo cuanto antes.

No detiene su carrera hasta llegar a la entrada de la ciudad, pasándose de largo pese al llamado de los soldados viéndolo cruzar con prisa. Faltaba poco para que el sol comenzara a ocultarse, por eso debía darse prisa: si se oscurecía, encontrarlo sería todavía más difícil.

Durante su búsqueda, no puede dejar de pensar en todos sus recientes errores. Si no se hubiera ido de la casa de Levi, él nunca se habría escapado ¿Por qué siempre tenía que actuar sin pensar? ¿Por qué no podía ser un niño tranquilo como la mayoría? ¿Por qué siempre era tan imprudente e impulsivo? Finalmente sus actos tenían consecuencias, y ahora paga el precio más alto.

Cuando reacciona se da cuenta de que ya ha recorrido una distancia considerable. No quiere perderse él también, pero no encuentra alguna manera de encontrar al chico sin salirse del camino: si lo quiere encontrar, tendrá que arriesgarse. Encuentra un espacio abierto entre unos árboles al final de las casas cerca de la muralla y se adentra sin pensarlo. Aún hay luz suficiente, si se esfuerza, lo logrará. Sabe que lo hará.

-¡Levi!- exclama mirando a todas partes -¡Levi! ¿Dónde estás?- lo llama sin parar. Solo desea encontrarlo, solo eso. Lo demás no importa.

Pierde la noción del tiempo y cuando se da cuenta ya se está ocultando el sol. No se permite desesperarse ni perder el control, pero la angustia comienza a crecer cada vez más. Sabe que Levi está en alguna parte esperándolo, y él lo encontrará.

Se confía plenamente en eso cuando escucha la voz gruesa de su padre llamándolo.

-¡Estoy aquí!- contesta apresurándose para encontrarlo, descubriéndolo manejando su carreta hacia él  –Papá, no puedo encontrar a Levi ¡Ayúdame a buscarlo!-

-Hijo, tranquilízate, Levi está bien- responde parando, bajando para detener a su inquieto hijo.

-¿Cómo sabes eso? ¡Él está perdido!-

-No Eren, escúchame, él está a salvo en su casa, apareció hace un rato. Por eso vine a buscarte-

Un enorme alivio se hace presente en el chico y finalmente logra calmarse. No cree que su padre pueda mentirle sobre algo así y cede, apresurándolo a llegar a casa de Levi para constatarlo él mismo sin pensar en la manera en que regresó sano y salvo.

Transcurren algunos  minutos y finalmente llegan a la casa. Eren se precipita al bajar y toca apresurado la puerta, siendo recibido por Kuchel.

-¡Levi! ¿Levi está aquí?-

-Eren, sí, él ya está aquí- le sonríe ella –Te agradezco mucho el que hayas ido a buscarlo…-

-¿Puedo verlo?- la interrumpe cuando su padre llega a su lado.

-Lo lamento Eren, pero Levi se quedó dormido- respondió –Aun así puedes verlo si quieres-

-¡Sí, sí quiero!- exclamó entrando a la casa de inmediato, ignorando la llamada de su padre. No le interesa ser regañado en ese punto, no le importa nada más que una sola cosa…

Entra a la recámara esforzándose por no hacer mucho ruido y encuentra al chico recostado en su cama, tan tranquilo como si nada de lo anterior hubiera sucedido. Eren suspira aliviado y se acerca para mirarlo de cerca. Solo necesita asegurarse de la realidad del momento aunque parezca absurdo tener duda de ello.

-Levi…- lo llama en voz baja al mirarlo. Se ve cansado, no era para menos. Tenerlo frente a él lo hace sentir mucho mejor y acaricia su cabello con cuidado, sintiéndolo moverse de pronto -¿Levi?-

El chico no se resiste más y abre sus ojos. Había estado fingiendo. Se endereza y mira a Eren molesto

-¡Levi! ¡Me alegra que estés…!- comienza a decir el chico acercándose, recibiendo un empujón como respuesta  -Oye…-

-¡Déjame en paz!-

-¿Eh? Pero Levi, soy yo ¡Soy Eren!-

-¡Vete, no me molestes!- exclama molesto, haciendo a Eren obedecerlo. Está confundido por sus palabras, negándose a pensar que son reales.

-Levi ¿Qué pasa? ¿Estás molesto conmigo?- pregunta mirándolo de manera ansiosa, más aun al no tener respuesta del nervioso chico frente a él -¿Hice algo malo?-

-¡Ya te dije que me dejes en paz!- exclama intentando empujarlo de nuevo, pero Eren reacciona y sujeta sus manos para detenerlo.

-¡No me iré!- responde sujetándolo con fuerza -¡No hasta que me digas lo que sucede!-

Levi forcejea para liberarse, pero al final cede ante la insistencia del chico. Se detiene y lo mira con coraje, desviando el contacto antes de hablar –Ya no quiero ser tu amigo-

-¿Qué…? ¿Por qué?- lo suelta Eren confundido.

-¡Solo ya no quiero!- se queja aún sobre la cama –Así que déjame en paz-

Eren no responde. En su cabeza todo tiene sentido: Levi ya no quería ser su amigo porque no él no había cumplido con su responsabilidad como amigo. No lo había protegido de esos niños, no lo había ayudado cuando se perdió, ni siquiera podía escucharlo con sus problemas. Claro ¿Cómo podría llamar a eso amistad? ¿Cómo podía esperar que Levi quisiera estar con él si no era suficiente?

¿Pero estaba bien rendirse tan fácil? ¿Dejaría pasar todo lo que sentía?

-Hey, Levi, no te molestes conmigo- pide –Si hice algo malo…-

-¡Cállate! ¡Ya no me molestes Eren!- exclama metiéndose debajo de las cobijas -¡Vete!-

-Pero Levi…- lo llama ansioso intentando mirarlo, pero cuando logra quitar las cobijas recibe un golpe en el mentó lo suficiente fuerte como para hacerlo perder el equilibrio y caer.

-¡VETE!- le grita el lloroso chico sobre la cama, cubriéndose de nuevo.

Eren no entiende, y mecánicamente sale de la habitación. Está tan confundido como ansioso. No entiende la situación, solo se mueve sin pensar. Baja las escaleras topándose con la madre del niño en la base.

-Eren ¿Estás bien? Escuché gritos- dice ella.

-No, está bien, fue mi culpa- contesta sin expresión alguna en su rostro. Se nota completamente desconcertado mientras se cubre la mejilla con su mano –Perdón-

-¿Estás seguro?-

-Sí, perdón por molestar- dice pasándose de largo para salir de la casa, topándose con su papá. Tampoco le habla y sigue caminando, subiendo a la carreta en silencio.

No reacciona del todo sino hasta llegar a casa. No quiso darle más explicaciones a su mamá y solo subió a su habitación para dormir. Está lo suficientemente confundido como para solo meterse en su cama e intentar dormir.


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