Los ataques continuaron, diferentes criaturas corruptas se presentaron para atacar, todos eran animales llenos de resentimientos hacia los humanos, blancos perfectos para Bel, el guardián oscuro que doblegaba a otros seres gracias a su magia. La estrategia de los guardianes híbridos era llevarlos lejos de los edificios, lo que menos querían eran llamar la atención o causar daños a personas inocentes, a cualquier criatura ajena a esta peculiar situación, sin embargo, era difícil, la ciudad estaba consciente de los diversos ataques, de los dos personajes misteriosos que luchaban contra los monstruos; en un intento del gobierno por esconder su ineptitud en el tema, inventaban que era escenario para una película, para un comercial, una protesta, o alguna ridícula cortina de humo hasta averiguar más, pero no obtenían ninguna pista.
El guardián de la belleza comenzaba a perder la paciencia, sus planes no resultaban satisfactorios, exprimía los sentimientos ocultos en las criaturas que poseía, pero no era suficiente, aun si ver el caos y el miedo en los humanos era placentero, lo que deseaba era encontrar las Jewel Pride para su amo. Una idea llego a su mente, conocía al humano que frecuentaba Kale, según el por un experimento, pensó que quizás debería imitar aquello, aunque de solo pensarlo le daba nauseas, la sola idea de convivir con un humano, le producía arcadas. La otra idea fue exprimir el corazón del humano llamado Collin, pero eso tampoco era una opción, sabía que Kale tomaría represalias contra él.
– Adora mucho a ese humano – no pudo evitar hablar en voz alta consigo mismo.
– En efecto, se ha desviado del camino – le respondió una voz que no era la suya, esto hizo al guardián corrupto percatarse de que había alguien más en aquella mansión desolada.
Supo que no era el guardián de la resistencia, después de todo Kale siempre reaccionaba mal cuando le preguntaba por aquel humano, la energía del otro ser delato su origen.
– Es raro que te presentes, aunque sería bueno poder verte – sabía que otro guardián corrupto no era una buena señal, solo le decían que pronto podría ser reemplazado por no cumplir con su labor.
– Digamos que he estado observado desde hace mucho tiempo, escondido de ambos, tenía curiosidad, del porque no podían cumplir con una simple tarea – apareció detrás de él, tirándolo al suelo, tomándolo por sorpresa, sometiéndolo con su pie en la garganta – Mandar a un insecto para hacer este trabajo, el amo Discord te tiene mucha compasión – oía como pedía respirar, intentando inútilmente quitar su pie – ¿Qué dijiste? No puedo oírte – presiono más su cuello – Habla más fuerte – no se detuvo aun si le arañaba inútilmente – Ni siquiera puedes usar tu poder, tan patético – sintió un ligero dolor, vio que enterró varias agujas en su pierna, e incluso intentaba clavar más – No tienes mente propia, apenas mencione lo de tu poder lo usas – le libero por fin – Recuerda que no podemos dañarnos entre nosotros con nuestra magia – le recordó por qué no funcionaron sus agujas, apenas el otro intento ponerse de pie, le pateo en el estómago para mantenerlo en el suelo – Pero nada impide el daño físico – se agacho para estar a su altura, sus dedos jugaron con la larga cabellera oscura del otro hasta tomarlo con fuerza – Ahora pon atención a lo que haremos.
Su plan iba a ponerse en marcha, usaría a la mariposa como títere en su juego, dejando al caballo del lado, este no le importaba, lo único que buscaba al igual que sus compañeros era reconocimiento, la gratitud de su amo Discord es lo que llevaba a los guardianes corruptos a cumplir con su misión, incluso si entre ellos mismos se mataban solo por tener su atención.
No una, ni dos, tres criaturas aparecieron en un terreno baldío a las afueras de la ciudad, distintos a los otros ataques, este era realizado en un lugar donde no habían humanos, sin embargo, el guardián sabía que irían allí, quizás antes los híbridos no hubieran sido capaces de reconocer la energía acumulada, pero había observado como ganaron experiencia gracias a las criaturas oscuras que derrotaban, como se embutían de magia de los seres que mataban, dentro de sí se preguntaba si esos humanos sabían su fuente de poder era la matanza de las criaturas atormentadas, aun así pensó que no hacia ninguna diferencia esta información, estaba seguro que al igual que el resto de humanos, solo eran escoria sin valor, capaz de matar solo por diversión.
Tal como lo predijo los guardianes híbridos llegaron a poner fin a la existencia de esas tres almas víctimas del maltrato humano. La batalla no duro mucho, sus habilidades mejoraron al punto de acabar con ellos en menos de diez minutos, pero esas criaturas eran solo el nivel 1. Ambos detuvieron su pequeña celebraron al oír los aplausos pausados, primero fue un sonido ligero, fue aumentando hasta producir un eco que hizo a ambos voltear en todas las direcciones, tratando de averiguar su origen.
– No esperaba menos, sin embargo, es patético alegrarse solo por derrotarlos – apareció el guardián corrupto, su traje similar al de ellos era de tonos azul oscuro – Que descortés, ambos lucen tan confundidos, aun si los conozco ustedes a mí no – veía a ambos con sus ojos de tonos azul verdoso ensombrecidos, una característica que compartía con sus compañeros era su oscura mirada – Soy Dorian, el guardián del poder, quizás se pregunten, ¿Poder?, no es nada, tenemos al guardián de la fuerza de nuestro lado – fijo su mirada en el guardián de ropas de tonos azul hielo y cian – Hay mucha diferente, él solo es fuerza bruta, mientras que yo – trono los dedos, a su alrededor aparecieron pequeñas esferas de agua – Me especializo en magia – apenas termino la frase ambos guardianes híbridos fueron golpeados por el agua, la fuerza del impacto era dolorosa, no dudaban que dejaría moretones. El guardián de la sabiduría cayó al suelo, su cuerpo estaba adolorido por los múltiples impactados, frente a él se puso el guardián de la fuerza, quien, si bien estaba herido, su habilidad le permitía seguir en pie.
– El guardián del poder, el dragón del mar – empuño su espada, mostrando que aun podía luchar, sabía que era un enfrentamiento desigual, puesto que el corrupto tenía su magia gracias a su señor oscuro, la única opción que les quedaba era escapar junto a su compañero herido. Con su espada fue golpeando las esferas de agua que se acercaban a velocidad, al romperlas en dos perdían su forma volviendo a su estado líquido.
“Hay Max, no estas muerto levántate ya”
El búho exigía a su usuario volver a la batalla.
“Me duele todo, ¿Cómo es posible que duela tanto?”
Se quejo aun tirado en el suelo, sabía que no podía quedarse allí, pero tampoco encontraba una manera de escapar, él también sabía que era su única opción.
“Su elemento es el agua, usa su energía para darle forma, consistencia y velocidad, de esa manera los golpes son tan efectivos”
Max entendió, aunque le parecía injusta la diferencia niveles, veía como su compañero solo podía defenderse y al mismo tiempo defenderlo a él. Decidió levantarse lentamente, su cuerpo adolorido gritaba con cada movimiento, aun así, logro tensar su arco y flecha, empezó a respirar de manera pausada, controlando su respiración, escuchando los latidos de su corazón, quería concentrar su energía en la punta de su flecha; permaneció detrás de su amigo, desde donde fijo su vista en las esferas de agua que se abalanzaban con toda velocidad, sabía que el enemigo solo jugaba con ellos, por lo que no esperaría un ataque con ese.
La flecha salió disparada hacia el corrupto, iba a interceptar con una esfera de agua, pero antes de siguiera tocarla, la flecha se multiplico, la punta se encendió como una vela, el choque entre el fuego y el agua causo un vapor que impidió ver a ambos bandos. Lucas reacciono ante esa distracción, clavo su espada en el suelo, uso su fuerza restante para abrir un camino de hielo hacia el enemigo, logro congelar solo la mitad de su cuerpo, pero eso les dio tiempo a ambos de escapar.
El corrupto escapo sin mucho esfuerzo, sin embargo, noto que ambos guardianes híbridos habían huido del campo de batalla – No importa, para esta hora ya debería tener lo que quiero.
La ciudad no estaba siendo atacada por criaturas oscuras, como temían los portadores, aun así, estaba en marcha el plan del nuevo corrupto.
– ¡Suéltame! – exigió el chico de frenillos, estaba forcejeando con un chico mayor de cabellera larga.
– Deja de quejarte, todo terminara pronto – tuvo la expresa orden de no controlarlo con su magia, dado que no querían afectar los sentimientos o voluntad del experimento.
Pataleaba, gritaba, intentaba pedir ayuda, pero nadie a su alrededor se acercaba, muchos miraban con preocupación, aun así, ninguno se atrevía a intervenir. El corrupto lo llevo hacia un callejón para poder dejarlo inconsciente de un golpe, pero alguien se atrevió a intervenir.
– ¿Qué crees que estás haciendo? – su voz hizo temblar al guardián de la belleza – Suéltalo ahora – fue firme.
– Kale – reconoció Collin – Por favor ayúdame, este sujeto me ha estado arrastrando sin motivo – pidió ayuda, era claro que un humano no se comparaba en fuerza a un ser del Reino Luce.
– No te metas, son órdenes directas – intento imponerse Bel, sabía que el otro podría ganarle sin esfuerzo, quizás solo pensaba ganar tiempo en lo que llegaba el Dragón.
– Deja de hablar tonterías, suéltalo, no volveré a repetirlo – no se dejó intimidar, se mantuvo firme, sus ojos verdes de matices oscuras mostraban su gran molestia, su ira por tal atrevimiento.
– Te arrepentirás de esto – advirtió Bel antes de soltar al humano e irse, volvería a la mansión abandonada donde se ocultaban, esperaba que esto fuera resuelto entre el Caballo y el Dragón.
– ¿Te encuentras bien? – pregunto al humano, la preocupación del guardián de la resistencia no pasó desapercibida.
– Si, solo fue extraño, apareció de la nada para llevarme, ni siquiera lo conozco – se mostraba confundido por toda la situación, pues aún si era ajeno a la situación, el hecho de que el guardián tenga cercanía con él lo ponía en la mira.
– Me asegurare de que no pase de nuevo – no soportaba la idea de que alguien se metiera en sus asuntos, menos con el humano que encontraba agradable de cierta manera.
– ¿Cómo lo harás? ¿Lo conoces? – ahora se mostraba con curiosidad.
– No te hagas ideas extrañas, solo déjamelo a mi – fue lo último que aviso antes de acompañarlo el resto de camino a su hogar, aun si era la primera vez que era su escolta, tenía la necesidad de verle llegar a salvo.
En la mansión abandonada se concentraba la energía maligna, pero era medida para no ser detectados. Aun así, la tensión era notoria entre ambos corruptos, en medio estaba Bel, quien tenía parte del rostro hinchado, antes de que el caballo viniera, el dragón le había dado un buen golpe en el rostro.
– Debí saber que aquí apestaba, ¿Qué demonios haces aquí? – detuvo al otro de su golpiza para encararlo.
– Me hago cargo a diferencia de ti, usare a esa humano para atraer las Jewel Pride, ¿No era esa su función? – lo miraba despectivamente, con una sonrisa sínica en su rostro, como si supiera que ese ser repugnante era valioso para el otro.
– Si alguien lo hará seré yo, he tenido que convivir entre seres inmundos como los humanos para encontrar un buen espécimen – no iba mostrar que le importaba una raza inferior.
– Entonces hazlo pronto, el reloj sigue corriendo, nuestro señor espera resultados, de una u otra forma – se alejó sin dejarle contratacar, ambos sabían que sería un duelo parejo entre ambos, solo serían castigados por desobedecer órdenes y causar mayor atención de la necesaria.
El caballo miro con suma molestia a la mariposa – ¿Dónde está la belleza de la que tanto presumías? – veía su rostro herido, pero no sentía compasión – Sera mejor que no me desafíes nuevamente Bel – le advirtió de que lado debía estar. En la habitación solo quedo la mariposa, maldiciendo su suerte por tenerlos de compañeros en aquella misión.