Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Animal Spirit por Shana A

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aquí con otros capitulo de los chicos magicos gay...aun no tienen nada de gay...pero lo tendran!!

El fin de semana era un día perfecto para reunirse sin la presión de la escuela, el buen clima solo apoyaba la idea, y como plus no había ocurrido otro incidente desde lo ocurrido en el mall.

– ¡Lucas! – alegre saludo Max al verle – Lamento la tardanza.

– Se quedó dormido – hablo Owel aun dentro del tótem de búho de madera.

– Descuida, tampoco espere tanto – estaba sentado en una de las bancas de madera del parque. En su regazo había un pequeño cachorro, similar a un siberiano, su pelaje era gris y blanco.

– No sabía que tenías mascota – Max se sentó para acariciar al cachorro.

– Bueno… es Wolfram…

En ese momento recordó que sus espíritus podían tomar su forma animal – Lo había olvidado, es que… Owel prefiere quedarse en su tótem…

– Supongo que tener a un búho de mascota tampoco es común… gracias por venir, sé que quizás tienes que hacer otras cosas en tu fin de semana…

– Esto es mucho más importante de lo que tenía que hacer.

– Solo iba a vagar en su casa, así que si, esto es mucho más importante – Owel delato los planes de su usuario.

– Por qué no te callas – apretó el tótem entre sus manos, como intentando hacerle daño.

El cachorro siberiano se bajó del regazo de Lucas para ir al regazo de Max, quien soltó el tótem de búho de sus manos al ver esto, el cachorro lo tomo con su hocico antes de abajar  y esconderse bajo la banca.

– Supongo que hablara con él… Wolfram es realmente tranquilo, por eso me sorprende mucho la relación que llevas con Owel, pero al mismo tiempo parece que se llevaran bien, de cierta forma como si se preocupara por ti – explico sonriendo alegre, Max no sabía si esto era cierto o no, ya que parecía más como si se burlara de él o lo molestara – Cierto, se me ocurrió una idea.

– ¿Sobre qué? – se notaba curioso.

– Si lo que buscamos son joyas, debemos ir a lugares donde hayan estas, vi esto hoy en las redes sociales – saco su teléfono para mostrarle, era una noticia sobre una exhibición de joyas que ha estado recorriendo el mundo y se quedaría en la ciudad durante toda la semana.

– Dice el artículo que será en el museo debido a que son joyas representativas de culturas desde la edad antigua hasta la edad moderna… Parece un buen lugar, tendríamos que ir en la tarde pero… ¿Cómo sabremos si es o no lo que buscamos?

– Según lo que me dijo Wolfram, estas reaccionaran a nosotros por ser portadores cuando estemos cerca, así que deberíamos poder notar un cambio o detectarlas.

Los jóvenes quedaron en ir a la exposición por la tarde ese día, debido a que abría a partir de las dos.

El museo estaba muy concurrido, pues era el último día de la exposición de las joyas, había diferentes tipos de espectadores atentos a la colección de extrañas y coloridas gemas.

– ¿Qué hay de esa Owel? – preguntaba por enésima vez Max, pero la respuesta del búho siempre era la misma: No.

– No he tenido suerte, me pregunto si realmente será aquí – Lucas sonaba decaído.

– Puede que no percibamos nada por la cantidad de gente, también puede ser que al llegar aquí su poder haya sido sellado hasta que se active gracias a un sentimiento puro o un portador de su elemento la encuentre – hablo Wolfram desde el llavero con figura de lobo que tenía Lucas.

– Ya, pero no es como si pudiéramos tomar todas las joyas… y llamaríamos la atención si vamos de guardianes – Max tenía un punto allí – Pero… los verdaderos guardianes no…

– ¡No me pondré ropa corriente! – se quejó Owel con tal fuerza que el tótem de búho pareció moverse un poco con el afán de liberarse.

– Cállate – regaño Max – Supongo que no nos queda de otra que seguir explorando…

Las luces se apagaron, el murmullo de la gente aumentaba en las sombras, algunos sorprendidos pensando que era parte de exhibición, otros más cautos advertían que podían ser ladrones. 

Solo fueron necesarios unos segundos antes de que las luces volvieran, pero las joyas ya no estaban. Los guardias iba a actuar pero la alarma sonó, se cerraron las puertas para que nadie pudiera salir. Los agentes tomaron sus posiciones, apareció el director del museo frente a la multitud.

– Lamentamos esta molestia para ustedes, pero lo que ha pasado ha sido muy grave, es necesario que todos permanezcan en calma, ya que el ladrón puede estar aquí aun… Es por eso que vamos a interrogarlos…

Los murmullos no se hicieron esperar, todos se miraban entre sí, como si sospecharan que allí se encontraba un cómplice. Cada uno fue llevado por dos agentes de seguridad para ser interrogado en un cuarto aparte, luego podían regresar con el grupo.

– Fue agotador, en especial por esa luz que pusieron frente a mi cara – se quejó Max.

– Es algo de rutina, pero si es muy molesto – admitió Lucas – Lo que me preocupa es que el ladrón siga aquí.

– Me gustaría que pudiéramos hacerlo… Pero realmente no se me ocurre como – Max se encontraba pensando en alguna solución, no le gustaba ver la situación en la que estaban.

– El ladrón sigue aquí – hablo de repente Owel aun desde el tótem, Max y Lucas se alejaron un poco del grupo para poder escuchar al espíritu – Porque esto no fue obra de un humano.

Al oír estas palabras ambos se sorprendieron – Pensé que solo era una imaginación mía, veo que no – Wolfram tomo la palabra aun dentro del llavero metálico. Ambos miraban impacientes a que continuaran, por lo que el lobo decidió proseguir – Cuando ocurrió el apagón, se sintió el miedo de las personas del lugar, pero además de eso había una presencia extraña, era la desconfianza pero en una medida mayor a lo usual, creemos que es porque fue un espíritu animal corrupto el que lo hizo.

– ¿Qué ganaría el espíritu con eso? – pregunto Max antes de darse cuenta – Buscaba las Jewel Pride…

– Denle un premio al chico – soltó Owen con sarcasmo – Ahora deja de decir brillantes ideas y vamos a transformarnos.

– Señor sarcasmo, dime entonces a donde vamos, que estamos repletos de seguridad ahora – Max tenía un punto allí.

Antes de que Owel pudiera responder, el director del museo anuncio que dejaría ir a los presentes, debido a que no encontraron pruebas incriminatorias para retenerles. Sacaron a las personas bajo la atenta vigilancia del personal de seguridad, el cual vigilaba el perímetro y cualquier actitud sospechosa.

Los dos elegidos salieron con tranquilidad pero apenas estuvieron a metros del museo buscaron el callejón más cercano para fusionarse con sus espíritus animales.  Cambiaron sus apariencias, siendo una mezcla entre ellos mismos y su espíritu elegido, adquiriendo habilidades únicas cada uno, al igual que su arma de batalla.

– ¿Dónde se supone debemos buscar? – Max estaba aún algo confundido.

El sonido de un chillido agudo junto a los gritos de las personas llamaron la atención de ambos, al ver de dónde provenía el  barullo dieron con una gran polilla color morado, lleno de machas negras al igual que sus ojos, sus patas eran similares al filo de un espada, la criatura estaba atorada en uno de los muros del museo.

“Podemos comenzar por allí”

Owel expuso lo obvio.

Los dos se dirigieron con prisa al lugar. La polilla termino de destruir la pared que le aprisionaba, sus enormes alas se batieron, el lugar se llenó del polvo de los escombros haciendo difícil ver, las personas cercanas huyeron con prisa a esconderse. La criatura estaba en los cielos, sus ojos se dirigieron hacia los guardianes, soltó un chillido agudo y ensordecedor.

Max hizo aparecer su arco y flechas, tomo una y la apunto directamente a la polilla, el disparo fue desviado por la corriente de aire provocada por el batir de alas.  Owel soltó una maldición, Max por otro lado intentaba buscar una solución al igual que Lucas.

– Seguiré disparando para distraerlo, intenta cortarlo usando lo que quedo del museo para impulsarte – dio la idea Max.

Lucas dio una mirada rápida a los escombros del museo – De acuerdo, intenta que su atención no vaya hacia allí.

Max siguió distrayendo a la criatura oscura con el disparar de sus flechas, sabía que no duraría mucho, tuvo razón, la quinta flecha fue la última antes que la polilla se abalanzara hacia él, casi al ras del suelo con tal de embestirlo, pero logro esquivarlo rodando por el suelo, se acomodó como pudo para lanzar nuevamente otra flecha, el disparo dio en su ala.

La criatura emitió otro chillido ensordecedor, fue el último, parte de su cabeza fue cortada por una espada.

– Falle – Lucas rezongo consigo mismo, giro sobre su propio eje para impulsarse y cortarle nuevamente, la criatura se movió por lo cual ahora solo logro cortarle más de la mitad de sus alas. 

Aprovechando que la polilla ya no podía movilizarse por aire, Max empezó a disparar sus flechas. Comenzó a quebrarse como una estatuilla de cristal hasta romperse, terminando en una explosión de polvillo blanco. Ambos guardianes aprovecharon para tomar su magia pero una ráfaga de viento hizo que toda la magia fuera hacia el cielo.

– Nunca pensé que estarían aquí – su mirada oscura miraba a ambos con desdén, acomodo uno de sus mechones negros largos detrás de su oreja, su tez pálida como la nieve, sus ropas oscuras y largas de apariencia fina se ceñían a su esbelto cuerpo. En la palma de su mano concentró todo el polvillo mágico, lo absorbió para él.  

– ¿Quién eres? – Max le miró fijamente.

– Debe ser un guardián corrupto – Lucas dio la explicación más lógica.

Flotando aun sobre el suelo, sus labios color violeta esbozaron una sonrisa arrogante – Al menos uno de los dos no es idiota – un ligero movimiento de manos hizo que otra ráfaga soltara sobre ellos piedras brillantes de colores, eran las joyas del museo – Les devuelvo sus baratijas, ninguna de ella me sirve.

Los elegidos se cubrieron con sus brazos sobre sus cabezas para no recibir el impacto de las gemas de diferentes colores y tamaños, cuando pudieron ver nuevamente hacia el cielo, el guardián corrupto no estaba. Las sirenas de los autos de policía se escuchaban más  y más cerca, no tuvieron más opción que escapar.

Corrieron hacia los pasacalles más cercanos, escondiéndose por los callejones y pasajes hasta llegar a estar solos. Asegurándose de que no hubiera nadie cerca tomaron nuevamente su forma humana.

– ¿Quién era él? – pregunto Max a su tótem de madera.

– El primero enemigo de quien debemos preocuparnos de verdad.

Cada uno volvió a su hogar, no debían levantar sospechas, sin embargo estarían más alertas de ahora en adelante.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).