Max se encontraba en su escuela como en cualquier día común, los rumores sobre los jóvenes con poderes mágicos aún seguían a pesar de que no habían vuelto a aparecer criaturas hace una semana, los más escépticos aseguraban que se encontraban teniendo la batalla final por el destino de la Tierra, otros seguían insistiendo en que eran efectos especiales y todo era propaganda para una película que estrenarían próximamente, se basaban en que las estrategias de marketing de las compañías evolucionaron para hacer al espectador parte de la experiencia; incluso habían sitios webs dedicados a noticias de estos, otros publicaban sus teorías por redes sociales o con videos.
– ¡Max! – llamo alegre uno de sus amigos.
– Collin, ¿Qué pasa? – algo curioso pregunto a su amigo de cabello pelirrojo.
– No olvides que debemos entregar el reporte mañana – le hizo recordar mientras se acomodaba sus lentes.
Max se sorprendió – ¿Mañana? Pensé que era para la próxima semana – no podía evitar los nervios de saber que olvido algo tan importante ya que valida el 40% de su nota final.
– Sabía que lo olvidarías, pero siempre que traté de hacerte recordar te ibas rápido – negó con la cabeza como si ya supiera las costumbres de su amigo – Sea cual sea el caso sabía que pasaría, así que voy a ayudarte – propuso amable.
– Muchas gracias Collin – Max se sintió aliviado de al menos contar con un poco de ayuda.
Pasaron la tarde en la biblioteca, buscando los libros con la información que el profesor solicito sacar específicamente de allí, aquellos que intentaron engañarlo con trabajos de internet antes solo sacaron la peor nota posible.
– Por fin terminamos – se recostó sobre la mesa.
– Es hora de que cierren, debemos irnos – aviso. Ambos alistaron sus cosas, salieron justo antes de que les dijeran que debían salir o quedarían encerrados toda la noche allí.
– Que tarde se ha hecho, ¿estarás bien yendo solo a casa? – Max se preocupó un poco por su amigo.
– Descuida, estoy bien, después de todo, los guerreros mágicos están cuidando la ciudad – explico con una gran sonrisa brillante, debido a sus frenos. Esa respuesta dejo a Max callado por unos segundos, incluso Owel no supo que decirle a Max para que reaccionara.
– Igual te acompañare hasta cierto tramo – se apresuró a decir.
Max acompaño a Collin hasta cierto punto del camino, de lo contrario se alejaría mucho de su casa, aun si era un guardián no creía que debiera usar esos poderes para defenderse de ladrones comunes.
Al llegar a casa Max explico a sus padres donde estuvo hasta esa hora, luego de cenar se fue de frente a su habitación.
– Luces desanimado – Owel apareció en su forma humana.
– Es solo que las palabras de Collin me hicieron pensar…
– Vaya novedad – soltó con cierto sarcasmo – Sabes que no somos justicieros contra la delincuencia vulgar.
– Lo sé… Intentare hablar con él mañana, no quiero que piense eso tontamente.
Sin más que decir Max se preparó para dormir, mañana le tocaba ir a la escuela de nuevo.
Al día siguiente durante el receso se acercó a su amigo para hablar con él, antes de poder decir algo lo vio ocultando un cuaderno rápidamente.
– ¿Qué escondes? – pregunto con cierta curiosidad.
– No escondo nada, era solo un cuaderno de notas – le intento restar importancia – ¿Querías decirme algo? – cambio el tema.
– Sí – recordó – Es sobre los chicos con poderes mágicos… ¿Tú de verdad crees que protegen a la ciudad? – se mostró algo curioso.
Collin río un poco – Lo que te dije ayer fue solo para que no me acompañaras todo el camino a casa, era tarde y seguramente se preocuparían por ti de nuevo, sé que ellos son reales, tiene poder pero no los han demostrado, por eso su uso de armas a falta de energía mágica – explico alegre.
Max se mostró algo sorprendido de que su amigo supiera tanto, se preguntaba si era tan fácil descubrir eso. Owel no dijo nada, también estaba algo impactado por esa información que venía de parte de un simple humano.
Antes de que pudiera preguntar como sabía esa información desde la puerta un estudiante de otro curso llamo a Collin, quien se disculpó con Max antes de salir del salón.
“Ese cuaderno que oculto”
Max estaba a punto de buscar en el pupitre de su amigo.
“No lo haría si fuera tú, esas niñas de la esquina están mirando”
Advirtió Owel. Su portador se dio cuenta y prefirió volver a su asiento antes de que se esparcieran rumores innecesarios.
Max pregunto internamente a su espíritu animal si había la posibilidad de que Collin tuviera consigo un habitante del reino Luce, sin embargo Owel descarto tal posibilidad, ya que de ser así se hubiera mostrando ante ellos en su forma fusionada, además de que su guardián le hubiera advertido no hablar mucho acerca del tema. El búho tampoco podía explicar como un simple humano sabía tanto sin formar parte de ese mundo, Max entonces temió algo peor.
“¿Es posible que este asociado con un guardián corrupto?”
Max sonaba preocupado ante la terrible posibilidad.
“Imposible”
Refuto Owel sin dudar.
“Pero ese guardián corrupto de hace días logro controlar a Lucas, aun si Collin no parecía bajo el control de alguien, puede que uno lo buscara pidiendo ayuda”
“Niño cálmate, estás haciendo una tormenta en un vaso de agua”
Antes de que Owel pudiera detenerle, Max fue al pupitre de su amigo, saco el cuaderno que había ocultado, lo reconoció, era uno de tapa gris sin distinción alguna, normalmente su amigo ponía el nombre del curso en la tapa para no olvidarse; lo abrió en cualquier página esperando encontrar apuntes de las clases o ejercicios sin resolver, pero lo que encontró no fue nada relacionado a la escuela, allí estaba la lista con fotos y nombres de los lugares que fueron atacados por el guardián corrupto, cada una tenía una marca de “X” roja al lado del nombre.
“Ese chico está entrando”
Aviso Owel, su compañero rápidamente guardo el cuaderno e intento actuar como si estuviera haciendo cualquier otra cosa, así que se puso a jugar con el tótem de madera.
– Luce como nuevo – comento Collin sonriendo, señalo el llavero de tótem de búho, el recordaba que tenía una apariencia más desgastada.
– Sí, lo compre hace poco – se apresuró a responder – ¿Tienes algo parecido?... Ya sabes, como un llavero, un pin… algo relacionado a un animal…
– No, aunque me gusta tu llavero, ¿en qué tienda lo compraste?
– Una de por allí, ya ni me acuerdo… Casi se termina la hora de receso, iré a comprar algo – salió rápido sin decir más, su sospecha solo había aumentado.