La respiración agitada, su cuerpo temblando, sus manos entumecidas por las flechas lanzadas, sus piernas a punto de caer por tanto saltar y correr, el cansancio se apoderaba de su cuerpo, poco a poco empezaba a acostumbrarse a su nuevo rol, uniendo su espíritu con el de Owel, por las noches vagaba en busca de criaturas corrompidas para liberarlas, mientras más liberara más poder mágico obtendría, eso fue lo que Owel conto, así obtendría más poder antes de enfrentarse contra los guerreros corruptos e ir en busca de la Jewel Pride, sin embargo Max sabía bien que sus peleas nocturnas dejaban huella, los daños en las calles no podían ser borrados. Sabía que alguien pronto notaria todo y empezaría a buscar más información sobre lo sucedido, incluso dudaba muchas veces si estaba solo cuando se transformaba, en unas oportunidades noto transeúntes nocturnos cerca, por lo cual tenía que terminar rápido su pelea o moverse a otro lado donde no hubiera testigos.
– ¡Estoy cansado! Cama dulce cama – Max se abalanzo aun en su forma de guardián a su cama apenas entro por la ventana de su cuarto.
Owel dejo el cuerpo tomando su forma humana, haciendo que la apariencia de Max volviera a la normalidad – Cállate, tus padres duermen – le regaño, se apoyó en la pared cercana.
– Lo sé, pero esta semana ha sido difícil, déjame descansar – le tiro una almohada – Ya ha pasado una semana desde que paso ese incidente, y para no llamar la atención buscamos criaturas corrompidas durante las noches, y durante el día debo ir a la escuela.
– Si, si la vida de un estudiante es difícil, en especial con tus malas notas – empezó a ojear el cuaderno sobre el escritorio.
– ¡Son notas promedio! Y deja de revisar mi cuaderno – se levantó para intentar quitárselo.
– Es una vergüenza que el guardián de la sabiduría tenga estas notas – no le dejo tomar el cuaderno, al final por la insistencia de Max le dio un golpe con el cuaderno en su cabeza antes de dejarlo tomarlo.
– Quizás mis notas no sean las mejores, pero al menos no soy un guardián con una actitud terrible – guardo su cuaderno. Owel estaba a punto de decir algo cuando se escuchó un ruido afuera, luego se escuchó el golpeteo contra la puerta.
– Hijo, ¿estás bien? – la voz de la madre de Max sonaba entre preocupada y cansada.
– Si mama estoy bien, solo recordé que tengo una prueba mañana, me levante temprano para estudiar.
– De acuerdo, trata de no desvelarte mucho – se escucharon sus pasos alejándose.
Max soltó un suspiro de alivio, busco a Owel al no verle cerca, lo ubico a unos pasos, convertido en búho – ¿Acaso iba a ser normal mi madre vea a un búho?
El búho desvió su mirada rojiza – Puedo actuar de peluche…
Max dejo allí la conversación, solo se fue a descansar a su cama.
El sonido de la alarma era insistente, aun así Max no despertó, pero no tuvo opción cuando su madre subió a su cuarto gritándole: Levántate flojonazo.
A toda prisa se cambió a su uniforme, tomando su mochila y asegurándose de que el colgante de tótem de búho estuviera allí. Max mientras corría a la escuela se quejaba mentalmente con Owel, quien al estar su espíritu dentro del tótem de madera podía comunicarse telepáticamente con su contratante.
Las clases transcurrían sin contratiempo alguno, aunque Max se aburría mucho, los gritos en su cabeza de Owel le impedían quedarse dormido en clases.
– Recreo – Max se sentía alegre de tener un descanso. Mientras iba hacia la cafetería escuchaba algunos rumores a los cuales al principio no presto atención, pero uno le llamo la atención – ¿Guerrero mágico? – pregunto a uno de sus amigos que también estaba comprando.
– Si, salió en el periódico, tengo una copia en el salón.
Cuando llegaron al salón Max vio el periódico que le mostro su amigo, como encabezado del artículo principal estaba: ¡¿Guerrero misterioso protege la ciudad?!
“Era obvio que no podía pasar desapercibido mi actuar”
Mientras el búho se jactaba, Max leía el artículo sobre un misterioso chico que lucha en las noches con lo que parecen ser animales mutantes, había el testimonio de algunos transeúntes, uno comentaba sobre lo guapo que era, esto solo hacia crecer el ego del búho; otro comentario hablaba sobre su increíble habilidad al lucha, este comentario tuvo el mismo efecto que el anterior; un último comentario era más que nada una teoría conspirativa sobre que eran extraterrestres que vienen a luchar su batalla ancestral aquí en la Tierra.
– ¿Interesante verdad? – se acercó otro de los amigos de Max, su sonrisa brillante por los frenos resultaba adorable para muchos.
– Collin, ¿sabías de esto? – se sorprendió Max.
– Él fue quien me lo dijo, tenía que verlo para creerlo – hablo el compañero que le presto el periódico.
– Sí, me interesa mucho – admitió – Después de todo, es alguien que lucha por la justicia.
– Cierto, tu eres fanático de este tipo de cosas – rio un poco Max al escucharlo hablar.
“Es inevitable tener un fan, y si hay fans masculino seguro habrá femeninos”
El búho se emocionaba con esa idea, Max lo ignoraba, prefería hablar con sus amigos a una interminable conversación sobre si son mejores los pechos o el trasero.
– Sí, además su apariencia misteriosa llama mucho la atención, esa apariencia caballerosa que tienen, la forma en como maneja su arma – sus palabras hacían creer el ego del guardián de la sabiduría – Su poderosa espada que acaba con todos.
Aquel comentario llamo la atención de Max, mientras que el búho se quejó por el error del muchacho.
– ¿Dijiste espada? – pregunto Max para cerciorarse, Collin asintió a su pregunta – De casualidad has escuchado… sobre la apariencia de este… guerrero…
– Según los testimonios que hay en internet, es un joven de traje de tonos azules y cian, tiene el cabello platinado, su mirada es como el hielo y usa una espada de arma, aunque no hay ninguna fotografía hasta el momento, esto es lo que dicen los que lo afirman verlo.
Max se encontraba perplejo por las palabras de su amigo pelirrojo, esta no era su apariencia de guerrero cuando se transformaba gracias a Owel, eso solo significaba otra cosa.
“Otro guardián ha aparecido”