Las reglas de la sociedad no son diferentes aquí, los débiles buscan protección de los fuertes, cada quien unirse a un grupo con el cual sentirse identificado y respaldado, la diferencia más grande con el reino del que provengo es que los humanos siempre parecen en celo. Todos los especímenes humanos que se acercan a mí, tienen intenciones escondidas, se acercan con una falsa sonrisa, con una triste expresión de lastima, buscan algún truco para aprovecharse de uno, sin embargo, mi objetivo es el mismo, no me molestaría ser usado siempre que el trato sea entre ambas partes.
Ha pasado apenas un mes, mi compañero se dedicaba a jugar con los híbridos, aquellos aberrantes humanos mezclándose con los espíritus animales, simplemente asqueroso. Por mi parte me dedicaba a llevar mi experimento a cabo, pero todos los humanos con los que me relacionaba eran manipuladores, traicioneros, lo peor que he podido encontrar, a pesar de intentar volver su impío corazón en una joya pura para recibir el poder que merezco, todos terminan igual, con su asquerosa sangre manchando mis manos, pero fue el mejor final que se les puede dar a tales seres, ninguno cumple mis expectativas y el tiempo está en mi contra.
Hoy nuevamente estoy recorriendo la ciudad en busca de una nueva víctima, incluso me he relacionado con aquellos que dicen ser defensores de la justicia, personas correctas, pero sus palabras son vacías.
El estruendo llama mi atención, veo como una enorme criatura peluda ataca con sus garras a los híbridos, destaca por la falta de uno de sus ojos, en donde debería estar solo cruza una enorme cicatriz. Su cola golpea al lobo, mientras el búho intenta llamar su atención, es obvio que Bel lo escogió por ser un animal que sufrió las injusticias de la sociedad humana. Del mismo modo sé que no es suficiente para derrotarlos.
– ¡Hey! ¡Apártate! – escuchaba las voces gritar, pero lo que no esperaba era se tacleado por un niño, y rodar un par de metros.
– ¡Qué te pasa! – mantuve la calma, pero entonces entendí porque me alejo, justo donde estábamos ahora estaban clavadas las garras de la criatura.
– Levántate rápido – pero quien se creía ese mocoso dándome ordenes, solo hice lo que me pidió porque estábamos en medio de esa absurda batalla.
Nos alejamos de allí hasta una calle más abajo, ese niño estaba agitado, seguro no estaba acostumbrado a actividades físicas.
– ¿Te encuentras bien? – pregunto aun si su pecho seguía subiendo y bajando.
– Yo debería hacer esa pregunta… Luces cansado – me sacudí un poco el polvo.
Él sonrió mostrando que tenia metal en sus dientes.
– ¿Qué es eso? – no pude evitar preguntar.
Me miro con curiosidad, espere su respuesta, los humanos si que son lentos.
– Te refieres a mis frenos – parece que por fin capto – Los uso por temas de salud dental, al final del año debería quitármelos.
No me interesaba esa información, pero fue mi culpa por preguntar. Otras personas estaban allí también, seguramente escaparon de la pelea, decidí marcharme. No me interesaban humanos cobardes corriendo como alimañas por su vida sin importarles los otros.
En mi camino se cruzo una joven, quien pregunto sobre mi estado, pero notaba su tono falso, su expresión corporal era de un tipo más coqueto, mientras que a sus espaldas un par de féminas observaban con diversión la escena. Con esto me refiero a que los humanos están en celo todo el tiempo. Las sirenas de aquellos camiones color blanco con una enorme cruz roja hizo que la mayoría se acerca, buscaban auxilio, entre los que se acercaron estaban el grupo que antes miraban con risa a su compañera, quien por cierto se marcho también. Todos empujándose y buscando ser atendidos primero, a veces hasta casi sentía lastima por ellos, pero la repulsión podía más.
Mi atención fue captada por el niño de los frenos, aunque no se si sea correcto llamarlo niño, pero fue figura delgada me decía que las actividades físicas no eran lo suyo, lo más seguro es que no crezca mucho a este paso. Note como tenia algo entre sus manos, en donde se veían las pequeñas imágenes de la batalla, eso debe ser a lo que se refieren con “Capturar la imagen”. Por curiosidad me acerque.
– ¿Qué estas haciendo?
Él ni siquiera volteo a verme al responder, que grosero – Estoy tomando videos para el blog – fue casi el murmullo de un ratón. Una vez la criatura fue derrotada, lo cual fue un final obvio, por fin me dirigió la mirada – Hay muchos interesados en esos guerreros mágicos, ¿No son geniales? – pregunto con una enorme sonrisa.
No pude evitar voltear los ojos, pues los consideraba todo lo contrario – Solo buscan llamar la atención…
– Pero ayudan a las personas – me interrumpió, no le dije nada pues quería escuchar lo mismo de siempre: “Ellos protegen a las personas”, “Ellos salvan a los inocentes de los monstruos”, “Son los únicos que pueden defendernos, pobre de nosotros”, “Son nuestros héroes”. ¡Pamplinas! Lo único que hacen es retrasar su destino, el cual era exterminarlos para salvarlos de ellos mismos – Pienso que… Son geniales… Porque no es su deber ayudarnos, si no que se arriesgan porque es lo correcto, aun si nadie se los agradeceré… Es parecido a una buena acción silenciosa…
– Pelear con monstruos es todo menos que silencioso – refute sin duda.
– Me refiero a que… Si ellos quisieran tener fama y gloria, diría quienes son, pero… Se mantienen en el anonimato – note como se ruborizaba un poco. Cielos, este chico me provoca nauseas, los admira de verdad. Entonces me di cuenta de algo.
– Mencionaste algo de un bloc…
– Mi blog – me corrigió, pero no fue con mala intensión, o al menos su tono me dijo aquello – Hay muchos sitios webs acerca de ellos, entonces decidí poner uno propio… Bueno de hecho es de una página gratuita, pero… Ya entiendes…
No definitivamente no tengo ni idea de lo que está hablando – Me gustaría verlo, a decir verdad, tengo cierta curiosidad sobre el tema…
– ¡¿En serio?! – no esperaba una respuesta tan efusiva – Tenemos mucho de que hablar, tengo muchas teorías, siempre es interesante conocer puntos de vista diferentes, tengo tantas fotos y videos, creo que incluso puede haber más… – deje de escucharlo a la tercera irritante palabra, pero era posible que me ayudara a saber de esos híbridos – Tengo una teoría del porque atacan lugares con joyas, seguro intentan recuperar poder, debe haber algún tipo de joya mágica o legendaria, como en… – tal parece que si sabe bastante, o es muy deductivo, o el idiota de Bel debe planificar mejor sus ataques, quizás ambos.
– Soy Kale – me presente para cortar su rollo – Agradecería que me explicaras con más calma.
– Lo siento… Me emociono mucho… Mi nombre es Collin – sonrió, mostrando de nuevo el metal en sus dientes, era bastante curioso, pero mi nuevo objetivo era saber que tanto podía usar a este humano, después de todo si no me llega a servir, nadie notara una plaga menos en el mundo.